Última revisión de 19:25 21 may 2022

1712

Este fue un año de luto para nosotros. En primer lugar el P. Feliciano, un óptimo religioso, peritísimo en ciencias y en literatura, que nunca se cansaba de enseñar a la juventud, eximio predicador, que edificaba a todos con su palabra y su ejemplo, hábil en su cargo de Vicerrector y eficiente al cargo de la economía, falleció de hidropesía el 3 mayo. Poco tiempo después el P. Jacinto, sacerdote admirable por su modestia, buen maestro, confesor ejemplar, quien después de haber estado enfermo por un largo periodo de tiempo, tras recibir los sacramentos, pasó a mejor vida. Todavía poco tiempo después, consumido por la fiebre, falleció el P. Damasceno, ínclito sacerdote y maestro desde el primer día de su vida religiosa, predicador infatigable. Finalmente, el P. Martín, sacerdote eminente por su santidad, terminó su vida sobre la tierra el 10 de diciembre.

Notas