GinerMaestro/EPILOGO

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EPILOGO OBLIGADO

A principios del Año Santo de 1650 se introdujo el Proceso de ‘non cultu’, y se llevó a cabo en un mes. Era el primer paso firme en el largo camino de la Beatificación del Siervo de Dios. Y a mediados de abril de 1651 prestaron juramento los primeros testigos del Proceso Informativo Ordinario, cuya última sesión se tuvo en octubre de 1653. Ambos procesos se celebraron durante el pontificado de Inocencio X y -naturalmente- con su consentimiento. Pero fue inconmovible en la cuestión de restablecer la Orden. Murió en enero de 1655.

En marzo le sucedió Alejandro VII, quien a fines de enero del año siguiente,1656 -después de las deliberaciones de una Comisión Pontificia especial-, firmó un breve por el que las Escuelas Pías eran reconocidas de nuevo como Congregación de votos simples, tal como la había creado Pablo V. A raíz de estas decisiones pontificias y sus trámites preliminares, Mons. Albizzi -creado cardenal en marzo de 1654 por Inocencio X- tuvo ocasión de confesar personalmente a los PP. Berro, Caputi y Morelli: 'Padres míos, yo fui engañado'. Y también: 'Si la importunidad de algunos no hubiera puesto a prueba mi reputación, el Breve de Inocencio X no hubiera salido nunca'.[Notas 1] Era una especie de autoacusación de que había sacrificado la supervivencia de la Orden de las Escuelas Pías y el honor de su Fundador a su propio prestigio y orgullo personal, además de haber sido engañado.

Murió Alejandro VII y le sucedió Clemente IX en junio de 1667. En octubre del mismo año daba el nuevo Papa su consentimiento para que pudiera incoarse el Proceso Apostólico de Beatificación del P. José, una vez concluida positivamente su primera fase del Proceso Ordinario. Y el 23 de octubre de 1669, después de haber reexaminado a fondo toda la cuestión una especial Comisión Pontificia y haber dado también su veredicto positivo la Sagrada Congregación de Obispos y Regulares, firmó Clemente IX el Breve que restablecía las Escuelas Pías a su antiguo rango de Orden de votos solemnes con todos sus privilegios, con que se cumplían las proféticas esperanzas del Fundador.

El Proceso de Beatificación siguió lentamente su curso y en 1704 se incorporó como ayudante de los abogados defensores el joven Abogado Consistorial Próspero Lambertini; en 1708 fue nombrado Vicepromotor de la Fe y en 1712 Promotor de la Fe o' 'Abogado del Diablo', desentrañando por oficio las enormes dificultades que encerraba la causa de un hombre acusado de desobediencia a la Santa Sede y suspendido por el papa de sus funciones de gobierno, además de quedar reducida su Orden a simple Congregación secular. Pero a la vez que afilaba sus armas como acusador, el gran Lambertini se desvivió por encontrar solución a sus propias acusaciones, quedando prendado de admiración y amor profundo por el Siervo de Dios. En abril de 1728 dejó el oficio de Promotor de la Fe al recibir la púrpura cardenalicia y dio su 'voto' extraordinariamente laudatorio a favor de la heroicidad de las virtudes del P. José, declaradas solemnemente por Benedicto XIII en septiembre de aquel año.

En 1740 era elegido Papa el cardenal Lambertini con el nombre de Benedicto XIV y con inmensa satisfacción propia celebró la Beatificación de José de Calasanz el 18 de agosto de 1748 en la Basílica Vaticana. El 25 del mismo mes se cumplía exactamente el centenario de la muerte del nuevo Beato y empezaba en la iglesia de San Pantaleón el solemne triduo para celebrarlo. Y aquella tarde, siguiendo la ‘Via Papalis’ por donde un día pasó Calasanz cautivo hacia el Santo Oficio, llegó el papa Benedicto XIV para postrarse reverente ante el sepulcro del Beato José de Calasanz.[Notas 2]

Finalmente, el 16 de julio de 1767 Clemente XIII le inscribió en el catálogo de los Santos. Aquella noche se iluminaron con las típicas antorchas la cúpula, fachada y columnata de San Pedro. Era la apoteosis final, la glorificación definitiva.

Al conmemorarse el tercer Centenario de su muerte y segundo de su Beatificación, en 1948, Pío XII proclamó a San José de Calasanz Celestial Patrono ante Dios de todas las Escuelas Populares Cristianas del mundo.

Notas

  1. BERRO III, p. 14; CAPUTI, ‘Not. Hist’,, vol. II, parte lV , f .7 4
  2. Véase nuestro estudio exhaustivo sobre el tema: ‘El proceso de Beatificación de San José de Calasanz’