Temesvár (RO) Colegio
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Contenido
Datos
Demarcación Rumanía
(1789-1949)
Historia
Timisoara es el nombre con que en la nación rumana se designa la antigua población de Temesvár, que perteneció al reino de Hungría antes del tratado de Trianon. En la húngara Temesvár había un floreciente colegio de Padres jesuitas. Al ser éstos desterrados en el siglo XVIII, por decreto de José II, tuvieron que ocuparlo los escolapios, dejando el colegio de Szentanna, que existía desde 1750 y al que el emperador acababa de despojar de su capital fundacional, que era, caso único en historia escolapia, de 200.000 florines. Así pues en 1789 se inició aquí esta fundación, que pocos años después sentía las repercusiones de la revolución francesa y luego la turbulencia de las guerras de Napoleón. Al renacer una relativa paz, recuperaba vida normal; en 1819 contaba con ocho religiosos, que regentaban tres aulas de gramática, dos de humanidades y atendían las clases de primaria. En 1825 había cuatro aulas de latín. Doce años más tarde tenía ya categoría de gimnasio mayor con un alumnado de 431 estudiantes, que se reducían a 364 en 1847-1848. Más tarde se añadió una escuela primaria en lengua húngara a la que asistían 320 niños en 1850, cursando otros 346 en el gimnasio mayor. Ocho años después el alumnado primario desaparece y el colegio atiende solamente el bachillerato en sus dos niveles gimnasiales: el inferior con 88 alumnos y el superior con 296, según el catálogo de 1875. Según el de 1880-1881 los alumnos, incluidos los internos, llegaban a 360. Este número fue creciendo al finalizar siglo y acaso con ritmo mayor a principios del siglo XX. Es un hecho que su fama era tal que el Estado en 1908-1909 subvencionó las obras de un nuevo colegio escolapio de proporciones tales como acaso no había otro similar en toda la nación. Según catálogo en el curso 1917-1918 el número de alumnos llegó a 702. Pero el tratado de Trianon arruinó también este colegio: Temesvár pasaba a ser parte de la nación rumana con el nombre de Timisoara. Los escolapios húngaros lo dejaron en manos de los escolapios nativos de las tierras de Transilvania; eran tan pocos que no pudieron abrir sus aulas, contentándose con atender al culto de la iglesia a partir del curso 1919-1920. Y ello hasta 1949 en que perdieron hasta la propiedad de los edificios, de los que se incautó el gobierno comunista. En 1977 un escolapio prestaba aún, como mero sacerdote, sus servicios en la iglesia.
Bibliografía
- Regestum Religiosos, 12, 34, 135
- Regestum Religiosos, 55.
Redactor(es)
- Claudio Vilá, en 1990, artículo original del DENES I