GinerMaestro/Cap22/01

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22.01. La institución de los Clérigos Operarios

Vimos ya anteriormente que en la primera Congregación o Capítulo General de 1627 se instituyeron los Clérigos Operarios. Estrictamente hablando, no se creaba una tercera clase o tercer estado intermedio, sino que se mantenía la denominación canónica vigente, que desconocía el término de clases y hablaba sólo de ‘estado clerical’ y ‘estado de conversos’.[Notas 1] Los Clérigos Operarios seguían perteneciendo a este último estado, con todas sus obligaciones, a las que se añadía la concesión de llevar bonete a quienes daban clase a los niños. La disposición capitular decía:

'En cuanto a llevar bonete clerical los Hermanos Operarios, se concede a todos los que sean hábiles para recibir la primera tonsura, que serán llamados en adelante Clérigos Operarios, los cuales no podrán pretender emplearse en otra clase de escuelas sino en las de leer, escribir y contar, y sólo aquellos que sean juzgados aptos por los Padres Provinciales. Si alguno de estos Clérigos Operarios rehusare notoriamente o con escándalo hacer las tareas temporales [domésticas], impuestas por la obediencia, quedará privado ipso facto de esta concesión'.[Notas 2]

Esta disposición no hizo más que confirmar oficialmente la novedad introducida en la Provincia de Liguria unos meses antes, de permitir llevar bonete clerical a los Hermanos que daban clase sin ser clérigos.[Notas 3] No obstante, quizá hubo protestas o escrúpulos por concederse bonete clerical a quienes no eran canónicamente clérigos. Por lo que se decidió, de acuerdo con las condiciones jurídicas exigidas, que todos los aptos para la tonsura la recibieran de hecho, de modo que jurídicamente pudieran llevar bonete por ser clérigos.[Notas 4]

A pesar de la tonsura y el bonete no eran clérigos como los demás, pues no podían aspirar a recibir ni las órdenes menores ni las mayores, sino quedarse establemente en la condición de tonsurados[Notas 5] . Según el Concilio de Trento, para recibir la tonsura no parece que era necesario tener propósito de ascender hasta el sacerdocio, como expresamente exige el Derecho Canónico vigente desde 1917 al menos.[Notas 6] No era, pues, una situación canónicamente anormal, aunque siguieran perteneciendo al 'estado de conversos'. De aquí que, para distinguirlos de los clérigos que aspiraban al sacerdocio, se les llamara “clérigos operarios” o “clérigos menores”, en contraste con los “simples clérigos”, “clérigos absolutos”, “clérigos verdaderos”.[Notas 7]

Aunque canónicamente no se creara un 'tercer estado' o “tercera clase”, prácticamente se estableció una nueva especie de “conversos” o Hermanos, que tenían como tarea específica la enseñanza primaria, limitada a escuelas de leer, escribir y contar, con prohibición no sólo de enseñar, sino también de aprender gramática y latines, con lo que implícitamente se les cerraba la posibilidad de aspirar al sacerdocio.[Notas 8] La enseñanza superior quedaba en manos de los “clérigos absolutos” y de los sacerdotes.

Los cabos parecían quedar bien atados, pues no sólo se cortaban las aspiraciones de llegar al sacerdocio o subir a la enseñanza superior, sino también se reservaba a la prudencia de los Provinciales la selección o promoción de los Hermanos, considerados aptos para la tonsura, sin obligación de atender las pretensiones de nadie. Pero el sistema falló por no respetarse esas limitaciones.

Las razones que movieron a Calasanz y a sus Asistentes a conceder bonete y tonsura a algunos Hermanos Operarios fueron ciertamente plausibles y sólidamente fundadas. En primer lugar, desde la institución de las Escuelas Pías en Santa Dorotea, habían sido admitidos para maestros tanto los sacerdotes como los seglares (laicos).Y paralelamente, desde la fundación de la Congregación Paulina de las Escuelas Pías, habían continuado atendiendo a las escuelas tanto los clérigos y sacerdotes como los Hermanos Operarios (laicos) aptos para ello. Es decir, que era ya una tradición institucionalizada la participación y colaboración en el ministerio específico de la Orden, de los clérigos, Padres y Hermanos, sin distinción de 'clases'. Más todavía: las escuelas primarias de leer, escribir y contar habían sido desde un principio prácticamente feudo exclusivo de los Hermanos.[Notas 9] Y era precisamente este campo el que quedaba ahora reservado a los Clérigos Operarios.

Esta 'unidad de ministerio' quedaba ratificada institucionalmente por la fórmula de profesión que era común para todos, con la única diferencia de que para los Hermanos era en lengua vernácula y para los clérigos o sacerdotes era en latín. Pero todos emitían el cuarto voto “de enseñanza” en términos idénticos.[Notas 10] Con el tiempo, sin embargo, se fueron acentuando ciertas diferencias entre clérigos y Hermanos Operarios, exasperando el ánimo de estos últimos, que se sentían menospreciados tanto por los clérigos como por los alumnos, por lo que Calasanz y sus Asistentes determinaron dignificar la condición de los denostados ‘Hermanos maestros’ concediéndoles la tonsura y el bonete. Véase uno de los varios memoriales escritos por el P. Castelli explicando y justificando esta decisión conjunta de la Congregación General de 1627:

'Después de algún tiempo empezaron a inquietarse los Hermanos Operarios, al ser maltratados por los clérigos, como si fueran legos,[Notas 11] Y poco respetados en la escuela por los alumnos al no ver en sus cabezas el bonete, como en los clérigos. Por ello, el General, no sólo para consolarles y animarles a llevar el peso de las escuelas inferiores siempre aborrecidas por los clérigos y en peligro de que las abandonaran, sino para mayor decoro de las escuelas mismas y para facilitar a dichos clérigos una mejor dedicación a los estudios y escuelas superiores, deliberó en la primera Congregación de dichos Padres dar a los Hermanos Operarios, aptos para tales escuelas, el bonete clerical con la tonsura y título de Clérigos, pero operarios, a diferencia de los verdaderos clérigos'.[Notas 12]

Esta actitud de promoción, respeto, defensa y sincero amor fraterno por los Hermanos -tanto Clérigos Operarios como simples legos- era compartida por Calasanz y sus Asistentes, particularmente Castelli, y, fieles a estos sentimientos, serán ellos los más firmes defensores de los Hermanos en la penosa contienda que vamos a exponer. No hay que olvidar, empero, que en aquellos tiempos -y en otros muchos- el estamento social y cultural del que procedían los 'conversos' en 1todas las Religiones era generalmente humilde y pobre. Lo cual daba pie para que fueran tratados de mala manera y aun despreciados. Contra esta mentalidad reaccionaba Calasanz, queriendo elevar la condición humana y religiosa de sus Hermanos, tanto si los dedicaba a la enseñanza como si los mantenía en faenas de servicio y administración doméstica. En un memorial dirigido al cardenal Cesarini en 1641 así se expresaban Calasanz y sus Asistentes:

'… en cuanto al nombre de laicos [legos], con toda sencillez y verdad afirman los suplicantes a V. E. no haber pensado nunca en vestir laicos [legos] en su Religión, sino Hermanos religiosos, de los cuales unos fueran sus coadjutores en la administración de las cosas temporales y domésticas, y otros en el ejercicio de las -escuelas según el talento y habilidad de cada uno. Pero todos pensaron aceptarlos como hermanos y compañeros, no como servidores y esclavos. Por ello procuraron en lo posible que fueran en todo semejantes a los sacerdotes y clérigos, sabiendo muy bien que con esta uniformidad se conserva y aumenta en las religiones la concordia; la unión y la caridad fraterna.'[Notas 13]

Si por una parte procuraban, pues, elevar a los Hermanos al nivel de los clérigos y sacerdotes, sobre todo haciéndoles partícipes del mismo ministerio, no olvidaba por otra el Santo Fundador insistir a los clérigos y sacerdotes en que prestaran los servicios domésticos, propios de los Hermanos, recomendando a los Superiores que dieran ejemplo a sus súbditos.[Notas 14] Y él mismo no se desdeña en confesar: 'en cuanto a lavar platos, no sólo lo he hecho yo, que no trabajo menos que los que hacen escuela, sino que he salido a mendigar el pan con alforja al hombro por las calles de Roma y salgo a acompañar a los niños y estoy siempre dispuesto a hacerlo'.[Notas 15] El P. Berro recuerda las graves consecuencias de una de tales salidas del Fundador, pues habiéndole cogido la lluvia llegó a casa chorreando, cargado con las alforjas, y le vino una pulmonía tan grave que poco le faltó para que se fuera al otro mundo. Antes de narrar el caso, lo prepara Berro con este conciso párrafo:

'Además de ser el primero en todas las cosas domésticas, no ahorraba fatiga o tarea por vil que fuera, como barrer el patio y las escaleras, llevar cargas de leña u otras cosas a la cocina, limpiar las vasijas de los enfermos, dar de comer al borriquillo, limpiarle el establo y aun almohazarlo en público… Además de todo eso y aun otras cosas que asombraban a quien las conocía, y acompañar con harta frecuencia a sus casas a los alumnos, algunas veces se echaba las alforjas al hombro y se iba con el encargado a mendigar el pan'.[Notas 16]

Ni faltan testimonios de que no sólo el Santo Fundador, sino también otros sacerdotes y clérigos solían realizar tareas domésticas, reservadas generalmente a los Hermanos legos.[Notas 17] No cabe duda, pues, que la concesión de bonete y tonsura a los Hermanos y la institución de los Clérigos Operarios eran un medio más para limar asperezas, evitar disensiones y crear un ambiente de mayor unión fraterna entre los religiosos, especialmente entre los que llevaban el peso de las escuelas.[Notas 18]

Notas

  1. Cf. R. MARTÍN, ‘Tercera clase de religiosos en la Orden de las Escuelas Pias’; AnCal 5 (1961) 49, n.32; n.68, n.850. El P. Casani, en su ‘Pussilli Gregis Idea’, sí que habla de ‘tres estados o grados’ (cf. Archivum 3 [1978] 91). Pero ni el Capítulo General de 1627 ni en otros documentos se usa ese término. Más todavía, en documento de 1636, dirigido al cardenal Cesarini, dice expresamente Calasanz: 'Alla prima causa, ch’è la supposta introduttione di terza specie de religiosi, si risponde… che per la denominatione fatta di Chierici Operari in qualsivoglia scrittura, e luogo, e modo e tempo, non si è mai inteso, (ne meno)ne meno s’intende d’introduire nella Religione áltra specie di religiosi, oltre i specificati nelle nostre Costitutioni' (EGC X, p.246).
  2. Cf. PosCas, p.564.
  3. C.649.
  4. Con fecha del 7 de enero de 1628 escribe Calasanz: 'Quanto al portar la berretta li fratelli, mi pare conveniente che tutti quelli che sono atti a pigliar la prima tonsura la piglino e portino la berretta e si dicano Chierici minori, cioé che non possono ordinarsi di piü che:di prima tonsura, ne studiar -Grammatica e cosi il nome de Chierici sará conveniente al nome di Chierici Poveri della Madre di Dio, e si é cosi introdotto in Genova et in Napoli' (c-762). En otro documento de la época se lee: 'Decretò, che tutti quelli di loro, che fossero atti a prendere la prima tonsura, la prendessero acció ‘giurídicamente’ potessero portare la berretta e tonsura clericale' (cit. en R. MARTÍN, o.c., p.48, n.26). No fue, sin embargo, una prescripción absoluta, como puede verse en este documento de 1641 en que se habla de quienes llevaban bonete y aun coronilla sin estar canónicamente tonsurados: '… (los que profesaron el cuarto voto) si chiamino e siano chierici operarii e ritenghino l’uso della berretta, posseduto da essi molti anni in pacifico possesso. Non usino però la chierica, se non quelli ch’hanno di già la prima tonsura o quattro ordini minori…' (EGC X, p.307). Cf. ib., p.309.
  5. C.649, 726, 762.
  6. R. MARTÍN, o.c., p.48, n.30
  7. C.762,1819, 2005; R. MARTÍN, o.c., p.51, n.36.
  8. 'Non voglio che studino lattini ma si contentino col titolo et berretta di chierici', escribía Calasanz el -13 de noviembre de 1627 (c.726).Incluso prohibe severamente que les enseñen: 'Faccia intendere a tutti che nissun de fratelli studii grammatica et che nissun gliela insegni in virtù di Santa Obedienza' (c.2495, fecha del 12 de enero de 1636). Un año más tarde exige permiso escrito del P. General para enseñarles o estudiar gramática (EGC X, c.26931)
  9. En un memorial de 1641, Calasanz y sus Asistentes afirmaban: 'le scuole del leggere, scrivere e abbaco… essendo tutte in mano di simili fratelli, come sono state sempre fino da principio della Religione' (EGC X, p.309).
  10. '… voveo… summam paupertatem, castitatem et obedientiam, et iuxta eam peculiarem curam circa puerorum eruditionem' (CC, n.31).
  11. En otro memorial de Castelli, el insulto es más explícito al llamarles 'legos ignorantes', aun siendo maestros (EC, p.660). En italiano (y en latín) laico significa laico y lego.
  12. EC, p.2826. Otra versión en ib., p.656. Otros memoriales con las mismas explicaciones en ib., p.659-660, 662, 2821.En el texto citado dice Castelli que 'el General… deliberó en la primera Congregación d-e dichos Padres…' Pero no es exacto, pues la decisión fue tomada capitularmente, como aclara el mismo Castelli en otro documento paralelo, titulado ‘Difesa del governo del Fondatore e Compagni delle Scuole Pie’, en que dice: 'onde ben potè ‘il detto governo’ ex causis sibi bene visis concedere, dette cose' (EC, p.659). Asimismo, se lee en otro memorial parecido: 'Onde… ben potè il Generale fondatore con alcuni PP. suoi compagni… ordinar nella lor prima Congregatione…' (ib., p.662).
  13. EGC X, p.309.
  14. Al P. Cherubini le aconseja no sólo servir en el comedor, sino también barrer a veces alguna clase para que los demás maestros sigan su ejemplo (cf. c.1167).
  15. C.2757.
  16. BERRO I, p.145-146.
  17. Berro recuerda anécdotas de cuando él mismo, siendo clérigo, hacía de portero en San Pantaleón (cf. ib., p.149-153). En un documento referente a los problemas de los clérigos operarios se lee: 'Hanno fatto anco alcune fontioni locali (laicali?), come hanno fatto i detti presenti Chierici e Sacerdoti et I’istesso Ministro della casa, che ha fatto da doi anni incirca il refettorio, et altri Sacerdoti, et particolarmente il P. Pellegrino (Tencani) Assistente mentre visse fece la cucina incirca a tre anni, (EC, p.2229, n.8)
  18. Véanse más textos cit, en R. MARTIN, o.c., p.51, n.36