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Reglamento y actividades de los Lauretanos

Los días ordinarios se levantarán a la hora quinta del cuadrante y se vestirán, peinarán y lavarán en silencio y con modestia. Así arreglados, inmediatamente irán a hacer la oración de la mañana ante la imagen de la Santa Virgen. Terminada la oración, irán a estudiar en sumo silencio hasta el toque a clase. Una vez oído el toque, dirán sus lecciones bien en casa del preceptor, bien en las escuelas con los decuriones. Después irán a Loreto, y asistirán a misa, con modestia y atención, cumpliendo su deber de cantar en la misa coral de manera devota y correcta. Vueltos a la escuela, practicarán el canto hasta la hora de la comida, que será siempre precedida de la oración acostumbrada y seguida de la acción de gracias a cargo del hebdomadario, el cual leerá mientras comen una parte notable de las Vidas de los Santos, y todos procurarán observar gran modestia en la mesa. Terminada la comida, tendrán recreo y practicarán algún juego honesto, teniendo cuidado con evitar todo tipo de rivalidad que los divida. Después del recreo recitarán de rodillas ante la imagen de la Santa Virgen las letanías lauretanas, después de las cuales se pondrán de pie y recitarán devotamente a dos coros los 5 salmos establecidos en honor de su Santísimo Nombre. Una vez terminados, de rodillas dirán el himno Veni Sancte Spiritus, y después Sub tuum praesidium. Terminadas las oraciones, irán a estudiar hasta la hora de clase. Terminadas las clases, irán a Loreto y cantarán las letanías y la antífona que corresponda al tiempo. Volverán de nuevo a estudiar hasta la hora de la cena, que será precedida de la bendición y una lectura sagrada mientras comen. Después de la cena tendrán una hora de recreo, y luego la oración de la noche con examen de conciencia, y finalmente irán a acostarse, en silencio y modestia, y ya no podrán hablar más.

Los domingos y días de fiesta se levantarán a la hora sexta. Una vez arreglados y vestidos, recitarán devotamente el Oficio de la Santa Virgen hasta la hora de ir a Loreto. Vueltos de allí, se reunirán en el oratorio y escucharán la exhortación ordinaria. Una vez terminada, cantarán en la iglesia, a lo cual seguirá la comida. Terminada esta tendrán recreo hasta la hora duodécima, y entonces dirán la coronilla como se ha indicado más arriba. Estudiarán el catecismo de la doctrina cristiana, y después del catecismo dirán las vísperas y completas del oficio de la Santa Virgen. Una vez terminado esto, y pidiendo permiso, podrán entretenerse con algún juego honesto hasta la hora de ir a Loreto. Vueltos de allí continuarán con su estudio de la manera acostumbrada.

En los días de recreo, después que vuelvan por la mañana de Loreto, para emplear de manera provechosa el tiempo, podrán dedicarse a la música, cada cual según su capacidad, y practicar lo que han estudiado de música durante la semana, según ordene el prefecto o el preceptor. Los que no se dediquen a este ejercicio, podrán practicar la escritura. Por la mañana no podrán dedicarse a jugar. Por la tarde, después de decir la Coronilla y si lo permite el tiempo, después de pedir permiso al prefecto podrán ir de paseo, siempre acompañados por el preceptor que los vigilará atentamente, para que no hagan nada en contra de las buenas costumbres, y con él volverán a la hora en que deberán decir las letanías en Loreto.

Siempre respetarán al preceptor sin obstinación ni oposición. Es deber suyo, que se esforzará en satisfacer con toda diligencia, el ofrecer buen ejemplo y una vida íntegra. Además, procurará que se lleven a cabo correctamente todas las oraciones y actividades. Les enseñará cuidadosamente el canto, así como las letras y las buenas costumbres. Acudirá a los cantos en Loreto, cuidando que no hagan nada incorrecto. No salga sin permiso del prefecto, y no permita entrar a otros estudiantes en el seminario, ni permita fácilmente que los niños hagan visitas fuera sin permiso del prefecto.

El criado ocúpese cuidadosamente de eliminar todo tipo de suciedad, tanto en la sala de estudio como en el dormitorio. Debe barrer todos los días la sala de estudio, y el dormitorio al menos dos veces a la semana. Llevará agua de la fuente para lavarse, y hará las camas correctamente. Por la mañana oirá misa con los estudiantes, y cuando estos estén en Loreto o en la escuela, custodiará diligentemente el seminario, o lo cerrará si están en clase. Preparará adecuadamente todo lo que hace falta en la mesa, pidiendo lo necesario a los oficiales del colegio, y no salga sin permiso del prefecto.

Está totalmente prohibida la entrada de mujeres. Si vienen las lavanderas, el criado les sacará la ropa sucia.

Notas