GinerMaestro/Cap19/08

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19.08. Los escolapios en Florencia

El primero que pensó y dio los primeros pasos para fundar una casa de escolapios en Florencia fue el toscano (de ‘Castiglion Fiorentino’), P . Francisco Castelli, siendo Provincial de Génova.[Notas 1] En junio de1628 escribió al arzobispo, Mons. Alejandro Marzi-Medici, pidiéndole una licencia para fundar y mandándole un informe sobre la Orden, además de las Constituciones y Privilegios de la misma. Y el 15 de julio le respondía el arzobispo, manifestándole su buena disposición y reconociendo el gran provecho que recibiría la ciudad. Dice:

'Si pudiera disponer cómodamente de lugar y tuviera a la vez tanta autoridad como deseos de complacer a V. P., comprendería que la petición que me hace en su gratísima del pasado junio, está muy por debajo de lo que yo deseo hacer en favor de su Religión. Si se me presenta alguna ocasión, no dejaré de echarle mano, tanto por obligación mía como por la gran utilidad que deberían aportar Vdes. a esta ciudad, por la gran pobreza que en ella se encuentra. Quiero que quede seguro de que haré cuanto esté en mi poder para complacerle'.[Notas 2]

Pasó, no obstante, un año largo sin que se diera paso alguno. Quizá Castelli comprendió que no-era fácil desde lejos conseguir su propósito, ni convenía desplazarse él mismo todavía para desbrozar el terreno y decidió mandar a un hombre de confianza: al P. Arcángel Galletti, paisano suyo. Sin dar muchas explicaciones escribió a Calasanz diciéndole que necesitaba con urgencia, al P. Galletti, que estaba en Nápoles, y Calasanz lo reclamaba el 15 de septiembre de 1629, dándole sólo dos meses para solucionar el ‘asunto’.[Notas 3] La primera vez que habla Calasanz de la proyectada fundación en Florencia es el 22 del mismo mes, una semana exacta después de la carta anterior, y la considera imposible, precisamente porque ya existen allí las Escuelas Pías de Fiammelli. Quizá Castelli le acababa de informar sobre el plan de fundación, en el que entraba el P. Galletti, y la primera reacción de Calasanz fue contraria.[Notas 4]

La decidida actitud de Calasanz exasperó al excitable genio de Castelli, que le escribe el 20 de octubre, reiterándole 'que el asunto de Florencia va muy bien, como me escribe entre otros -dice-el arzobispo de aquella ciudad'.[Notas 5] Y empieza a lamentarse de que le haya quitado a algunos religiosos que pensaba enviar a Florencia y que le amenaza con quitarle también a Galletti: “hágame el favor -le añade de no estimar menos a Florencia que a Cárcare y aun Narni o Nursia, y mándenos de nuevo al Hº. Francisco [Michelini] y al P. Juan Bta. [Costantini] ; y luego: “por caridad, si V. P. me quiere dar consuelo, déme mayores pruebas de estimar a mi patria”.[Notas 6] Por estas fechas Galletti estaba ya en Florencia y unas tres semanas más tarde llegaban Costantini y Michelini.[Notas 7] Por último, gran matemático, estaba llamado a ser uno de los puntales del prestigioso grupo de ‘escolapios galileyanos’ de la comunidad florentina, y antes de un mes de su llegaba se había dado a conocer a Galileo y a sus amigos.[Notas 8]

El optimismo que respiraban Castelli y Galletti había hecho cambiar de actitud a Calasanz con extremada rapidez, pues no sólo manda a Florencia los religiosos que le pide Castelli, sino que en sus cartas a este último -hoy perdidas-hubo de manifestarle su plena complacencia, si ya el 3 de noviembre le escribía Castelli conmovido: 'Tenga por cierto que si antes corría yo hacia esta empresa, desde tanto tiempo deseada y encaminada, ahora que veo tanta satisfacción de su parte, volaré ‘quando, quantum, quo ei quoties’ será necesario'.[Notas 9] Y ante las instancias del P. General, dejó Castelli Génova y entró en la ciudad de los Médicis la vigilia de la Inmaculada.[Notas 10]

Desde que llegó Galletti a la ciudad, tanto él como todos los que le siguieron fueron acogidos por Fiammelli, con la fundada esperanza de que su situación de huéspedes duraría poco y podrían fácilmente conseguir los permisos necesarios para abrir sus propias escuelas, distintas-de las de la ‘Via dei Cimatori’.[Notas 11] La fundada esperanza se apoyaba en los personajes influyentes que conocían a Castelli y Galletti y en las promesas o buenas palabras que daban las máximas autoridades civiles y eclesiásticas.[Notas 12] No obstante, a pesar de tantas influencias, las cosas iban lentas, aunque la lentitud era debida sobre todo a la ausencia del Gran Duque en los últimos meses de 1629 y aunque casi todos sus ministros y cortesanos estaban ya en Florencia en vísperas de Navidad, parece ser que él pensaba pasar las fiestas en Pisa.[Notas 13] Esta lentitud, en contraste con tantas influencias proclamadas por Castelli y Galletti, hacía dudar a Calasanz del éxito de la fundación, pues el 7 de febrero de 1630 escribía a Nápoles: 'en cuanto al asunto de Florencia, está puesto a consulta y Dios sabe si resultará bien. Si no resulta, yo procuraré que venga aquí el P. Arcángel [Galletti] y luego procuraremos mandarlo de nuevo ahí'.[Notas 14]

Seguramente en Florencia estaban más esperanzados. El caso es que la convivencia de Castelli y los suyos con Fiammelli durante meses hubo de provocar forzosamente conversaciones sobre el porvenir inmediato de las Escuelas Pías de Fiammelli, dada su edad avanzada. Y hacia finales de aquel mes de febrero el bondadoso anciano tomó la decisión de dejar en manos de los escolapios su obra y su casa, incluso asegurada con las mismas subvenciones oficiales de que gozaba, y a este fin dirigió al Gran Duque Fernando II la siguiente súplica:

'Yo, Juan Francisco Fiammelli, Prefecto de las Escuelas Pías, habiendo considerado que no soy perpetuo, y que tengo ya 75 años, y que muriendo yo esta obra de caridad quedaría anulada y vana, reconociendo que esta obra pertenece (s’appartiene) a la nueva religión de Padres Pobres de la Madre de Dios de las Escuelás Pías, que por regla no pueden poseer, ni en común, ni en particular, ni en la sacristía, viviendo sólo de limosnas recogidas de puerta en puerta, los cuales enseñan el verdadero temor de Dios y letras, esto es, leer, escribir, ábaco y gramática hasta la Retórica inclusive,-todo por mera caridad y celo por la salud de las almas; por ello, me ha parecido bien pedir a dichos Padres que recurran a V.A. para que les conceda el uso de la casa de las Escuelas Pías, que yo poseo hoy y en el modo que la tengo, a fin que la ciudad de Florencia no pierda tal utilidad. Y aun yo mismo suplico a V.A. que se digne concederles esa gracia a dichos Padres, para que puedan ejercer tal instituto, siendo yo inhábil por la edad ya dicha, no apta para tanta fatiga'[Notas 15]

Adjunta a esta súplica de Fiammelli debió ir con toda probabilidad la del P. Castelli, aludida en la primera, en la que para facilitar las cosas se procura evitar roces con los religiosos de otras Órdenes, siempre celosos de sus privilegios propios y recelosos de las competencias ajenas, y propone espontáneamente -o como resultado de consultas previas-ciertas limitaciones. Pide, en efecto, 'ser recibidos en número de seis solamente y de habitar como en un hospicio secular en la Casa meramente laica, que tiene una sola y simple Capilla y Oratorio privado, donde hasta ahora ha tenido lás Escuelas Fiammelli con otros dependientes suyos, el cual, por la edad y otras razones, dice que no las puede atender más, y se contentan con aceptarla por cinco años o más o menos tiempo, a beneplácito de S. A., quedando sujetos por su número de sólo seis al Ordinario ; [los presentes Padres aprueban la cesión] antes de que se haga documento público por el P. José de la Madre de Dios, su General y Fundador en el nombre del cual el P. Francisco [Castelli] de la Purificación, uno de sus compañeros, Vasallo de V. A. y Provincial de Génova, le suplica esta u otra casa, sin pago de alquiler con las predichas condiciones'.[Notas 16]

El Gran Duque de Toscana, Fernando II, aceptó la súplica y el 20 de marzo lo comunicaba el Secretario de Estado, Andrés Cioli, con un documento que empezaba así:

'Se complace S. A. de que a dichos Padres suplicantes se les conceda la Casa que piden para ejercer las escuelas pías por cinco años, a beneplácito, óon-las condiciones y declaraciones que proponen, y que el alquiler de dicha Casa, que es de 80 escudos, se reparta en cuatro, como en el pasado

Y terminaba así:

'Y cuando llegue la aprobación y consentimiento del P. General, se haga el contrato en la Magistratura de los Oficiales de Monte con la iniervención de Diputados, y entonces se les dé posesión de dicha Casa y así se cumpla'.[Notas 17]

Ese mismo día 20 de marzo de 1630 firmaba dos cartas en Milán el ilustre Gaspar Scioppio: una para el P. Castelli y otra pafa la Archiduquesa María Magdalena de Austria, viuda de Cosme II y madre de Fernando II. Castelli, que en abril de 1629 había mandado a Milán a tres jóvenes religiosos para que aprendieran los métodos gramaticales de Scioppio, le pidió carta de recomendación para la Gran Duquesa madre y el célebre filólogo accedió, haciendo un precioso elogio de la nueva Orden y comunicando su intención de escribir al Emperador para recomendarla igualmente.[Notas 18]

La decisión del Gran Duque fue comunicada en seguida a Calasanz, quien el 30 de marzo, ante su notario de confianza, Félix de Totis,[Notas 19] daba plenas facultades al P. Castelli para actuar en su nombre y en el de la Religión. El 6 de abril, usando de tales poderes, firmaba el P. Castelli el contrato de admisión de los escolapios en Florencia ante las autoridades y diputados competentes, exigidos en la concesión del Gran Duque. Y el 8 de abril conseguía el consentimiento 'de viva voz' del arzobispo florentino.[Notas 20] Pero no todo terminaba así. Faltaba todavía la cesión personal de Fiammelli y aceptación o toma de posesión de sus escuelas por parte de los escolapios.

Con extremada delicadeza pensó Fiammelli hacer pública en toda Florencia su retirada de las Escuelas Pías, por todos conocidas, y su voluntaria cesión de las mismas a los escolapios, a quienes presentaba en pocas palabras. Por ello escribió un Edicto para ponerlo en las puertas de todas las iglesias florentinas; mas antes de mandar imprimirlo, envió el texto a Calasanz con una preciosa carta explicativa, fechada el I de abril de 1630, rogándole qué añadiera lo que quisiera, pero que no pusiera el veto a su publicación, pues 'si no está bien -decía-que los Padres prediquen su propia vida, es un deber que el mundo la sepa en seguida para mayor gloria de Dios y aun para el buen provecho de la obra, que yo honro y admiro muchísimo'. El edicto es el siguiente:

'Salud a las almas de los fieles y conversión de los infieles. Habiendo considerado Juan Francisco Fiammelli, Prefecto de las Escuelas Pías, puestas cerca de ‘Orsanmichele’, en la ‘via dei cimatori’, que es ya un anciano de 76 años, y no pudiendo más con tantas fatigas; ha llamado a los M. R. Padres de la Madre de Dios sobre las Escuelas Pías, por aprobación apostólica, el cual, con licencia de todos los Superiores, tanto seculares como eclesiásticos, e día de les entregará las escuelas para común provecho y utilidad de la patria.
La vida de éstos Padres es ésta: que viven en común, no pueden tener bienes estables ni en común, ni en particular, ni en la Sacristía, y no pueden proveerse el sustento sino día a día con limosnas recibidas de puerta en puerta, de quien quiera dársela, como hacen los RR. PP. Capuchinos. Los cuales enseñan a todos los pobres y a quienquiera que llame a su puerta: leer, escribir, ábaco, Gramática, Retórica y Matemáticas a todo los que sean aptos, etc.'[Notas 21]

No sabemos si Calasanz hizo algún retoque al Edicto de Fiammelli, ni tampoco si efectivamente se llegó a imprimir y colocar en las puertas de las iglesias florentinas. No podemos dudar, sin embargo, de que el Santo Fundador respondiera debidamente a su amigo, agradeciéndole su generosidad y los sentimientos de estima hacia su persona y su obra.[Notas 22] Pero no se ha conservado ni ésta ni otras cartas que debió de escribirle a lo largo de su vida.

Por fin, el 30 de abril firmó Fiammelli el documento definitivo de cesión de las escuelas y de la residencia adjunta a la Orden de las Escuelas Pías, en un nuevo documento en el que recogía las ideas, ya vertidas en su súplica al Gran Duque de finales de febrero y en el Edicto de primeros de abril, poniendo en presente lo que antes estaba en futuro o eran entonces todavía exigencias.[Notas 23] Al día siguiente, primero de mayo, se tuvo el acto oficial de cesión, pero como no habían llegado aún los religiosos que debían componer aquella reducida comunidad de seis, se esperó hasta el 22 del mismo mes, miércoles de Pentecostés, en que, finalmente, los escolapios se hicieron cargo de las escuelas.[Notas 24]

Al menos desde mediados de abril esperaba Calasanz la llegada a Roma del P. Castelli para que le informara personalmente del estado de la fundación florentina y designara los seis religiosos que formarían aquella comunidad. Los primeros días de mayo estaban ya nombrados y fueron llegando por grupos a la ciudad del Arno, siendo el último del P. Castelli, con título de Provincial de Toscana.[Notas 25] La primera comunidad florentina la componían, pues, el P. Castelli, Provincial y Superior provisional; el P. Jacobo Graziani, Provincial de la Próvincia Romana y profesor de Humanidades y Retórica, provisional también; el P. Juan Esteban Buraggi, profesor de gramática; el Hº. Francisco Michelini, profesor de matemáticas y escritura; el Hº. Martín Ciomei, maestro de lectura, y el Hº. Antonio Mª. Vagnuzzi, cocinero y administrador. A éstos hay que añadir al P. Galletti, que no pudiéndose superar en la comunidad el número de seis, se quedó de coadjutor en una parroquia, pero prestaba ayuda a los escolapios.[Notas 26] La fundación era ya un hecho.

Notas

  1. BERRO escribe: 'Il P. Francesco [Castelli] come nativo e nobile di Castiglione Fiorentino procuró di haver licenza dal N. V. P Fondatore e Generale mentre era Provinciale della Liguria di procurare d'introdurre le Scuole Pie in Firenze',(BERRO I p.194). El capítulo que dedica Berro a la fundación de Florencia es excesivamente breve e inexacto, comparado con lo que dedica a otras Provincias.
  2. Cf. O. TOSTI, o.c., p.35.
  3. Cf. c.1209.
  4. En carta del 22 de septiembre de 1629 al P. Cherubini, en Nápoles, escribe: 'Quanto al P. Arcangelo lGalletti] io lo faró ritornar ancor che io vi sapessi andare in persona ne basterá alcuno a rimuovermi di questa opinione et quanto all’andar a Fiorenza per trattar di aprirvi scuole q tempo perso perchq vi sono quelle del Fiammelli et li Padri Giesuiti tengono alcuni preti secolari et il titolo di scuole pie secondo che mi è stato scritto' (c.1214).
  5. EHI, p.574.
  6. Ib.
  7. EHI, p.1208.
  8. Galleti escribe a Calasanz el 7 de diciembre de 1629; 'Il fratello Francesco Michelinil si fa conoscere con il Gatilei con il Sig. Mario Guiducci e con il Sig. delle Colombe, tutti tre valent’huomini, ma il Galilei passa' (EHI, p.1212).
  9. EHI, p.580.
  10. EHI, p.594. Al día siguiente se lo comunicaba a Calasanz
  11. Galleiti escribe a Calasanz el 17 de noviembre de 1629:. 'Al Fiammelli non occorre dare altra satisfattione havendogliela data il P. Francesco [Castelli] con sei doppie: se V. P. havesse da corrispondere qualche d'una qui, sarebbe una carità grande' (EHI, p.1208). Se trata de recompensarle por la hospitalida. Y Castelli, el 15 de diciembre de 1629, escribe: 'non so come qui faremo senz’altri huomini all’aprir le scole, che sin’a capo d’anno, a mezzo gennaro almeno spero incirca che cominciaremo, se altro non nasce'. (EHI, p.601): Lógicamente se refiere a las propias escuelas y no a las de Fiammelli, que habrían empezado ya el curso con normalidad a principio de noviembre. No se habla todavía de la 'entrega' de las escuelas de Fiammelli. El 29 de enero de 1630 escribe Calasanz a Cherubini: 'se non si faranno le scuole in Fiorenza, che ancora non è risoluto il negotio lo faremo ritornar [al P. Galletti]' (c.1312). Tampoco aquí alude a las escuelas de Fiammelli, que siguen abiertas.
  12. Andres Cioli, Secretario de Estado, era paisano y amigo de Castelli (cf. L PICAÑOL, o.c., p.62; EHl, p.570); Pedro Vettori, hermano de Alejandro, que era auditor’ del Gran Duque, gran amigo de Castelli (EC, p.651-654); el Marqups Lucas de’Albizzi, inspector de las escuelas de Florencia, 'moltoamico del P. Francesco' (EHI, p.1205); 'è tutto dalla nostra [parte]' (ib., p.1206); el señor Dimurgo, secretario de la Archiduquesa madre, 'nostro Paesano', dice GaÍletti (ib., p.1211); Francesco Bonzi, 'principalissimo, che ha la nostra figliolanza [Carta de Hermandad] tempo fa' (ib., p. 1206); Nicoló d'Antella, Consejero del Gran Duque 'è tutto dalla nostra [parte], e che non manca sollecitare il negotio nostro' (ib., p.1211); el confesor de la Gan Duquesa madre era un agustino, cuyo Prior era 'mio cugino'; dice Galletti (ib., p.1207) del arzobispo ya leímos una carta muy expresiva, y el Nuncio, Alfonso Ciglioli, 'non si puó dire I'affettione che ci porta per amor del P.-Faolo [Ottonelli] e per essere stato nostro vicino in Roma' (ib., p.1210) el Cardenal de Florencia, Carlos de Medicis, hermano del Gran Duque, 'ha promesso aiutare e favorire il nostro istituto' (ib., p.1208).
  13. La última carta conservada de Galletti a Calasanz lleva fecha del 7 de diciembre de 1629 y dice: 'S. A. si trova all’Ambrogiana distante 12 miglia e di li se n’anderâ a stare per un mese a Pisa' (EHI, p. 12111). Y Castelli le escribe el 18 de diciembre de 1629: 'la tardanza della nostra speditione non proeede da altro, che dall’assenza da Fiorenza non tanto della Corte, quanto d’alcuni de Deputati, quali giornalmente s'aspettano non potendosi far senza di loro per mancarvi la maggior parte (ib., p.602). Cf. también la carta del 22 de diciembre de 1629 (ib., p.604).
  14. C.1319.
  15. Cf. O. TOSTI, o.c., p.53-54.
  16. Ib., p.54-55. Ninguna de las dos súplicas lleva fecha, pero ambas habían sido cursadas algunos días antes del 2 de marzo, pues en dicha fecha se lo comunicaba Castelli a Calasanz, y éste a Cherubini el 9 del mismo mes: 'Mi serivono da Fiorenza che si sta di giorno in giorno aspettando il decreto et pensano che si concederá di tenervi un hospitio con sei Padri solamente come mi scrive [el P. Castelli] con una sua delli 2 del presente (c. 1337).
  17. Ib., p.55-56. La paga del alquiler de locales se repartiría en cuatro partes 'com’in passato , es decir, como se había pedido y concedido en septiembre-octubre de 1618 a Fiammelli (Cf. O. TOSTI, o.c., p.28-30).
  18. Ib., p.56-58. ' in coscienza giudico -escribe a la Archiduquesa-, come fanno ancora tutti gli huomini di lettere e di giudizio, che come questa nuóva Religione e suo Istituto sarà ben conosciuto de Principi e Repubbliche, la vorranno a gara introdurre per tutto e se ne caverà maggiore utilità in pubblico e in privato di quel che puó dirsi. Io espero di trovarmi presto con la Maestá dell’Imperatore mio Signore, alla qi¡ale metteró in considerazione, che per facilitare la propafazione della fede cattolica nón si puó trovar cosa più a proposito che queste Scuole Pie, dove gli Eretici stessi concorreranno, e vi manderanno i lor figli, poichè vedranno la gran carità di questi Religiosi senz’alcuna apparenza e sospetto benchq minimo di proprio interesse (ib., p.56). De la benevolencia de 'Madama la Vecchia' (la Archiduquesa) habla Galletti (cf. EHI, p.1207).
  19. Cf. EHI, p.870, n.1.
  20. Cf. O. TOSTI, o.c., p.58; C. VILÁ, ‘Galería de escolapios 'seculares , p.295-296; F.MOROSI, ‘Memorie storiche della prima casa di Firenze’, p.255.
  21. EHI, p.1187-1188. Interesante la alusión a las ‘Matemáticas’ (además del ‘ábaco’), pues precisamente el Hº. Michelini sería el iniciador en esos primeros añós de la ‘escuela de álgebra’ para adultos, generalmente de la aristocracia, en las Escuelas Pías florentinas, y el centro del movimiento galileyano de escolapios en aquella cultísima comunidad primitiva (cf. L. PICANYOL, o.c., p.68-70).
  22. He aquí algunas expresiones de la carta de Fiammelli: 'Viva felice e preghi per me!' 'Affatichiamoci nel Signore e sequa (quello) che vuole; e caso che non ci vedessimo in terra, piaccia all’Altissimo che ci riveghiamb in Paradiso, sebene io non ne sono degno.' 'Zelus Religionis tuae comedit me, etc.'
  23. Así termina el documento en versión latina del P. Bartlik, pues el original italiano se ha perdido, al parecer: ' propterea videbatur mihi conveniens, praefatos religiosos exorare, ut ad Suam Serenitatem recurrentes pro continuatione hujus boni operis jus plenamque auctoritatem obtineant, ne urbs nostra tanti boni operis fructu, ac merito defraudetur. Cum proinde iam dicto jure gaudeant, et €ego, ut praemissi, per aetatem ad hoc munus inhabilis videar ac inveniar; hoc ipsum ius Scholarum Piarum Florentinarum et hospitii libenter iisdem cedo ac defero. Die 30 mensis aprilis 1630. Joannes Franciscus Fiammelli ut supra (BARLIK, ‘Annales’: EphCal 5 [I941] 134-135). Curiosamente, ni Vilá, ni Morosi, ni Tosti en sus estudios sobre el tema, citados anteriormente, conocen este último documento de Fiammelli, que publicó también en castellano Bau (cf. BAU, EC, p.592, y BAU, RV, p.181) Después-de citar por segunda vez, y como si fuera distinta la súplica de Fiammelli al Gran Duque, advierte Vilá, lógicamente: 'El lector habrá podido observar que este documento reproduce casi los mismos conceptos que el edicto y que en realidad no da el traspaso de la casa a los escolapios' (C. VILÁ, o.c., p.296). Por su parte, Tosti corta su narración después de comentar el Edicto, sin aludir a la cesión efectiva, realizada con este último documento.
  24. Cf. F. MORONIsr, o.c., p.256.
  25. El 20 de abril de 1630 escribe Calasanz: 'Qui aspettiamo il F. Francesco (Castelli) che ci rifferisca le cose di Fiorenza acció possiamo risolvere chi sarà più a propósito per andarvi in questi principi'. (c.1366) Otras alusiones en c.1373 y 1380 (cf. O. TOSTI o.c. p.49-50). Morandi en su ‘Narratione’ anota las salidas desde Roma, que empezaron el 5 de mayo (cf. o.c., p.22-23), de quien discrepan las ‘Memorias’ citadas por Morosi (o.c. p.257). En carta del 13 de abril de 1630 ya habla Calasanz del 'Provinciale di Fiorenza, quale ‘adesso’ si trattarâ del modo di fondarvi l’opera . (c.1361) Y probablemente en esas conversaciones se hablaría de la anexión del Colegio de Fanano a la naciente Provincia Toscana, para que no constara solamente de una casa.
  26. Cf. BARTLIK, ‘Annales’: EphCal 5 (1941) 135; F. MOROSI, o.c. P.257