León (ES) Casa de estudios y formación San Marcos

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Mapa de la demarcación

Datos

Demarcación Vicaría General de España

(1879-1888)

Fundación y cierre.

La Vicaría general puso su atención en el monasterio de Irache para establecer en él una casa central de estudios. Fue cedida por real orden del 26-10- 1877 a las Escuelas Pías, pero se encontraba habitado por los soldados de las tropas carlistas que habían tomado parte en la batalla de Estella y Montejurra, por lo que no pudo ser ocupado inmediatamente. El P. Vicario solicitó al ministro de Fomento que mientras durara tal situación se cediera el edificio de San Marcos de León con todas sus dependencias (19-12-1878); se esgrimieron dos razones: la apremiante necesidad de formar convenientemente a los futuros maestros escolapios y la escasez de recursos de la Orden para levantar un edificio propio. El 30-1-1879 se firmaba la real orden por la que se cedía en usufructo a los escolapios el exconvento de S. Marcos de León. Se tomó posesión el 25 de marzo siguiente, emprendiendo las obras de acondicionamiento; el 24 de septiembre se inauguraba el curso. Iba a ser una casa central, interprovincial, mezcla de seminario, escuela normal y universidad científico-literaria, institución que el Capítulo general de 1875 había encomendado solucionar al P. Vicario: los jóvenes profesos de todas las Provincias cursarían formación común en conocimientos y actitudes.

En 1888 se abandonó el edificio. Se citan como causas las deficiencias del edificio y el crudo clima por el frío y la humedad del río Bernesga; sin embargo, la razón fundamental fue la real orden de 17-6-1888 que precipitó acontecimientos; el ayuntamiento leonés reclamaba la propiedad y el beneficio del inmueble y el decreto de 1879 había sido derogado por el ministerio de Hacienda. Toda la actividad docente y formativa fue trasladada al monasterio de San Pedro de Cárdena, con el personal y los materiales y libros. En Cárdena se iba a continuar la labor con la única diferencia de que en este nuevo centro no se impartirían los estudios del primer periodo, relegados a Irache desde 1888.

Formación.

La preocupación por inculcar un tipo de formación capaz, y homogénea llevó a redactar un nuevo plan de estudios específico, que fue expuesto a la Congregación general y a los PP. Provinciales en Madrid (10-12-1879). Similar al que se cursaría en Irache, Cárdena o Tarrasa, abarcaba un conjunto de enseñanzas divididas en dos periodos; el primero de seis cursos con asignaturas principales, otras de adorno y algunas conferencias bisemanales completaban un cuadro de contenidos compuesto básicamente por el programa oficial de segunda enseñanza; el segundo de diez cursos, simultaneaba la carrera eclesiástica con estudios particulares correspondientes a ciencias o letras e, incluso, con clases de adorno y conferencias bisemanales. Los cursos eran semestrales, comenzando en septiembre y en marzo; al final de los cuales los alumnos se debían examinar ante tribunal compuesto por el profesor de la asignatura y otros dos de materias afines. De las asignaturas principales había clase diaria, excepto los días de vacación, de hora y media y a su preparación o estudio los alumnos dedicaban dos horas más. De las asignaturas accesorias había dos lecciones semanales, salvo los domingos o jueves y días festivos, a cuya preparación se dedicaba el estudio del día anterior o del mismo día. A las asignaturas de adorno, con clase diaria salvo domingos, jueves y festivos, que duraba hora y media, no se le dedicaba preparación alguna. Según el reglamento de organización interna, además del tiempo de descanso, comidas, oración y recreo necesario e higiénico, los jóvenes dedicaban unas trece horas diarias a las tareas literarias: cinco horas a escuchar explicaciones y tomar parte en el ejercicio de las asignaturas, y las restantes horas al estudio y preparación de las asignaturas; de hecho cada cursante acudía diariamente a dos asignaturas fuertes y a dos o tres de adorno. Durante la comida, o lectura de historia eclesiástica o profana, o conferencias como ejercicio de los cursos procedentes, pronunciadas por los alumnos. No faltaban otras actividades complementarias como los ejercicios dominicales, la dedicación a la escritura o plana, el estudio de la música, especialmente del canto llano. Hay que anotar que no todos los alumnos cursaron los estudios superiores especiales del segundo periodo, ni todos terminaron el ciclo completo del plan de estudios. La edad, la salud, la menor disposición o capacidad, las necesidades de las Provincias hicieron que algunos sólo se dedicaran a la carrera eclesiástica necesaria para la ordenación sacerdotal.

Sin duda San Marcos supuso una gran novedad. Los jóvenes cursaban estudios de carrera corta, ordinaria o ampliada. Resultó desconcertante que todos los jóvenes estuvieran obligados a una y única casa, dependiente del P. Vicario y no de los PP. Provinciales; se plantearon dudas respecto a la validez de los estudios; cuestión que el Vicario dejó zanjada con una declaración. El interés por la solución de las casas centrales fue creciendo con el tiempo, dictándose en 1885 una serie de normas por las cuales se hacía obligatorio para todos los júniores la asistencia a la casa central salvo en casos excepcionales.

Un total de 270 jóvenes pasaron por esta casa permaneciendo en ella de uno a siete años; lo normal eran tres. El plantel de profesores fue muy selecto; y algunos otros religiosos de prestigiosa vida formaron comunidad con otra treintena de hermanos operarios, la mayor parte de los cuales habían tomado el hábito en dicha casa.

Superiores

Persona Año
José Dónate 1879
Juan Manuel Palacios 1881
Pedro Gómez 1885

Bibliografía

  • Archivo Histórico Escolapio: Archivo Vicaría gen.

Redactor(es)

  • Pedro Alonso, en 1990, artículo original del DENES I