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Con sus catorce años recién cumplidos sale otra vez de Peralta José Calasanz, hacia mediados de octubre de 1571. El día siguiente a San Lucas empieza el curso. En casa han quedado, junto a sus padres, sus hermanas Esperanza e Isabel y el hermano mayor, Pedro. Va hacia el sur, a Lérida, que está a unas diez o doce leguas, hoy unos 60 kms. Por primera vez deja las tierras de Castro y cruza los linderos del Reino de Aragón para entrar en Cataluña.
 
Con sus catorce años recién cumplidos sale otra vez de Peralta José Calasanz, hacia mediados de octubre de 1571. El día siguiente a San Lucas empieza el curso. En casa han quedado, junto a sus padres, sus hermanas Esperanza e Isabel y el hermano mayor, Pedro. Va hacia el sur, a Lérida, que está a unas diez o doce leguas, hoy unos 60 kms. Por primera vez deja las tierras de Castro y cruza los linderos del Reino de Aragón para entrar en Cataluña.
  
Acostumbrado a las colinas y secarrales de su baronía natal, debió de quedar atónito ante la extensa llanura, verde y ubérrima, que rodea Lérida. La misma sensación de admiración manifestaba el rey Jaime II al justificar, en las actas fundacionales de 1300, la elección de esta ciudad para sede de la primera y única universidad de todos sus reinos de la Corona de Aragón, pues a la vez que la elogiaba como 'huerto cerrado de fertilidad y fecundidad, y fuente sellada de delicias', la veía la más apropiada por ser “casi el lugar intermedio de sus tierras y sus reinos”.<ref group='Notas'>'... ad civitatem Ilerdae velut hortum fertilitatis et fecunditatis conclusum ac fontem deliciarum signatum, qui quasi quoddam intermedium terrarum ac regnorum nostrorum existit, oculos nostrae considerationis super hoc vigiles duximus dirigendos' (carta fundacional de Jaime II, fechada el 1 de septiembre de 1300, cit. en A. VIDAL, ‘El Canciller y el Rector en el Estudio General de Lérida:’ La Academia Calasancia, 765 [1922], 521).</ref>
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Acostumbrado a las colinas y secarrales de su baronía natal, debió de quedar atónito ante la extensa llanura, verde y ubérrima, que rodea Lérida. La misma sensación de admiración manifestaba el rey Jaime II al justificar, en las actas fundacionales de 1300, la elección de esta ciudad para sede de la primera y única universidad de todos sus reinos de la Corona de Aragón, pues a la vez que la elogiaba como 'huerto cerrado de fertilidad y fecundidad, y fuente sellada de delicias', la veía la más apropiada por ser “casi el lugar intermedio de sus tierras y sus reinos”.<ref group='Notas'>'... ad civitatem Ilerdae velut hortum fertilitatis et fecunditatis conclusum ac fontem deliciarum signatum, qui quasi quoddam intermedium terrarum ac regnorum nostrorum existit, oculos nostrae considerationis super hoc vigiles duximus dirigendos' (carta fundacional de Jaime II, fechada el 1 de septiembre de 1300, cit. en A. VIDAL, ‘El Canciller y el Rector en el Estudio General de Lérida:’ La Academia Calasancia, 765 [1922], 521).</ref>
  
 
Con admirable precisión, casi notarial, escribió el flamenco Enrique Cock, 'notario apostólico y archero de la Guardia del Cuerpo Real', que en 1585 acompañó a Felipe II por tierras de Aragón, Cataluña y Valencia, este párrafo sobre el Estudio General de Lérida:
 
Con admirable precisión, casi notarial, escribió el flamenco Enrique Cock, 'notario apostólico y archero de la Guardia del Cuerpo Real', que en 1585 acompañó a Felipe II por tierras de Aragón, Cataluña y Valencia, este párrafo sobre el Estudio General de Lérida:
  
:'''Tiene una Academia muy célebre en la cual hay cuatro profesores teólogos, tres en Derecho canónico y tres en civil; tres en Medicina; dos que leen artes y dos que a los estudiantes menores enseñan gramática. Las cátedras de todos ellos son de dos años, el cual término pasado, se ganan otra vez por oposición. El rector, a cuyo gobierno está [sometida] toda la Academia, se elige con votos. Es menester que este sea un año catalán, el segundo aragonés y el tercero valenciano, porque de esta manera lo han acordado estas naciones. Hay en la ciudad dos colegios: el uno hecho del arcediano Pons, barcelonés; el otro de la Concepción, que fundó el Obispo de Lérida Puig, de buena memoria'.&lt;ref group='Notas'&gt;E, COCK, ‘Anales del año 1585’. Viajes de extranjeros por España y Portugal, ed. J. GARCÍA MERCADAL (Aguilar, Madrid 1952) I, p.1342.&lt;/ref&gt;
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:'' 'Tiene una Academia muy célebre en la cual hay cuatro profesores teólogos, tres en Derecho canónico y tres en civil; tres en Medicina; dos que leen artes y dos que a los estudiantes menores enseñan gramática. Las cátedras de todos ellos son de dos años, el cual término pasado, se ganan otra vez por oposición. El rector, a cuyo gobierno está [sometida] toda la Academia, se elige con votos. Es menester que este sea un año catalán, el segundo aragonés y el tercero valenciano, porque de esta manera lo han acordado estas naciones. Hay en la ciudad dos colegios: el uno hecho del arcediano Pons, barcelonés; el otro de la Concepción, que fundó el Obispo de Lérida Puig, de buena memoria'.<ref group='Notas'>E, COCK, ‘Anales del año 1585’. Viajes de extranjeros por España y Portugal, ed. J. GARCÍA MERCADAL (Aguilar, Madrid 1952) I, p.1342.</ref>
  
 
Era norma común en todas las universidades, particularmente en las llamadas aprobadas, es decir, las que mutuamente se reconocían los estudios y los títulos, exigir tres años ‘in grammaticalibus’ o escuelas menores que podían cursarse en la misma universidad o fuera de ella, en cuyo caso era necesario un examen previo para ingresar en la Facultad de Artes. Y es lo que tuvo que hacer Calasanz por haber estudiado gramática en Estadilla.
 
Era norma común en todas las universidades, particularmente en las llamadas aprobadas, es decir, las que mutuamente se reconocían los estudios y los títulos, exigir tres años ‘in grammaticalibus’ o escuelas menores que podían cursarse en la misma universidad o fuera de ella, en cuyo caso era necesario un examen previo para ingresar en la Facultad de Artes. Y es lo que tuvo que hacer Calasanz por haber estudiado gramática en Estadilla.
  
A sus catorce años es probable que tuviera ya criterio suficiente para constatar que había sido un acierto el cursar gramática y latín en Estadilla, pues estas escuelas menores se hallaban física y culturalmente en un lamentable y endémico estado de postración en la Universidad de Lérida. Ya Carlos V desde Monzón había decretado el 18 de julio de 1528 la radical supresión, hasta una ulterior enmienda, de las cátedras leridanas de Gramática ‘tamquam a notorio mutiles, infructuosas et quasi nullius efficaciae et momenti’, el obispo Antonio Agustín Albanell, visitador y reformador de aquella Universidad, había intentado en 1570 levantarlas de su postración, pero en vano; en 1574 se lamentaba el profesor Bartolomé Sampsó, en términos más generales, del estudio 'cuya ruina y miseria le apenan con gran dolor'; el licenciado Burgués en 1581 escribía que “los gramáticos pasan a estudiar artes sin previo examen de suficiencia; que no obedecen al Rector y se burlan del bedel; que de sesenta estudiantes que salen al curso, no hay diez hábiles para poder oyrlo y después dan la culpa a los doctores...”; y de su estado material se queja también, comparando las aulas de Gramática con una “cueva de pescadores y peor, por causa de que se cae y no miran por él” y “la renta del rey no bastaría para adobar el estudio de Gramática”. Por ello en 1605 los jesuitas se hicieron cargo de las escuelas universitarias de Gramática.&lt;ref group='Notas'&gt;Cf. R. GAYÁ MASSOT, ‘Los jesuitas en la Universidad de Lérida’: Miscelánea de trabajos sobre el Estudio General de Lérida, vol. III (Lérida 1949-54) p.35-36.&lt;/ref&gt;
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A sus catorce años es probable que tuviera ya criterio suficiente para constatar que había sido un acierto el cursar gramática y latín en Estadilla, pues estas escuelas menores se hallaban física y culturalmente en un lamentable y endémico estado de postración en la Universidad de Lérida. Ya Carlos V desde Monzón había decretado el 18 de julio de 1528 la radical supresión, hasta una ulterior enmienda, de las cátedras leridanas de Gramática ‘tamquam a notorio mutiles, infructuosas et quasi nullius efficaciae et momenti’, el obispo Antonio Agustín Albanell, visitador y reformador de aquella Universidad, había intentado en 1570 levantarlas de su postración, pero en vano; en 1574 se lamentaba el profesor Bartolomé Sampsó, en términos más generales, del estudio 'cuya ruina y miseria le apenan con gran dolor'; el licenciado Burgués en 1581 escribía que “los gramáticos pasan a estudiar artes sin previo examen de suficiencia; que no obedecen al Rector y se burlan del bedel; que de sesenta estudiantes que salen al curso, no hay diez hábiles para poder oyrlo y después dan la culpa a los doctores...”; y de su estado material se queja también, comparando las aulas de Gramática con una “cueva de pescadores y peor, por causa de que se cae y no miran por él” y “la renta del rey no bastaría para adobar el estudio de Gramática”. Por ello en 1605 los jesuitas se hicieron cargo de las escuelas universitarias de Gramática.<ref group='Notas'>Cf. R. GAYÁ MASSOT, ‘Los jesuitas en la Universidad de Lérida’: Miscelánea de trabajos sobre el Estudio General de Lérida, vol. III (Lérida 1949-54) p.35-36.</ref>
  
Igualmente se requerían en todas las Universidades tres años para el título de Bachiller en Artes, indispensable para ingresar en las facultades de estudios superiores, particularmente Derecho y Teología, pues la Facultad de Artes tenía carácter propedéutico, algo similar al actual BUP y COU en España. Las materias centrales eran de filosofía, y concretamente, ‘súmulas’ el primer año, Lógica mayor el segundo y Filosofía natural el tercero.&lt;ref group='Notas'&gt;Cf. M. ANDRÉS, ‘Las facultades de Teología españolas hasta 1575. Cátedras diversas’: Anthologica Annua 2 (1954) 123-178; F. MARTÍN HERNÁNDEZ, ‘La formación clerical en los Colegios universitarios españoles’ (1371-1563) (Vitoria 1961) p.162; C. AJO Y SAINZ DE ZÚÑIGA, ‘Historia de las Universidades Hispánicas’ (CSIC, Madrid-Alcalá 1957-58) vol. II: ‘El siglo de oro universitario’, p.33-34; F. JORDÁN GALLEGO, ‘La enseñanza de la metafísica en la Universidad de Valencia durante el s. XVI’: Analecta Sacra Tarrac. 45 (1972) 149; J. POCH, ‘Calassanç a l’Estudi General de Lleida’: Cat 174 (1975) 1.&lt;/ref&gt;
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Igualmente se requerían en todas las Universidades tres años para el título de Bachiller en Artes, indispensable para ingresar en las facultades de estudios superiores, particularmente Derecho y Teología, pues la Facultad de Artes tenía carácter propedéutico, algo similar al actual BUP y COU en España. Las materias centrales eran de filosofía, y concretamente, ‘súmulas’ el primer año, Lógica mayor el segundo y Filosofía natural el tercero.<ref group='Notas'>Cf. M. ANDRÉS, ‘Las facultades de Teología españolas hasta 1575. Cátedras diversas’: Anthologica Annua 2 (1954) 123-178; F. MARTÍN HERNÁNDEZ, ‘La formación clerical en los Colegios universitarios españoles’ (1371-1563) (Vitoria 1961) p.162; C. AJO Y SAINZ DE ZÚÑIGA, ‘Historia de las Universidades Hispánicas’ (CSIC, Madrid-Alcalá 1957-58) vol. II: ‘El siglo de oro universitario’, p.33-34; F. JORDÁN GALLEGO, ‘La enseñanza de la metafísica en la Universidad de Valencia durante el s. XVI’: Analecta Sacra Tarrac. 45 (1972) 149; J. POCH, ‘Calassanç a l’Estudi General de Lleida’: Cat 174 (1975) 1.</ref>
  
Casualmente, se conservó un dato, al parecer insignificante, que sitúa a Calasanz en este período de sus estudios universitarios. El día 19 de septiembre de 1573, durante las vacaciones estivales, se hallaba en el vecino pueblo de Gabasa, en casa de los Ager, muy amigos de su familia, junto con otro amigo y estudiante como él, Martín de Carpi, del pueblo de Alcampel. El dueño de la casa, don Miguel de Ager, compró dos heredades y en las escrituras notariales hizo firmar a ambos como testigos. Quien encontró este documento en 1750 fue don Antonio de Ager y Ferrer, descendiente directo del comprador, quien al comunicar el hallazgo decía: 'las escrituras son del año 1573 en el día 19 de septiembre, que corresponde cuando [Calasanz] estudiaba Filosofía y aún no había entrado en el curso de aquel año. El notario fue Juan Ferrer, infançon de la villa de Benabarre, y trae por testigos a los magníficos y honorables Martín de Carpi, de Alcampel, Maestro en Artes y a Joseph Calasanz estudiante, natural de Peralta de la Sal. Hecho en Gavassa'.&lt;ref group='Notas'&gt;Cf J POCH. ‘Aportación documental biográfico-calasancia: AnCal 22 (1969) 279-280.&lt;/ref&gt;
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Casualmente, se conservó un dato, al parecer insignificante, que sitúa a Calasanz en este período de sus estudios universitarios. El día 19 de septiembre de 1573, durante las vacaciones estivales, se hallaba en el vecino pueblo de Gabasa, en casa de los Ager, muy amigos de su familia, junto con otro amigo y estudiante como él, Martín de Carpi, del pueblo de Alcampel. El dueño de la casa, don Miguel de Ager, compró dos heredades y en las escrituras notariales hizo firmar a ambos como testigos. Quien encontró este documento en 1750 fue don Antonio de Ager y Ferrer, descendiente directo del comprador, quien al comunicar el hallazgo decía: 'las escrituras son del año 1573 en el día 19 de septiembre, que corresponde cuando [Calasanz] estudiaba Filosofía y aún no había entrado en el curso de aquel año. El notario fue Juan Ferrer, infançon de la villa de Benabarre, y trae por testigos a los magníficos y honorables Martín de Carpi, de Alcampel, Maestro en Artes y a Joseph Calasanz estudiante, natural de Peralta de la Sal. Hecho en Gavassa'.<ref group='Notas'>Cf J POCH. ‘Aportación documental biográfico-calasancia: AnCal 22 (1969) 279-280.</ref>
  
 
Junto al título académico de Maestro en Artes, que luce Martín de Carpi, José Calasanz sólo puede poner 'estudiante', y lógicamente hubiera escrito “bachiller en Artes” de haberlo sido, pero aún no lo era. Y lleva ya dos cursos en el Estudio General de Lérida (1571-72, 1572-73). El título de bachiller debió, pues, conseguirlo al terminar el curso siguiente (1573-1574). Y una vez bachiller en Artes, se inscribió en la Facultad de Derecho. Tenía diecisiete años.
 
Junto al título académico de Maestro en Artes, que luce Martín de Carpi, José Calasanz sólo puede poner 'estudiante', y lógicamente hubiera escrito “bachiller en Artes” de haberlo sido, pero aún no lo era. Y lleva ya dos cursos en el Estudio General de Lérida (1571-72, 1572-73). El título de bachiller debió, pues, conseguirlo al terminar el curso siguiente (1573-1574). Y una vez bachiller en Artes, se inscribió en la Facultad de Derecho. Tenía diecisiete años.
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04.03. En la Facultad de Artes y Filosofía de Lérida

Con sus catorce años recién cumplidos sale otra vez de Peralta José Calasanz, hacia mediados de octubre de 1571. El día siguiente a San Lucas empieza el curso. En casa han quedado, junto a sus padres, sus hermanas Esperanza e Isabel y el hermano mayor, Pedro. Va hacia el sur, a Lérida, que está a unas diez o doce leguas, hoy unos 60 kms. Por primera vez deja las tierras de Castro y cruza los linderos del Reino de Aragón para entrar en Cataluña.

Acostumbrado a las colinas y secarrales de su baronía natal, debió de quedar atónito ante la extensa llanura, verde y ubérrima, que rodea Lérida. La misma sensación de admiración manifestaba el rey Jaime II al justificar, en las actas fundacionales de 1300, la elección de esta ciudad para sede de la primera y única universidad de todos sus reinos de la Corona de Aragón, pues a la vez que la elogiaba como 'huerto cerrado de fertilidad y fecundidad, y fuente sellada de delicias', la veía la más apropiada por ser “casi el lugar intermedio de sus tierras y sus reinos”.[Notas 1]

Con admirable precisión, casi notarial, escribió el flamenco Enrique Cock, 'notario apostólico y archero de la Guardia del Cuerpo Real', que en 1585 acompañó a Felipe II por tierras de Aragón, Cataluña y Valencia, este párrafo sobre el Estudio General de Lérida:

'Tiene una Academia muy célebre en la cual hay cuatro profesores teólogos, tres en Derecho canónico y tres en civil; tres en Medicina; dos que leen artes y dos que a los estudiantes menores enseñan gramática. Las cátedras de todos ellos son de dos años, el cual término pasado, se ganan otra vez por oposición. El rector, a cuyo gobierno está [sometida] toda la Academia, se elige con votos. Es menester que este sea un año catalán, el segundo aragonés y el tercero valenciano, porque de esta manera lo han acordado estas naciones. Hay en la ciudad dos colegios: el uno hecho del arcediano Pons, barcelonés; el otro de la Concepción, que fundó el Obispo de Lérida Puig, de buena memoria'.[Notas 2]

Era norma común en todas las universidades, particularmente en las llamadas aprobadas, es decir, las que mutuamente se reconocían los estudios y los títulos, exigir tres años ‘in grammaticalibus’ o escuelas menores que podían cursarse en la misma universidad o fuera de ella, en cuyo caso era necesario un examen previo para ingresar en la Facultad de Artes. Y es lo que tuvo que hacer Calasanz por haber estudiado gramática en Estadilla.

A sus catorce años es probable que tuviera ya criterio suficiente para constatar que había sido un acierto el cursar gramática y latín en Estadilla, pues estas escuelas menores se hallaban física y culturalmente en un lamentable y endémico estado de postración en la Universidad de Lérida. Ya Carlos V desde Monzón había decretado el 18 de julio de 1528 la radical supresión, hasta una ulterior enmienda, de las cátedras leridanas de Gramática ‘tamquam a notorio mutiles, infructuosas et quasi nullius efficaciae et momenti’, el obispo Antonio Agustín Albanell, visitador y reformador de aquella Universidad, había intentado en 1570 levantarlas de su postración, pero en vano; en 1574 se lamentaba el profesor Bartolomé Sampsó, en términos más generales, del estudio 'cuya ruina y miseria le apenan con gran dolor'; el licenciado Burgués en 1581 escribía que “los gramáticos pasan a estudiar artes sin previo examen de suficiencia; que no obedecen al Rector y se burlan del bedel; que de sesenta estudiantes que salen al curso, no hay diez hábiles para poder oyrlo y después dan la culpa a los doctores...”; y de su estado material se queja también, comparando las aulas de Gramática con una “cueva de pescadores y peor, por causa de que se cae y no miran por él” y “la renta del rey no bastaría para adobar el estudio de Gramática”. Por ello en 1605 los jesuitas se hicieron cargo de las escuelas universitarias de Gramática.[Notas 3]

Igualmente se requerían en todas las Universidades tres años para el título de Bachiller en Artes, indispensable para ingresar en las facultades de estudios superiores, particularmente Derecho y Teología, pues la Facultad de Artes tenía carácter propedéutico, algo similar al actual BUP y COU en España. Las materias centrales eran de filosofía, y concretamente, ‘súmulas’ el primer año, Lógica mayor el segundo y Filosofía natural el tercero.[Notas 4]

Casualmente, se conservó un dato, al parecer insignificante, que sitúa a Calasanz en este período de sus estudios universitarios. El día 19 de septiembre de 1573, durante las vacaciones estivales, se hallaba en el vecino pueblo de Gabasa, en casa de los Ager, muy amigos de su familia, junto con otro amigo y estudiante como él, Martín de Carpi, del pueblo de Alcampel. El dueño de la casa, don Miguel de Ager, compró dos heredades y en las escrituras notariales hizo firmar a ambos como testigos. Quien encontró este documento en 1750 fue don Antonio de Ager y Ferrer, descendiente directo del comprador, quien al comunicar el hallazgo decía: 'las escrituras son del año 1573 en el día 19 de septiembre, que corresponde cuando [Calasanz] estudiaba Filosofía y aún no había entrado en el curso de aquel año. El notario fue Juan Ferrer, infançon de la villa de Benabarre, y trae por testigos a los magníficos y honorables Martín de Carpi, de Alcampel, Maestro en Artes y a Joseph Calasanz estudiante, natural de Peralta de la Sal. Hecho en Gavassa'.[Notas 5]

Junto al título académico de Maestro en Artes, que luce Martín de Carpi, José Calasanz sólo puede poner 'estudiante', y lógicamente hubiera escrito “bachiller en Artes” de haberlo sido, pero aún no lo era. Y lleva ya dos cursos en el Estudio General de Lérida (1571-72, 1572-73). El título de bachiller debió, pues, conseguirlo al terminar el curso siguiente (1573-1574). Y una vez bachiller en Artes, se inscribió en la Facultad de Derecho. Tenía diecisiete años.

Notas

  1. '... ad civitatem Ilerdae velut hortum fertilitatis et fecunditatis conclusum ac fontem deliciarum signatum, qui quasi quoddam intermedium terrarum ac regnorum nostrorum existit, oculos nostrae considerationis super hoc vigiles duximus dirigendos' (carta fundacional de Jaime II, fechada el 1 de septiembre de 1300, cit. en A. VIDAL, ‘El Canciller y el Rector en el Estudio General de Lérida:’ La Academia Calasancia, 765 [1922], 521).
  2. E, COCK, ‘Anales del año 1585’. Viajes de extranjeros por España y Portugal, ed. J. GARCÍA MERCADAL (Aguilar, Madrid 1952) I, p.1342.
  3. Cf. R. GAYÁ MASSOT, ‘Los jesuitas en la Universidad de Lérida’: Miscelánea de trabajos sobre el Estudio General de Lérida, vol. III (Lérida 1949-54) p.35-36.
  4. Cf. M. ANDRÉS, ‘Las facultades de Teología españolas hasta 1575. Cátedras diversas’: Anthologica Annua 2 (1954) 123-178; F. MARTÍN HERNÁNDEZ, ‘La formación clerical en los Colegios universitarios españoles’ (1371-1563) (Vitoria 1961) p.162; C. AJO Y SAINZ DE ZÚÑIGA, ‘Historia de las Universidades Hispánicas’ (CSIC, Madrid-Alcalá 1957-58) vol. II: ‘El siglo de oro universitario’, p.33-34; F. JORDÁN GALLEGO, ‘La enseñanza de la metafísica en la Universidad de Valencia durante el s. XVI’: Analecta Sacra Tarrac. 45 (1972) 149; J. POCH, ‘Calassanç a l’Estudi General de Lleida’: Cat 174 (1975) 1.
  5. Cf J POCH. ‘Aportación documental biográfico-calasancia: AnCal 22 (1969) 279-280.