GinerMaestro/Cap06/04

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06.04. Hacia Barbastro

A principios de 1584 estaba ya residiendo en Barbastro José de Calasanz. Un año más tarde nuestro conocido 'cicerone' Enrique Cock, notario y arquero de la guardia de Felipe II, consignaba en su agenda de viajes estos datos referentes a Barbastro: “Después que fue trasladada la silla a Lérida, vacó hasta nuestros tiempos y la erigió otra vez Pío V en catedral y la separó de Huesca año 1571 y fue su primer obispo don Felipe de Urríes, fraile de la Orden de Santo Domingo, nombrado por su Majestad…”.<ref group='Notas'>Cf. J. GARCÍA MERCADAL, o.c., vol.I, p.1368. La bula de Pío V en la que crea de nuevo la diócesis de Barbastro es del 18 de julio de 1571. Fray Felipe de Urríes fue nombrado obispo el 9 de febrero de 1573 y el 14 de agosto de 1573 hacía su ingreso en la ciudad (cf. ‘Dicc. de Hist. Eccles. de España’, vol.I [Madrid 1972] p.185 y 187; J. POCH, ‘El Fundador de las Escuelas Pías en la Historia Eclesiástica de la Corona de Aragón’, p.298).</ref> En esta nueva sede habían sido creados los siguientes oficios y dignidades: “Después del obispo es la mayor dignidad la del deán al cual siguen los arcedianos… Hay después arcipreste, chantre, capellán mayor y sacristán; entre quince canonicatos hay una prebenda doctoral y otra magistral y tiene cada canónigo cinco mil sueldos cada año poco más o menos. Hay asimismo doce racioneros y un mediano número de capellanes que cada día vienen a las horas”.<ref group='Notas'>E. COCK, o.c., p.1368.</ref> Con todos estos eclesiásticos convivió el joven sacerdote de Peralta, trabando con algunos de ellos verdadera amistad, como recordará diez años después en Roma, en donde, por otra parte, ofrece sus servicios al cabildo entero en sus pleitos pendientes.<ref group='Notas'>'V. m. se servirá en tratar por medio del señor Canónigo [de Barbastro] Luis Torres y de otros que me hazen amistad, que me hagan presente hasta que yo vaya, pues aquí puedo ser de mucho provecho al Capítulo en la lite que tiene en Rota acerca de algunas rentas de Navarra' (27 de septiembre de 1594) (c.6).</ref>

No pasaron desapercibidos tampoco al curioso analista holandés Cock los conventos y ermitas que había en Barbastro en 1585: 'monasterios —dice— tiene cuatro: San Francisco en el arrabal, hacia el Norte; San Cosme y Damián, que son trinitarios, hacia Poniente; Santo Domingo, que son mercenarios [mercedarios], hacia Mediodía, y Santa Lucía, doncellas de la regla de Santa Clara, a la puerta oriental donde se va a Monzón. Tiene un hospital general dedicado a Santiago apóstol de España… Entre las ermitas, es la más importante la de Na. Sra. del Pueyo…', y sigue luego nombrando las del Santo Sepulcro, San Juan Bta., Santiago, San Eloy, San Gil, San Marcos, Na. Sra. de Figuerolas y San Juan de la Almunia.<ref group='Notas'>Cf. E. COCK, o.c., p.1368-1369.</ref>

Y sigue anotando Cock: 'vecinos hay mil y ciento y los más son labradores…<ref group='Notas'>Es decir, unos cinco mil habitantes. En 1975, según datos oficiales, rondaba los 13.000.</ref> Entre la ciudad y el arrabal hay dos puentes con que se pasa el río Vero: la que está frontera de San Francisco es más frecuentada… otra puente hay fuera de la ciudad, llamada de Santa Fe'.<ref group='Notas'>Ib., p.1369.</ref>

Documentalmente sabemos que José Calasanz estaba ya en Barbastro el 10 de febrero de 1584,<ref group='Notas'>Cf. n.12 y 13 de este capítulo.</ref> pero es probable que llegara algunas semanas antes, tal vez después de Navidades, procedente de su pueblo, donde había cantado su primera Misa.

Tanto en esta ocasión como luego, al pasar al servicio de La Figuera, la ‘Breve Notiziá’ dice que 'fue elegido para ayudante de estudios por…', y “fue elegido para confesor suyo por…” los obispos respectivos.<ref group='Notas'>Cf. BAU, RV, p.11.</ref> Los hagiógrafos posteriores, menos moderados y más glorificantes, acuñaron la versión de que era tal el prestigio y los méritos del joven sacerdote recién doctorado, que ambos obispos le rogaron encarecidamente que aceptara ser su familiar, consejero, confesor, etc. Es decir, que la iniciativa salió de ellos, y no de él, con lo que en cierto modo se respondía al interrogante de cómo consiguió entrar a su servicio el todavía inexperto Calasanz.<ref group='Notas'>'D. Gasparo Giovanni della Figuera, Vescovo di Jacca… avuta cognizione delle rare parti che concorrevano in Giuseppe, desideró averlo presso di se…' (A. ARMINI, ‘Vita’, p.20). Recuérdese que Armini suprimió Barbastro por Jaca, y luego habló de Lérida sin saber el nombre del obispo: 'u nuovo vescovo di Lérida (…) bramando avere appresso di se suggetto qualificato in dottrina e spirito, che l’aiutasse nel buon governo cosi della propria persona come della sua Diocesi, rivolse l’animo al nostro Calasanzio, il di cui nome era molto celebre e stimato in Lérida. Per il che fattegliene quel buon Prelato replicate istanze con termini cosi cortesi ed efficaci, che Giuseppe si conobbe obligato di passare al di lui servizio' (ib., p.25-26). Y Talenti: 'Mosso [La Figuera] dalia fama dell’alto sapere e della vasta capacitá di D. Giuseppe Calasanzio, s’invaghi d’averlo presso di se e l’invitó alla sua Cattedrale come per compagno ed aiuto de propri studi. Accetó egli subito un tale invito…' (TALENTI, ‘Vita’, p.14).</ref>

Las cosas, sin embargo, debieron ser más sencillas y normales. No hay indicio alguno de fama ni de méritos excesivamente prematuros. No era entonces ni siquiera doctor. La iniciativa, por tanto, no partió de los obispos receptores, sino de otros. Y puestos a pensar, lo más probable es que el obispo de Urgel, Fray Hugo Ambrosio de Moncada, camaldulense, presentara a su joven sacerdote Calasanz al obispo de Barbastro, el dominico Fray Felipe de Urríes, y al morir éste, volviera a encomendar a Calasanz al obispo de Lérida, el canónigo regular de San Agustín don Gaspar Juan de la Figuera. Y las razones de esta situación transitoria debió comunicárselas confidencialmente Calasanz a su propio obispo Moncada. Y las aceptó.

Pudo, no obstante, haber medios para entrar al servicio de Urríes. El P. Poch insinuó la intervención de los Señores de Castro, pues la abuela paterna de don Felipe de Urríes fue doña Beatriz de Cervellón y Castro, hija del Barón de la Laguna, Señor de la casa de Castro y de Peralta. Y don Pedro Calasanz fue bayle de Peralta, adictísimo vasallo de los Señores de Castro…<ref group='Notas'>Cf. J. POCH, ‘El Fundador…’, p.258, n.29.</ref> Pudo influir también otro personaje muy cercano al obispo. En dos documentos firmados por Calasanz en Barbastro el día 28 de mayo de 1584, aparecen juntos con nombre y firmas: 'Testes el Rdo. mossén Joan de Abella pbro. capellán mayor. Barbastri, y mossén Josephe Calasanz pbro. Barbastri habitantes'.<ref group='Notas'>Cf. J. POCH, ‘Aportación documental… Univ. de Huesca…, p.211.</ref> Y la madre de Juan Carpi, casado con Esperanza, hermana de Calasanz, se llamaba Magdalena Abella.<ref group='Notas'>Cf. Doc. Merigó, n.53. Otro hijo de Magdalena fue don Martín Carpi, aquel Maestro en Artes que firmó de testigo con José Calasanz 'estudiante', en un documento hecho en Gabasa en 1573. (Cf. J. POCH, ‘Aportación doc. biográfico-calasancia: AnCal 22 [1969] 279-280.) En un documento del 9 de octubre de 1596 leemos: 'Yo Madalena Abcha, viuda del q°. Juan Carpi del lugar de Alcampell, en nombre mío propio y assí como heredera universal que soy de todos los bienes… que fueron y pertenecieron al q°. Martí Carpi, hijo mío, canónigo que fue de la Iglesia Colegial de la villa de Tamarite de Litera…' (Doc. Merigó, n.220). La calidad de canónigo de Tamarite, además de su posible parentesco con el 'capellán mayor' de Barbastro, Juan de Abella, sugiere posibles influencias tanto en Barbastro como en Lérida, a cuya diócesis pertenecía Tamarite.</ref> Cabe suponer parentesco cercano entre ambos Abella. Mas con esas o con otras referencias y recomendaciones necesarias partió ya de Peralta el novel sacerdote, cruzó el Cinca y el Vero, entró por una de las puertas amuralladas de Barbastro y fue a instalarse, bien recibido, en el palacio episcopal. Empezaba una nueva época de su vida.

Notas