Godelleta (ES) Casa de formación y finca rústica Masía del Pilar
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Datos
Demarcación Valencia
(ca. 1770-1958)
Historia
Los terrenos de la Masía del Pilar (en la Godelleta, provincia de Valencia) fueron en principio una donación del arzobispo Mayoral y sobre todo de su sucesor, Fabián y Fuero, dotando con sus rentas las becas del seminario Andresiano del colegio de San Joaquín de Valencia. En 1774 la administración de estas becas contaba con una casa-masía y más de 70 cahizadas de tierra en las partidas de Mira-Valencia y Altico de Paredes para llegar, en 1791, a 180. Durante el siglo XIX se ampliaron los terrenos hasta lograr, a principios del XX, 300 hanegadas de labranza con dos tercios de secano y uno de regadío y 2.000 de tierra campa y pinares. Sus caldos se vendían al detalle en el colegio de San Joaquín. Con sus productos se mantuvo, en gran parte, este colegio, mientras los alumnos fueron gratuitos y los internos, en su mayoría becarios. Era también la finca de recreo del Andresiano y de los escolapios valencianos. El prestigio alcanzado por la masía y sus productos durante el primer cuarto del siglo XX se debió al buen hacer del H. Francisco Alegre, aunque la situación laboral obligó a vender parte de la mejor tierra de la finca. En 1904, al cerrarse al juniorato de Tarrasa, se abrió en ella el segundo juniorato (teología) para la Provincia valenciana; se clausuró al finalizar el curso 1929-1930, al haberse abierto el juniorato interprovincial de Albelda. En 1905 se inauguró la capilla. De 1913-1958 estuvo también allí el postulado valenciano y el noviciado en 1940- 1953.
La guerra civil (1936-1939) se cobró tres víctimas de su comunidad: una ciertamente sangrienta, el P. Jesús Beltrán y dos desaparecidos, los hermanos F. Alegre y F. Abad. La finca fue recuperada y ocupada después de la guerra el 20-4-1939. Hubo que reconstruir la capilla. Él edificio de las colonias escolares quedó semiderruido por lo que en el trienio 1949-1952 fue derribado.
La salida de la masía de los novicios y la inoperancia para el siglo XX de las teorías fisiocráticas que la habían levantado en el XVIII y acrecentado en el XIX, obligaron a su venta en 1958. Esta casa fue siempre filial del colegio de San Joaquín. No tuvo, pues, rectores propios, sino presidentes, ni dispuso de independencia jurídica ni económica alguna. Pero por ella han pasado todos los escolapios valencianos de una forma u otra, desde el último tercio del siglo XVIII hasta la mitad del XX. Además, mediante sus productos, el colegio de San Joaquín ha mantenido, a sus casi exclusivas expensas, el juniorato, postulando y noviciado. Allí escribió J. Esteve sus más famosas cartas Circulares y C. Rabaza su Historia de las Escuelas Pías en España.
Superiores
Ver: VALENCIA: Colegio San Joaquín.
Bibliografía
- VARIOS: Escolapios víctimas de la persecución religiosa en España, 1936-1939, Salamanca, 1963-1966, IV, 111-116
- Piedad y Letras 198 (16-9-1905) 687
- Ephemerides Calasanctianae XXI, 125.
Redactor(es)
- Vicente Faubell, en 1990, artículo original del DENES I