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Por la solemnidad de San Miguel Arcángel, 29 de septiembre, Su Santidad el Papa Urbano VIII concedió el Jubileo a quien, visitando nuestra iglesia de San Pantaleón, hiciera la visita de las 4 Iglesias acompañando a nuestra Cofradía de Frascati, que llevaba la milagrosa imagen de Nuestra Señora, que se conserva en dicha ciudad. Hubo una grandísima concurrencia del pueblo y de la nobleza, y unos treinta de los nuestros con el hábito propio, lo que aportó gran devoción. | Por la solemnidad de San Miguel Arcángel, 29 de septiembre, Su Santidad el Papa Urbano VIII concedió el Jubileo a quien, visitando nuestra iglesia de San Pantaleón, hiciera la visita de las 4 Iglesias acompañando a nuestra Cofradía de Frascati, que llevaba la milagrosa imagen de Nuestra Señora, que se conserva en dicha ciudad. Hubo una grandísima concurrencia del pueblo y de la nobleza, y unos treinta de los nuestros con el hábito propio, lo que aportó gran devoción. |
Última revisión de 17:37 27 oct 2014
Ver original en ItalianoCAPÍTULO 14 De algunas cosas particulares Sucedidas en estos meses De septiembre y octubre [1625]
Por la solemnidad de San Miguel Arcángel, 29 de septiembre, Su Santidad el Papa Urbano VIII concedió el Jubileo a quien, visitando nuestra iglesia de San Pantaleón, hiciera la visita de las 4 Iglesias acompañando a nuestra Cofradía de Frascati, que llevaba la milagrosa imagen de Nuestra Señora, que se conserva en dicha ciudad. Hubo una grandísima concurrencia del pueblo y de la nobleza, y unos treinta de los nuestros con el hábito propio, lo que aportó gran devoción.
El día anterior a esta solemnidad llegó de Génova a Roma el P. Pedro [Casani] de la Natividad del Señor, primer Asistente de N. V. Fundador, llamado de allí para ir a Viena desde Germania, y fundar nuestra Orden, a instancia de un Ilmo. y Revmo. Prelado, que decía haber recibido la orden de Su Majestad Imperial; creo que era Monseñor Kromaia, muy favorito del Emmo. y Revmo. Cardenal Dietrichstein.
Pero como el P. Pedro llegó después de la salida de dicho Monseñor, no se efectuó dicha ida, a pesar de que aquel Revmo. Había dejado las informaciones oportunas. Y es que, viendo que el Embajador de Su Majestad Imperial no decía ni insistía en nada, se dudó del hecho, y por eso se sobreseyó tal misión.
De los primeros que vistieron nuestro hábito durante el tiempo en que el Instituto de las Escuelas Pías fue erigida Congregación, con el título de Congregación Paulina de los Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, uno fue el joven llamado Juan Francisco Argomenti, hijo de un copista, que vivía en la misma plaza de San Pantaleón; luego se llamó Juan Francisco [Argomenti] de la Purificación; joven de óptimas costumbres, buenísimo retórico y filósofo. Con ocasión de la elevación al Pontificado del Papa Gregorio XV Ludovisi, compuso bellísimos panegíricos y otras composiciones en honor de dicho Sumo Pontífice; fue también de los primeros que fueron a Savona.
Este joven, después de casi un año que volvió a Roma, desde Luguria, enfermó gravemente en San Pantaleón, estando yo de Portero. Se supo que había pedido con mucha insistencia a Dios bendito tres gracias sobre todo: La primera, morir en el año Santo; la segunda, en día de viernes; la tercera, en la fiesta de San Francisco, su patrono y abogado particular. Por eso, habiendo recibido con mucha alegría todos los SS. Sacramentos el 1 de octubre de 1625, y aunque se veían todas las señales de la muerte, sin embargo, el 3 de dicho mes inició una ligera mejoría, y dijo con su propia boca que había visto al Patriarca San Francisco, y a Nuestro Venerable Abad Glicerio Landriani, que le habían animado a sufrir y a partir de esta vida. Así que, contra el parecer de todos nosotros, al día siguiente, que fue viernes, fiesta de San Francisco, en el año Santo, entregó su alma al Señor, como esperamos, para gozar de él eternamente en el cielo, habiendo sido un buen religioso. Nuestro V. P. Fundador, para dar gusto a su padre y a su madre, ordenó sepultarlo en nuestra casa, junto a la puerta del campanario, a poca distancia del sepulcro del Abad Landriani.