RenanoSuiza/8. La importancia de los PP. Escolapios en el área de la Escuela Primaria en Alemania

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7. Un héroe de la caridad. El P. Bartolomé Nokester de S. Bonifacio, Escolapio (1718-1796)
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Índice

 


8. La importancia de los PP. Escolapios en el área de la Escuela Primaria en Alemania

C.B. Ebner Sch.P.
(Arch. Gen., Reg. Bibl. 43, 23)[Notas 1]

Desde hace muchos siglos, en plena Edad Media, hasta nuestros días, la Iglesia y la Escuela han estado estrechamente unidas. Incluso hasta hace 200 o 100 años las Iglesias de los profesores y el plan de formación de las escasas Iglesias escuelas congregacionales tenían un carácter marcadamente teológico. Varias horas al día se dedicaban a la pura teología, y no era aprendida de manera autodidacta, sino que la enseñaba una personalidad teológica o confesional.

En nuestro tiempo se ha producido un cambio en la relación entre Iglesia y Escuela, primero de manera imperceptible, y luego de manera cada vez más clara…

¿Cómo se ha producido este cambio? Antes de responder a esta pregunta debemos recordar que mientras la iglesia fue Maestra, tenía solamente unas pocas escuelas, con instalaciones primitivas (esta afirmación no corresponde con la Historia de las escuelas gestionadas por Órdenes religiosas católicas. En las Escuelas Pías de Alemania existía la opinión de que cuanto más caras eran mejores para los jóvenes. Los prejuicios de amplios círculos contra las Órdenes Educativas católicas carecen de fundamento histórico. La historia nos lo muestra), la disciplina y los métodos eran bárbaros (¡todo lo contrario! ¡Leamos las normas de San José de Calasanz con respecto a los castigos y medios de castigar!)…

El rápido desarrollo del Comercio y la Industria exigía de cada trabajador no sólo saber leer, escribir y hacer cuentas, sino que también debían tener conocimientos elementales de geografía, historia, naturaleza. Para dedicar más tiempo a los temas mundanos dentro del horario escolar se tuvo que reducir el tiempo dedicado a las materias religiosas”. (Desde los primeros momentos los alumnos de las Escuelas Pías aprendían en la escuela no sólo a leer, escribir y hacer cuentas, sino también geografía, historia, naturaleza, contabilidad, correspondencia comercial y cálculo comercial. Muchos estudiantes salían de la escuela primaria gratuita de los Escolapios preparados para la vida práctica. La historia de la Orden Escolapia da testimonio de la comprensión de la Orden de las exigencias de los nuevos tiempos. Los Escolapios estaban preparados para impartir los temas que se enseñan hoy en las escuelas de Comercio. Los Padres de las Escuelas Pías habían preparado toda una serie de libros escolares con conocimientos prácticos, ampliamente difundidos).

Rector G. HÖFT, Hamburgo: Separación de Iglesia y Escuela. Con sus escuelas contribuyeron mucho al bien de la Iglesia y de la Patria. Conferencia ofrecida en el Primer Congreso Monista en Hamburgo, 11 de septiembre de 1912; documentación publicada en Berlín, 1912, 5, J, 4, H, pág. 257 ss.

(Los Escolapios sabían unir magistralmente la Piedad y las Letras en un camino armónico. Contribuyeron mucho en sus escuelas al bien de la Iglesia y de la Patria. Sólo la gente parcial se atreve a reducir y minimizar la indudable aportación del Padre de las Escuelas Pías en materia de escuelas primaria)

Que los Escolapios han prestado gran atención a los temas concretos, lo prueban sus libros. En el archivo escolapio de Viena se encuentran obras sobre caligrafía, geometría, contabilidad sencilla y doble y correspondencia comercial. En España tienen hoy en día los Escolapios buenas escuelas de Comercio.

En el tema del cálculo comercia se ha distinguido por otra parte el H. Juan Miguel Schwarzer de S. Felipe Neri. Nacido en Olbersdorf de Moravia en 1725, entro como hermano lego en la Orden de las Escuelas Pías en 1754. Escribió algunas obras para enseñar, que la Sociedad Comercial de Viena le había solicitado, y fueron publicados: Arithmetica Mercatorum o cálculo comercial completo, enseñado y explicado por el prof. H. Juan Miguel Schwarzer de S. Felipe Neri. Viena y Leipzig, 1762. Juan Federico Jahn, 840 páginas. Schwarzer fue miembro de la Sociedad Comercial de Viena. Murió en Viena en 1769, a los 44 años de edad.

Otro libro de cálculo lo escribió el P. Amando Müller Sch.P., titulado “Manera fácil de calcular intereses y temas asociados”. Viena, José Kurzböck, impresor y librero de la corte para países ilíricos y orientales. 56 páginas y 15 tablas.

El P. escolapio A. Voigt de S. Germán escribió Descripción de las monedas bohemas conocidas hasta ahora conocidas, en orden cronológico, además de un corta descripción de las características de las fábricas en las que fueron acuñadas, y algunas noticias históricos de las minas de Bohemia. Praga, 1771, Juan José Clauser. El periódico imperial y real graciosamente privilegiado, Viena, 20 St., 11 de mayo de 1771, dice acerca de esta obra: “El autor ha logrado describir todas las monedas bohemas conocidas desde los tiempos más antiguos hasta ahora, con sus características y grabados, y ha consultado también antiguos documentos, órdenes y conclusiones del parlamento, y otras cuestiones que atañen a las monedas; distinguiendo lo verdadero de lo imaginario, mostrando el contenido, valor y curso de cada una. Además h comparado las monedas de cada siglo con las del extranjero, en particular con las monedas alemanas que fueron acuñadas al mismo tiempo, comparándolas cuidadosamente y estableciendo su valor en relación con ellas…”

El padre escolapio Czech publicó una obra que hizo época. Pensamiento sensible y enseñanza de idiomas con aplicación a la religión, a la moral y a la vida, de Francisco Herrmann Czech, Profesor del Instituto Taubstummen de Viena, antiguo Prefecto y profesor de la Academia Ritter-Teresiana de Viena. Con 64 láminas al cobre, Viena, 1836. Impreso en la Comisión de la Congregación Mechitarista, 441 páginas.

Entre los grandes hallazgos de la investigación y la búsqueda humana en el arte y la ciencia hay uno digno de admiración, y es el Método de los sordomudos. Con él se ha ayudado a dar un lenguaje a los sordos, con lo que se produce un nuevo amanecer para ellos y pueden integrarse de manera útil en la sociedad.

El misterio del Método de los sordomudos se basa en una sola palabra: Misericordia.

Entonces resulta fácil de entender por qué todos los pioneros en el área de la educación de los sordomudos eran sacerdotes:

  • En Alemania, el jesuita P. Schott y el párroco Arnoldi
  • En Austria, el abad Srok y el escolapio P. Czech, y el sacerdote Reitter
  • En Bohemia el sacerdote Mücke
  • En Polonia el escolapio P. Falkowski
  • En Francia el abate de l’Epée
  • En Espala el benedictino Pedro de Ponce
  • En Hungría el sacerdote Simón
  • En Suiza el párroco Keller
  • En Italia los escolapios Assaroti, Marchio y Péndola. Hoy día el P. Guido Meucci de las Escuelas Pías es una personalidad reconocida por todos en Italia en cuestión de educación de sordomudos.

Un estudio importante sobre la actividad de los Escolapios en materia de educación de los sordomudos aparece en la revista española Ave María, Barcelona, junio de 1933, n. 370, año 27, pág. 12-16.

Los Escolapios fundaron escuelas en las siguientes ciudades alemanas:

  • Rastatt, en 1715; dejada en 1724; vuelta a tomar en 1736; abandonada en 1808.
  • Günzburg sobre el Danubio, 1751; abandonada en 1806 (Provincia de Austria)
  • Kempten en Allgäu, 1752; abandonada en 1802.
  • Donaueschingen, 1755; abandonada en 1778.
  • Kirchberg en Hunsrück, 1758; abandonada en 1798.
  • Kirn sobre el Nahe, 1759; abandonada al suprimirse la fundación en 1798.
  • Kirn Sulzbach, 1759; abandonada en 1798.
  • Wallerstein en Ries, 1761, abandonada en 1805.
  • Tréveris sobre el Mosela, abandonada en 1786.

Con la fundación de los PP. Escolapios en Alemania una serie de ciudades alemanas tuvieron en una época relativamente temprana en general la escuela elemental gratuita. Hoy, cuando la escuela primaria nos parece algo normal, no podemos imaginar la bendición que era para una ciudad y un país una orden religiosa que tuviera una escuela elemental. Si investigamos la historia de las ciudades alemanas, no debemos asombrarnos si encontramos ciudades que en el siglo XIX todavía no tenían una escuela primaria organizada. Señalemos solamente que en Aschersleben[Notas 2], que hasta 1835 sólo tenía dos clases de primaria en las que se llevaba a cabo la enseñanza mutua. Un municipio como Rastatt es una de esas ciudades que tuvieron el beneficio de la escuela primaria con un siglo de adelanto gracias a la obra de los Escolapios. Qué tremendo desastre era la escuela primaria en el siglo XVIII, nos lo dice el Barón Ramschwag de Burgau en un escrito a la Emperatriz María Teresa: “… si el vicio de la ociosidad ha avanzado tanto en Günzburg, la causa de todo es la indisciplina de los hijos y el sistema escolar…”[Notas 3]

Los Escolapios debieron comenzar su trabajo con medios humildes, lo cual resultaba bastante desalentador al principio. Muchos padres venían de tierras eslavas y no sabían hablar alemán. Pero las Escuelas Pías ganaron pronto una buena reputación en Alemania. En 1724 la ciudad de Frankfurt en el Main pidió a los escolapios que se hicieran cargo de sus escuelas primarias[Notas 4]. La ciudad de Cochem en el Mosela intentó que los Escolapios vinieran para llevar sus escuelas en 1768[Notas 5]. Desgraciadamente, a causa de la falta de profesores apropiados, los Escolapios no pudieron atender esas peticiones.

Los Escolapios se caracterizaban por la diligencia y la piedad. Durante largos años de práctica escolar los Escolapios habían creado su propio método de enseñanza[Notas 6]. El P. Schaler Sch.P., Provincial de Praga (fallecido en 1809), en su obra Pensamientos sobre las Constituciones de los Escolapios y su método de enseñanza presenta el método de enseñanza de las Escuelas Pías[Notas 7].

El método de enseñanza:

1.“El objetivo de nuestro Instituto, dijo Calasanz, es enseñar desde los cimientos a los niños el arte de leer, escribir y contar, así como formarlos sólidamente en la fe y en la piedad”
2.División de las clases: La escuela se divide en cuatro clases:
I.Escuela de leer, o clase de alfabetización. Esta tiene dos niveles:
a.Lengua alemana
b.Lengua latina
II.Escuela de escribir
III.Escuela de aritmética
IV.Escuela “parva” (clase preparatoria, o primera clase de latín). Los estudiantes de esta clase eran llamados “parvistas”.

“Los libros de estudio para los niños no sólo no sólo estaban escritos con un texto fácil de leer, sino que además tenían tales contenidos que fueran útiles tanto para los hijos como para los padres”.

Los Escolapios habían publicado algunos libros de clase que correspondían a los siguientes requisitos:

Kurzer Begriff Teutscher Les- und Schreib-Richtigkeit: zum Behuf der Schreibgeflissenen Jugend in denen Schulen deren PP. Piarum Scholarum.[Notas 8] Reunidas para los amantes del conocimiento de la lengua alemana por un religioso de la misma Orden. Aumentado y mejorado en el año 1745. Impreso en Rötz por Cristoph Jospeh Hut. Librería de la Universidad de Viena. En 8º, 98 páginas.

Primera parte. Leer correctamente Alemán.

I.De las letras.

Pregunta: ¿cuántas letras hay en la lengua alemana?

Respuesta: realmente para leer los alemanes sólo tienen 24 letras.

“Se favorecerá mucho el progreso en la lectura si leen todos juntos en el libro, de manera que si uno se equivoca, los demás le pueden corregir”. Se insistirá mucho en la correcta pronunciación.

Como muestras los documentos, se daba gran atención en las Escuelas Pías alemanas a la lengua alemana.

“Para ver que en las Escuelas Pías desde el principio del instituto se seguía el método normal de lectura, uno debe ver la normativa de Viena, Berlín, Lüneburg, Maguncia, Würzburg, y comparar una y otra, para encontrar que en los fundamental las Escuelas Pías ya habían introducido los principios del arte de la lectura”

Hay que señalar que en un informe de la Superiora Sofía Diele I.B.V.M. de Günzburg en el Danubio del 21 de abril de 1806, según el cual todas las Señoritas Inglesas en general seguían el método de la Escuela Normal en los estados austriacos. Las Señoritas Inglesas habían aprendido tan bien el método normal bajo la dirección de los Directores Escolapios, que la Comisión Territorial Bávara escribió: “El método de enseñanza, bueno y de acuerdo en la forma básicamente con el prescrito en Baviera, se ha ido amoldando progresivamente al plan oficial de estudios y necesita pocos cambios”[Notas 9].

El Dr. Rottenkolber escribe en Jardín Hogar, Kempten 1928, acerca del método de los PP. Escolapios, en las pág. 205-226:

“Su método de enseñanza a menudo ha sido condenado, pero sólo por los envidiosos, quienes se han expresado sin analizarlo y sin conocerlo. Si bien no es del todo acertado, no debe olvidarse que nadie enseña a su burro a tocar el laúd, y que una bestia bruta se puede comparar a una persona que no obedece a la autoridad”.

“En la clase de escribir los principiantes deben, además de escribir de manera legible y hermosa, aprender la ortografía de cada palabra”. El Compendio de las Escuelas Pías de Wallerstein dice: “Con respecto a la escritura, se enseñará al alumno primero a leer y pronunciar correctamente las palabras alemanas y latinas que ha escrito con la pluma, de modo que lo entienda. Y para que sigan avanzando más adelante en la escritura, una vez a la semana deben escribir las frases dictadas por el maestro, según las reglas de ortografía prescritas, y le enseñarán lo escrito para que los revise y corrija”.

“Ya en esta clase se enseñará a los niños los fundamentos de la aritmética según el libro escolar de Juan Bautista de Jesús, religioso de esta Orden”.

“En la tercera clase de primaria los estudiantes deben adquirir la mayor perfección posible en escritura y aritmética. Su libro de estudio será el del ya citado Juan Bautista Elementos aritméticos, o si así le parece bien al Superior, otro libro de aritmética”.

En Rastatt se encuentra el libro de aritmética Introducción a la aritmética para el beneficio y uso de las Escuelas Pías, Prga 1768, en 8º, 304 páginas, con 80 ejercicios a realizar.

Otros libros de aritmética, usados en las escuelas alemanas: Aritmética práctica para utilidad pública, ofrecido por el Padre Lucas de San Edmundo, de los Clérigos Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías. Año 1697, Trnava, en 8º, 346 páginas.

Aritmética para instruir a los niños alemanes, anteriormente escrita en latín y publicada por el P. Paulino Chelucci de las Escuelas Pías, profesor público de Elocuencia en la Academia Romana, y más tarde Superior General de su Orden, traducido ahora al alemán por el P. Anton Wasserthal de las Escuelas Pías, profesor de aritmética en la Academia Saboyana Ritter. Viena, Jakob Jahn, 1765, en 8º, 134 páginas.

Introducción a la aritmética, para beneficio y uso de las Escuelas Pías. Praga, 1768. El autor escribe en el prólogo: “Amable lector: a escribir la presente Introducción a la Aritmética me mueven dos motivos específicos. El primero, porque usándolo, buena parte del tiempo que los maestros pierden en la escuela podrían usarlo de manera más útil; el segundo, para que el niño que ya sabe escribir correctamente, reciba un libro de aritmética completa que sea diseminado en nuestras escuelas, que le sirva para recordar las cosas aprendidas y deleitarse con él. Yo llamo a este librito una introducción, pues está dedicado principalmente a los niños, y para escribir una Aritmética completa hace falta una obra más amplia. Me despido”.

Breve índice de la Aritmética.

I.La aritmética es una ciencia que nos enseña cómo a partir de unas determinadas cifras mediante cálculo y determinadas reglas se pueden hallar y conocer otras cifras.
II.Se utilizarán dos tipos de procedimiento, de los cuales uno es el común, mientras que el otro es llamado práctico o aplicado, que en su brevedad sirve para comparar, eliminar o separar cifras, y que supera al otro método.
III.La aritmética común está formada por operaciones. Una operación es un cálculo aritmético tal que a partir de dos o más cifras conocidas se puede hallar una tercera desconocida.
IV.Se parte de las reglas aritméticas generales (para evitar las dificultades de acumular y mezclar las reglas, así como para tener una mejor idea de cada una)
1.En las cantidades u operaciones simples: donde se harán este tipo de cálculo con determinados tipos de cosas, como florines y quintales y similares
2.Mezcladas y añadidas, u operaciones llamadas compuestas: donde se darán normas para calcular diversas cosas como monedas, masa, peso y semejantes, en florines, coronas, o quintales, libras, etc.
3.Quebrados o fracciones; donde con las reglas de los quebrados se calcularán las partes de un todo.
Cuando el principiante esté diligentemente preparado en estos cálculos, se le puede prometer un feliz progreso en el cálculo mercantil.
V.En realidad hay sólo cuatro operaciones (III), concretamente:
1.La adición o unir cifras,
2.La sustracción o quitar,
3.La multiplicación, duplicar o aumentar más,
4.La división, repartir.
En la adición se dan unas cantidades o sumandos conocidos, a partir de los cuales poniéndolos juntos se obtiene la suma de una cifra desconocida.
En la sustracción hay dos cantidades conocidas, y de una de ellas, el minuendo, se debe disminuir la otra, el sustraendo, con lo cual se halla el resultado, resto o residuo.
En la multiplicación hay dos cantidades conocidas, el multiplicando o cifra que debe ser aumentada, y el multiplicador, que indica cuántas veces debe aumentarse para dar como resultado el producto.
En la división las cantidades conocidas son el dividendo o la cifra que debe ser repartida, y el divisor o las partes en las cuales debe ser dividida para obtener el cociente.
VI.Con respecto a la numeración o contar cualquier número desconocido, no se trata propiamente de una operación; se trata de un conocimiento previo consistente en reconocer las cantidades con sus cifras correctamente escritas y pronunciadas.
Tercer ejercicio.
Cinco comerciantes se asocian para una operación común (los llamaremos A, B, C, D, E), con las siguientes cantidades:
A, 5867 fl; B, 985 fl; C, 4209 fl; D, 398 fl; E, 586 fl.
Pregunta: ¿cuánto es la suma total obtenida?
Se escribe a continuación como sigue:
A 5867 fl
B 985 fl
C 4209 fl
D 398 fl
E 586 fl

5

Se comienza por la derecha y se dice: 6 y 8 son 14; más 9, 23; más 4, 28; más 7, dan 35. Se escribe sólo el 5 a la derecha en la columna de las unidades. El 3 se guarda para sumar con la columna de las decenas, y se dice: 3 y 8 son 11; más 9, 20; más 8, 28; más 6, 34. (Cuando ya está familiarizado con la suma, las palabras “y”, “son”, “más”, “son”… no necesita pronunciarlas, sino sólo pensarlas, y decir brevemente: 3, 11, 20, 28, 34). Esas 34 son decenas, así que escribiremos 4 en la columna de las decenas como sigue:
5867 fl
985 fl
4209 fl
398 fl
586 fl

45

Nos queda el 3 para la columna de las centenas, y pasamos a la columna siguiente diciendo: 3 y 5, 8; y 3, 11; y 2, 13; y 9, 22; y 8, 30. Escribiremos pues (ya que no sobra ninguna centena) un 0 en la columna de las centenas, de la siguiente manera:
5867 fl
985 fl
4209 fl
398 fl
586 fl

045

Pasamos finalmente a la última columna, en la que el anterior 3 y 4 dan 7, y 5, 12. Este 12, como ya no queda ninguna columna más, se escribe a continuación, de manera que tenemos la suma total, como sigue:
5867 fl
985 fl
4209 fl
398 fl
586 fl

Suma: 12045 fl

Esta suma se lee siempre igual, con cualquier tipo de cifras. Si se trata de dinero, la suma será 12045 florines; si se trata de libras, la suma será de 12045 libras”.

Un Compendio de la materia que se enseñaba en el liceo de Wallerstein de las Escuelas Pías el año 1769 llama a la sección inferior escuela de escribir y de aritmética. En esta sección hay tres clases de estudiantes, en las cuales “algunos aprenden a escribir; otros se inician en los rudimentos de la lengua latina”. A partir de estas tres clases se desarrollaron más tarde dos clases elementales de alemán: la clase inferior de leer, y la clase superior de escribir. Los alumnos de la clase de leer eran llamados también “alfabeteros”; a su vez eran distinguidos según la lengua: los germanistas y los latinistas.

Nos ha llegado una interesante lista de los alumnos de la escuela primaria de los Escolapios de Wallerstein del año 1769. En la escuela de los Escolapios de Wallerstein había 57 niños alemanes, a saber:

I.Sólo deletreadores 18
II.Pequeños escritores, que leen algo, y deletrean algo 18
III.Escritores grandes 17

IV.Contadores (escuela de aritmética) 4

Se daba gran importancia en las Escuelas Pías a la enseñanza de la música, según se puede ver en los registros de las escuelas de Kirchberg in Hunsrück y en Rastatt, donde se dedicaban cuatro horas semanales a la música coral. En las escuelas de Günzburg y Wallerstein también se le debía dar, pues en las crónicas se escribe que los alumnos de los Escolapios han glorificado el culto divino con el canto.

Duración de las lecciones

Las clases en las Escuelas Pías duraban cinco horas, dos y media antes y después de mediodía. Entraban en la escuela a toque de campana. La enseñanza era interrumpida por un recreo. El jueves no había clase.

Premios a los estudiantes

Los estudiantes especialmente destacados “en buen comportamiento y progreso en las ciencias” recibían premios. La distribución de premios se hacía dos veces al año. Los padres y los representantes de las autoridades eran invitados a esas celebraciones. Cada una de las distinciones era inscrita en el Libro de Honor. El buen rendimiento era también recompensado con grandes medallas. Además los destacados podían ser recompensados con libros de premio. Después de la distribución de premios pasaban a la clase superior. En las clases de latín, los Escolapios preparaban ejercicios de oratoria, dedicados a un fundador o patrón, con los cuales se les honraba. Ha llegado a nosotros una Oda al Barón de Ramschwag del año 1761:

“Oda al bien nacido Barón Sr. Franz Christoph Joseph de Ramschwag en Guttenberg,
Señor de Oberhausen y Gross-Küssendorf, miembro del Consejo Real y Camarero de la Sacra Imperial y Real Apostólica Majestad, Gobernador del marquesado de Burgau, miembro del Círculo Suabo, nombrado Ministro de Austria Exterior, Director de Comercio y Principal Apoyo de las Escuelas Pías de Günzburg,
Con ocasión del segundo ejercicio público escolar de oratoria de las Musas de las Escuelas Pías,
En el año 1761, impreso por Juan Cristóbal Waggeg”.

Tenemos similares obras correspondientes a los años 1772 y 1779. Del año 1784 tenemos un singspiel[Notas 10], pensado para el 50º aniversario del Padre Escolapio Nicht.

Castigos escolares

“Los castigos escolares, si no pueden evitarse mediante otros medios, serán suaves y aplicados con la debida honestidad. Ningún maestro debe aplicar él mismo el castigo, sino que deben informar sobre la falta del alumno al prefecto o al Rector, quienes aplicarán el castigo correspondiente a la falta”.

Según el reglamento de Kirn del año 1782 estaba prohibido azotar al niño sobre la carne desnuda.

El pensamiento del santo fundador de la Orden de las Escuelas Pías José de Calasanz sobre castigos y modos de castigar aparece en la siguiente reflexión del General de las Escuelas Pías P. Mauro Ricci[Notas 11]: “Imagínese lo feo que resulta de ver un docente impaciente, que se enciende a la menor indiscreción de sus muchachos. Se vuelve rabioso, grita como un loco y puede llegar a acciones que son indignas de un maestro cristiano, y mucho más de un sacerdote. ¿No ves que un momento destruye todo el bien que había construido durante meses en el corazón de sus alumnos? ¿Piensa que acaso se puede corregir una falta menor con un error mayor? Si San José de Calasanz estuviera presente, le repetiría sus palabras: ‘Un religioso airado en un relámpago del infierno’. Admire la bella apariencia a la visión cristiana de un maestro que se adorna con la gloriosa virtud de la paciencia. Se controla a sí mismo y también a sus estudiantes. Quien pone freno a sus propios sentimientos, tiene bajo control su intemperancia. Con una actitud benévola y seria consigue más que con gritos inmoderados. Incluso la sanciones, cuando son aplicadas con paz, parecen razonables y justas. ¿Acaso leemos que el Fundador de nuestra orden se dejó llevar algún día o en alguna ocasión por celo inmoderado contra los niños traviesos? Al contrario; decía en las Constituciones de su Orden: Adórnense con las virtudes de la paciencia y el amor”.

El P. General de la orden Tomás Viñas escribió en su obra Piedad y Letras. Tríptico calasancio. Roma, 1921, pág. 87, nº 165: “Hay algunos maestros que acostumbran, cuando un alumno comete un error, a manifestar ironía con la mirada o con palabras, con lo cual hacen que se rían del que se ha equivocado, y a menudo logran que sus condiscípulos los desprecien. ¡Líbrate de ello, querido hermano! Que la perturbación de la mente ni la aflicción del corazón aflijan al muchacho que se ha equivocado; si el error procede de su limitado ingenio, procura corregirlo con la enseñanza adecuada; si es atribuible al despiste o a un descuido culpable, procura corregir el error literario del niño negligente con un remedio espiritual”. Más tarde, en la página 91, nº 186, escribe el P. Viñas: “Hermanos queridísimos en el Señor, despedid con un abrazo a los alumnos de las Escuelas Pías que se van al terminar sus estudios, y que con el beso del ánimo agradecido prometan adherirse devotamente a la institución cristiana con actitud de la mente y el espíritu. Vuestro adiós paterno sea un magnífico saludo de feliz augurio con el que los jóvenes saluden al mundo, teniendo siempre fijo el corazón y confirmando con la praxis aquel precepto de la sabiduría: ‘Acuérdate, pues, de tu Creador en los días de tu juventud… entonces volverá el polvo a la tierra como lo que era, y el espíritu volverá a Dios que lo dio’ (Eccl 12, 1.7); ‘Instruye al joven según sus disposiciones, que luego, de viejo, no se apartará de ellas’ (Pro 22, 6)”.

Más instrucciones sobre la educación del niño se encuentran en la Colección de instrucciones que San José de Calasanz escribió. El original de esta obra se encuentra en el Archivo General en Roma: Instrucciones para los maestros y las escuelas escritas por S. José de Calasanz.

Exámenes

Los exámenes tenían lugar dos veces al año, y los que estaban preparados y los aprobaban pasaban la siguiente mitad del año a la clase superior.

Vacaciones

El Dr. Karl Wolte escribe en su folleto Las antiguas Escuelas Pías de Moravia, Viena, 1900, pág. 14 sobre las vacaciones: “Con respecto a las vacaciones, encontramos una norma interesante: si una fiesta casi en una semana en la que ya había otro día de fiesta, debía trasladarse a otra semana. Es de notar también que las clases superiores comenzaban las vacaciones sólo después de un periodo de tres días de clase”.

En el mismo folleto hay un anexo con el reglamento escolar sobre las vacaciones de las Escuelas Pías:

“Sobre las vacaciones de las escuelas. Cap. 13.

1.Concédanse medio día de fiesta después de la comida desde el comienzo de las clases hasta Pentecostés, así como en la vigilia de Navidad, Pentecostés y Corpus Christi; y luego hasta las vacaciones de otoño, un día entero el jueves, a no ser que caiga alguna fiesta en martes o viernes en el tiempo de invierno; en el tiempo de verano se puede pasar la fiesta al miércoles si la fiesta cae en viernes, o al jueves si cae en martes, a no ser que el Rector o el Prefecto de las Escuelas Pías, por algún motivo razonable, decidieran otras cosa.
2.Las vacaciones otoñales comenzarán (a no ser que razones locales lo requieran de otro modo) el día de la fiesta de San Francisco, comenzando por las clases superiores, y luego descendiendo con tres días de diferencia hasta las clases inferiores”.

Objetivo y propósito de la enseñanza.

Piedad y Letras: este es el programa de las Escuelas Pías. Estas son las dos principales tareas que siempre la Orden Escolapia ha tratado de llevar a cabo juntas.

“Como la instrucción en las ciencias es considerado por las Escuelas Pías un medio adecuado para formar en la Piedad y en la buena Moralidad, debe ser siempre el propósito principal del maestro pensar en los dos objetivos a la vez, y no perder ninguna oportunidad para conducir a ese fin la literatura secular”.

En la escuela primaria el catecismo es tratado como una materia propia. Nuestro Santo Padre Calasanz escribió él mismo un librito de religión para ser usado en la escuela. También se usaba en las Escuelas Pías el catecismo de San Pedro Canisio. En el año 1754 apareció un librito, al parecer de autor escolapio, que, como muestran los archivos, era usado en las escuelas alemanas: Rudimentos de la Doctrina Cristiana para uso de las Escuelas Pías, preparado por un maestro cristiano para uso de las Escuelas Pías, impreso por Juan Tomás Tratnner, en 8º:

“Sobre Dios y la Santísima Trinidad (página 3)

Pregunta: ¿Hay más de un Dios?

Respuesta: De ningún modo; es imposible que haya más dioses.

Pr. Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, ¿no son tres dioses?

Resp. No, sino tres Personas; pues tienen la misma naturaleza y deidad.

Pr. ¿Son distintos el uno del otro?

Resp. Naturalmente, pues el Padre no es el Hijo, el Hijo no es el Espíritu santo, y el Espíritu santo no es ni el Padre, ni el Hijo. El Padre es la primera persona; el Hijo es a segunda persona y el Espíritu Santo, la tercera.
Pr. ¿Por qué se llama Padre a la primera persona?
Resp. Porque desde la eternidad engendra al Hijo, el cual tiene la misma naturaleza que el Padre.
Pr. ¿Por qué se llama Hijo a la segunda persona?
Resp. Porque es engendrado del padre desde la eternidad.
Pr. ¿Y por qué se llama Espíritu Santo a la Tercera Persona?
Resp. Porque procede del Padre y del Hijo.
Pr. Por lo tanto, ¿el Hijo o el Espíritu Santo han surgido del Padre en algún tiempo?
Resp. No, ninguna de las tres personas ha comenzado a ser nunca, ni dejarán de ser nunca, sino que son igual de poderosas, grandes y perfectas.
Pr. ¿Cómo puede ser eso?
Resp. Porque así se nos ha dicho y revelado. Nosotros no podemos entender el misterio de la Santísima Trinidad”.

Como está registrado en varios Anales de las escuelas alemanas, se puede concluir que el catecismo se tenía los domingos. Fuera de ese día, se ponía gran énfasis también en la formación religiosa. Cada vez que tocaban las horas los estudiantes se ponían de pie y decían una oración a la Reina de las Escuelas Pías y se ponían bajo la protección del Santo Ángel Guardián.

En el Compendio del colegio de Wallerstein se dice que las clases comenzaban con una oración. Cada media hora el reloj daba una señal, para decir el saludo inglés, e invocar la tres virtudes teologales. Al final de las clases el maestro dirigía algún pensamiento piadoso a los estudiantes antes de despedirlos. Finalmente se daba la señal para recitar las letanías lauretanas. El sábado por la tarde todos los alumnos se reunían en la capilla, donde el Rector les dirigía una corta conferencia, que concluía con cantos, letanías y la bendición. Los domingos y días festivos los estudiantes rezaban juntos el Rosario. Todavía continuaba el culto divino en la escuela. Los alumnos de las clases inferiores iban una vez al mes a confesarse, mientras los mayores se reunían una vez al mes para recibir la santa comunión. Además en las Escuelas Pías se tenía la Oración continua. Los alumnos eran llevados en grupitos a la capilla, donde ante el Santísimo Sacramento expuesto rezaban una vez al mes por el bien de la Iglesia y de la Patria.

El maestro debía explicar el Evangelio a los niños. “Del profesor debe fluir hacia los alumnos, además de la ciencia y la piedad, también la limpieza de los vestidos, una manera decente de vida y una cortesía recomendable, de modo que dé buen ejemplo para que su educación sea más eficaz”.

En cuanto a la preparación de los Escolapios[Notas 12] encontramos noticias interesantes en un escrito del último Rector del colegio de Günzburg a la Comisión Organizadora Bávara con fecha 28 de febrero de 1806: la Orden tiene un seminario para preparar maestros eficientes. Los Escolapios cuando entran en la Orden deben pasar dos años de prueba, para ver si la orden les conviene y si ellos convienen a la Orden. Pero incluso aquellos que encuentran su camino en otra parte y no se quedan en la Orden, casi siempre se dedican a la enseñanza.

Durante ese tiempo, en el que son alumnos de la Orden, además de aprender el método normal de las escuelas primarias, se preparan en el arte de escribir elegante y correctamente, así como en la aritmética, el dibujo y el estudio de varias lenguas, estudiando al mismo tiempo las clases de humanidades y formándose en latín, filosofía, geografía, historia, poesía y retórica. Más tarde se dedican a filosofía más elevada y teología, derecho canónico y fundamentos del derecho civil; cada año pasan a menudo pruebas, y las de pedagogía y metodología se hacen bajo la presidencia de los comisarios escolares del condado. Luego los Escolapios comenzaban enseñando en la escuela elemental como maestros, antes de ser promovidos a profesores en las escuelas de latín. En aquel tiempo la enseñanza privada estaba tranquila en los estudios superiores, recogiendo el polvo y sudor de las escuelas de alemán. Como libros de clase en todas las escuelas sólo se podían usar los que habían sido aprobados por la Comisión Superior de Estudios. Los Escolapios se habían formado según las normas del Estado y lo servían sin hipocresía. Por lo tanto la Orden seguía segura a través de todas las crisis que desde 1780 habían conocido las congregaciones austriacas, disfrutando del apoyo superior”.

Así eran de celosos los Escolapios en las Escuelas, así de sacrificados, así de felices en su renuncia en Alemania, así pasaban sus días en Alemania.

Con la invasión francesa de la región del Rin (1794) las escuelas primarias escolapias perecieron.

El llamado “Cierre imperial de la alta Diputación de Ratisbona” del 25 de febrero de 1803 puso a los señoríos que andaban buscando dinero una herramienta en sus manos, y los Escolapios tuvieron que retirarse por completo de las escuelas alemanas[Notas 13].

La avaricia de príncipes y monarcas desde hacía tiempo acechaba a las pequeñas pertenencias de los Padres de las Escuelas Pías y finalmente se lanzaron sobre la parcela de la Orden derrocada.

Con un solo golpe la actividad tan beneficiosa de las Escuelas Pías en la escuela primaria de Alemania llegó a fin. Ahora que la semilla estaba echada, el sembrador tuvo que alejarse del campo. Una parte de los Padres regresaron a la Provincia de Austria, otra parte se quedaron en Alemania, trabajando con hábito de sacerdote secular en las escuelas, manteniendo todavía la gloria y el prestigio de las los padres de las Escuelas Pías.

El último Rector de Günzburg, el P. Ivo Engelhard, se quedó en Günzburg. Ya desde 1795 era director e inspector de las escuelas de Günzburg. Consiguió que la vivienda de las Escuelas Pías se convirtiera en la oficina de los directores de todas las escuelas del distrito de Günzburg. Por sus servicios en la escuela, el Rey de Baviera le distinguió con la Orden de Luis. Durante 60 años este hijo celoso del santo Calasanz estuvo dedicado a la escuela.

El novicio clérigo Ignacio Reinert de Viena se quedó también en el colegio de Günzburg después de la suspensión de los Escolapios. Era un celoso maestro de escuela y se ganó a todos los niños de Günzburg y alrededores. Escribió una crónica, Guntia. En el museo histórico de Günzburg existe un modelo de la ciudad que creó con mucho amor el profesor escolapio Reinert. Fue maestro allí durante 42 años. La ciudad de Günzburg lo proclamó ciudadano honorario. Su tumba se conserva en Günzburg y es visitada por muchos.

El último Rector de la comunidad de Wallerstein en Ries es hoy bien recordado por la población. El P. Rector Zerfass de Wallerstein vivió allí hasta el cierre del colegio. Con sus ahorros estableció una fundación para que todos los alumnos obtuvieran gratis el material escolar. Durante la inflación se perdió el capital. En señal de gratitud hacia el generoso donante, debía celebrarse una misa al año, a la que debían asistir todos los alumnos. El P. Zerfass vivió una vida profundamente religiosa, marcada por una estricta concepción ascética de la vida.

De todos los lugares de trabajo de los Escolapios existen citas de reconocimiento:

El predicador Schöttl de Günzburg escribió en su trabajo “El Colegio Escolapio de Günzburg, 1750-1806”, en El Hogar Suabo, Günzburg, julio de 1926, algunas alabanzas más: ya en 1753 hay un informe al Barón de Summerau, que era el Comisario de la Corte para los territorios de Austria Exterior, elogiando tanto el celo de los Padres Escolapios “que no es posible alabarlos tanto como merecen”… Ya se puede ver el resultado de la buena educación en esta juventud antes corrompida; se puede esperar que en unos pocos años los ciudadanos sean totalmente diferentes…”

En el nº 20, de agosto de 1926, continúa Schöttl: “Así, pues, el colegio escolapio de Günzburg tuvo una historia de sólo 56 años en la educación de Günzburg, pero su impacto fue ciertamente positivo. La mejor prueba de ello es que en 1835 se envió una delegación del gobierno y el obispo para que pidieran el retorno de los Padres Escolapios”.

El Archivero de la ciudad de Günzburg Serafín Stötter escribe en el nº 8, de agosto de 1927, de la misma revista sobre la obra de los Escolapios. A pesar de los limitados recursos financieros, el Gobernador Ramschwag, con la aprobación de la Emperatriz María Teresa, construyó aquí un colegio escolapio para la educación de la juventud. A partir de 1751 ellos se hicieron cargo de la educación de los niños; su trabajo fue un modelo para todo el marquesado de Burgau (Austria Exterior).

La Sra. Catalina Reiter I.B.M.V. escribe en el nº 9 de septiembre de 1927 en la revista de Günzburg: “El crédito principal para el florecimiento de las escuelas de la ciudad durante la primera mitad del siglo XIX se debe al Inspector Escolar Ivo Engelhardt, el último Rector del suprimido colegio escolapio. Siguió como profesor en la escuela de niños, y fue distinguido con el título de Inspector Escolar. Siendo él mismo un brillante hombre de escuela, estaba en conexión spiritual con los grandes pedagogos de su tiempo, con Pestalozzi, Stephanie, Pöhlman, y tuvo en cuenta sus ideas para mejorar la realidad de nuestras escuelas. Para las profesoras era un honorable consultor, y también un claro abogado, cuando hacía falta”.

El Dr. Sebastián Brunner escribe en la Revista de la iglesia de Viena del 3 de junio de 1848, nº 28, en la página 112: “¡Pobres Escolapios! Carta de un Escolapio a un hermano de su Orden en Austria: ‘Resulta agradable saber que en esa orden las fuerzas eficientes están vivas, con sus objetivos bien a la vista, y sólo necesitan reforma”.

En El espectador Vienés del 2 de septiembre de 1848, nº 140, pág. 1123, encontramos un artículo titulado “¿Deben continuar las Escuelas en manos de los Escolapios? Respondemos: ¡Sí! Despiertan el espíritu, forman el corazón, robustecen las fuerzas, potencian las disposiciones, brevemente, hacen cada vez más general la ciencia y la virtud, lo cual es el objetivo de la escuela nacional. Están para llevar a cabo ese objetivo, que consideramos también el nuestro, y han ganado la confianza…”

C. Schneider, juez de Kirn, en su obra Historia de las Casas, Pueblos y Tierras del territorio Wild-und Rheingrafen, en los Hundsrück, Kreuznach, 1854, pág 265: “Las Escuelas Pías de Kirn sobre el Nahe estaban muy bien provistas de maestros, para servir dignamente al entorno como tales instituciones”.

Stramberg escribe en su Anticuario memorable y útil del Rin, Rin Medio, 2ª sección, volumen 19, pág. 282, Coblenza, 1870: “Los logros de la labor de las Escuelas Pías en la educación de los jóvenes son reconocidos incluso por los grandes enemigos de la Iglesia”.

En la Topografía de la Austria Baja, Viena, 1874, capítulo 7, pág. 435, se encuentra el siguiente juicio con respecto a la labor escolar de los PP. Escolapios: “Los Escolapios tienen el mérito de haber abierto escuelas primarias en las cuales los niños pobres aprendían a leer, escribir, contar y el catecismo”.

“También muchas Órdenes católicas tienen grandes méritos en la creación de escuelas primarias, además de los Escolapios y los hermanos de las Escuelas Cristianas”. Weyner en la Enciclopedia Estatal, tratando sobre la aportación del catolicismo a la ciencia en Alemania. Volumen 5, página 1014, Freiburg, 1897, Herder.

Maestro Rottenkolber: Para una historia de la educación en la Ciudad de la Pluma, Kempten, Casa y jardín, Kempten, 1928, pág. 205: “Los Escolapios eran en aquel momento (siglo XVIII) deseados y codiciados profesores, gracias a sus antecedentes educativos”.

En otro lugar el trabajo de su obra Rottenkolber trata sobre si los Escolapios debían seguir en Kempten. Rottenkolbe escribe allí: “Antes de que hubieran pasado los cinco años de prueba, los Escolapios preguntaron al abad si quería que continuar de manera estable, y si les daría una garantía para que siguieran. El abad dejó la última y definitiva palabra a una comisión capitular, para que se pronunciaran sobre “si se debería mantener fijos a los Escolapios en la fundación o no”. Su juicio unánime fue que los Padres eran un gran adorno y su labor muy útil. En los cuatro años transcurridos habían trabajado muy bien con los niños, y la diferencia con respecto a los años anteriores era llamativa, pues habían hecho muchos cambios con otros religiosos y sacerdotes seculares en los estudios y escuelas y nunca antes habían conseguido buenos resultados, mientras que si ellos se quedan, tanto los padres nobles como los demás obtendrán un beneficio no pequeño, pues los niños se comportarán con temor de Dios y rectitud moral. Se había considerado que era necesario que Kempten tuviera un sólido centro de estudios, con sujetos capaces de mantener la obra, y puesto que los Escolapios se habían mostrado hábiles, debían permanecer.

“Es muy triste que nuestra hermosa iglesia, en la cual durante mucho tiempo sus Padres han sido la bendición de la gente de los Hunsrück, haya quedado abandonada”. El párroco Steinmetz, de Kirchberg en Hunsrück, carta de 1912. En Hechos del Colegio Josefino, Viena, 1930-1934.

El Prelado Dr. Max Heimbucher escribe en su obra Las Órdenes y Congregaciones de la Iglesia Católica, Paderborn, 1933, 4ª parte, página 121, editorial Schöningh, acerca de las obra d elos PP. Escolapios: “La Congregación Paulina de los Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías –que aquí es llamada Orden- es una de las asociaciones religiosas más meritorias en la educación de los niños varones”.

Fue trágica la muerte de la Orden de las Escuelas Pías en Alemania. Muchas otras órdenes religiosas han sufrido la misma suerte. El P. Lippert S.J. escribe en su libro Cartas desde un convento, pág. 27, Múnich, 1932, editorial Kösel y Pustet: “La vida de una orden se desarrolla poco a poco, como la vida de un árbol. Brota y crece de manera rápida o lenta hasta alcanzar su forma y tamaño. Y ahí permanece, hasta que un día marchita y cae, y en otra primavera surge nueva vida de la ruina de la antigua”.

¿Volverá la Orden de las Escuelas Pías a resucitar en la tierra de los poetas y pensadores?

¿Brotará una nueva primavera para los Escolapios en las tierras alemanas?

Notas

  1. Studien zur Geschichte des Piarsitensordens in Deutschland. Die Bedeutung der PP. Piaristen auf dem Gebiete der Volksschule in Deutschland. Traducción del alemán: José P. Burgués.
  2. Aschersleben en el siglo XIX, pág. 78, Escuelas primarias, publicado bajo la dirección de Karl Kinzenbach, Aschersleben
  3. Heinrich MENGES, Günzburg: sobre el pasado de Günzburg, pág. 73, Günzburg, 1927.
  4. Petición de una fundación en Franckfurt, 1724, 603, fascículo Inventario Cronológico, Roma, 1912, Pl. XV, pág. 239.
  5. Información sobre las Actas de Cochem del Profesor Berschen, Cochem en el Mosela.
  6. El Método de enseñanza de los PP. Escolapios fue estableció en la práctica por primera vez por el P. Juan Francisco Foci, General de la Orden. Él escribió Sinopsis de las Constituciones de la Orden de los Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías con notas y adiciones de Crtas Apostólicas y Decretos de los Capítulos Generales. También se añaden algunos ritos particulares, algunas ordenanzas de los Prepósitos Generales en relación con las Constituciones. Roma, imprenta D.A. Herculis, año 1698. Un escolapio moravo escribió un resumen de esta obra Pensamientos sobre las Constituciones y el Arte de Enseñar. No aparece la fecha. El escolapio Edmundo Smetana escribió un Método de Enseñanza en versos griegos que se basa en la obra del P. General Foci. La obra apareció en Brno en 1787 en la imprenta de Juan Silvestre Siedler. Reglas de la Orden de los Escolapios o de las Escuelas Pías, con comentarios explicativos de la historia de esta Orden y noticias de su impacto aquí. Destinada, en realidad, a lectores protestantes, aunque también la pueden ver los católicos, para que vean lo que aún no han visto. Halle, 1783, imprenta Viuda de Juan Godofredo Trampens.
  7. Del librito del P. Jaroslao Schaler, ex Provincial de Praga (fallecido en 1809), Pensamientos sobre las Constituciones de los Escolapios y su método de enseñanza, Praga 1805, tomando como base la obra de Foci.
  8. Instrucciones sencillas para leer y escribir correctamente alemán en poco tiempo, para uso de los jóvenes estudiantes de los Padres de las Escuela Pías.
  9. Extracto de la Crónica de las Señoritas Inglesas de Günzburg junto al Danubio. Acerca de las relaciones de los PP. Escolapios con el Instituto de las Señoritas Inglesas.
  10. Pequeña obra de teatro o un tipo de ópera popular en Alemania. [N. del T.]
  11. P. Anton BRENDLER, Provincial de las Escuelas Pías de Austria, Reflexiones, pág. 76-77, Viena, 1899.
  12. Acerca de la preparación de los Escolapios, trata también el trabajo del P. Federico Endl O.S.B., de la Abadía de Altenburg Sobre la formación de los Escolapios en los siglos XVII y XVIII. Con atención especial a la Provincia alemana (y austriaca) de la Orden. Comunicación para la Sociedad para la historia de la educación y la escuela, publicado por K. Kehrbach, año VIII, 1897, volumen 2/3, pág. 147-176. Berlín, A. Hofman y Comp.
  13. Herrmann MÜSSENER: La secularización de la Iglesia Católica en Alemania. Fuentes Documentales Religiosas. Publicado por el Dr. Walterscheid Bonn, nº 40, Schwann Dusseldorf, 1926. Dr. Heinrich REINARZ, El Kulturkampf (Combate cultural). Fuentes Documentales religiosas, nº 11, Dusseldorf, 1926.