Toro (ES) Colegio
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Datos
Demarcación Castilla
(1870-1959)
Historia
Se abrió en la ciudad de Toro, provincia de Zamora un colegio escolapio a petición de la ciudad el 18-9-1870, habiéndose interesado en ello, desde el inicio de las gestiones en 1858, don Claudio Moyano, ministro de fomento. Es caso elocuente el afán de cultura reinante en Toro y su comarca, la aportación de dinero y trabajo personal de los humildes para el logro de un colegio. Se inició la construcción del mismo el 23-4-1866; hubo larga discusión en las bases fundacionales a causa de las muchas dificultades con que se iban tropezando. La primera comunidad fue de siete sacerdotes y tres hermanos operarios, siendo rector el P. Eugenio Caldeiro. La inauguración fue solemnísima.
Con todo, la pobreza acompañó a los escolapios desde el primer momento: no había más que una jofaina. En 1871 se adquirió un gabinete de segunda mano con material para las asignaturas de quinto curso de bachillerato. Se unió la nueva edificación con el convento de la Concepción. Se amplió la huerta y se construyó patio y gimnasio en la casa solariega, donde naciera Fray Diego de Deza, el gran protector de Colón. Resultó así un edificio elegante, bellísima imitación, en arquitectura, del colegio de San Gregorio de Valladolid, con patios cubiertos de cristaleras, buenos dormitorios, gabinetes y todas las dependencias exigidas por la mejor pedagogía del momento. Es asignado como residencia para Alfonso XII en su paso hacia Zamora el 10-9-1877.
En lo didáctico va acomodándose a las disposiciones poco liberales de los gobiernos, que se suceden y se contradicen en la España de finales del siglo XIX y principios del XX. En Toro se organiza el movimiento de «Exploradores en España» (1913), tan pronto como Badén Powell y los scouts, son conocido en España; el P. Olea Montes compone el himno patriótico que los anima (1914). El municipio, en cambio, reduce en 1919 a 5.000 pesetas las 8.000 de los honorarios acordados en 1916, cuando llevaba un retraso de tres años en el pago. Cuatro años después anunciaba el Provincial de Castilla al municipio la amenaza formal de cierre del colegio; ello no impedía el esfuerzo de los escolapios que se dedicaban con mayor empeño en el cumplimiento de su misión. Los tiempos y las circunstancias imponen sus exigencias y la informalidad de las promesas y obligaciones de las autoridades municipales, el estado lamentable de parte del edificio, que no era propiedad de las Escuelas Pías y amenazaba ruina, las exigencias de títulos para continuar la labor en la segunda enseñanza, obligaron a los superiores a pedir con insistencia el arreglo de todas esas penalidades y a conminar con retirarse en caso de que no se proveyera a las mismas. Sin embargo, el trabajo en la educación se resolvía satisfactoriamente, obteniendo en los exámenes de 1943 siete matrículas de honor.
En estos años pasaron por el colegio hombres de notable valía intelectual y religiosa, como los PP. Ignacio Torrijos y Agustín Turiel (ambos llegarían a ser Provinciales de Castilla), José Olea, Fernández Cormenzana, José Sánchez, y otros muchos que dejaron una huella muy profunda entre el alumnado y el vecindario.
Durante todos los años de estancia se celebran con gran esplendor y solemnidad las fiestas del patrocinio de S. José de Calasanz (27 de noviembre): veladas, conciertos en el teatro de la ciudad y del colegio.
El día 5-11-1953 el P. Vicente Tomek, General de la Orden, visita la ciudad de Toro y el colegio. En ella empezó a plantearse el problema de la subsistencia del colegio, dadas las dificultades que se iban acumulando en su desarrollo económico y pedagógico, y teniendo a la vista la tentadora perspectiva del nuevo colegio que se iba a levantar en Salamanca con mejor porvenir; avisaron a los patronos del colegio de sus obligaciones fundacionales indicando que si no eran atendidas satisfactoriamente, los religiosos se verían precisados a tomar las determinaciones oportunas. Así el día 16-8-1956 el P. rector llegó procedente de Madrid y Zamora; al día siguiente se fue a hablar con el obispo, acerca del problema del centro, comunicándole las últimas impresiones y noticias recibidas en Madrid del P. Provincial. Habiéndose reunido el ayuntamiento se nombró una comisión para que fuera a Madrid a solucionar este delicado problema con el director de enseñanza media, ante el cual expusieron sus problemas y peticiones. Accedió a concederles el reconocimiento por este curso, puesto que le prometieron que se harían las reparaciones y adaptaciones necesarias, y que la Orden tendría el número necesario de titulados. Con estas condiciones se imparten clases en el curso 1956-1957; pero no hay solución para los cursos siguientes, por lo que se cerró la casa. Entre los alumnos que allí recibieron educación, se puede citar al jurista y hombre público D. Wenceslao Fernández Oliveros, al operador doctor Olivares, al diputado Fernando Piorno.
Superiores
Bibliografía
- Boys-scouts toresanos, Memoria 1914-1915 Toro, 1915
- pp. 24 con ilustra.
- Archivo Castilla
- Archivo de la casa.
Redactor(es)
- Vicente Hidalgo, en 1990, artículo original del DENES I