Reunificacion1868-1906/El Siglo de Oro de las Escuelas Pías

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El Siglo de Oro de las Escuelas Pías

Algunos autores designan como el “siglo de oro” o la “edad de oro” de las Escuelas Pías a la segunda mitad del siglo XVIII, más concretamente, podríamos decir, hasta el momento en que se producen las particiones de Polonia (1772-1795). El periodo “pico” coincidiría con el generalato del P. Cayetano Ramo (1772-1784), español. En 1784 la Orden contaba con 16 provincias y 218 casas. De ellas, 115 en Europa Central (Bohemia, Polonia, Hungría, Lituania, Austria, Renano-Suiza); 79 en Italia (Romana, Liguria, Nápoles, Toscana, Sicilia, Cerdeña, Apulia) y 24 en España (Aragón, Cataluña, Castilla). Se acababa de proclamar santo al Fundador (1767); se contaba en el Imperio Austriaco con el apoyo de la emperatriz María Teresa, que confiaba numerosas casas (algunas vacadas por los jesuitas) en sus tierras; lo mismo ocurría en España con los Borbones, que elegían a un escolapio como tutor de los infantes (Felipe Scío, y luego a su hermano Fernando), y a otro lo nombraban Arzobispo de Manila (Basilio Sancho). Italia vivía un tiempo de paz y prosperidad con sus pequeños territorios autónomos, y el Papado gozaba de buena salud… Pocos imaginaban lo que la Ilustración estaba cocinando, mientras los escolapios trabajaban con entusiasmo a favor de ella en los colegios. La Orden había crecido y se había consolidado en diversos territorios; contaba con un número de entre 2500 y 3000 religiosos, seguramente el más elevado de toda nuestra historia.

Aunque desde hacía algún tiempo había representantes de las provincias españolas y centroeuropeas en la Congregación General, la distancia física y cultural entre los tres bloques que componían la Orden era demasiado grande, y, animados por el mismo espíritu un tanto nacionalista y libertario de la Ilustración, entre los escolapios iba naciendo un deseo de una mayor autonomía con respecto a la autoridad central de Roma. Y con toda seguridad muchos escolapios de fuera de Italia no vieron con malos ojos las medidas que las autoridades iban tomando para independizar a las “provincias ultramontanas” de las italianas[Notas 1]. Las provincias italianas, por su parte, estaban viviendo un periodo brillante, y tal vez no les importó demasiado que dos tercios de la Orden se fueran, cada uno por su lado.

Notas

  1. Cf. BURGUÉS J.P., “La denegación del ‘Regium exequatur’ a la Constitución Sacrosancti Apostolatus de Clemente XIII (1762). Un hecho significativo en las relaciones Estado Español – Escuelas Pías en la segunda mitad del siglo XVIII”, en Archivum Scholarum Piarum 19-20 (1986), pp. 203-214.