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:'''CAPÍTULO 4 De cómo nuestro Don José se ordenó “in Sacris” Y el Obispo de Barbastro lo tomó como su ayudante escritorio [1580-1583]
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=CAPÍTULO 4 De cómo nuestro Don José se ordenó “in Sacris” Y el Obispo de Barbastro lo tomó como su ayudante escritorio [1580-1583]=
  
 
Estaba aún dedicado a sus estudios nuestro Don José, cuando Dios le envió una grave y peligrosa enfermedad, para depurar más aún, y purificarlo de cualquier negligencia y tibieza en el servicio divino. Se dio cuenta de ello el prudente y casto joven, que, deseoso de corresponder a una amonestación tan paternal, y considerando que en el estado sacerdotal agradaría más a Dios, y, mediante la cotidiana unión con él mismo, por medio del Santo Sacrificio de la Misa, se vería más fuerte para resistir a los maliciosos y lisonjeros golpes de los comunes enemigos, -enfermo de cuerpo, pero purificado de mente-, se volvió a Dios, y le ofreció con voto su Pureza virginal, prometiéndole hacerse Sacerdote, si tenía a bien darle la salud del cuerpo.
 
Estaba aún dedicado a sus estudios nuestro Don José, cuando Dios le envió una grave y peligrosa enfermedad, para depurar más aún, y purificarlo de cualquier negligencia y tibieza en el servicio divino. Se dio cuenta de ello el prudente y casto joven, que, deseoso de corresponder a una amonestación tan paternal, y considerando que en el estado sacerdotal agradaría más a Dios, y, mediante la cotidiana unión con él mismo, por medio del Santo Sacrificio de la Misa, se vería más fuerte para resistir a los maliciosos y lisonjeros golpes de los comunes enemigos, -enfermo de cuerpo, pero purificado de mente-, se volvió a Dios, y le ofreció con voto su Pureza virginal, prometiéndole hacerse Sacerdote, si tenía a bien darle la salud del cuerpo.
  
No fue sorda la bondad del Señor a tan justa demanda, como más inclinada a dar que a recibir. Apenas había dicho aquellas palabras, cuando se encontró del todo sano, y preparando enseguida el camino de su Patria, se volvió a ella. Hablando de este su deseo con el Revmo. Señor Vicario General<ref group='Notas'>Al margen aparece esta corrección: “Capitular, por ser sede vacante en Urgel”.</ref> de Urgel, le impuso el birrete con mucho gusto para ambos, y le concedió un beneficio en la iglesia de San Esteban, con el que se pudiera ordenar. Y con las debidas dimisorias de su Ordinario, fue Ordenado de las cuatro Órdenes Menores, el 17 de diciembre de 1580, por Monseñor Ilmo. Pedro Fraga, Obispo de Huesca, cuando tenía ya la edad de más de veintitrés años. En este tiempo pasó a mejor vida la Señora María Gastón, madre de nuestro Don José, meritoria por sus virtudes y cristiana piedad.
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No fue sorda la bondad del Señor a tan justa demanda, como más inclinada a dar que a recibir. Apenas había dicho aquellas palabras, cuando se encontró del todo sano, y preparando enseguida el camino de su Patria, se volvió a ella. Hablando de este su deseo con el Revmo. Señor Vicario General<ref group='Notas'>Al margen aparece esta corrección: “Capitular, por ser sede vacante en Urgel”.</ref> de Urgel, le impuso el birrete con mucho gusto para ambos, y le concedió un beneficio en la iglesia de San Esteban, con el que se pudiera ordenar. Y con las debidas dimisorias de su Ordinario, fue Ordenado de las cuatro Órdenes Menores, el 17 de diciembre de 1580, por Monseñor Ilmo. Pedro Fraga, Obispo de Huesca, cuando tenía ya la edad de más de veintitrés años. En este tiempo pasó a mejor vida la Señora María Gastón, madre de nuestro Don José, meritoria por sus virtudes y cristiana piedad.
  
Después de aquellas sagradas Órdenes, dada su bondad de vida, por la que era conocido en todas aquellas tierras, fue llamado como ayudante de estudios por aquel gran literato, el mayor de España en aquel tiempo, el insigne Prelado Monseñor Ilmo. Gaspar Juan de la Figuera, Obispo de Barbastro&lt;ref group='Notas'&gt;Al margen hay una nota que dice: “Con el Obispo de Barbastro nunca estuvo el Venerable Padre, sino con el de Jaca”.&lt;/ref&gt;, que tuvo como discípulos a los mayores profesores de Salamanca, como Báñez y Medina. Estuvo con este insigne Prelado no poco tiempo, perfeccionándose en las letras y en las virtudes; y por él fue también ordenado Diácono en la santa capilla de San Sebastián, el día 9 de abril de 1583, con mucha alegría para ambos.
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Después de aquellas sagradas Órdenes, dada su bondad de vida, por la que era conocido en todas aquellas tierras, fue llamado como ayudante de estudios por aquel gran literato, el mayor de España en aquel tiempo, el insigne Prelado Monseñor Ilmo. Gaspar Juan de la Figuera, Obispo de Barbastro<ref group='Notas'>Al margen hay una nota que dice: “Con el Obispo de Barbastro nunca estuvo el Venerable Padre, sino con el de Jaca”.</ref>, que tuvo como discípulos a los mayores profesores de Salamanca, como Báñez y Medina. Estuvo con este insigne Prelado no poco tiempo, perfeccionándose en las letras y en las virtudes; y por él fue también ordenado Diácono en la santa capilla de San Sebastián, el día 9 de abril de 1583, con mucha alegría para ambos.
  
 
Habiendo sido nombrado y consagrado, por el Obispo de Urgel, el Ilmo. Monseñor D. Hugo, Fray Ambrosio Moncada, antes monje camaldulense en el sagrado Yermo de Toscana, y después de llegar a su Obispado, este mismo Prelado ordenó de sacerdote a nuestro Don José, el día 17 de diciembre de 1583. De modo que en menos de un año hizo efectivo el voto que había hecho de ser Sacerdote. Sin olvidarse de la gracia recibida de Su Divina Majestad, se hizo Sacerdote, pero no sólo de dignidad, sino también de costumbres, pues era un espejo de toda perfección en la ciudad y en la Corte de aquel tan insigne Prelado de Barbastro.
 
Habiendo sido nombrado y consagrado, por el Obispo de Urgel, el Ilmo. Monseñor D. Hugo, Fray Ambrosio Moncada, antes monje camaldulense en el sagrado Yermo de Toscana, y después de llegar a su Obispado, este mismo Prelado ordenó de sacerdote a nuestro Don José, el día 17 de diciembre de 1583. De modo que en menos de un año hizo efectivo el voto que había hecho de ser Sacerdote. Sin olvidarse de la gracia recibida de Su Divina Majestad, se hizo Sacerdote, pero no sólo de dignidad, sino también de costumbres, pues era un espejo de toda perfección en la ciudad y en la Corte de aquel tan insigne Prelado de Barbastro.

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CAPÍTULO 4 De cómo nuestro Don José se ordenó “in Sacris” Y el Obispo de Barbastro lo tomó como su ayudante escritorio [1580-1583]

Estaba aún dedicado a sus estudios nuestro Don José, cuando Dios le envió una grave y peligrosa enfermedad, para depurar más aún, y purificarlo de cualquier negligencia y tibieza en el servicio divino. Se dio cuenta de ello el prudente y casto joven, que, deseoso de corresponder a una amonestación tan paternal, y considerando que en el estado sacerdotal agradaría más a Dios, y, mediante la cotidiana unión con él mismo, por medio del Santo Sacrificio de la Misa, se vería más fuerte para resistir a los maliciosos y lisonjeros golpes de los comunes enemigos, -enfermo de cuerpo, pero purificado de mente-, se volvió a Dios, y le ofreció con voto su Pureza virginal, prometiéndole hacerse Sacerdote, si tenía a bien darle la salud del cuerpo.

No fue sorda la bondad del Señor a tan justa demanda, como más inclinada a dar que a recibir. Apenas había dicho aquellas palabras, cuando se encontró del todo sano, y preparando enseguida el camino de su Patria, se volvió a ella. Hablando de este su deseo con el Revmo. Señor Vicario General[Notas 1] de Urgel, le impuso el birrete con mucho gusto para ambos, y le concedió un beneficio en la iglesia de San Esteban, con el que se pudiera ordenar. Y con las debidas dimisorias de su Ordinario, fue Ordenado de las cuatro Órdenes Menores, el 17 de diciembre de 1580, por Monseñor Ilmo. Pedro Fraga, Obispo de Huesca, cuando tenía ya la edad de más de veintitrés años. En este tiempo pasó a mejor vida la Señora María Gastón, madre de nuestro Don José, meritoria por sus virtudes y cristiana piedad.

Después de aquellas sagradas Órdenes, dada su bondad de vida, por la que era conocido en todas aquellas tierras, fue llamado como ayudante de estudios por aquel gran literato, el mayor de España en aquel tiempo, el insigne Prelado Monseñor Ilmo. Gaspar Juan de la Figuera, Obispo de Barbastro[Notas 2], que tuvo como discípulos a los mayores profesores de Salamanca, como Báñez y Medina. Estuvo con este insigne Prelado no poco tiempo, perfeccionándose en las letras y en las virtudes; y por él fue también ordenado Diácono en la santa capilla de San Sebastián, el día 9 de abril de 1583, con mucha alegría para ambos.

Habiendo sido nombrado y consagrado, por el Obispo de Urgel, el Ilmo. Monseñor D. Hugo, Fray Ambrosio Moncada, antes monje camaldulense en el sagrado Yermo de Toscana, y después de llegar a su Obispado, este mismo Prelado ordenó de sacerdote a nuestro Don José, el día 17 de diciembre de 1583. De modo que en menos de un año hizo efectivo el voto que había hecho de ser Sacerdote. Sin olvidarse de la gracia recibida de Su Divina Majestad, se hizo Sacerdote, pero no sólo de dignidad, sino también de costumbres, pues era un espejo de toda perfección en la ciudad y en la Corte de aquel tan insigne Prelado de Barbastro.

Notas

  1. Al margen aparece esta corrección: “Capitular, por ser sede vacante en Urgel”.
  2. Al margen hay una nota que dice: “Con el Obispo de Barbastro nunca estuvo el Venerable Padre, sino con el de Jaca”.