LituaniaMateriales/Lubieszow La casa religiosa

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4. MONOGRAFÍA Del Colegio y de las Escuelas Pías de Miedzyrzecz (cerca de Korek), escrita por el R.P. Antonio Morzynski, alumno de esas Escuelas Pías, Rector de Lubieszow y Decano de Pinsk
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La casa religiosa

La primera fundación de las Escuelas Pías de Lubieszow se debe a los condes Dolski, a finales del siglo XVII. La última a los Príncipes Wisnioviecki, sucesores suyos, últimos herederos de su nombre.

El 13 de mayo de 1693 los Mariscales Juan Carlos Dolski y Ana de los Chodorowski en un contrato establecido con las Escuelas Pías se obligaron a crear un fondo de 90.000 áureos polacos, invertido en sus propias posesiones, a un interés del 7%. Les dieron un terreno en el mismo pueblo, les permitieron moler libremente en sus molinos y que cogieran la leña necesaria en sus bosques. Apenas entraron los padres en posesión del fondo, el fundador mismo no pudo cumplir el contrato, pues dos años más tarde murió. El Príncipe Janus Hismioviecki, describiendo su vida, dice que él firmó su testamento algunas horas antes de morir, pero este documento no está en el colegio. Sólo su esposa Ana Dolska firmó el contrato, sintiéndose obligada por el testamento a entregar el fondo a los Padres.

Obedeciendo a la voluntad de su marido, Ana Dolska añadió al contrato 30.000 áureos para construir la iglesia, 1000 para la biblioteca y la prefectura de Jezierce para mantener la música, pues ella había prometido que lo haría.

Poco después los sucesores de los Dolski, los Príncipes Wisnioviecki Miguel Servacio Korybut y Catalina de los Dolski, inscribieron 60.000 áureos en sus bienes de Piownio, y además destinaron 20.000 para alimentar a 12 alumnos pobres, los cuales inscribieron en su otra propiedad de Zeleznica. Deseando firmar y hacer perpetuo este fondo, entregaron ambas fincas a los Padres, quienes se hicieron cargo de ellas el 9 de mayo de 1699. Ese mismo año Ana Dolska inscribió 45.000 áureos a favor de los Padres en su finca Trojanowka. Ellos tuvieron esta finca durante casi 60 años, con las dos aldeas contenidas en ella, Trojanow y Lisznivca, y las casas de Karasin, Nowa Ruda y Hradysco. En el año 1759 establecieron un acuerdo con Carlos Razdiwill, y cedieron al Príncipe Trojanow y Hradysco, y retuvieron Lisznivca, Karasin y Nowa Ruda. Finalmente en el año 1788 fueron despojados por la fuerza también de estas. Intentaron presentar pleito, pero el tribunal de Lublin, condescendiente con los nobles Radziwill, no hizo nada por los Padres expoliados por la fuerza, y entregó las fincas a Radziwill, dejándoles sólo Karasin. Y también esta finca se la quitaron en el año 1807, dejándoles tan sólo el capital de 45.000 áureos que la Comisión de Radziwill no disminuyó. Estaba colocado en la propiedad Kolki de los Radziwill, y a partir de 1817 les cobraron un 6% por él. Y así desapareció ente capital de Ana Dolska, entre el pago del interés y los costes de los pleitos. La propiedad de Jezierce asignada para mantener la música la disfrutaron pocos años los Padres. El Príncipe Miguel Wisnioviecki prometió que haría ante el gobierno lo que Anna Dolska, impedida por la muerte, no había hecho, pero inscribió la finca a su nombre y no dio ni un céntimo de las rentas para alimentar a los músicos. La reclamación contra él en el tribunal de Pinsk no sirvió para nada; al final esta propiedad pasó al tesoro, y el fondo asignado a mantener la música se desvaneció. Sin embargo el colegio mantuvo la música hasta el año 1812, en el que buena parte de los músicos, y los mejores de ellos, siguieron la estela de Napoleón, y no regresó casi ninguno. Luego los disturbios, las requisiciones del gobierno, el pago de impuestos, pusieron las cosas tan difíciles que ya no se pudo mantener a los músicos de ningún modo. En cuanto al capital de 30.000 áureos para construir la iglesia y los 1000 para la biblioteca concedidos por Ana Dolska, los libros antiguos y los recientes muestran que nunca fueron recibidas por los Escolapios, y que fue el colegio quien construyó a costa suya la iglesia, y proveyó para la biblioteca.

En 1721 el Príncipe Miguel Wisnioviecki y su esposa Catalina de los Dolski inscribieron a nombre del colegio un capital de 8000 áureos en el pueblo de Lubieszow, con un interés del 10%. La Castellana Czarnecka quiso eliminar este capital. La cuestión fue llevada al tribunal de Lituania, quien le mandó entregar a los Padres el capital de 8000 áureos, y que el interés del 10% fuera perpetuo, asociado a los bienes de Lubieszow, y que debía aparecer en los contratos de venta. Se ordenó a Lubieszow que cada año debía entregar 240 áureos, y debía permitir a los Padres moler, pescar y cortar leña. Esta cantidad, a la que se añadieron 2000 áureos del colegio, sumando un total de 10.000 áureos, fue colocada en Szczuczyn en los bienes de los Scipión, y fue declarada por ellos en el tribunal de Lida.

En el año 1750 los sucesores de los Príncipes Wisnioviecki perdieron sus bienes, pero las fincas de Pniowno y Zeleznica fueron dejadas aparte. Muiszcki, Oginski, Brzostowski y Plater nunca negaron a los Padres sus derechos perpetuos en ellas; sólo un tal Prezdzieki se negó a firmar esos derechos. Ese mismo año los Condes Muiszcki, que habían obtenido una parte de los bienes de Lubieszow, concedieron a los Padres el derecho perpetuo al lugar que le habían concedido los fundadores o que habían comprado los Padres con su permiso, y les concedieron además el permiso de usar el horno de cal situado en la finca Czerwiszki, que los Padres usaron mientras estuvieron aquí.

De todas las extensas propiedades que los fundadores ofrecieron a los Padres al principio sólo les quedaron dos fincas a las Escuelas Pías: la de Pniowno y la de Zeleznica. Priowno se encuentra a tres leguas de Lubieszow, junto al camino de los mercados que va hacia Volinia. Comprende las aldeas de Pniowno, Wolha, Sosnovca y Farynca, que tenían en total 140 casas, en la cual vivían, según la descripción hecha antes del año 1842, 557 personas. Zeleznica dista sólo una legua del colegio, y tiene 82 casas y 349 habitantes. De las dos se apoderó el Gobierno en el año 1842.

El 5 de agosto de 1763 Ignacio Swiatopelk Czetvertynski ingresó en las Escuelas Pías, y antes de su profesión inscribió de sus bienes hereditarios un capital a favor del colegio de Lubieszow de 50.000 áureos, de los cuales el interés de 20.000 debía servir para educar y alimentar a un joven pobre; los otros 30.000 los donó al colegio con a condición de que después de su muerte se dijeran por él 12 misas anuales y dos aniversarios. No sé por qué este documento y otros no fueron incluidos en la crónica; yo los copio, en primer lugar el de la constitución del capital.

“Yo, Ignacio Swiatopelk, Príncipe Czetvertynski, en el siglo Prefecto de Telerszynski, hijo único de los difuntos Ilmos. Lorenzo y Ana de los Szamawski, Príncipes de Swiatopelk Czetvertynski, prefectos de Rostowiec, sucesor y heredero de todos los bienes y propiedades dejados por mis padres, en la actualidad novicio de las Escuelas Pías en el colegio de Lubieszow de la Provincia de Lituania, en presencia del Ilmo. Príncipe Vladimir Swiatopelk Czetvertynski, Prefecto de Werenowo, y tío paterno mío, en mi oficina, estando él de acuerdo, y yo sano de cuerpo y de mente (…) hago saber y declaro, para ahora y la posteridad, que poseyendo yo una suma de 50.000 áureos polacos, producto de la venta de mis bienes paternos y maternos, y mis derechos de herencia, mediante un contrato de venta perpetua realizado entre mí por una parte, y por otra parte el Ilmo. Príncipe Vladimir, Prefecto de Werenowo y tío mío, y su hijo Juan (…) Swiatopelk Czetvertynski, y no teniendo ninguna duda de estar llamado a la Orden de las Escuelas Pías y de continuar en ellas para siempre, para aumentar la gloria de Dios propuse inscribir esa suma a favor del colegio de los RR.PP. de las Escuelas Pías de Lubieszow, e inscribiéndola les entrego esa suma de 50.000 áureos de la siguiente manera. Primero, me reservo una cantidad de 20.000 áureos, mientras viva, para usarla a mi arbitrio; después de mi muerte los RR.PP. de las Escuelas Pías de Lubieszow se guardarán el capital, y con ella educarán, alimentarán decentemente y ofrecerán todo lo necesario en vestidos convenientes a un joven de mi nombre y sangre, económicamente empobrecido. Por los otros 30.000 áureos polacos, celebrarán perpetuamente los Padres de este colegio de las Escuelas Pías de Lubieszow una misa al mes, y dos aniversarios cada año, tanto por las almas de mis padres como por mis consanguíneos, y también por mí después de mi muerte. Cuando los Padres de Lubieszow reciban esta suma de 50.000 áureos polacos en especie en la mano, los Padres de este colegio tendrán dos meses para ir ante el Consejo de Lutsk para declarar que aceptan las condiciones señaladas, tanto en lo referente a aceptar las cargas, como inscribiendo parte de ella en bienes a favor del colegio (…)

Esta disposición la firmo personalmente, y también la firman algunos Ilustres amigos míos a quienes se lo pedí oralmente. En Lutsk, a 5 de agosto de 1763. Ignacio Czetvertynski, novicio de las Escuelas Pías”. (Siguen las demás firmas)

El 8 de julio de 1768 Luis Kurzeniecki, oficial real del distrito de Pinsk, inscribió 30.000 áureos polacos a favor del colegio de Lubieszow para educar a cinco jóvenes pobres de estado noble, y además 1000 áureos para alimentar a los pobres. El hermano del fundador, Javier Kurzeniecki, cambió este fondo mejorándolo, añadiendo 10.000 áureos. Cuando los bienes de los Kurzeniecki fueron divididos y no se pagaron los intereses durante 16 años, se llegó a un acuerdo con Víctor Kurzeniecki en el mes de diciembre de 1815, por el cual firmó un documento por el que donaba 41.000 áureos con un interés perpetuo del 5%, para ser pagado en dos plazos anuales, el 1 de enero y en la fiesta de S. Juan Bautista. Por los intereses no pagados y los gastos legítimos entregó al colegio un capital de 11.000 áureos, que fueron colocados en Hlusza con el conde Krasicki. Este acuerdo duró hasta el año 1834, en el cual el sucesor del fundador, José Kurzeniecki, portaestandarte del distrito de Pinsk, se opuso a la inscripción, diciendo que al cerrar la escuela de Lubieszow se habían cancelado automáticamente las obligaciones mutuas entre las Escuelas Pías y los Kurzeniecki. Hizo una declaración en Pinsk, y obtuvo un decreto del Ministerio de la Ilustración pública a favor del fundador. El convento y los capitales de los Wisnioviecki y los Czetvertynski, todos los bienes y dinero, confiscados por el tesoro, desaparecieron.

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Capitales fundacionales que poseía la casa de Lubieszow

Son los siguientes:

1.Una suma de 45.000 áureos polacos inscrita por Ana Dolska en 1699, inscrita en Kolkis al 6% de interés.
2.La suma hipotecada de los Príncipes Wisnioviecki de 10.000 áureos, colocada en Szczuczyn con el Conde Scipión de Campo en el distrito de Lida.
3.Una renta anual de 240 áureos polacos de Lubieszow.
4.Una suma hipotecada de Antonio Grabowski de 8000 áureos en bienes situados en Orzenkowa, de la prefectura de Janow, con un interés del 7% para celebrar un aniversario anual.
5.Una suma hipotecada de Adalberto y Luis Budni, de 5000 áureos polacos, al 7% de interés, colocada en la finca Orzeskowa de Janow, para celebrar una misa cada mes.
6.Una suma de Ana Constancia Czaplicki de 2000 áureos polacos para celebrar dos misas al mes; otra de Sofía Hulewiczowna de 3000 áureos para celebrar una misa al mes; otra de Josefa Woruszylla de 3000 áureos para cantar la hora menor de la Virgen María en la segunda misa. A ellas el colegio añadió 2500 áureos, lo cual produjo un capital de 11000 áureos (sic) que se colocaron en Hlusza con el Conde Krasicki al 7% de interés.
7.La suma del Príncipe Ignacio Czetvertynski de 50.000 áureos, inscrita en Strzelsko, en la finca de los Escolapios de Dabrowica, a un interés del 5%.
8.La suma de 41.000 áureos de los Kurzeniecki, a un interés del 5%.
9.Una suma hipotecada de Susana de Rzeszow por 6000 aúreos, por una misa anual, colocada al 6% en Hlusza con el Conde Krasicki.
10.Un capital de 15000 áureos formada con los ahorros del colegio y colocada en Janow al 7% con la Prefecta Orzeskowa.
11.Un capital de 20.000 áureos concedido a la casa de Lubieszow concedida después de la muerte del P. Constantino Jakucewicz para construir la iglesia y colocada al 7% luego con Orzeszkowa.
12.Una suma hipotecada de 384 áureos imperiales, colocada en Lubieszow, por la cual y por intereses no pagados, el tribunal de Lubieszow concedió tierras a los Padres perpetuamente, y parte de los bosques de los Czarnecki.
13.Un capital de 20.000 áureos colocada en Podonski.

A causa de las fincas y de sus capitales los Padres tuvieron algunos pleitos, de los que los principales fueron:

a)Con el hijo del Castellano Czarnecki, que compró Lubieszow, el portaestandarte de Lituania Ladislao Czarnecki, que litigó en primer lugar por los bienes de Pniowno y Zeleznica, que pertenecían al Condado de Lubieszow. Este pleito, que se vio en varios tribunales, al final se falló a favor de los Escolapios en el Senado, y esas fincas permanecieron para siempe en nuestro poder.
b)Orzeskowa, esposa del Prefecto, con quien los Escolapios en varias épocas habían colocado 48.000 áureos, cuando entregó sus bienes para pagar a los acreedores, mandó en el tribunal de Grodno que se pagara la suma anterior con los intereses a los Padres, pero llevada la cosa al Senado como no había usado el papel oficial requerido, y además había sido inscrita el acta fuera del tiempo señalado, en la que se señalaba que primero de todo se pagara lo debido a los Padres, se decidió que después de hacer el reparto y pagar las deudas, se entregaría lo que quedara. Pero como no quedó nada, el capital de los Escolapios se perdió.

El colegio

La casa o colegio fue construida a cargo proprio en piedra y ladrillo cocido en el año 1730, de dos pisos y cuatro lados, y mide 90 codos de largo y 60 de ancho, y el tejado es de tejas de madera.

En un amplio vestíbulo hay un edificio de una planta, con la puerta principal dividida en dos partes. Aquí estuvo el colegio primitivo, y tiene el almacén de la leña, de los hierros, un molino movido por un caballo, los baños, la fábrica de cerveza, etc. Tiene 210 codos de largo y 11 de ancho. Enfrente está la escuela, también de una planta, con 5 aulas. Al lado de ellas hay un edificio de dos plantas, en el cual están expuestos los instrumentos de física, de química, de mineralogía como dicen, de figuras e instrumentos matemáticos, y también la biblioteca de los escolares. Los dos edificios tienen tejado de tejas.

Delante del huerto hay un hermoso jardín botánico, adornado con sendas de tilos, en el que hay dos locales con calefacción para cultivar plantas y flores exóticas, un invernadero, además de dos locales de ladrillo para guardar los instrumentos de todo tipo, todo de ladrillo cocido. Hay un muro con tejas que rodea todo el jardín. De todo ello en la actualidad apenas quedan algunos vestigios.

No lejos del colegio junto al río Stochodo hay un huerto de árboles frutales llamado Venecia, recorrido por canales con peces, y separados del río por medio de rejas de hierro. En este huerto había árboles y arbustos de variedades raras y exquisitas de frutas, rodeado de una valla de roble. Uno de los canales desemboca en el río, del cual está separado por una puerta de hierro, y sirve como puerto, en el cual hay botes y pequeñas barcas.

En el mismo pueblo el colegio posee algunos edificios, en los cuales hay seis casas, en las cuales hay muchas habitaciones para los alumnos. Además poseía en el pueblo una granja regalada por los fundadores para aves de corral y para leche, con su sala, granero, establo y también un horno de ladrillos con sus anexos. Se traía el heno de Nomzowa y Webina.

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En la biblioteca del colegio había casi 3000 libros, la mayor parte en latín; algunos en francés y en polaco. Tenía los clásicos latinos de la edición bipontina[Notas 1] “para uso del Delfín” y otras ediciones muy buenas, principalmente una colección de historiadores franceses de tiempos antiguos, autores selectos polacos impresos en Moscú, efemérides y otros escritos recientes del siglo pasado y del actual. Sin embargo no había obras de gran precio, y pocos incunables. Algunos ejemplos de manuscritos:

1.Derecho Canónico, en 4º.
2.Instituciones de Lógica, de Condillac, traducido por el P. Feliciano Paskiewicz Sch.P., en 4º.
3.Instituciones de Filosofía (lógica), del P. Agustín Zylevicz Sch.P., 1764, en 4º.
4.Instituciones de Filosofía (física), del P. Agustín Zylevicz Sch.P., 1765, en 4º.
5.Instituciones de Matemáticas, del P. Agustín Zylevicz Sch.P., 1764, en 4º.
6.Geografía de Marksart de las Escuelas Pías, en 4º.

Y más de 10 manuscritos de teología.

En el museo citado había dos máquinas eléctricas, una máquina neumática, un laboratorio de química, e instrumentos para uso de la física y la química, figuras geométricas, colecciones de minerales, etc.

Las rentas de los capitales invertidos y las fincas era de alrededor de 5000 rublos de plata, con los cuales se reparaban los tejados de la iglesia y la casa, se mantenían los religiosos y los internos, y se pagaban los impuestos rústicos.

Había 93 cuadros pintados al óleo en los pasillos, refectorio y noviciado.

La escuela

La escuela de Lubieszow, abierta inmediatamente después de la llegada de los Escolapios en 1693, al principio tenía pocos alumnos. Los suecos impidieron su crecimiento, y para que no quemaran el edificio recién construido, los Padres obtuvieron un escrito del Carlos XII en el que ordenaba que se protegieran la iglesia, el colegio y todos nuestros edificios. Como hacía falta captar la benevolencia de las dos partes en guerra, el P. Rector de la época fue a Lublin, donde entonces residía Pedro M., y obtuvo de él un mandato para que las tropas que pasaran respetaran el colegio y las fincas pertenecientes a él. Todos obedecieron esta orden. El original de esta orden, precioso ejemplo de la clemencia de Pedro M., se guarda cuidadosamente.

Hasta que se creó la Comisión de Educación, esta escuela, como las demás dirigidas por el clero, no estaba sometida a ninguna magistratura doctrinal, y hasta el año 1782 no recibió inspectores ajenos; se gobernaba según las disposiciones de los Provinciales, y últimamente por las instrucciones para las Escuelas Pías de Polonia dadas por el P. Trzesczkowski, ofrecidas como medida de prudencia[Notas 2]. En el año citado vino el primer visitador escolar de la Comisión de Educación, el Rev. Francisco Bierikowski, párroco de Dyvnisk. Después de él cada año, sin omitir ninguno, y a veces dos al año, visitaron la escuela hasta el año 1789, en el que vinieron como visitadores generales los Rev. Pablo Wisniewski, Treffler, Pilchowski, Erdman y Jaxa. Además casi cada año la visitaba Buchoviecki, Rector del distrito de Polesia, al que pertenecía la escuela de Lubieszow. Desde el año 1789 hasta el 1803 no visitó nadie la escuela sino los Provinciales escolapios Lang y Jakucewicz, que fueron enviados primero por la Comisión de Educación, y luego fueron nombrados visitadores de las Escuelas Pías por los encargados de Vilna, y escribieron en el libro de visitas cómo habían cumplido su tarea.

Desde el principio de la escuela de Lubieszow hasta 1765 el máximo número de alumnos que tuvieron fue de 98. El año escolar comenzaba el 29 de septiembre, fiesta de San Miguel, con la misa, en la que se cantaba el himno “Veni Creator”, y uno de los maestros exhortaba a los alumnos al estudio y al trabajo. Había exámenes al principio de cada mes, al final del trimestre y luego el examen final al terminar el curso. En este último se tenía una academia, es decir se decían discursos en latín, y se recitaban versos en latín y en polaco; los alumnos tenían competiciones públicas de gramática. Los pequeños tenían también asambleas al ejemplo de los grandes, y elegían delegados para asistir a la asamblea general. El 25 de agosto, fiesta de Santiago, cantaban el “Te Deum” y terminaba el curso escolar, y los jóvenes se iban a casa de vacaciones. Los maestros eran cuatro, de los cuales uno era además el prefecto, y las clases eran las siguientes: de retórica, de poesía, de sintaxis, de gramática, ínfima y preparatoria.

En el año 1777 esta escuela obtuvo el título de Gimnasio inferior. La antigua división en retórica, poesía etc. desapareció; se dividió en tres clases, y se debían enseñar las materias mandadas por la Comisión de Educación, con los libros que ella misma prescribía.

En el año 1804 se añadió una 4ª clase, y había cuatro maestros: dos para las clases superiores y dos para las inferiores. Al año siguiente había 295 alumnos, más que nunca antes.

En el año 1808 había 7 maestros, y las clases eran tres, además de la de pequeños. Los alumnos, 136; los directores, a los que luego se les llamaba tutores de casa, una especie de vigilantes, eran 16. Todas las clases eran de dos años, y se enseñaban unas materias el primer año y otras el segundo. Por lo tanto había 6 cursos, y con el de los pequeños, 7.

En la primera clase se enseñaba catecismo, historia sagrada, gramática polaca y latina, aritmética, nociones de geografía, disciplina de las costumbres, traducción del latín al polaco de los textos indicados por la Comisión de Educación.

En la segunda clase, doctrina cristiana, gramática polaca y latina, traducción de Eutropio y las cartas de Cicerón, geografía, horticultura, primera parte de la geometría de L’Huillier, nociones de ciencias naturales y delineación.

En la tercera clase, preceptos de elocuencia y poesía según las obras de Golanski o Piramowski, historia universal, polaca, natural, física, química, álgebra, geometría, lógica, derecho natural e internacional según la obra del P. Stojnowski, traducción de textos de Cicerón, Horacio y Marcial.

En todas las clases se enseñaba ruso, francés y alemán. Había dos horas de clase antes de mediodía (de 8 a 10), y otras tantas por la tarde (de 2 a 4). Se enseñaban las lenguas una por la mañana (10-11) y otra por la tarde (4-5). Así que había 3 horas de clase por la mañana y otras 3 por la tarde. Pero los martes y jueves no tenían clase por la tarde.

En el año 1812 hubo bastantes molestias para la escuela. Entre las 6 clases sólo había 43 alumnos, y no muchos más al año siguiente. En 1814 eran ya 84, y luego el número fue aumentando cada año.

En 1820 esta escuela, que tenía seis clases, recibió el título de escuela de distrito, o regional, con el grado de gimnasio, pero el año 1826, por una nueva organización de las escuelas hecha por la Universidad de Vilna, fue cambiada de categoría de nuevo, y se dividió en 4 clases con 8 maestros, y así continuó hasta el final, el 10 de diciembre de 1834. El máximo número de alumnos lo alcanzó en 1833: 318.

Los alumnos tenían misa leída cada día a las 7. Los domingos y días de fiesta los alumnos estaban también obligados a asistir a la misa mayor y al sermón; los que estaban inscritos en la cofradía (y eran pocos los que no lo estaban) acudían también a la devoción anterior a la misa mayor. Se confesaban cada mes. Tenían ejercicios espirituales antes de la última semana de Cuaresma en la iglesia, junto con el prefecto y los maestros. Iban a su casa el domingo de Pascua y en Navidad, y tenía que volver a la escuela absolutamente el domingo In albis y el 1 de enero.

A principios de este siglo se cambió el comienzo y el final de curso. Comenzaba el 8 de septiembre, en presencia de los familiares. Ese día después de la misa se cantaba el “Veni Creator Spiritus”, uno de los maestros hablaba a los alumnos sobre el talento, y a continuación se leía la promoción de los alumnos de la clase inferior a la superior. Esta lectura despertaba gran interés, porque los alumnos no sabían si debían continuar en la misma clase o promocionar a la superior. El curso escolar terminaba el día de la fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, cuando después de la misa se cantaba el “Te Deum laudamus” y se distribuyan los diplomas de honor o los regalos de libros.

Las escuelas de Lubieszow tenían tres fondos de becas para internos pobres, a saber: de los Príncipes Wisnioviecki, del Príncipe Czetvertynski y de los Kurzeniecki. A partir de los capitales citados más arriba para su sustento. Añadiré: para los dos primeros, solía elegir el Rector del colegio hijos de padres pobres; para el tercero, los Kurzeniecki presentaban cinco niños. Estos alumnos usaban una cómoda habitación en el colegio, y para vigilarlos había un tutor de la casa. A estos internos el colegio les daba los libros, el papel y el material escolar necesario; leña para la calefacción, luz, comida, vestidos; en una palabra, todo lo necesario. Había un fondo, como vimos, para 18 alumnos, pero el colegio alimentaba muchos más, hasta 30 o 36. Cuando los moscovitas cerraron la escuela, los Padres, para que ese fondo no perdiera su finalidad, enviaron a esos jóvenes a la escuela de Pinsk, entregada en 1842 a seglares, a quienes el fisco había entregado los fondos y incas de los eclesiásticos. El fondo de los Kurzeniecki, como hemos dicho antes, ya había desaparecido.

Además del internado para los pobres, había también un internado para hijos de gente pudiente, aunque su número variaba continuamente. Leo que del año 1781 hasta el 1803 el número de internos variaba de 6 a 10, pero en este último año llegaban a 20; al año siguiente, 16, y luego sigue bajando el número de internos. En 1830 vuelven a aumentar, y en 1832 llegan a 12. Se recibían en el colegio hijos de padres ricos, que vivían junto a los maestros que los vigilaban, y por la comida y la habitación pagaban 120 rublos al año. Iban a la escuela con los demás.

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En el pueblo siempre hubo un médico al que los escolapios pagaban por los religiosos mismos, por sus alumnos, sus criados y campesinos relacionados con el colegio. La farmacia del colegio suministraba las medicinas.

La escuela era de ladrillo cocido, cómoda, en un lugar abierto, suficientemente grande para el número de alumnos.

La biblioteca de la comunidad estaba siempre abierta para los maestros. Más tarde se hizo otra para maestros y alumnos, que tenía más de 200 libros.

Había salas de física y de química dotadas de instrumentos pedagógicos.

Era un lugar ideal para los estudios, pues en Lubieszow antes había sólo un palacio, dos casas religiosas, y además sólo judíos y campesinos. No había ningún impedimento que distrajera de los estudios. Después de la muerte del Príncipe Miguel Wisnioviecki en casa del dueño ya no hubo más recepciones solemnes de huéspedes, juegos, bailes. El castellano Czarnecki vivía muy modestamente, era sencillo, amante de la paz, y no menos su esposa, y luego su hijo Ladislao, Portaestandarte del G.D. de Lituania. Tan sólo en el mes de mayo se animaba un tanto el pueblo a causa de la agrimensura, cuando el maestro de geometría salía fuera del pueblo con los alumnos de las clases cuarta, quinta y sexta, medían la región y dibujaban los planos. En este mes se solía hacer una excursión, con gran alegría de todos los estudiantes, que esperaban impacientes el día. En tiempos antiguos se iba con la orquesta de la iglesia, luego con los cantos de los estudiantes, y los estandartes de cada clase. Por la mañana temprano, a las 4 o 5, acompañados por el prefecto y los maestros, con dos comidas que llevaba cada uno, o eran transportadas en un coche común, salían del pueblo. Recorrían tres millas o más, hasta una arboleda próxima. Les seguían los judíos, cargados con comestibles, dulces, chucherías para los jóvenes. Pasaban todo el día al aire libre, y luego, ya bastante tarde, regresaban al pueblo.

Hay que añadir que no era difícil para los alumnos, en su mayoría pobres, encontrar en el pueblo entre los habitantes pensión y comida, incluso a precio moderado: pagaban en total 150 áureos polacos al año, o sea 22 ½ rublos de plata. A su director o tuto le pagaban 3 rublos de plata al año.

Cuando los alumnos inscribían su nombre en el registro escolar pagaban al prefecto medio rublo de plata, o sea 3 áureos y 10 grosos, pero los pobres (casi la mitad) no tenían que pagar nada. Con este dinero el prefecto compraba leña para las estufas de las escuelas, velas necesarias en invierno, y también libros para los alumnos pobres y listos, papel, y a menudo también zapatos. No recibía ningún otro pago de los alumnos.

Una de las más famosas instituciones de la República difunta, la Comisión de Educación, cambió la situación de las escuelas, insufló nuevas fuerzas, inspiró nueva vida. Los visitadores constituían un estímulo para maestros y alumnos, que estaban siempre atentos a merecer buena fama. Los visitadores dejaron muestra de su trabajo en el libro destinado para ello, donde escribían consejos y advertencias valiosas, muchos de los cuales son dignos de alabanza y de ser copiados.

El Rev. Pilchowski escribió lo siguiente en el acta de la visita de 1786:

“Hice algunas observaciones con instrucciones para los maestros visitados, por ejemplo:
1.El visitador recomendó a rectores y vicerrectores que hagan saber con tiempo mediante cartas a las escuelas secundarias los principales acontecimientos y momentos importantes que conciernen a los alumnos o a los ciudadanos, y qué se debe hacer en ellos, sin disimular ni guardar silencio, de lo que luego pueden surgir problemas y perjuicios, por lo cual el visitador recomienda que exista una relación más frecuente y organizada con la escuela secundaria.
2.Se descubrió que en las escuelas de algunos lugares las clases no comenzaban hasta el 29 de septiembre, pues los discípulos no llegan antes. El visitador recomendó a rectores y vicerrectores que informen en la relación de la escuela secundaria qué día se indicó para el comienzo de las clases, y si a partir de ese día se empezó a dar clase. Además mandó a los rectores que, sin ninguna consideración para nadie, aplique la pena señalada en el Cap. 24, art. 4 para los que llegan tarde a la escuela o se van antes de tiempo, lo cual servirá para establecer el orden regular en la escuela y eliminará no pocos obstáculos para la enseñanza.
3.Mandó el visitador que en las escuelas que se encuentran bajo el gobierno de Órdenes religiosas se anoten en el reglamento del consejo escolar las decisiones que se refieren a las escuelas púbicas y a la educación de los alumnos, y que sean inspeccionadas y firmadas por los visitadores”.

El Rev. Pilchowski entregó el premio del rey destinado a los alumnos excelentes, la medalla de oro de la Diligencia, a los dos siguientes: Valentín Brzostowski de la clase 3ª y Miguel Polonski de la clase 2ª.

El 6 de julio de 1787 hizo la visita a la escuela el Rev. Erdman, que escribió en las actas la resolución de la Comisión de Educación para la escuela secundaria con estas palabras:

“El cambio de maestros en las escuelas, allí donde no hay una Orden religiosa que dirija la escuela, no puede hacerse sin informar al Rector de las escuelas secundarias que es a quien compete dar la autorización, y será tarea de los visitadores generales vigilar para que esto se cumpla, de modo que no haya maestros que no estén preparados para este trabajo, y no habituados a la enseñanza. El visitador informará sobre la orden de la Comisión de Educación y de las escuelas medias con respecto al envío de personas que deban ser prefectos o maestros en las escuelas de las Órdenes religiosas… También avisará a las escuelas citadas que ningún maestro debe ser al mismo tiempo prefecto. Se informa a todas las Órdenes religiosas que Antoni Wolodkiewicz de la escuelas media de Grodno, y Alejandro Dabrowski e Ignacio Daszkiewicz de la escuela de Cholop han sido excluidos de todas las escuelas del Reino por el Visitador General a causa de graves delitos”.

En el año 1788 visitó la escuela el Rev. Jacobo Jaxa, rector de las escuelas de Pinsk, y consideró dignos de la medalla de la Diligencia a los alumnos Víctor Wyslouch y Matías Godlewski.

Al año siguiente visitó d enuevo la escuela el Rev. Juan Erdman, y entregó las medalla de Diligencia a Juan Wollowicz e Ignacio Petlewicz. Se lee en el acta de la visita:

“Como se ha descubierto que algunos estudiantes expulsados de algunas escuelas han sido admitidos en otras con diplomas falsificados por ellos mismos, para que no ocurran los crímenes y escándalos que han comenzado a ocurrir con la falsificación de tales documentos, el visitador ordena a todos los prefectos que no admitan otros diplomas sino los extendidos por las oficinas de educación de Vilna, y sin ellos nadie sea admitido a la escuela”

Siguen las alabanzas a la escuela en nombre de la Comisión de Educación:

“Conocido bien el ardor del P. Provincial de esta Orden, la Comisión espera que seguramente se acordará del acuerdo establecido entre la Comisión y la Orden, en el proceso de asumir cargos, para que cada día sea mayor el prestigio de la Orden y el bien de la educación, cosa que la Comisión tiene el derecho de esperar”.

De qué acuerdo se trataba, lo ignora el que esto escribe.

El 10 de julio de 1803 vino a visitar la escuela el Prelado Javier Miguel Bokusz.

“Esta visita –escribió él mismo en las actas- era muy deseada, pues este lugar no había recibido ninguna visita general ni regional durante 14 años, desde la última visita del Rev. Canónigo Erdman. Separada de su autoridad natural esta escuela el día en que la Comisión de Educación cesó en su tarea, se le pedían razones o explicaciones de diversos lugares, y no sabía a quién debía escuchar, bajo qué autoridad estaba, por lo que prefería enviar relaciones a todos, para evitar los castigos. En el año 1794, el 19 de agosto, como los límites entre los gobiernos de Zaslavia y Minsk no estaban aún bien definidos, esta escuela recibió de la comisión regente del tesoro de Zaslavia, por medio de visitador general de las escuelas públicas el Ilmo. Sr. Safonow, la orden de que se enviara una relación detallada del estado de las disciplinas y personas de la escuela según el ejemplo adjunto. Poco después recibió la misma orden del gobernador de Minsk, el general mayor y caballero de Neplujew, pidiendo cuenta de las escuelas, rentas, personas, etc. Luego llegó otra carta del mismo género al colegio enviada por el consistorio de justicia Minsk. Y el 14 de febrero llegó una orden de parte de la autoridad normal, es decir, la Universidad, pidiendo que se respondiera a las preguntas enviadas, tal como lo había ordenado el Ministro Pedro Zawadowski. Finalmente el 31 de marzo el capitán regional de Plesk, Kazniejevi, por orden del gobernador de Minsk comunicó que las relaciones de la escuela de Lubieszow no debían enviarse a la Universidad, sino a Cejso, director del gobierno de las escuelas”.

El visitador observó un gran provecho en ruso, francés y alemán. Los alumnos, preguntados en francés y en alemán, respondían en la misma lengua, y entre sí conversaban en estas lenguas.

En el libro de los avisos y cosas a hacer el Rev. Bokusz escribió lo siguiente:

1.“El R. P. Prefecto podría persuadirse por su propia experiencia de que, siendo tantos y tan diversos los cometidos impuestos al estado académico de la prefectura[Notas 3], que ocupan su tiempo y su persona, no puede ocuparse al mismo tiempo de otras tareas importantes. Y por ello se ordenó que el prefecto no debía ser al mismo tiempo maestro, y por tanto debía tener un cargo o el otro. Por lo tanto el R. P. Provincial vea la manera de rellenar estos cargos, y vea cómo remediar la falta conocida de personal en todas las escuelas del G.D. de Lituania, de modo que el R.P. Provincial encuentre el modo de resolver estos impedimentos.
2.Esta escuela está bajo la autoridad inmediata del Rector y el Consejo de la Universidad de Vilna. Por lo tanto en lo sucesivo no deber aceptar ninguna orden ni enviar ninguna relación sino a la Universidad, o a quien designare la Universidad.
3.Preste atención al libro de los escritos de cada día o diario, le ruego vehementemente, para que sirva a su objetivo. Este es el libro del cual en el futuro se podrán obtener informaciones de este siglo y estas escuelas. Por lo tanto todo lo que tenga importancia debe escribirse, sin incluir las minucias sin importancia. Da la impresión de que en esta escuela no hay muchas cosas importantes que escribir, aparte del paso de personajes importantes, el acuartelamiento de tropas, el fallecimiento de profesores o alumnos beneméritos, hallazgos inesperados y cosas similares. ¿Acaso al bueno del escritor le parece una cuestión sin importancia, aunque ingratísima, una plaga de langostas? Por lo tanto conviene que el prefecto anote todas las noticias que tengan su origen en personas de confianza o que haya visto con sus propios ojos; debe escribir en el diario el asunto de las langostas, su origen, el comienzo, la amplitud, la forma, y todos los daños causados. En qué tiempo apareció, cuántas eran, qué hizo la gente para extirparla. Si las ayudas ofrecidas tuvieron efecto, o por el contrario fueron inútiles.
4.No falta materia para el diario. Sin duda el R. P. Jakucevicz, que en otro tiempo fue rector de esta escuela, y dedicó toda su vida a la literatura, siguiendo mi consejo habría mandado instalar un anemómetro en un lugar expuesto a los vientos. Al P. Prefecto, que tiene un barómetro y un termómetro, se le encomiende que tome notas tres veces al día y las envíe a la Universidad”.

En el libro de la advertencias y cosas a hacer, el Rev. Felipe Neri Golanski advierte lo siguiente el 15 de julio de 1805:

“La Universidad ordenó con doble instancia que en la escuela se introdujera un consejo de disciplina. Todas las clases, mediante votación secreta, elegirán a cinco alumnos para esta función. Los maestros cuidarán que la cosa se haga con orden, pero no participarán en la elección. Cualquiera puede proponer un candidato. El elegido debe aceptar el cargo. La elección se hará en octubre o antes, en un día en que no haya clase. Este tribunal propondrá concordia o castigo. Es de alabar que el tribunal ofrezca más a menudo la concordia. El prefecto de las escuelas enviará a este tribunal a los que se portan mal. Sin embargo la sentencia no puede aplicarse sin el permiso de los superiores. En un caso urgente la autoridad escolar puede castigar al culpable. Por lo tanto el visitador ordena que se pongan censores que corrijan fraternalmente a los acusados. El libro de los beneméritos debe estar bien presentado, y en él deben inscribirse solemnemente al final del año los que se portaron mejor y los que se dedicaron a los estudios con más aprovechamiento. En el consejo se decidirá cuántos deben anotarse en él. Pero escriban solamente a los mejores: su número debe ser escaso, dos o tres a lo sumo.
Habrá un libro de las faltas o tribunal de estudiantes, formado por dos tercios de maestros. Los inscritos en él que tengan una enmienda duradera y permanente serán borrados de él.
Los recreos de los alumnos, aparte de los recreos habituales, no deben carecer de una finalidad. Corra la juventud hacia la justa meta; los mayores a una más lejana, los menores a una más próxima. Se recomienda también el cambio de la antigua costumbre de pegar que había en las escuelas nacionales. Hay que establecer y emplear otros métodos más inteligentes. El bastón debe ser usado poco, o con otra finalidad. De ningún modo se tolerarán los enfrentamientos, ni tampoco los golpes indebidos ni peleas.
La anotación de hechos y la descripción crítica de la historia de toda la región será un material para escribir una historia bien fundada en el futuro. Por lo tanto si ocurre algo insólito y laudable y de cierta importancia popular, tanto a un maestro como a un alumno, o a un ciudadano cualquiera, se escribirá lo ocurrido en el libro de crónicas.
Los maestros exhortarán a los alumnos a leer buenos libros en privado, y los maestros les pedirán que digan lo que recuerden de lo leído”.

En el momento de esta visita había 232 alumnos.

El 24 de junio de 1808 vino de visita el primer seglar, H. Krusinski F.D. Era la primera vez que un seglar iba a visitar escuelas gestionadas por religiosos, cosa increíble hasta entonces. Era un hombre docto, ligero y al mismo tiempo acérrimo, este Krusinski. Investigaba minuciosa y estrictamente el orden de las escuelas, el gobierno, el método de enseñar, la manera de actuar con los niños. Parece que estudiaba más bien la índole de los maestros que la de los alumnos. Visitó dos veces las escuelas de los gobiernos de la Rusia Blanca y Minsk. En la primera visita recomendó lo siguiente:

“Puesto que la lengua latina, que tan cómodamente usaban nuestros mayores oralmente y por escrito, está desapareciendo, se recomienda que los dos maestros de las clases inferiores, y se puede extender a la tercera, dicten breves conversaciones a los alumnos, de la obra ‘Jacobi Pontonis. Progymnasmatum sive dialogorum liber’, que deben aprender de memoria. Si al estudiar las lenguas vivas usamos la conversación para aprenderlas más fácilmente, tanto más servirá el uso oral para aprender la lengua latina, tan descuidada. Además la costumbre de escribir ‘ejercicio de lengua’, loable en otro tiempo, pues servía de manera admirable para aprender a hablar en latín, debe ser resucitada en esta escuela. Nada que se haga de manera oral y escrita que ayude a los jóvenes a aprender más fácilmente será en vano.

La doctrina cristiana y la historia sagrada para los niños de las dos clases inferiores consumen mucho tiempo, que debería emplearse en enseñarles los estudios clásicos, por lo que deben ser eliminadas, y enseñarse a los niños los domingos y días festivos”.

Aparece ahí el hombre civil, seglar, quizás volteriano, que considera de poca importancia la disciplina religiosa, y que quizás está inclinado a eliminarla de las escuelas, aunque no lo diga abiertamente, por lo que podrían decir los religiosos.

“Por expresa voluntad de la Universidad, se recomienda al prefecto y a los maestros que cuiden la pureza de la lengua polaca, sin permitir de ningún modo que palabras de otras lenguas la desfiguren (…) No se permite a ningún maestro leer un discurso en público si antes no has sido sometido a las consideraciones de todos los demás profesores en una reunión de claustro. Cuando el texto haya sido aprobado en privado, podrá ser leído en público”.

Después de Krusinski la Universidad de Vilna, para disminuir los gastos, designaba como visitadores de las escuelas a ciudadanos ricos, que llevaban a cabo esta tarea ‘honoris causa’, pagándose los gastos ellos mismos. Hubo varios visitadores de este tipo en los diversos gobiernos: Juan Chodziko, Chlewinski, Walezynski, Twardowski, Mikuliki, Rudoznina, Zaleski y otros. Eran ligeros, benignos, eruditos, a veces enseñaban algo, aunque cumplían el oficio de visitador más bien ‘pro forma’, sin preguntar gran cosa ni a los alumnos ni a los profesores, por lo que su trabajo no fue tan importante para las escuelas como el de Krusinski.

La última visita a la escuela de Lubieszow la hizo en 1828 Jerónimo Kutniewicz, director de las escuelas del gobierno de Minsk, y es el primero que escribió las actas en ruso, mientras que todos los anteriores las habían escrito en polaco.

La introducción de patrones de honor de las escuelas fue una gran ayuda para las escuelas. Se elegían para esta función señores de elevada formación o de muchos recursos que querían ayuda de alguna manera a las escuelas confiadas a ellos. Tenían el derecho de visitar las escuelas cuando quisieran, y algunos de ellos fueron auténticos protectores de las escuelas y construyeron a su costa magníficos edificios para las escuelas; enriquecieron las bibliotecas y los museos de física; ayudaron a los alumnos pobres, y ayudaron de diversas maneras a las escuelas. El primer patrón de este tipo de las escuelas en el distrito de Pinsk fue José Twardowski, que luego fue mariscal del distrito y más tarde Rector de la Universidad de Vilna. Fue muy generoso principalmente con la escuela de Lubieszow: regaló una preciosa colección de minerales, una máquina eléctrica con 12 botellas de Leyden y otros instrumentos físicos.

La escuela de Lubieszow abrió en 1693, y fue cerrada el 10 de diciembre de 1834. Vivió, pues, 140 años.

FIN

(En un folio añadido)

Algunas cosas citadas por el escritor polaco Félix Koneczny en el libro que publicó en el año 1922 con el título Tadeo Kosciuszko, al cumplirse el centenario de la muerte del líder: su vida, sus hechos, su pensamiento. Poznan. En él, de la página 50 a la 65 habla de Lubieszow. Copiamos algunos fragmentos.

“La pedagogía polaca parece preceder en la evolución de algunas cuestiones pedagógicas a otros países de Europa Occidental. La mejor doctrina pedagógica de nuestro tiempo pide que se erijan escuelas asociadas a internados lejos del alboroto de las ciudades. ¡Ay! Hace ya dos siglos se fundaron en Neodolscum o Lubieszow las Escuelas Pías, con un internado, en un pueblo más que ciudad, en Polesia, junto al río Stochodo, que desemboca en el Prypetia cerca de Pinsk. Pues el Príncipe Juan Carlos Dolski fundó allí el colegio de las Escuelas Pías, en un pueblo que no pensaba por entonces convertirse en ciudad, siendo rey Juan III Sobieski.

A partir de 1693 había ya allí una escuela en la cual, según la costumbre de la época, se dedicaban sobre todo al estudio de la gramática, y se enseñaba latín. Y allí introdujo un nuevo método pedagógico, mucho mejor, el P. Estanislao Konarski, escolapio, quien con el permiso de Benedicto XIV renovó las Escuelas Pías en Polonia y les dio nueva vida. Cambiando el método, dio un nuevo objetivo a las escuelas. La escuela de Lubieszow, situada en un oculto rincón de Polesia, fue un terreno feraz para aplicar sus consejos. Los Padres se entregaron a la labor con muchas ganas, y el nuevo propietario, el Conde Czarnecki, les apoyó celosamente, morando tranquila y modestamente en su palacio.

Por aquel tiempo comenzó a extenderse la estrella brillante de las Escuelas Pías, que ya no dejó de brillar hasta el año 1834, en que el gobierno ruso la apagó, lo mismo que todas las Escuelas Pías, cerradas por completo y apagadas en todo el imperio ruso.

Qué aspecto tenía este lugar al que vinieron los hermanos Kosciuszko, Tadeo (de 9 años) y José (de 12), y qué vestigios quedan de aquellos tiempos mejores, nos lo cuenta un raro viajero que pasó por allí:

‘El colegio de las Escuelas Pías, que era antes de madera, fue construido en ladrillo cocido en el año 1730, de dos pisos, y mide 90 codos de largo y 60 de ancho, y el tejado es de tejas de madera. En un amplio vestíbulo hay un edificio de una planta, con la puerta principal dividida en dos partes. Aquí estuvo el colegio primitivo, y tiene el almacén de la leña, de los hierros, un molino movido por un caballo, los baños, la fábrica de cerveza, etc. Tiene 210 codos de largo y 11 de ancho. Enfrente está la escuela, también de una planta, con 5 aulas. Al lado de ellas hay un edificio de dos plantas, en el cual están expuestos los instrumentos de física, de química, de mineralogía como dicen, de figuras e instrumentos matemáticos, y también la biblioteca de los escolares. Los dos edificios tienen tejado de tejas. Delante del huerto hay un hermoso jardín botánico, adornado con sendas de tilos, en el que hay dos locales con calefacción para cultivar plantas y flores exóticas, un invernadero, además de dos locales de ladrillo para guardar los instrumentos de todo tipo, todo de ladrillo cocido. Hay un muro con tejas que rodea todo el jardín. De todo ello en la actualidad apenas quedan algunos vestigios.
No lejos del colegio junto al río Stochodo hay un huerto de árboles frutales llamado ‘Venecia’, regado por canales en los que se criaban peces, y separados del río por medio de rejas de hierro. En este huerto había árboles y arbustos de variedades raras y exquisitas de frutas, rodeado de una valla de roble. Uno de los canales desemboca en el río, en el cual había un puerto, con botes y pequeñas barcas dispuestos para el uso”.

Uno pensaría que está hablando de los tiempos actuales, de un modelo de escuela de la clase media, erigida en Inglaterra en el siglo XX. O sea, de un tipo de escuela de la que hablan todos “en el continente”, incluso en polaco, tal que el gobierno incluso paga estipendios a los maestros para que vayan a visitarla. Veamos qué más nos cuenta el viajero:

‘En el mes de mayo se animaba un tanto el pueblo a causa de la agrimensura, cuando el maestro de geometría salía fuera del pueblo con los alumnos de las clases cuarta, quinta y sexta, medían la región y dibujaban los planos’.

¿Cómo? ¿Los alumnos salían del pueblo para tomar medidas? ¿No diríamos que esto corresponde más bien a un modelo muy posterior de escuela alemana, y más tarde aún austriaca, hasta volverse normal en la novísima escuela inglesa, y transferido a ‘media Europa’ sólo con gran cautela y muchos rodeos, y en nuestra Polonia resucitada al fin de entre los muertos florecientes?

Y tal escuela, ¡oh dolor! Para nosotros y para toda Europa fue suprimida a principios del siglo XIX por la partición de Polonia.

¡Ah! Nadie dudará que una escuela tal fuera sólo para los ricos, como las modernas de Inglaterra, inaccesibles para los pobres. Escucha lo que cuenta el viajero:

‘En el mismo pueblo el colegio posee algunos edificios, en los cuales hay seis casas, en las cuales hay muchas habitaciones para los alumnos. No era difícil para los alumnos, en su mayoría pobres, encontrar en el pueblo entre los habitantes pensión y comida, incluso a precio moderado. Cuando los alumnos inscribían en la escuela, pagaban 3 áureos y 10 grosos, pero los pobres (que eran tantos como los ricos) no tenían que pagar nada. Con este dinero el prefecto compraba leña para las estufas de las escuelas, velas necesarias en invierno, y también libros para los alumnos pobres y listos, papel, y a menudo también zapatos. No recibía ningún otro pago de los alumnos’.

Había unos quince alumnos que recibían una beca, por la cual eran alimentados gratis, pues habían creado un fondo para su educación y alimentación los Príncipes Wisniowecki. Su sala estaba puesta al cuidado de criados y uno de los profesores.

En esta escuela crecieron los dos hermanos Kosciuszko, Tadeo de nueve años y José de 12. Tadeo pasó en ella 5 años, y en ella nació su amor a la patria, que luego mostró como héroe polaco.

En una escuela ordenada egregia y progresivamente, como vimos, aprendió más de lo que se suele enseñar en otros lugares. Muy pronto aprendían en la clase de gramática a expresarse fluidamente, y se les enseñaba al mismo tiempo a escribir y componer correctamente en polaco, empezando a escribir cartas. En las clases superiores se dedicaban incesantemente al polaco y al latín, a los clásicos, la elocuencia, y componían discursos en ambas lenguas”.

Y no descuidaban las matemáticas, pues estudiaban aritmética, geometría, álgebra, filosofía, completada por la física y la química. Aprendían también francés y alemán. Si se enseñaba todo a todos, o según su ingenio o inclinación, es incierto.

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Notas

  1. Llamada así por la ciudad donde estaba la imprenta, Zweibrücken o Dos Puentes, Bipontinum en latín, en la actual Alemania (N. del T.)
  2. Método de enseñanza para las Escuelas Pías de la Provincia de Lituania. Vilna, en la imprenta de S.R.M. y la República de las Escuelas Pías, año 1761, 86 páginas en 8º. Su autor es el eximio pedagogo y literato P. Jorge Czapinski Sch.P.
  3. En cada escuela debía haber los siguientes libros de funcionamiento: 1. Protocolo de visitas generales. 2. Libro de advertencias y cosas a hacer. 3. Acontecimientos escolares. 4. Libro del consejo pedagógico. 5. Libro de relaciones. 6. Libro de noticias de cada maestro. 7. Libro de juicios de cada alumno. 8. Libro de inscripciones de nuevos alumnos. 9. Libro de las órdenes enviadas a la escuela. 10. Libro de los diplomas concedidos a los alumnos. 11. Libro de los escritos de cada día. 12. Libro de observaciones meteorológicas. 13. Libro de los discursos tenidos durante la apertura y la clausura del año escolar. Luego se añadió el libro de los premios concedidos al os alumnos y el de las donaciones hechas a la escuela.