Roma (IT) Casa Madre de las Escuelas Pías. San Pantaleón

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Dibujo del palacio Torres; hoy Escuelas Pías de San Pantaleón, en Roma
Gran relicario del corazón y la lengua de San José de Calasanz que se conserva en la casa de San Pantaleón, en Roma

Datos

Dependientes del Padre General

(1612- )

Historia

Desde sus comienzos en Santa Dorotea del Transtíber las Escuelas Pías habían cambiado ya de sede cuatro veces hasta que por fin se instalaron en San Pantaleón en 1612. La casa o palacio, llamado Torres, fue vendido a Calasanz por doña Victoria Cenci de Torres en diez mil escudos a pagar a plazos durante cinco años. Intervino en la compra el P. Domingo Ruzzola, carmelita descalzo, como intermediario, y como fiador el Venerable Glicerio Landriani. Constaba de dos pisos; uno inferior y otro, llamado noble, con algunas habitaciones en la parte superior. El edificio estaba viejo y necesitaba de reparación y acomodación. No obstante, en octubre de aquel año tomaron posesión de la casa José Calasanz y sus compañeros junto con los 800 alumnos de sus escuelas para dar así comienzo al nuevo año escolar. De los diez mil escudos, dos mil pagó el cardenal Giustiniani, protector de las Escuelas Pías; cuatro mil el cardenal Lancellotti, y los restantes, cuatro mil, el que había sido secretario de este último, el señor Santos Orlandi. Los cinco mil escudos, que según la tradición había puesto el Venerable Landriani en dicha compra, debieron ser utilizados para pagar intereses (2.500 escudos), para sustento de las Escuelas Pías en aquellos primeros años y, sin duda, para las obras de restauración y acomodación. Posteriormente compró Calasanz dos casitas adyacentes y en 1640 amplió el palacio. Durante los generalatos de los PP. Pirroni (1677-1685) y Armini (1686-1692) todo el edificio fue completamente renovado y así permaneció casi inalterado hasta el generalato del P. del Buono (1929-1947); siendo éste Vicario general comienza la restauración que dura desde 1923 hasta 1928.

Vicisitudes.

Varias veces ha estado en peligro de ser derruida o de ser expropiada tanto por las autoridades civiles como eclesiásticas, con el fin de convertirla para otros usos. Así, en 1657 para construir una iglesia para la nación de Siena. En 1883, por exigencias urbanísticas. En 1912, para convertirla en escuelas municipales. Por la ley de 1874, debido a la supresión de las Órdenes religiosas, fue incautada por el Estado y cedida al ayuntamiento romano en 1876; el P. Ricci, General, intentó rescatarla, pero sólo en 1923 el P. Viñas, siendo General, lo consiguió pagando por ellas 150.000 liras.

Desde la adquisición de la casa hasta la muerte del Fundador (1612-1648), la comunidad fue numerosa, pasando de quince miembros en 1612 hasta setenta en 1638.

En años posteriores no se llegó a esta cifra última, variando según las épocas, así:

Religiosos Año
24 1650
37 1662
44 1700
29 1810
15 1899
25 1931
37 1960
11 1984

Fue sede de la Congregación general desde sus orígenes hasta 1886; y de nuevo desde 1923 hasta 1973. Residió también en ella el Provincial romano desde el tiempo del Fundador hasta 1682, salvo tiempos que vivió en Narni o en Frascati; aunque, de modo estable, desde 1760 hasta 1892 y desde 1917 hasta 1923.

Pero la finalidad principal de esta casa, como de casi todas las escolapias, fue desde un principio la enseñanza y las escuelas. En sus primeros decenios de existencia fue muy elevado el número de alumnos, aunque es muy difícil comprender cómo se podían albergar tantos en tan pequeño edificio. Así:

Alumnos Año
1.200 1614
1.500 1619
900 1625
656 1661 |

Mantuvo sus escuelas hasta 1748, en que fueron trasladadas al nuevo colegio Calasancio; y al cerrarse éste, en 1800, volvieron a San Pantaleón hasta 1892, en que de nuevo fueron llevadas a la nueva casa de vía Toscana, no volviendo ya a su primitiva sede.

Fue también juniorato desde el tiempo del Fundador bien con carácter provincial, interprovincial, bien internacional, según épocas, hasta que en 1892 se traslada todo a vía Toscana. De nuevo vuelve a ella el juniorato en 1928 permaneciendo hasta 1967, en que se inaugura una nueva sede (SIR) en la vía Appia Nuova, con carácter internacional. Durante muchos años del siglo XIX fue también noviciado de la Provincia Romana, y en el trienio 1943-1946 fue de nuevo noviciado interprovincial de Italia.

La historia de la iglesia contigua a la casa y que le da nombre -iglesia de San Pantaleón- sigue pareja con aquélla. Desde que se compró el palacio Torres hasta 1623 tuvo cura de almas con un vicariato parroquial, dependiente de la iglesia de San Eustaquio. En 1614 se había concedido a los escolapios su uso perpetuo. Sólo desde 1623 fue libre de sus anteriores funciones parroquiales, y entregada en uso exclusivo a los escolapios. En los años 1681-1689 fue totalmente reconstruida por obra del arquitecto Juan A. de Rossi y después de otros complementos ornamentales en su interior, fue ultimada la fachada en 1806 por José Valadier. En esta iglesia se venera la tumba de San José de Calasanz en precioso sarcófago de pórfido rojo, como también las del Venerable Glicerio Landriani y otros Venerables escolapios.

Archivo y bibliotecas.

De gran importancia histórica ha de ser considerado el Archivo general, con abundante e imprescindible documentación para la historia de la Orden. Entre cuyos legajos se conservan casi 4.500 cartas originales del Fundador, junto con otros valiosos manuscritos suyos, abierto sólo a investigadores.

También ha de mencionarse la Biblioteca escolapia en la que se recogen más de 5.000 obras impresas o manuscritas de escolapios, desde el origen de la Orden hasta nuestros días; y junto a ello otros dos fondos o bibliotecas; una de carácter científico y literario, que a través de los siglos y a pesar de los expolios o traslados se han podido conservar y que constituía la biblioteca de la casa desde su fundación; y otra, llamada «biblioteca pedagógica» iniciada por el P. Tomek en 1956, especializada en ciencias de la educación.

Lugares de especial recuerdo.

Por la peculiaridad de la casa conviene recorrer en ella todos los rincones y conocer su ornamentación y su recuerdo histórico. (Antes de la reforma de 1985).

Pasillo del primer piso.

Subiendo al primer piso nos encontramos con la estatua de la Virgen llamada de «Dragonetti», talla del siglo XVI de autor desconocido. A la izquierda de la imagen, una reproducción de un cuadro de Segrelles recuerda el lugar donde Calasanz hizo el milagro de curar instantáneamente el ojo a un alumno. Y siguiendo, en la pared izquierda del pasillo una gran lápida recuerda la visita del Papa Pío IX a la casa, como anteriormente lo habían hecho otros, en 1848.

Oratorio de la comunidad, llamado de la Aparición.

Lo mandó hacer José Calasanz, usando dos habitaciones, para servicio de la comunidad y de los alumnos. En él vistieron la sotana sus catorce primeros compañeros, se celebraron los Capítulos generales de 1637 y 1641, se leyeron y promulgaron los breves pontificios de aprobación, destrucción y reintegración de la Orden, amén de ser un lugar de oración especial del Fundador y los primeros escolapios a quienes siguieron generaciones y generaciones. La tela del altar, de autor desconocido, es de la segunda mitad del siglo XVII; hoy se cree que no representa una aparición de María a Calasanz, sino la protección de la Virgen sobre las Escuelas Pías. En el año 1854 se le dio nueva estructura; y en 1923-1925 se le decoró tal como actualmente se conserva. Las tres telas de las paredes se deben a Antonio Calcagnadoro y representan a Calasanz dando clase, al Santo recibiendo la comunión en el mismo oratorio entre los alumnos y a Benedicto XV imponiendo el capelo cardenalicio al escolapio Mistrangelo, arzobispo de Florencia. El artesonado está patinado por el mismo Calcagnadoro y el estuco es de Ernesto Arcieri.

Habitación del Santo.

En la lápida existente en el oratorio puede leerse que esta habitación (cuya puerta, ventana, losas, paredes y techo son exactamente los mismos que en el tiempo de Calasanz) «está santificada por su presencia, sus ayunos, sus vigilias, sus sueños sobre el duro suelo, las frecuentes apariciones celestiales de que gozó, algunos de sus milagros y su santa muerte». En ella vivió Calasanz 36 años, durante toda su estancia en San Pantaleón. La autenticidad de todos los objetos en ella expuestos consta por los inventarios inmediatos al fallecimiento. Sólo puede dudarse de la muleta ya que no figura en los papeles oficiales. En estos últimos tiempos se han restaurado a su primitiva y más genuina situación los muebles y adornos que habían estado recogidos en distintos armarios y que habían sido usados por el Fundador de las Escuelas Pías. En la parte superior de las paredes lucen sus colores los frescos del siglo XVI; representan escenas bíblicas centradas en la figura de Moisés. Se ignora si los mandó cubrir de cal el Santo o si se recubrieron posteriormente. Toda la tarea de restauración ha estado a cargo del equipo de Juan Luis Colalucci.

Capilla de las reliquias.

Últimamente se ha instalado en la antigua sacristía del oratorio de la comunidad la llamada capilla de las reliquias porque recoge todas las reliquias de Calasanz, salvo las conservadas en la habitación del Santo. El altar y los armarios son los que se hicieron en el siglo XVIII para la habitación; el pavimento se ha renovado con ladrillos de la época; la puerta que comunica con el oratorio es del mismo tiempo que la puerta de la habitación; de las paredes cuelgan los cuadros que contienen la autentificación de las reliquias insignes. Preside el Relicario que guarda el corazón y la lengua (parte superior) con el cráneo, hígado y bazo (parte inferior) de Calasanz. Es obra en plata de Spinazzi, padre, que data de 1752; lo hizo como muestra de agradecimiento por haber sido escogido su hijo, Inocencio, como modelo de uno de los niños al esculpir la estatua de Calasanz en el Vaticano; y cobró 430 escudos. Debido a las requisas de oro y plata llevadas a cabo por Pío VI y la República romana entre 1797 y 1799, tuvo que ser restaurado en 1803 por José Valadier; y actualmente (1984) por Gofredo Leclerc. Otro relicario en forma de tabernáculo y que contiene el cáliz, patena y corporales usados por el Santo, se cree que es obra del mismo Spinazzi. El frontal del altar data de 1829. Hay, finalmente, seis armarios llenos de diversos objetos y recuerdos de la vida y de la muerte de Calasanz.

Pinacoteca.

En la habitación que sirve de presentación de los cuadros referidos a José de Calasanz y su obra encontramos: en el testero de la sala: un cuadro de Giovanni Morandi (1622-1717) que representa a Calasanz, en pie, con bonete, reproducción fiel al parecido del Santo y donado en 1660; otro representando la muerte del Fundador de Gian Domenico della Porta (1722-1780); y anónimos sobre Calasanz con el escudo de la Orden, escribiendo las Constituciones y una copia detalle de la «Ultima comunión»; en la pared izquierda: de Andrea Sacchi (1599-1661) un Calasanz enseñante, empleado como imagen oficial del tercer centenario de la muerte del Santo; un busto de Luca Giordano (1634-1705); un anónimo de Calasanz orando; un cobre de cuando el Santo era Venerable, por lo tanto antes de 1748; tres cuadros (anónimos) de la Aparición de la Virgen a Calasanz; una tela de Vicenzo Cerino, titulada «El pobre de la Madre de Dios» realizada en 1983, imagen oficial del IV centenario de la ordenación sacerdotal de Calasanz; un grabado, anónimo, del cuadro de Morandi; un bajorrelieve en mármol de principios del XVIII sobre la Aparición de la Virgen; anónimos sobre Calasanz escribiendo las Constituciones y delante de un libro; y, finalmente, dos copias de la llamada «vera effigies»: Calasanz a los 87 años, cuadro mandado hacer por el obispo de Malta, Miguel Juan Balaguer,quien hizo que el pintor, escondido entre cortinas, sorprendiera al Santo el tiempo necesario para tomar unos apuntes; en la pared derecha: unos anónimos recogiendo a Clemente XII quien hace entrega al P. Lalli de la Bula por la que los escolapios pueden enseñar a los niños de todas clases sociales y las ciencias mayores; a Calasanz que recibe de Gregorio XV las Constituciones de la Orden aprobadas; y el Venerable Glicerio y San Pompilio.

También se encuentra en la sala pinacoteca la mascarilla del Santo, hecha por Giovano Barbarino, en la que se han inspirado muchos pintores a lo largo de los tiempos.

La iglesia de San Pantaleón y San José de Calasanz.

En la sacristía puede encontrarse un calegero del siglo XVIII en nogal y castaño. El primitivo templo, más pequeño que el actual, databa de 1216 o fecha anterior. Pero, como se ha dicho arriba, en 1614 se entregó a los escolapios por Paulo V para su uso. La entrada era por la plaza Massimi, como puede apreciarse todavía. Después de la muerte de Calasanz, habiendo sido sepultado en él,y después de la restauración de la Orden, la iglesia fue rehecha y ampliada desde sus cimientos por obra de Juan Antonio de Rossi (1680-1692). El altar mayor se debe a José Valadier, quien lo concluyó en 1802; el bajorrelieve en estuco representa a Calasanz con algunos alumnos, quienes asisten al triunfo de la Virgen, de Luis Acquisti (1745-1823). El cuadro que lo preside recibe el nombre de la Señora de las Escuelas Pías de San Pantaleón (para distinguirla de la Virgen de las Escuelas Pías de Frascati que el propio Calasanz llevó a aquella ciudad), que fue regalada a la comunidad en 1688 y coronada por el Capítulo Vaticano en 1694, de autor desconocido; a ambos lados del altar penden catorce hermosas lámparas, representando las Provincias escolapias y fundidas por Alfredo Belvederesi. El fresco de la bóveda representa el triunfo del Nombre de María, titular de la Orden; se debe a Felipe Gherardi, llamado «il lucchesino» (1687-1692). En la capilla de San Pantaleón hay una tela del santo atribuida a Matías Preti, caballero calabrés (1613-1699). En la capilla de Santa Ana la tela de metal dorado, que contiene los restos del mártir San Flaviano; cuando Calasanz fue beatificado en 1748 sus restos estuvieron ahí; la tela se atribuye a Sebastián Ricci, considerado como el iniciador del renacimiento veneciano. En la capilla del Crucifijo se recoge una composición del XVIII de tallas de madera, que representan al calvario con Cristo en la cruz y la Magdalena a los pies; el fondo está pintado al óleo sobre la pared; se trata de una composición rara en las iglesias de Roma.

Otros datos.

El patio es un hermoso cortile italiano con una fuente del arquitecto La Greca, inaugurada en 1959; la traída del agua, en cambio, data de los tiempos de Calasanz, regalo de Paulo V; el bajorrelieve en mármol es del escultor G. Petri y reproduce el conocido Sacchi. También puede verse un pequeño museo que recoge el material preparado durante la primera sesión del Vaticano II, sobre la llamada «familia calasancia».

Cofradías.

En la iglesia de San Pantaleón, al ser entregada a las Escuelas Pías ya existía una capilla lateral dedicada desde antiguo a Santa Ana. Su altar, labrado en madera era obra de De Rossi. En 1640 San José de Calasanz fundó y radicó en ella la cofradía de Santa Ana; sus finalidades eran fomentar la devoción a la Santa, avivar en las familias la vida cristiana, atender con solicitud piadosa y social a las viudas pobres, a mujeres que se hallasen en peligro y a neófitas de la ciudad. Fue Urbano VIII quien la aprobó y enriqueció con indulgencias el 28 de febrero de aquel año. Creció rápidamente y por su gran desarrollo consiguió favores de Alejandro VII (14-5-1666), de Inocencio XII (17-7-1700), de Inocencio XIII (30-12-1722) y de Benedicto XIV (el 4-5-1752). Fue el P. Rodolfo Brasavola quien redactó sus primeras Constituciones por orden del P. General, Pedro Francisco Zanoni; éste las aprobó el 2-8-1702 y el cardenal Vicario, Gaspar de Carpineo las confirmó el 16 de diciembre del mismo año. Con el correr del tiempo y con la renovación de sus miembros se motivó una nueva redacción de Estatutos y su correspondiente aprobación por el cardenal Fabricio Paolucci, el 30-12-1722. Pertenecieron a ella grandes damas de la nobleza romana. Se cuenta entre sus presidentas Laura Gaetana y su hija, la marquesa de Biscia; entre las sacristanas a Constancia Rosari de Cá-proli. Se conservan todavía varios libros de su administración. Fue en el siglo XIX cuando menguó un tanto su prestigio y su importancia; pero ha durado hasta muy entrado el presente siglo, siempre supeditada al fervor del consiliario de la misma. Con la restauración de la capilla llevada a cabo el 1740, la situación original fue totalmente transformada.

Conclusión.

Muchos son los elogios que pueden hacerse de esta casa, que tiene el gran mérito de ser la casa Madre de la Orden escolapia; y, como toda obra escolapia, se gloría de que sus aulas estuvieron siempre abiertas a los niños pobres y abandonados de la vieja Roma; entre los cuales cabe reseñar al Santo, Vicente Pallotti, fundador de la Congregación que lleva su nombre y que frecuentó las escuelas entre 1803-1809.

Por sus funciones y su origen ha sido siempre modelo de observancia para todas las demás y en ella queda el recuerdo y la presencia y espíritu de Calasanz, distinguiéndose, además, por su materna hospitalidad, de la que dijo el Fundador: «esta casa es la madre y abraza a todos los hijos, sanos y enfermos, lo cual no hacen las otras que son como madrastras».

Superiores

Sabiendo que existen lagunas por razón de falta de documentos, se puede testificar la siguiente lista:

Persona Año
Santiago Graziani 1626
Juan Esteban Spínola 1646
Juan García 1646
Francisco Baldi 1649
Juan García 1651
Glicerio Cerruti 1656
Pedro Mussesti 1659
Domingo Marcia 1664
Pedro Mussesti 1665
Simón Bondi 1669
Antonio Antoni 1683
Pedro F. Santandrea 1692
Luis Baumon 1694
Juan Crisóstomo Salistri 1695
Teodosio de Serris 1698
Juan Bautista Pighetti 1703
Rodolfo Brasavola 1709
Juan Lora 1712
Gaspar Pollotto 1715
Claudio Capriglioni 1718
José Lalli 1721
Lorenzo M. Dormienti 1724
Vicente Scalamonti 1727
Claudio Capriglioni 1730
Ramón Curcio 1733
Antonio M. Terribilini 1739
Próspero Bulgarelli 1742
Matías Peri 1745
Fausto Antonio Maroni 1748
Aurelio Dombosi 1751
José Trionfi 1757
Jaime Annibaldi 1760
Hermenegildo Barsotti 1766
Matías Peri 1769
Pedro Tomás Morelli 1772
Hermenegildo Barsotti 1778
José Francisco Gismondi 1779
Casiano Pellegrini 1781
Juan Bautista Zempel 1789
Arcángel Isaía 1793
José Francisco Gismondi 1795
Juan Carlos Giuliani 1796
Alfonso Novelli 1799
Francisco Natalizia 1818
Genaro Fucile 1830
Juan Vicente Licci 1836
José Giacoletti 1845
Juan Vicente Licci 1848
José Molinari 1857
Francisco M. Pesce 1860
Próspero Passera 1863
Nicolás Morfini 1885
León Sarra 1887
Dionisio Tassinari 1890
Daniel Malavisi 1892
Juan Nuvoloni 1898
Luis Garagno 1904
José Calasanz Homs 1911
Francisco Mastrovito 1912
José Calasanz Homs 1919
F. Ulderico Tiboni 1922
Teófilo López 1958
César De Negri 1973
Juan Ausenda 1979
Rodolfo Puigdollers 1980
José María Vidal 1981
Rafael Martín 1982

Bibliografía

  • P 1, pp. 75-77
  • Eph. (1962) 266-301
  • S 4, pp. 255-275
  • Graneara, C. Le chiese minori di Roma I Roma, s.a. pp. 59-63
  • Spagnesi, G. San Pantaleo Roma, 1967
  • Marconi, P. San Pantaleo: Capitolium XLII (1967) 1-16
  • Regole della Congregazione di Santa Ana eretta solamente per le donne nella Chiesa di S. Pantaleo de «PP. Chierici Regolari de lie Scuole Pie in Roma: Arch. Dom. Gen. 43. Catalogus Sororum Congregationis Sanctae Annae anno 1725: Dom. Gen. 44
  • Idem de 1810 a 1858: Dom. Gen. 45. Elenchus sororum quae satatutam taxam Congregationi Sanctae Annae solverunt ineunte saeculo XVIII usque ad 1780: Dom. Gen. 47. Brasavola, R. Registro delle cose appartenenti alla V. Congregazione di S.ª Anna: Dom. Gen. 46
  • Regali, C. G. Divizione a Sant’Anna sólita a farsi nella chiesa di S. Pantaleo della Congregazione di Sant’Anna. Roma, 1781.

Redactor(es)

  • Giovanni Ausenda, en 1990, artículo original del DENES I