ViñasEsbozoGermania/Cuaderno07/Cap43

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Capítulo 43º. Sobre los éxitos económicos, académicos y espirituales en Germania.

Es digno de memoria eterna el Ilmo. y Rvmo. Sr. obispo Andrés Szily, padre amantísimo de las Escuelas Pías en su ancianidad, que había sido admitido como cofrade nuestro en 1678, y que se acordó en su testamento del colegio de Prievidza. Falleció en Trnava.

En el año 1688 llegó a las Escuelas Pías de Prievidza un donativo de cuatrocientos florines renanos en forma de censo anual de 24 florines para una misa semanal por el donador el muy ilustre D. Ladislao Hunyadi, vizconde de Barsi, cofrade nuestro, digno de recuerdo por sus muchos beneficios a las Escuelas Pías, y que falleció el 25 de abril de 1693.

El 14 de febrero de 1691 el Muy Rvdo. Juan Luis Robik, Canónigo de Szepes, y luego de Bratislava, párroco de Kremsier, nuestro cofrade, depositó en Kremsier la suma de quinientos florines renanos como fondo perpetuo para que diera un interés de treinta florines anuales a las Escuelas Pías de Prievidza, que deberían celebrar una misa semanal por él.

El año 1687 comenzó en Prievidza un curso de filosofía, siendo profesor el P. Gabriel Sczaconicki del Ángel Custodio, y aprovechó este curso para que más tarde el P. José de la Purificación de la B.V.M., religioso bueno y ejemplar, fuera lector de filosofía en Polonia. El 24 de abril del año 1689 las Escuelas Pías de Prievidza ofrecieron al excelso Príncipe Jorge Szechenyi, arzobispo de Esztergom, cuatro obras con trabajos de letras humanas y odas en estilo elegíaco, impresas, en las que trabajaron con entusiasmo al año siguiente los juniores bajo el magisterio del P. Jerónimo de S. Antonio de Padua, religioso de eximia virtud y gran orador. El P. Lucas Mösch enseñaba a los juniores Poesía y Retórica, a algunos de los cuales ya había enseñado antes algo de matemáticas. En este estudio fue impresa la Vida poética para todos los ciclos de la vida, o Poesías para enseñar, cantar y jugar, con muchas cosas curiosas, piadosas, morales, históricas y poéticas.

En lo que se refiere a cuestiones espirituales, el 2 de febrero de 1689 dos mujeres turcas, una de Belgrado y otra de Eger, fueron bautizadas en Prievidza por el P. Valeriano Berzewicz de la Inmaculada Concepción.

El 3 de septiembre el Ilmo. y Rvmo. D. Blas Jaklin, obispo de Timisoara y sufragáneo de Esztergom, volvió a consagrar la iglesia y los altares que habían sido profanados antes por lo herejes, y después del sacramento de Confirmación bendijo las campanas. El 16 de octubre, con la aprobación del Ordinario, se introdujo la archicofradía del Santísimo Escapulario. Se enriqueció la iglesia con nuevos ornamentos y nuevas reliquias (pues las anteriores habían sido pisoteadas por los herejes, tiradas fuera del templo y quemadas).

Al hacer la visita el P. Comisario Lucas de S. Edmundo en 1892, se detectó que gracias a la autoridad de la fortaleza, y al celo de los párrocos y especialmente de las Escuelas Pías, ya no quedaba en Prievidza ningún hereje, excepto un ciudadano y su mujer, y que en todo el señorío de Bojnice los súbditos seguían la fe católica, cuando al llegar nosotros tanto en Prievidza como en otros lugares apenas había unos pocos católicos.

En Brezno, desde la reintroducción de las Escuelas Pías el 6 de junio de 1688 hasta el 20 de septiembre de 1692, con ayuda de la autoridad de la Cámara Real de Bratislava y principalmente por el celo del P. Andrés Baiar de la Conversión de S. Pablo, superior allí, se convirtieron por obra de las Escuelas Pías quinientas cuarenta y seis personas de uno y otro sexo que eran herejes antes. En esa fecha 20 de septiembre de 1692 había en la parroquia dos mil doscientas sesenta y ocho almas, sin contar los niños de menos de dos años.

También en San Jorge hubo algunos conversos, aunque pocos.

En el mes de noviembre del año 1693 se convirtió en Prievidza a la fe católica la viuda Karaszi, y ya no quedó allí en adelante nadie de un sexo u otro que adhiriera a la secta luterana o a ninguna otra.

En San Jorge por medio de las Escuelas Pías se convirtieron a la fe católica doce personas de uno y otro sexo.

Nuestros religiosos de Germania lloraron una dolorosa pérdida. Copio del Archivo General:

“El año 1690 perdimos al P. Alejo Eder de S. Onofre, Provincial de Germania, que con su secretario el P. Felipe Schön de la Concecpión de la B.V.M. se ahogó el 8 de julio en la ciudad de Lostiz en Moravia. Así ocurrieron las cosas.
Tres días antes, esto es el 6 de julio, llegó a Lostiz de Bohemia, y a causa de que el torrente estaba crecido por la fusión de la nieve que había caído, se vio obligado a esperar a que decreciera el nivel del agua. Pero al cabo de tres días, impaciente a causa del retraso, decidió intentar atravesar. No pudo esconder su intención a la gente del pueblo. Intentaron disuadirlo, advirtiéndole del gran peligro que representaba el pasar. Pero de nada sirvieron los consejos y los ruegos: había decidido llegar al día siguiente a Kremsier, donde tenía que tratar asuntos de la Orden con el Príncipe. Así, pues, entre la esperanza y el miedo se metieron en el vado, y llegaron felizmente hasta el centro. No estaban ya muy lejos de la otra orilla cuando a causa del fortísimo ímpetu de las aguas (¡oh infortunio!) se rompió un clavo y se cayó una rueda delantera, y finalmente empujado por la fuerza de las aguas el carro se cae hacia adelante. Entonces el P. Provincial cae al mismo tiempo, y parecía que allí iba a morir. Su secretario, que era más joven y más robusto, viendo el evidente peligro de su vida, se lanzó al agua para salir a nado. Pero llevado por la fuerza del agua, no pudo conseguirlo, ni poner pie, ni agarrarse a nada. Más tarde fue encontrado arrastrado por las aguas a unos diez estadios, incrustado profundamente en el lodo. De este modo se hundieron dos estrellas de Germania el mismo día en las aguas de Lostiz. Buscaron sus cuerpos, que no fueron encontrados hasta el tercer día, y fueron enterrados en la iglesia de Lostiz”.

También tenemos que lamentar una desgracia espiritual para nuestra ejemplaridad.

El año 1691 vimos en Juan Francisco Bolemany el castigo y el terror de los que temerariamente abandonan con malas artes su santa vocación. Este, después de recibir avisos espirituales, de despreciar las reglas y los superiores, amenazando daños a la Orden y relajado, fue autor de grandes aflicciones y calamidades para nosotros, a causa de su vida depravada y delictiva, de modo que el 3 de enero de 1687 fue expulsado de Prievidza. Con cartas dimisorias falsas y robadas en Germania, volvió a Hungría fingiendo ser sacerdote, y el vicario del ordinario del lugar lo aceptó, de modo que durante unos dos años fungió como párroco de San Juan de Hiba, en Liptov. Pero cuando las Escuelas Pías se enteraron de la impostura, la denunciaron por medio del P. Andrés de la Conversión de S. Pablo al Sr. Vicario Esteban Dolny, movido por el celo de las ánimas y para que no se multiplicaran los sacrilegios. Bolemany fue citado, pero no compareció, y mientras tanto escribía cartas de aquí para allá para arreglar las cosas. Sin embargo, después de decir muchas calumnias contra nuestra Orden, fue obligado a comparecer en Trnava ante el Cabildo. Pero allí estuvo poco tiempo, y se escapó de nuevo a Hiba, y allí durante la fiesta de la Inmaculada Concepción del año 1690, cuando iba a ser capturado por el Muy Rvdo. Lorenzo Yvak, párroco de Rosenberg y vice-archidiácono de Liptov, por orden del Rvmo. Sr. Vicario, se hirió con un cuchillo en el cuello, aunque la herida no era mortal. A causa de la herida se confesó sacramentalmente, cuando recuperó las fuerzas fue llevado bajo custodia arzobispal primero al castillo de Rosenberg, y de allí a la fortaleza de Czeite, también arzobispal, y luego, encadenado, de allí fue llevado a Trnava, donde fue sometido a juicio, y entre otras cosas le preguntaron porque había difundido tantas calumnias contra la santa Orden de las Escuelas Pías, y dijo que si lo había hecho así era porque esperaba evitar de ese modo el juicio del venerable Cabildo. Convicto como impostor y sacrílego, fue degradado de las cuatro órdenes menores y remitido al magistrado seglar, y juzgado de nuevo fue condenado a muerte fuera de la ciudad de Trnava, en el lugar del suplicio, junto a un parricida que había asesinado a su padre. Después de cortarle la mano derecha, fue decapitado por el verdugo, y después echado a las llamas el 13 de julio. Aprended la justicia, y no despreciéis a los dioses.

El mismo año, el 30 de julio, terminó su vida al menos de manera correcta el P. Juan Letavay, que había sido expulsado por graves escándalos y delitos el 20 de octubre de 1690 como incorregible, después de ocasionar muchas aflicciones a nuestra santa Orden, prometiéndose muchas dignidades en el mundo, y convirtiéndose en vagabundo, mísero, disminuido y enfermo después de andar errando un tiempo. Falleció en Prievidza en la casa paterna completamente pobre y miserable, tras recibir los sacramentos. Temed al Señor todos sus santos.

Notas