GinerMaestro/Cap16/18

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16.18. Mayoría de edad: los votos solemnes

El cardenal Nazareno estaba llamado a ser un nuevo Giustiniani. Pero duró demasiado poco. El 31 de enero de 1622 se aprobaron las constituciones con el breve papal, pero aún tardaron un mes en llegar a manos del Fundador, quien las estaba esperando para hacer las copias adecuadas según el número de casas, tarea ésta que todavía le ocupo otras tres semanas.[Notas 1] Con ello, pues, estuvo preocupado casi hasta finales de marzo. Pero no perdía contacto con el cardenal, quien le habló de dotar a las Escuelas Pías con sus bienes, erigiendo al menos una casa de estudios y noviciado para la Orden. El Fundador no quería aceptar tal donación por juzgarla contraria a la pobreza profesada en las Constituciones, y propuso fundar un colegio que llevara su nombre para niños pobres y de talento. Y la sugerencia agradó al cardenal, de modo que decidió en su testamento nombrar su heredero universal –con ciertas salvedades exigidas por sus parientes- al que se llamaría Colegio Nazareno.[Notas 2]

Con miras a esta futura fundación compró a los Caetani el grandioso palacio de Via del Buffalo, que sería su sede -y sigue siéndolo hasta hoy-, al que se trasladó.[Notas 3] No había pasado todavía un mes en su nueva mansión señorial, cuando se sintió gravemente enfermo, y temiendo lo peor, dispuso su testamento en favor efectivamente de su heredero universal, el futuro Colegio Nazareno, el día 19 de abril de 1622. Disponía que su administración estuviera confiada a los Auditores de la Rota Romana y la dirección y funcionamiento en manos de las Escuelas Pías. Serían admitidos doce muchachos becarios, pobres pero de esclarecido talento -hoy diríamos superdotados-, que luego llegarían a veinte.[Notas 4]

Al día siguiente, 20 de abril, por deseo expreso del Cardenal, se presentaba en su palacio el P. José con cuatro compañeros. He aquí cómo lo cuenta Calasanz:

'A 20 de abril de 1622 José de la Madre de Dios, Ministro General, hizo su profesión de votos solemnes en manos del Ilmo. Sr. Cardenal Miguel Ángel, llamado Nazareno, en su propia habitación estando enfermo, en presencia de los Rdos. PP. Pedro de la Natividad de la Virgen. Viviano de la Asunción, Francisco de la Purificación y Pablo de la Asunción y muchos otros familiares de dicho Ilmo. Cardenal. Después de lo cual el predicho José de la Madre de Dios, junto con los mencionados Padres, fue al templo de Santa María Mayor y, celebrada por él la misa en el altar de la misma B. Virgen, dichos Padres emitieron los votos solemnes en manos del referido José en presencia de los ministros de dicha capilla y de muchas otras personas'.[Notas 5]

Esta es la versión tradicional que ha prevalecido hasta nuestros días. Sin embargo, ya el P. Bartlik en sus ‘Annales’. junto al atestado del Fundador, citó un párrafo de una carta del P. Casani al P. Juan Bta. Costantini, escrita el mismo día de los hechos, en que dice: 'Esta mañana hemos hecho los votos solemnes en manos del Ilmo. Tonti moribundo, y desde su casa hemos ido a Sta. María Mayor y los hemos renovado después de la misa dicha por Nuestro Padre en el altar de la Sma. Virgen públicamente, con roquete y estola en el mismo altar'.[Notas 6] Bartlik no hizo ningún comentario acerca de la diferencia de versiones, pues sólo le interesaba hacer notar que Calasanz hizo, efectivamente, su profesión solemne en manos de Tonti moribundo.[Notas 7] Es de suponer que cada uno leyó la fórmula de la profesión. Pero todas ellas han desaparecido, por lo que diremos luego. Y en ellas debía constar expresamente ante quién se hacía, si ante el cardenal o sólo ante el P. José.

De todos modos, es innegable que hubo un acto de especial deferencia y reconocimiento al cardenal Nazareno, a quien se debía la elevación a Orden de votos solemnes y la aprobación de las Constituciones. Y es indudable igualmente que hubo otro acto de devoción en la ‘Capilla Paolina o Borghese’ de Santa María Mayor, ante la veneranda imagen de la ‘Virgen Salus Populi Romani’. Esa capilla había sido edificada por voluntad de Pablo V, desde 1605 a 1613, en que fue colocado solemnemente el venerando icono, atribuido a San Lucas. Y tanto al P. José como a sus compañeros la capilla paulina debía causarles una emoción especial, no sólo por su carácter mariano, sino también porque en ella se habían colocado los sepulcros de Clemente VIII y Pablo V, los dos papas que tanto habían estimado y favorecido a las Escuelas Pías. Y aunque los dos sepulcros y sus mediocres estatuas estaban ya terminadas desde hacía años, los restos de Pablo V habían sido colocados en su monumento hacía muy poco: exactamente el día 30 de enero del año en curso I622.[Notas 8]

Al día siguiente de la profesión solemne, 2I de abril, moría el Card. Nazareno en brazos de Calasanz.[Notas 9] Había dispuesto que le enterraran en la iglesia del ‘Gesú’, y así fue. Sus parientes debían encargarse de erigirle un monumento en el presbiterio, mas no lo hicieron, exigiendo luego al Colegio Nazareno que pagara la mitad de la simple lápida sepulcral que se puso en 1637 frente al altar de San Ignacio, hacia la izquierda, con un largo epitafio latino que compuso el mismo Calasanz.[Notas 10]

Aquella profesión solemne había sido precipitada, quizá por complacer al moribundo cardenal. Luego vino la reflexión y la duda fundada de que podía ser inválida, pues el cardenal no tenía ninguna autorización para recibir los votos, ni tampoco Calasanz estrictamente hablando para recibir los de sus compañeros, pues nadie le había nombrado Superior General de la nueva Orden, aunque implícitamente lo seguía siendo. Para acallar conciencias, se decidió pedir al papa la solución. Y con fecha del 28 de abril de 1622 expidió Gregorio XV el breve ‘Apostolici muneris’, nombrando al P. José (Calasanz) de la Madre de Dios Ministro General para nueve años, y no vitalicio, como decían las Constituciones; y a los PP. Casani, Viviani, Castelli y Ottonelli, para que con él -dice el breve- 'representen el cuerpo de la Religión', es decir, les nombraba Asistentes Generales. Respecto a la profesión solemne les concedía a los cinco que pudieran hacerla nuevo en manos de cualquier Prelado, elegido a su gusto.[Notas 11]

El prelado elegido fue Mons. Pedro Lombardo, arzobispo de Armagh, Primado de Irlanda, amigo y vecino de casa, y que se presta complacido a ordenar a los clérigos escolapios cuando se lo rogaban.[Notas 12] Para mayor garantía -quizá excesiva- llamaron a don Félix de Totis, notario de la Cámara Apostólica, y a dos testigos para que certificaran el acto, y el 7 de mayo de 1622, en la capilla del noviciado, en la de San Onofre, hicieron su nueva profesión solemne tanto el P. General como sus cuatro Asistentes en manos del mencionado arzobispo.[Notas 13] En la fórmula añadieron a los tres votos comunes el cuarto de enseñanza, específico de la Orden, con la expresión que ya constaba en las Constituciones,[Notas 14] y que se mantendrá intacta para siempre.

La profesión solemne del General y sus Asistentes fue una concesión de privilegio, porque -como decía el breve- tenían que 'representar el cuerpo de la Religión'. Todos los demás, tanto clérigos como Hermanos o sacerdotes, aun los que ya habían terminado los dos años prescritos de noviciado y habían hecho votos simples, tuvieron que esperar al menos otros dos años a partir de 1622, pues la elevación a Orden de votos solemnes era como un nuevo estado de vida religiosa, que exigía otros dos años de prueba o segundo noviciado.[Notas 15] Y fue realmente una prueba provechosa para la naciente Orden, como dice el Fundador: “en el trascurso de los dos años de noviciado, algunos que ya habían hecho votos simples no quisieron hacer los solemnes, y obtuvieron la dispensa de la Sda. Penitenciaría, y otros que no fueron juzgados idóneos para hacer votos solemnes fueron despedidos con la misma dispensa, quedando solamente los que parecían aptos para el Instituto”.[Notas 16]

La criba debió de ser notable, pues dice Berro que el Fundador, 'no mirando sino la gloria de Dios y bien de la Religión despidió a muchos, sin atender al sacerdocio, ni a las letras más que ordinarias, ni a otras dotes, como al P. Valmarana, que… aunque doctísimo le quitó el hábito y a otro que había sido Superior mucho tiempo… y a muchos otros les hizo lo mismo y fueron unos 30'[Notas 17]

Pasados, pues, dos años, la primera promoción de profesos solemnes tuvo lugar el día de la Anunciación 1624, simultáneamente en Roma, Narni, Génova, Nursia, Fanano, etc.[Notas 18] y luego, a través del año, fueron profesando otros. Con ello puede decirse que la nueva Orden entraba en la normalidad. Había terminado el período extraordinario de prueba o de rodaje.

Como complemento y reconocimiento oficial de esa especie de mayoría de edad, Gregorio XV, con fecha del 15 de octubre de 1622, concedía a las Escuelas Pías con el breve ‘Ad uberes fructus’ la comunicación de los privilegios, inmunidades, libertades, facultades, exenciones y todas las demás-gracias e indultos espirituales y temporales concedidos hasta ahora por los papas a las Ordenes mendicantes y los que en adelante les fueron concedidos. Y todo ello -decía el papa- porque 'viendo los abundantes frutos que están produciendo las Escuelas Pías en la Iglesia Militante, y confiando en que sean en adelante más abundantes todavía, queremos colmarlos de gracias y favores para que con mayor fervor perseveren en su laudable Instituto'.[Notas 19]

Todavía tuvo este munífico Pontífice otro detalle de su benevolencia por las Escuelas Pías al librar la iglesia de San Pantaleón de toda obligación parroquial de cura de almas y ponerla para siempre a la libre y absoluta disposición de la Orden, tanto la iglesia misma como los locales adjuntos, que estaban destinados hasta entonces al vicario parroquial.[Notas 20] Ni hay que dejar en olvido que Gregorio XV continuó durante todo su pontificado concediendo a las Escuelas pías la limosna anual de 200 escudos, como habían hecho sus predecesores Clemente VIII y Pablo V.[Notas 21]

El papa Ludovisi se fue también demasiado pronto de este mundo, como el cardenal Nazareno. De ambos pudo esperar grandes cosas el P. José, pero sus esperanzas se desvanecieron. La amistad y protección del cardenal Tonti no llego a un año; la de Gregorio XV, dos años largos. Murió el 8 de junio de 1623. La era de los Barberini sería otra cosa.

Notas

  1. En la introducción al Catálogo de Religiosos de 1617 a 1637, escrito por Morandi por mandato y con la supervisión de Calasanz, se lee: 'Et non havendosi [habute] le dette Costitucioni approvate dentro del Breve Apostolico da mano delli Ministri Apostolici se non passato un mese incirca che fu per tutto Febraro et in Generale stette da tre settimane poi incirca a farle copiare et mandarne una copia per ciascuna casa fuor de Roma acciò in tutte si mettesero in osservanza…' (Catal. Rel., p.18-19).
  2. Cf. BERRO I, 105; BAU, BC, p.566-567.
  3. La compra del palacio y de la casita aneja, en la que se instalaría el colegio al principio fue hecha el 29 de enero de 1622 (cf. P. VANNUCCI, ‘Il Collegio Nazareno’ [Roma 1930] p.92, n.10).
  4. Ib., p.80 y BAU, BC, p.568-569.
  5. ‘Liber Congr. Paul.’, p.47.
  6. BARTLIK, ‘Annales’; EphCal 3 [1938] 77;EC, p.504.
  7. Para Vilá estaríamos de nuevo ante otro ejemplo -paralelo al de la vestición de Calasanz sólo por Giustiniani- de la confabulación de los contemporáneos para resaltar la persona de Calasanz como Fundador, aunque sabían que en realidad lo era Casani. Y de nuevo sería Calasanz el fautor de la farsa (cf. PosCas, p.231-232; ‘Juicio histórico-crítico…’, p.26-28).
  8. Así lo hace constar G. Gigli en su ‘Diario’, p.55 (cf. A. AUSENDA, o.c.: Ricerche 3 [1986] 364).
  9. 'li morse nelle braccia' (BERRO I, p.186).
  10. En el Archivo General (AGEP) se conserva una transcripción, en cuyo dorso se lee 'Epitaffio pel Card. Tonti del V. P. Fondatore 1637' (RegCal 12,67), que coincide con el que consta en la lápida sepulcral del ‘Gesü’, salvo algunas mínimas variaciones que hacemos notar: las palabras en cursiva sólo constan en la lápida y las que van entre paréntesis sólo están en el documento del Archivo. Lo demás es idéntico en ambas versiones. He aquí el epitafio: 'D.O.M./ Michaeli Angelo Tonto Ariminensi / a Paulo T.M. Prudentiam fidemque viri saepius experto / primum Datariae Praefecto (postea) Arch.Nazareno/ postremum S.R.E. Cardinali (creato)/ atque ad intima quaeque adhibito / Quo tempore post coniunctam / cum florenti Principis gratia singularem modestiam (habuit unde)/ in adversa quoque fortuna constantiam (exerceret\ exhibuit dignus qui (non nisi reflorescente) recepta gratia / diem (obiit) obiret /Anno Dom. MDCXXII aetatis suae (anno LII) LVI / Antonius Tontus Avunculo / et Collegium Nazarenum ab illo (istitutum) institutum / et Sac. Rom. Rotae Auditorum patrocinio commendatum/ Patrumque Pauperum Matris Dei Disciplinae traditum / Parenti optimo posuere / An. Dom. MDCXXXVII'. Vannucci se extraña de que haya autores que citen este epitafio, mientras él presenta otro totalmente distinto, que ciertamente no es el que figura en la losa sepulcral, como puede comprobar quienquiera que vaya a la Iglesia del Gesù (cf. P. VANNUCCI, o.c., p.57).
  11. Cf. ‘Bullarium Sch. P.’, p.27-28.
  12. C.69.
  13. Cf. PosCas, p.407-409. En el ‘Libro dei Professi’ (RegCal 11,3) figuran por orden: Calasanz, Casani, Vlviani, Ottonelli y Castelli, y de los cinco se dice que hicieron sus votos solemnes el 7 de mayo de 1622, sin aludir a la primera profesión del día 20 de abril. Y después del nº.5 (Castelli) todavía añade que todos ellos profesaron el 7 de mayo por el Breve Apostólico 'per rapresentar il corpo della Congregatione'. Todo el libro es autógrafo de Calasanz. Lo mismo se lee en el ‘Catal. Rel.’, p.19-20.
  14. 'summam paupertatem, castitatem et obedientiam, et juxta eam peculiarem curam circa puerorum eruditionem' (PosCas, p.408-409; CC, n.31).
  15. En el Informe de 1623 escribió Calasanz que con el Breve Apostólico fueron nombrados el General con sus cuatro Asistentes para que 'rapresentasséro il corpo della Religione et havessero voce attiva et passiva perciò che intrando in novo stato tutti erano novitii' (EGC II, p.172).
  16. Ib.
  17. BERRO, p.124.
  18. Véanse el ms. ‘Libro dei professi’ (Regcal, 11,3), ‘Catal. Rel.’, p.20-30 y ‘Liber Cogr. Paul.’, p.5-29. En los tres se advierte que los vestidos antes de 1622 hacen su profesión solemne en 1624, y los vestidos antes de 1622 hacen sus votos solemnes al menos dos años después.
  19. Cf. ‘Bullarium Sch. P.’, p.29-31.
  20. Véase el Breve en ‘Archivum’ 8 (1934) 29-34. Cf. también G. SÁNTHA, ‘350 anni a condita domo S. Pantaleonis’, p.276-277. Para una visión completa histórico-artística de esta iglesia véase G. SPAGNESI, ‘San Pantaleo’, Roma 1967.
  21. En unas páginas autógrafas de Calasanz se anotan minuciosamente las limosnas recibidas de los papas, y concretamente dice: 'La Stà. di Gregorio XV diede ordine si pagassero li scudi 200 in due paghe come si era usato col mandato del P. Tesoriere' (RegCal II,33, p.275-276). Y en la larga lista de limosnas (71 destinatarios) del card. Ludovico Ludovisi, nepote de Gregorio XV, se lee: 'Ai pretti delle Scuole Pie sc. 60' al año. Para la construcción de la Iglesia de S. Ignacio –donde está enterrado en grandioso monumento Gregorio XV- tenía destinados 6.000 escudos anuales. Y a la 'Compagnia de’SS. Apostoli', a la que perteneció Calasanz, le daba 2.000 escudos anuales (cf. PASTOR, o.c., vol. 27, p.465-467).