Revisión de 16:51 21 oct 2014

CAPÍTULO 5 Del hábito uniforme De los Operarios de esta Congregación

Ha sido siempre una costumbre antigua que los clérigos vayan con hábito decente y largo, para que ante el prójimo, con el que deben tratar, se vea razonablemente respetado su Instituto. Por tanto, los sacerdotes y los clérigos de esta Congregación llevarán la sotana y el manteo largos hasta el suelo, y los oblatos, hasta media pierna; todos de paño negro y ordinario, con los cuellos, de tela, convenientemente alzados fuera. Debajo usarán calzones y jubón de color blanco o negro, con calcetas de paño negro, con sandalias del todo cerradas; las camisas serán de tela ordinaria, como también los birretes de paño, con el forro de tela negra.

Se prohíben los birretes, y el uso de ellos, a los oblatos, y mucho más la coronilla; en lugar del birrete, llevarán por la casa un gorrito negro, y fuera, la teja; y no usarán seda ni siquiera en las cintas o en los cordones de la teja.

La barba no la llevarán ni afeitada ni demasiado larga, sino de Curas, sin vanidad de rizos o melena, con una coronilla mediana. Éste será el hábito uniforme, para evitar la vanidad y la ligereza de los ornamentos superfluos y curiosos. A los ocho días de la publicación de estas Constituciones oblíguese cada uno a aceptar este hábito, bajo pena de excomunión.

• • • Nota, lector, y considera que si se hubiera seguido el cambio arriba descrito, quedaba del todo extinta la Orden de los Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, así como en el capítulo anterior se extinguía el Instituto de las Escuelas Pías.

Dice que el hábito por él descrito hacer respetable el ministerio de los Operarios, preocupándose poco de la virtud.

¿Las acciones de los Santos Apóstoles y Discípulos de Nuestro Redentor no eran honorables porque iban descalzos y pobremente vestidos? Y, sin embargo “mundus totus post eos ibat”.

Notas