Plantilla:Textos de Calasanz del 3 de junio

De WikiPía
Saltar a: navegación, buscar
  • Me desagrada la melancolía del P. Pedro que guiado de su propio juicio no cree que Dios está para darle fuerza y virtud a fin de cumplir lo que le manda por medio de los Superiores; Dios quiera que el juicio propio no le arrebate el mérito
(Año: 1626; Nº: 0438; Destinatario: CHERUBINI, Stefano; Destino: Narni)
  • Dios sabe cuánta pena me da la enfermedad del P. Castilla. Aquí no se deja de hacer oración por su salud y por el amor de Dios no dejen de emplear todos los remedios posibles. Yo tengo el pie bastante hinchado desde hace cuatro o cinco días y no puedo ir a caballo; si tengo ocasión por alguna carroza iré en seguida. No dejen de avisarme siempre del estado del enfermo. Y comunique de mi parte al P. Castilla que si tiene algo que le dé escrúpulo lo exprese por escrito o de viva voz a V. R. y yo procuraré correr con ello; y tanto más si se encuentra mal y en gran peligro, pues si el Señor lo quisiera llevar a mejor vida desearía que no se quedara con escrúpulos de misas por celebrar y otras cosas. Ponga gran diligencia en servirle que aquí, como digo, ayudaremos con las oraciones y con cuanto nos manden
(Año: 1630; Nº: 1405; Destinatario: BANDONI, Giacomo; Destino: Frascati)
  • Sería de gran prudencia ante los hombres y de gran mérito ante Dios si estos carísimos hermanos nuestros que han venido de Alemania con tantos contratiempos supieran conformarse con paciencia a la voluntad divina y no pudiéndoles yo consolar con los hechos, rogaré al Señor que les consuele interiormente y les aumente el espíritu y el conocimiento de los juicios de Dios, en cuya presencia es mejor y de mayor mérito padecer por su amor en esta vida que gozar de grandes consuelos, dado que el primero da y el segundo recibe y es verdad que «melius est dare quam accipere». Si yo pudiera, como solía antes, les haría progresar en los estudios, para que luego con mayor facilidad pudieran ayudar al prójimo. Mientras tanto, dado que Dios lo permite, adquieran para sí mismos la quietud del alma con santa humildad y paciencia
(Año: 1645; Nº: 4273; Destinatario: BAFICI, Gio. Francesco; Destino: Génova)
  • Aunque hasta ahora no hayan dado el fruto deseado las oraciones hechas aquí para el arreglo de nuestras cosas, no debemos desconfiar de la misericordia divina, sino perseverar en la oración para que el Señor mande el remedio más oportuno, cuando parezca más conveniente a S. D. M. Nuestras cosas van como de costumbre y los que gobiernan se glorían de que la Religión no ha ido nunca tan bien como ahora. Y así lo creen y favorecen personas que pueden mucho en esta materia. Esperemos nosotros en la ayuda divina, la cual haga que contra nuestra esperanza podamos llegar a vestir novicios para mantener en pie la religión, pero de esto no se habla entre los que pueden ayudar a la Religión
(Año: 1645; Nº: 4272; Destinatario: BERRO, Vincenzo; Destino: Nápoles)