GinerMaestro/Cap18/10

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18.10. Gratuidad y obligatoriedad

Quizá haya exageración en toda esta abrumadora catarata de datos y voces coincidentes, y algo más se hizo de lo que pudiera deducirse. Pero, desde luego, lo que no cambió en absoluto fue el sistema medieval de la financiación de la enseñanza primaria. Los alumnos -o, mejor dicho, sus padres-tienen que seguir pagando en dinero o en especie para redondear las exiguas dotaciones que reciben los maestros de las autoridades y municipios. La escuela popular gratuita sigue siendo inexistente. He aquí algunos testimonios:

'Comúnmente -escribe Janssen-los maestros de escuela, aun en las ciudades, carecían de sueldo fijo y estaban reducidos únicamente a las pensiones, que a menudo faltaban o venían muy lentamente. En Augsburgo, cada alumno había de pagar a su maestro trimestralmente tres „batzen‟, y una vez al año dos „creuzers‟ para la calefacción de la escuela. Hasta 1603 no se elevó la pensión trimestral a 15, y a 4 creuzers para la calefacción. Mejor se cuidaba de los maestros alemanes en Munich. En una Ordenación del Consejo de 1564 se estableció que cada discípulo pagara por trimestre 15 creuzers por la enseñanza de leer y escribir; si además quería aprender a contar, 30; y si se agregaba „la práctica románica‟, cuyo principal objeto era la regla de tres, había que pagar un ducado. Ya a principios. del S. XVI la Ordenación para las escuelas alemanas de Landshut era parecida'.[Notas 1]

Y parecida sería también en otras partes de Alemania y aun de Europa, en el sentido de que el alumno tenía que pagar según las enseñanzas que recibía. Ya vimos en otra ocasión unas ordenanzas de 1646 para Roma, en las que todavía se detallaba clase por clase o asignatura por asignatura lo que tenía que abonar cada alumno.[Notas 2]

También en las escuelas rurales tenían que pagar los alumnos. En la citada Landshut, en Baviera, hacia 1600 había nueve maestros de escuela elemental y protestaron ante el gobierno ducal porque ciertos labradores ricos del campo tomaron para maestros a vagos extranjeros, disminuyendo con ello sus entradas económicas. El autor anónimo de „El pobre diablo‟, maestro de escuela, escribe: 'Todo labrador pretende prescribirnos cómo hemos de formarle y si han de dar un aumento a un maestro, porque el sueldo ordinario es tan pequeño en algunos sitios que con él no se podría alimentar un pastor de gansos, exclaman todos: queremos dejarlo en el orden tradicional. Con el estipendio obran no menos fraudulentamente, pues cuando observan que el trimestre se termina, sacan los niños de la escuela y pretenden no dar sino la mitad del dinero y el maestro ha de computar enfadosamente y disputar con ellos'. Tales “pobres diablos -comenta Janssen- eran, por ejemplo, los más de los maestros rurales de Sajonia”.[Notas 3] Esto pasaba con los niños de los labradores ricos, con los que podían pagar, pero ¿quién se preocupaba de los pobres, de escolarizar a los que no podían pagar?

Los famosos Artículos de Visita de 1628, escritos por Melanchthon y aprobados por Lutero, se convirtieron prácticamente en el modelo de otras reglamentaciones de escuelas, redactadas por otros autores y adaptadas progresivamente por las regiones y ciudades que habían abrazado la Reforma. El primero en adoptarlas fue el elector Juan de Sajonia, para cuyo territorio fueron hechos. Le imitaron Hamburgo en 1529, Schleswig-Holstein en 1542, Mecklenburgo en 1552 y el Palatinado en 1556. 'Pero -añade Bowen-no siempre se crearon escuelas después de adoptadas las reglamentaciones, sobre todo en „zonas rurales‟ . Y sigue exponiendo el interesantísimo proyecto educativo, realizado por Mauricio de Sajonia:

'El primer intento de fundar un sistema institucional de escuelas como -algo distinto de las escuelas municipales individuales parece haber sido el del elector Mauricio de Sajonia, quien decretó en 1543 la implantación de un sistema doble: escuelas municipales o „Stadtsschulen‟ (que procedían de las escuelas municipales medievales), y las escuelas estatales o „Staatsschulen‟ creadas fuera de los municipios y subdivididas a su vez en dos tipos: „Landesschulen‟, destinadas a formar a los niños más destacados para el servicio del Estado y a expensas públicas, y „Klosterschulen‟, mantenidas en los conventos y monasteriós (despoblados de frailes e incautados por el Estado). Las tres primeras Staatsschulen se establecieron inmediatamente en Pforta, Meissen y Grimma, dotadas todas ellas con las propiedades de antiguos conventos locales (secularizados). „Entre todas ellas‟ debían recibir a 230 chicos, 100 de las ciudades de Sajonia, 26 de la nobleza y 54 a designar por el elector. Estos chicos tenían que saber ya leer, y al cabo de seis años de estudios habían de pasar en principio a las universidades de Leipzig o de Wittenberg, para ingresar después de la graduación al servicio del Estado. Esta práctica fue habitual en todas partes, aunque no se conocen bien los detalles, así como tampoco se sabe hasta qué punto se aplicaron estas normas fuera de las ciudades más importantes'[Notas 4] .

A pesar de la poca claridad de exposición y de datos,[Notas 5] parece que se trataba de escuelas gratuitas, subvencionadas por los bienes expoliados de conventos y monasterios, aunque no se excluye que hubiera contribuciones de los alumnos, dado que no se trata de pobres; se dice que tenían que saber leer, luego no eran escuelas elementales; no eran escuelas para todos, sino para selectos, designados a dedo; al menos las llamadas „Staatsschulen‟, o concretamente las „Landesschulen‟, tenían como finalidad preparar funcionarios del Estado. En conclusión: estas iniciativas -laudables y útiles a la sociedad, sin duda-no pueden considerarse como escuelas populares primarias, aun siendo, al parecer, gratuitas. Parece confirmar nuestra conclusión el mismo Bowen al añadir, refiriéndose a todas estas escuelas, basadas en los „Artículos de Visita‟: 'Estas escuelas recurrían a la progresión en tres etapas de los „Artículos de la Visitación‟ elemental, gramática latina, literatura. Se conoce muy poco de la enseñanza elemental, en parte porque no existía una teoría establecida ni una práctica que sirviera de pauta, y €en parte debido a que las escuelas dedicaban aún su atención principalmente a las clases media y alta'.[Notas 6] Es decir, que la clase popular, La de los pobres, quedaba al margen de las nuevas iniciativas, aun apoyadas en fondos públicos.

En cuanto a la obligatoriedad de las escuelas públicas, se suele remontar a las disposiciones tomadas por diversos Estados protestantes en la primera mitad del siglo XVII, dándoles una primicia histórica que no hay por qué poner en duda. Fue un paso muy importante para la alfabetización y culturización del pueblo. Pero no se puede olvidar que sin „completa gratuidad‟ no se logra la plena escolarización ni existe de hecho la „escuela popular pública moderna‟. Ni tampoco se puede callar ante la historia que antes de que los Estados protestantes alemanes empiecen a considerar que la escuela popular „debe ser obligatoria‟; y lo proclamen con leyes bajo multas pecuniarias, ya existía una institución pública, abierta a todos los niños, que consideraba la necesidad de que la asistencia a las escuelas fuera obligatoria por sistema, no por ley estatal, que no podía dar. Y además de „obligatoria‟ como sistema era también gratuita para todos. Y esa institución histórica eran las Escuelas Pías.

Pero de nuevo hay que recordar que una cosa es legislar y otra hacer cumplir las leyes. Y así puede verse en estas disposiciones legales de los Estados alemanes: 'Las primeras disposiciones obligatorias de asistencia a la escuela -hace notar Bowen-tuvieron lugar en Sajonia, en donde la ciudad de Weimar promulgó unas leyes en 1619 –las Escuelas Pías son reconocidas oficialmente como Congregación de votos simples el 6 de marzo de 1617, después de veinte años de existencia-que obligaban a todos los niños entre seis y los diez años a aistir a la escuela y este precedente fue seguido en la cercana Gotha en 1642, que impuso multar a los que no cumplieran con esta ley. Normas parecidas se extendieron a través de la Alemania protestante, los reinos escandinavos de Dinamarca y Suecia y las Provincias neerlandesas unidas, „aunque en su mayor parte fueron ampliamente ignoradas‟ y de hecho era casi imposible poder cumplirlas, dado que no existía una idea clara de lo que era una escuela elemental, ni un sistema de ayuda adecuada en cuanto al tipo de edificios que debían construirse, así como la formación de maestros y del modo de financiación'.[Notas 7] Todos estos problemas estaban plenamente resueltos en las Escuelas Pías; particularmente se tenía ya una „idea clara de lo que era una escuela elemental. Y no sólo se tenía, sino que funcionaba ya perfectamente.

Y sigue abundando Bowen en la relativa ineficacia de las leyes: 'aun después de las normas de Gotha, parece que se avanzó muy poco en la provisión de escuelas y preparación de maestros; existe una abundante, documentación sobre la deficiente preparación de los maestros. El mejoramiento y extensión de la escolarización a nivel elemental fue un proceso más difícil que lo que suponía la entusiasta proclamación de las normas y en la Europa protestante, como en las demás partes, se desarrolló lentamente.[Notas 8]

La primera institución alemana, surgida en ambiente protestante, que ofrece a los pobres enseñanza primaria gratuita parece haber sido la promovida por August Francke (1663-1727) en Halle. En 1694 organizó en la iglesia suburbana de Glauchau, de la que era pastor, una escuela para niños pobres y desamparados, y ante el éxito conseguido abrió otra al año siguiente, separada de la anterior, por encargo de la ciudad, para niños y niñas de familias ricas, que debían pagar matrícula, y la llamó „Bürgerschule‟ (escuela municipal), 'sentando con ello la base -comenta Bowen-para una escolarización elemental sistemática para Halle, enseñando lectura y escritura básicas en alemán'. Como continuación de la „Bürgerschule‟ abrió luego una escuela de gramática latina “para los hijos de la gente acomodada”, que llamó „Pädagogium‟. En 1697, dos años después de abrir el „Pädagogium‟, estableció una escuela paralela libre para muchachos pobres “pero con talento para que pudieran abrirse paso hasta la universidad”, y finalmente, en 1709, estableció una escuela de pago para niñas, paralela al „Pädagogium‟[Notas 9]

Innegable la importancia de tales iniciativas, sobre todo por lo que a los pobres se refiere. Pero hay que notar la limitación de la gratuidad a los pobres de talento y exclusión de los demás en el Pádagogium y, sobre todo, que en las fechas en que Francke empieza su institución hacía ya un siglo que habían nacido las Escuelas Pías, que estaban ya extendidas por media Europa; hacia también unos decenios que un funcionaban en Francia las Escuelas Cristianas e igualmente desde principios del siglo XVII habían empezado a surgir congregaciones femeninas para la educación primaria y gratuita de las niñas pobres.

Todo este panorama histórico-pedagógico de la Alemania de la Reforma lo debió conocer, al menos en sus líneas generales, el alemán von Pastor cuando no dudó en escribir en su obra monumental, al referirse al nacimiento de las Escuelas Pías, que se trataba de la primera escuela pública popular gratuita de Europa.

Notas

  1. Ib., p.31.
  2. Cf. G. PELLICCIA, o.c., p.457-458.
  3. Cf. J. JANSSEN, o.c., II, p.30.
  4. Cf. J. BOWEN, o.c., III, p.39-40. En nota cita a FRIEDICH PAUSEN, „German Education: Past and Present ( 1906)‟, en versión inglesa de T. Lorenz ( 1908), de-donde ha sacado estos datos, añadiendo que las ciudades aludidas fueron: al norte, Stettin en Pomerania (1543) y Johachimstahl en Brandeburgo (1607), y al sur, Württenberg (1559), Ansbach (1582) y Coburg (1605).
  5. De los 230 chicos, se concreta la procedencia de 180, pero quedan otros 50 sin determinar. Las tres „Staatsschulen‟ establecidas en Pforta, Meisen y Grimma ¿eran „Landesschulen‟o „Klosterschulen‟? ¿Unas y otras eran mantenidas con los bienes de los monasterios expoliados o sólo.las segundas? ¿La diferencia entre „Stadtsschulen y Staatschulen‟ radica en la procedencia de fondos (municipales y estatales) o en su ubicación (en los municipios y fuera de los municipios)? ¿O todas, tanto las estatales como las municipales, se subvencionaban con los bienes públicos provenientes de los espolios monásticos?
  6. Cf. J. BOWEN, o.c., p.40.
  7. Ib., p.218.
  8. Ib., p.219.
  9. Ib., p.222-223.