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Capítulo 15º. Sobre la fundación de la casa de Litomysl
En el año 1639 la ilustrísima Señora Hérula Febronia Eusebia de Pernstein ya trató con el P. Provincial Onofre sobre fundar nuestro instituto en su ciudad hereditaria de Litomysl. Como al año siguiente le rogó con mayor insistencia que enviara algunos religiosos para que supervisaran la construcción, él firmó el 24 de noviembre las cartas patentes para que el P. Alejandro Novari de S. Bernardo fuera a Litomysl con el P. Nicolás de la Santa Cruz y el hermano operario Lucas de S. Luis, y que no se movieran de allí a otro lugar hasta que él mandara otra cosa. De lo cual se deduce que son ellos los primeros de los nuestros que establecieron su domicilio en Litomysl. El permiso legal para admitir esta fundación fue dado por San José de Calasanz el 20 de mayo de 1641 (P. Nicht).
Mientras se construía el edificio de Litomysl, ocurrió algo con la intención de interrumpir su construcción, pero que yo sepa se continuó construyendo felizmente. Nuestro Padre José enviaba desde Roma esta carta la P. Jacinto Orselli de S. Gregorio, superior de las Escuelas Pías en Nikolsburg:
- “La paz de Cristo.
- Espero que me comuniquen la resolución que se hará acerca de la prohibición de seguir adelante con la construcción de Litomysl y no puedo creer que nosotros estemos comprendidos en el edicto imperial en lo referente a la prohibición de tener escuelas los religiosos a excepción de los jesuitas, y ocurra lo que ocurra lo recibiremos de la mano de Dios.
- En cuanto al asunto de la permuta del terreno del seminario lauretano infórmense sobre cómo suele hacerse en esas tierras, y sigan la costumbre. Y en la concesión o permuta verán que se incluya en la cláusula ‘reservado al beneplácito apostólico, en cuanto sea necesario’.
- En cuanto a la conversión de algunos herejes, V.R. me informará en detalle de cómo ocurrió, para que luego pueda mostrarse a estos Eminentísimos de Propaganda Fide el fruto que nuestro instituto obtiene en semejantes fundaciones. Conviene que anoten en un libro todos los casos ocurridos hasta ahora de conversiones de herejes, así como de la introducción de la frecuencia del Santísimo Sacramento; y se podría encargar de ello alguien que tuviera talento para ello. Que es lo que se me ocurre por el momento. Que el Señor nos bendiga a todos. Roma, 22 de marzo de 1642. José de la Madre de Dios, p.m.”[Notas 1]
El Eminentísimo Cardenal Arzobispo de Praga, Ernesto de Harrach, poco después de darse cuenta de lo provechoso que era el instituto de las Escuelas Pías, el 2 de septiembre de 1641 escribió una carta al Cardenal Cesarini, dándole gracias “debidas a la humanidad de Vuestra Eminencia en el día en que veo claramente que ha enriquecido a esta archidiócesis mía con religiosos de tanta utilidad y eximios por su ejemplaridad”. Y al día siguiente escribió otra muy amable a nuestro Santo Padre José, en la que le comunicaba cuántos beneficios había recibido en la cura pastoral cuando había enviado a su diócesis unos operarios tan ejemplares.
La ilustrísima y piadosísima fundadora de nuestra primera casa en el reino de Bohemia falleció el año 1646, y con su muerte se extinguió la antiquísima y nobilísima familia de los Pernstein. En lugar de su familia asumió el patrocinio del colegio de Litomysl y el nombre de fundador el Conde de Tautmannsdorf. Este nobilísimo varón hizo muchos beneficios dignos de agradecimiento a las Escuelas Pías, como leo en las memorias de la casa de San Pantaleo en la ciudad: “El 10 de marzo de 1696 el embajador imperial ante la santa Sede y su esposa acudieron al funeral que se tuvo en nuestra iglesia por el alma del señor Conde de Federico de Tautmannsdorf, Barón de Gleichenberg, Consejero íntimo del Emperador, Camarlengo Supremo del Reino de Bohemia, que falleció en Praga e 4 de febrero del presente año, cuyo cuerpo yace en su señorío de Litomysl en la iglesia de las Escuelas Pías de la Virgen Madre de las Gracias. Se tuvieron las exequias con gran pompa y aparato, acompañadas de música lúgubre”.
No debe dejarse en silencio que la misma ilustre fundadora se esforzó mucho por la expansión de nuestro instituto, como puede verse en la carta escrita al P. Alejandro Novari de S. Bernardo, entonces vicario provincial, en la que le rogaba ardientemente que se congraciara con el Excmo. Sr. Conde Segismundo Kurz, pro-canciller imperial, en el asunto de la fundación. Pues este Conde tenía ya intención en el año 1642 de fundar las Escuelas Pías en Horn de Austria, como se ve por la carta enviada por el Provincial Onofre al Santo Padre fechada el 20 de mayo de ese año. Luego insistió con mayor ardor en el año 1644 en una carta enviada al P. Ambrosio Leailth de Santa María, superior de Nikolsburg, como este informó al Santo Padre. Lo cierto es que el citado Conde, viendo el impedimento que representaban las calamidades que entonces sufría nuestra Orden en Roma, decidió dejar la fundación para un tiempo más oportuno.
Al mismo tiempo que se fundaba la casa de Litomysl, las irrupciones de los suecos devastaban las regiones de Bohemia y Moravia. El 14 de junio de 1642 el P. Glicerio Mezzara de S. Carlos describe en una carta al Santo Padre José la invasión de los herejes suecos en Moravia, y el expolio y la crueldad con que trataban a la gente. Mientras tanto la pobreza con que los nuestros vivían llamaba la atención a los citados herejes, y la caridad máxima con que trataban al prójimo y consolaban a los indefensos, y les llenaba de admiración, hasta el punto de que el jefe supremos de los suecos, el Duque de Torstenson, dijo: “nuestras regiones necesitan a estos religiosos, que buscan almas y no dinero” (P. Talenti). Esta observación acerca de que el modo de vida ejemplar de los nuestros impresionaba y suavizaba a los ya fue hecha de pasada antes. Pues el día 29 de abril de 1633, escribiendo José al P. Melchor Alacchi de Todos los Santos, en Palermo, acerca de nuestras cosas en Germania, le decía: “Los herejes, viendo no sin admiración nuestro instituto y su régimen de vida, que no ambicionamos las cosas ajenas, piden ser educados por los nuestros” (P. Nicht).
El Padre Ambrosio escribió a nuestro fundador José informándole de las calamidades que siguieron, como muestra la respuesta que le envió en la carta siguiente:
- “La paz de Cristo. Roma, 6 de diciembre de 1642.
- He recibido la carta de V.R. del 12 del mes pasado y con ella el relato de la batalla que tuvo lugar cerca de Leipzig (23 de octubre de 1642). Aquí hemos hecho y hacemos oraciones por la exaltación de la santa fe católica y por la Casa de Austria, para que el Señor la conserve y acreciente para mayor gloria de la santa fe católica. Aquí cada semana esperamos noticias para saber si los herejes después de la victoria seguirán avanzando y si irán a esa provincia. Será necesario que V.R. junto con los demás religiosos nuestros se encomienden a Dios para que les inspire, en caso de necesidad, para hacer lo que sea mejor para su mayor gloria. Aquí seguiremos rezando por ustedes. He recibido el aviso de las 80 misas celebradas en Litomysl, y de las 12 que me anuncia. Presentará al Excmo. Sr. Príncipe mis saludos, y mi pésame por la adversidad que Dios bendito le envía en los bienes temporales, para aumentar sus bienes espirituales y eternos, si da gracias a Dios tanto en las cosas adversas como en las prósperas. Que Dios les bendiga a todos.
- Siervo en el Señor, José de la Madre de Dios, m.p.”
Y ahora me agrada recordar un acontecimiento feliz y admirable que ocurrió en esta casa de Litomysl.
El 6 de mayo de 1904 fui a Litomysl con el Excmo. e Ilmo. P. Alfonso Mª Mistrángelo, Arzobispo de Florencia, General de nuestra Orden. Cuando estábamos sentados en la mesa nos trajeron un cuadro votivo, en el que estaba escrito lo siguiente: “El ángel quitó a Proxa de las manos del enemigo gótico, y le dijo que buscara protección en las Pías”. He aquí la historia resumida: “Cuando el Marte Báltico (el primer ejército de Torstenson) devastó esta patria, el reino y muchas provincias, y retuvo prisioneros para servicio suyo, también fue apresado Enrique entonces niño (era hijo del prefecto de la ciudad, llamado Proxas, patricio, que con el paso del tiempo fue Doctor en filosofía y medicina). Pero ¡oh maravilla! Apareció un adolescente desconocido, más hermoso que ningún hombre, y llevó a un lugar seguro a Enrique, al colegio de los RR. PP. Escolapios, con la advertencia de que se quedara allí hasta que volviera él a llamarle al escondite. Enrique se preparó para ser llevado al asilo como le pedía su buen amigo, y allí estuvo esperando a su protector, sin comida ni bebida. Después que se marcharon los enemigos, apareció el ángel custodio de Enrique, y devolvió felizmente su libertad al cautivo”[Notas 2].
El 14 de junio de 1643 el ejército citado invadió Litomysl, y el 15 la ciudad fue devastada por los soldados. ¡Ojalá el Ángel del Señor salve a muchos Proxas de las manos de estos tiempos infaustos, y los conduzca a las Escuelas Pías deseos de vivir religiosamente!