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01.09. La Real Casa de Castro y los barones de Peralta

Doña Catalina de Moncada y Alagón, virreina de Cerdeña<ref group='Notas'>Su esposo don Luis Guillén de Moncada y Aragón fue Virrey de Cerdeña los años 1644-1649 (cf. J. MATEU IBARS, Los virreyes de Cerdeña. Fuentes para su estudio [Padova 1964-67] v.II, p.52-60).</ref>, en la ya citada carta dirigida al P. José de Calasanz con fecha del 30 de julio de 1646, le decía: 'Mi hermano el Marqués de Aytona, es Señor de la Casa de Castro, porque fue de mi madre, que era hija de la Baroneça de la Laguna, que pudo conocer en Aragón V. P. Rma.'<ref group='Notas'>EHI, p.1463-1464. El hermano de la Virreina era don Guillén Ramón de Moncada y Aragón, Señor de la Casa de Moncada y heredero de todos sus títulos, como el de IV Marqués de Aytona, Conde de Osona, Vizconde de Illa, Gran Senescal y Maestre Racional de Cataluña, Comendador de la Fresneda, Gentilhombre de la Cámara de S. M. y Mayordomo Mayor de la Reina y Grande de España y Señor de la Casa de Castro y de la Baronía —entre muchas otras— de Peralta de la Sal. Casó con doña Ana de Silva y Portugal y murió en 1670 (cf. GARCÍA CARRAFFA, Enciclopedia heráldica y genealógica hispano-americana, t.57 [Moncada]).</ref>. Y terminaba la carta con estas palabras autógrafas, llenas de afecto: “Por ser tan mala mi bista, no va esta de mi mano. V. Pad.d no se olvide de encomendarme a Dios ni de acer esperienzias de lo que le estimo”. Y el anciano Fundador, pocos días antes de cumplir sus ochenta y nueve años, le respondía: “A mis antiguas obligaciones de rogar siempre por la Ilma. y Excma. Casa de Moncada se añade ahora la nueva que me impone V. E. con su carta, en la que me cuenta algunos infortunios que han afectado a su Excma. Casa en años pasados”. Y después de darle palabras de aliento y cristiana resignación, terminaba: “Mientras tanto rogaré continuamente al Señor que conserve por muchos años la salud a toda la Casa de V. E. y en particular a sus dos hijos y les aumente constantemente la gracia divina. Que es lo que yo, como afectísimo servidor y vasallo le puedo desear, presentándole mis respetos”<ref group='Notas'>CS, c.658.</ref>.

El llamarse vasallo no era una simple expresión de pleitesía a una alta dama de la aristocracia española, sino la alusión o reconocimiento de una realidad histórica. Pero ese vasallaje no era debido a la Virreina, sino a su Casa de Moncada, y en concreto a su hermano el Marqués de Aytona, por ser entonces el Señor de la Casa de Castro, y como tal, Señor de la Baronía de Peralta de la Sal.

En el citado párrafo la Virreina da el entronque de la Casa de Castro: su madre heredó los títulos de la Casa de Castro por ser hija única de la Baronesa de la Laguna. Y su madre fue doña Margarita de Castro y Alagón, Señora de la Casa de Castro y de todos sus numerosos títulos y estados, entre los cuales el de Baronesa de Peralta de la Sal. En 1610 había casado con don Francisco de Moncada y Moncada, tercer Marqués de Aytona y Señor de la Casa de Moncada y de todos sus no menos numerosos estados y títulos. Con este matrimonio quedaban unidas para el futuro las dos grandes Casas de Castro y de Moncada.

Doña Margarita de Castro y de Alagón había heredado los estados de la Casa de Castro de su propia madre, doña Estefanía de Castro y Cervellón, XXIII Baronesa de la Laguna, que había casado con don Martín de Alagón y Espés, todavía vivos cuando su hija se casaba en 1610 con el heredero de la Casa de Moncada y Aytona. Ese mismo año escribía J. B. Labaña en su Itinerario del Reino de Aragón, al llegar a Castro: 'Este castillo y su baronía dio el rey Don Jaime I a Fernando Sánchez, su hijo y de una doncella noble, cuya baronía posee hoy el barón de la Laguna por su mujer, doña Estefanía de Castro y Cervellón, cuya hija heredera casó ahora este año de 1610 con el hijo heredero del virrey, que es el marqués de Aytona'<ref group='Notas'>J. B. LABAÑA, o.c., p.159.</ref>. Y con estas referencias nos remonta Labaña al origen de la baronía y Casa de Castro.

Escribe Zurita que en 1275 murió el hijo bastardo de Jaime I, don Fernán Sánchez, casado con doña Aldonza Jiménez de Urrea, dejando de ella un hijo llamado don Felipe Fernández, 'de quien descendieron los señores de la casa de Castro'<ref group='Notas'>ZURITA, I.III, cap.95.</ref>. En la larguísima lista de “honores” o posesiones que acumuló en vida el infante bastardo figura naturalmente Castro, que dio nombre a la nueva dinastía o Casa de Castro, y junto a ella, la villa de Estadilla, que será luego cabeza de baronía<ref group='Notas'>cf. A. VIDAL, De re calasanctiana: RevCal 150 (1925) 408. El autor enumera 76 localidades, pertenecientes a las bailías de Zaragoza, Ribagorza y Barbastro, en las que tenía 'honores' el referido infante.</ref>.

Por aquellos mismos años, pues, en que la condesa de Urgel, Aurembiaix, hablaba de su 'honor' de Ribagorza y lo daba, parte en alodio y parte en feudo, a Ramón de Peralta, y éste conseguía de Jaime I el reconocimiento de sus derechos señoriales sobre aquella “honor”, surgía adosada a su límite occidental otra “honor” o baronía: la de Castro<ref group='Notas'>Con esa precisa denominación se califican las posesiones de Fernán Sánchez, perdidas durante la guerra que entabló contra su propio padre, el rey Jaime I, y su hermano Pedro III de Aragón, y restituidas por Alfonso III al hijo del bastardo, Felipe de castro (ib., p.183-184).</ref>. Y aunque el fundador de la nueva dinastía era un bastardo, no dejaba de ser hijo de Rey, por lo que sus descendientes llevaron siempre el título pomposo de Reales Señores de Castro, una de las Casas nobles de mayor prestigio en el Reino de Aragón.

A mediados del siglo XIV, la heredera de la baronía de Peralta casó con el heredero de la Casa de Castro, quedando unida en adelante la baronía de Peralta a la Real Casa de Castro. Nuevos enlaces entre herederos añadieron otros nobles apellidos con la consiguiente anexión de sus estados y señoríos a la Casa de Castro, como los Pinós y los Cervelló. Un siglo más tarde, por ejemplo, con fecha de 10 de marzo de 1452, don Felipe Galcerán de Castro dicta testamento en catalán y enumera sus baronías así: 'Perçó nos Felip Galcerán de Castre, Señor de les Baronies de Castre, de Peralta, de Tremacet e de Crabera (sic), e de les Honors de Monclús e de Olsó, e de la vila de Guimerá e del loch de Danycaula, volens e cobejans venir a la santa Gloria del Paradís…¨ y nombra heredero universal: “hereu universal instituhim al dit nostre net Felip de Castre [cuyo padre, también Felipe, ya había muerto] de tots los Castells, viles e lochs de les dites Baronies e honors... ab les jurisdictions altes e baixes, civils e criminals, mer e mixte imperi...'<ref group='Notas'>Deferencia del P. Poch (carta del 1 de marzo de 1964), con referencia a la Bibl. de la R. Acad. de la Historia, colección Salazar y Castro, sin precisar más. Probablemente residía en Estadilla, pues dice: 'En aprés elegim e assignam la sepultura de nostre cos... en la Iglesia del sr. Sant Esteve de la vila nostra de Stadella' (ib.).</ref>.

En estas cláusulas testamentarias observamos que los estados o señoríos de la Casa de Castro no se reducen a las baronías de Castro y de Peralta, sino que hay otras más, que desaparecen luego de sus títulos mientras se añaden otras nuevas por testamentos o enlaces matrimoniales. Queda patente, por otra parte, el pleno dominio sobre sus tierras y vasallos, con plena jurisdicción hasta de horca y cuchillo, como era común generalmente a todos los grandes títulos de la nobleza.

La falta de herederos directos hizo surgir hacia mediados del siglo siguiente un ruidoso y larguísimo pleito, cuyos principales contrincantes eran el vizconde de Ebol y el barón de la Laguna<ref group='Notas'>con fecha del 28 de agosto de 1546, los Diputados del Reino de Aragón escribían al Príncipe Felipe (II): 'Agora se ha ofrecido que aviendo pleyto sobre la casa de castro, que es una de las principales deste Reino, entre el vizconde de Ebol y el Varón de la Laguna y otras partes...' (ib.).</ref>, quedando vencedor este último, llamado don Berenguer Arnaldo de Castro, casado con doña Leonor de Boixadors y Requesens. Parece ser que el barón había ya muerto en 1559, dejando un hijo de su mismo nombre, de modo que la baronesa doña Leonor fue quien rigió los destinos de la Casa de Castro en nombre propio y en el de su hijo durante veinte años, prácticamente durante toda la infancia y juventud de su ilustre 'vasallo', el futuro Fundador de las Escuelas Pías.

En un censal, firmado en Peralta de la Sal el 18 de agosto de 1569, leemos los nombres de esos tres Señores de Castro, junto al de Pedro Calasanz, padre de nuestro Santo, y baile de Peralta de la Sal:

Sea a todos manifiesto que yo Francisco Nabal Infanzon e notario domiciliado e habitante en la villa destadilla assi como procurador que soy de los muy Illtres señores Doña Leonor de Boxados y de Castro viuda de Don Berenguer de Castro madre y fijo de la casa y baronías de Castro y de la villa e baronía de Peralta de la Sal constituido y substituido legítimamente en procurador sobredicho mediante Instrumento público de constitución y substitución fecho e ottorgado por el dicho señor Don Berenguer de Castro en nombre suyo propio. Et assí como procurador legítimo de la dicha señora donya Leonor de Boxados y de Castro madre suya que fecho fue en la villa de Estadilla a quatro días del mes de Deziembre del año contado del nacimiento de nro Señor Jesu Xpo de mil quinientos cinquenta y nuebe...'

Y al final:

Intervenimos y fuimos presentes los infrascriptos y siguientes. Et primo nos Pedro Calasanz bayle, Antón Sala de la Pila y Pedro Pallarés jurados del dicho lugar de Peralta de la Sal...'<ref group='Notas'>Cf. Revcal 147 (1925) 178, 180.</ref>.

En 1579 el barón de la Laguna aparece ya casado con doña Margarita de Alagón y con un hijo de su mismo nombre, pero lo que decide en el documento lo hace en nombre propio y en el de su madre, que debió de conservar sus títulos hasta la muerte<ref group='Notas'>'Nos dompnus Berengarius de Castro, Baro de la Llacuna tarn in nomine nostro proprio quam etiam nomine multum Illis. domine dompne Eleonoris de Boxadors et de Castro, et dompnus Berengarius de castro filius primogenitus dicti multum Illis. dompni Baronis et multum Illis. domine Margarite de Alagón huius consortis...' (J. PocH, Aportación documental a la historia de la Universidad de Huesca durante la segunda mitad del siglo XVI: Ancal 15 [1966] 237, n.189). El doc. lleva fecha del 5 de abril de 1579.</ref>. Sin embargo, con fecha del 17 de octubre de 1580, dicho barón hace un nombramiento y alude a su padre difunto, pero ya no nombra a su madre<ref group='Notas'>Cf. n.85 siguiente.</ref>, por lo que cabe suponer que ya había fallecido doña Leonor, la baronesa a quien tantísimas veces oyó nombrar en su propia casa y debió conocer personalmente el niño y el joven José Calasanz Gastón.

Todavía una última generación de barones de Peralta pudo conocer Calasanz hasta que dejó España en 1592. El primogénito de los últimos barones nombrados murió aún joven, quedando heredera universal de la Casa de Castro la hija Estefanía que casó con don Martín de Alagón y Espés, convertido en Barón de la Laguna. En los gravísimos sucesos ocurridos en Zaragoza en los años 1591 - 1592 en torno a Antonio Pérez tuvo parte importante el referido barón, a quien el Conde de Luna califica de 'hombre mozo y de poca experiencia'<ref group='Notas'>Cf. F. DE GURREA Y ARAGÓN, Conde de Luna, Comentarios de los sucesos de Aragón en los años 1591 y 1592 (Madrid 1888) p.72.</ref>. Ambos señores de Peralta siguen ostentando sus títulos en 1614, cuatro años después de que su hija y heredera doña Margarita de Castro y Alagón casara con el heredero de la Casa de Moncada. En la apertura de un testamento hecho en Peralta el 4 de febrero de 1614 se dice:

Ante la presencia del Magnífico Monserrate Joan Sala, Bayle General de la Baronía de Peralta de la Sal por los muy Illes. Señores D. Martín Despés y de Alagón y donya Estefanía de Castro y Cervellón conyuges, barones de la Laguna, biscontes de Illa, señores de la Cassa y Estado de Castro y de la Baronía de Peralta elegido y nombrado por sus señorías...'<ref group='Notas'>Cf. J. POCH, Manuscrito inédito del siglo XVIII, de los Calasanz de la villa de Casserres: AnCal 19 (1968) 66.</ref>.

Esta era la baronesa de la Laguna 'que pudo conocer en Aragón V. P. Rma.', como le había escrito al casi nonagenario Fundador de las Escuelas Pías la Virreina de Cerdeña. Y se agolparían en su memoria tantos recuerdos de su infancia y juventud...

Notas