Giovanni García del Castillo

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Manuscrito del P. J. García


Aviso de contenido

Este texto es el original publicado en su día en el DENES. No se ha hecho sobre él ninguna rectificación. Su contenido, pues, puede no reflejar la realidad actual

Procedencia

Demarcación Romana

Cualidades

Colaborador de Calasanz. General de la Orden.

Fechas

Lugar del Soto (Segovia) 1585, Roma 16-2-1659

Biografía

A los quince años se fue a Roma y hacia 1603 aparece como alumno del P. Gaspar Dragonetti en las Escuelas Pías del palacio Vestri. Vivió luego unos años en la pía comunidad dirigida por el problemático sacerdote portugués Francisco Méndez, en cuyo círculo estrechó amistad con Glicerio Landriani, quien al entrar en las Escuelas Pías arrastró consigo al amigo. Se ordenó sacerdote en 1623 y hasta 1634 no hizo sus votos solemnes, a pesar de las instancias de Calasanz, que sintió siempre por él mucha estima. No era hombre de gobierno por su carácter manso, callado y sumamente indeciso. Pero, no obstante, el Fundador le nombró Rector de Frascati (1626-1631) y Asistente General (1632-1643), sin ser todavía canónicamente escolapio. Fue luego Provincial Romano (1640-1641), Rector de San Pantaleón (1647-1649) (1651-1656) y General de la Orden (l656-1659). Su presencia pasa casi desapercibida en sus funciones de gobierno. Como rector de San Pantaleón y como General dejó simplemente obrar a los que llevaban entre manos las dos máximas cuestiones de la Orden, a saber, el Proceso de Beatificación de Calasanz y la restauración de la Orden, casi anulada por Inocencio X. En el proceso no quiso ser testigo, a pesar de ser uno de los más calificados, seguramente por escrúpulos de haber sido confesor de Calasanz. Ni intervino tampoco en el otro asunto, aunque hubiera sido valiosísima su colaboración por ser confesor de la omnipotente cuñada del Papa, Doña Olimpia Maidalchini. Hizo valer, no obstante, sus dotes de mansedumbre, bondad y espíritu conciliador en la comunidad de San Pantaleón, en la que no todos eran partidarios de la Beatificación del Fundador, ni del restablecimiento del Instituto a Orden de Votos Solemnes, además de las inquietudes que perduraron muchos años como resabios de la fatídica visita apostólica de Pietrasanta. Después de la parcial restauración de la Orden (l656) fue elegido como primer sucesor del Fundador en el Generalato, más por veneración a su persona, que por sus dotes de gobierno, y no fue fácil su actuación en aquel período, en que habían surgido nuevos problemas de acomodación al nuevo estado de cosas. Tanto en el nombramiento de Superiores como en todos los demás asuntos encontró una oposición sistemática por parte de sus dos Asistentes, PP. Scassellati y Fedele, que no sólo abusaron de sus prerrogativas, sino que concebían la restauración de modo muy diverso al del P. García. Y fue mérito de este último el haber conseguido mantener la observancia regular y la mentalidad genuina del Fundador. Por sus reconocidas virtudes, su auténtico espíritu religioso y su santidad fue siempre considerado como uno de los Venerables varones de la Escuela Pía, aunque nunca se diera un paso para promover su Causa de Beatificación.

Obras

  • Cartas: S 5, 1216-1222 y S 6, 1487-1494.

Bibliografía

Redactor(es)

  • Severino Giner, en 1983, artículo original del DENES II