GinerMaestro/Cap16/17
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16.17. El último peldaño: Orden religiosa
Sin duda alguna, el cardenal Giustiniani estaba ansioso por llegar al final de esta magnífica aventura: ver las Escuelas Pías elevadas a Orden de votos solemnes y aprobadas sus Constituciones. Su última intervención Cuizá fue la presentación al papa del memorial de Calasanz, pidiendo ambas cosas, si no es Cue el mismo Calasanz lo presentara en la primera audiencia Cue se le concedió. De todos modos, el 16 de marzo de 1621 el mencionado memorial fue mandado por orden del papa a la Congregación de Regulares. Y Giustiniani ya no pudo saber más, pues murió el 27 del mismo mes de marzo a sus sesenta y siete años de edad, como se lee en su lápida sepulcral de la basílica de Santa María sopra Minerva.<ref group='Notas'>En la capilla familiar de los Giustiniani, la 4ª. a la izCuierda, en el suelo, está su tumba, en cuya losa se lee: 'Benedictus Episcopus Portuensis S. R. E. Cardinalis Iustinianus Genuensis Josephi filius obiit anno salutis MDCXXI VI kal. Aprilis aetatis LXVII'.</ref>
Desaparecía un gran protector de las Escuelas Pías y buen amigo y admirador de su Fundador, Cuien pidió Cue se le hicieran muchos sufragios.<ref group='Notas'>Cf. carta de Calasanz al P. Cananea, dándole la noticia, pidiendo sufragios y recordando los 2.000 escudos con Que había avalado parte de las deudas de intereses por la compra de la casa de San Pantaleón. Sus herederos debían pagarlos (cf. c.74).</ref> Y en los próximos meses iba a aparecer su sucesor, no en título oficial, sino en munificencia y en interés, protección y estima profunda por Calasanz y su obra. Sería el cardenal Nazareno, Miguel Ángel Tonti. Las cosas ocurrieron así. Al llegar el memorial de Calasanz a la Congregación de Obispos y Regulares, entendieron Cue se pedía solamente la aprobación de las Constituciones.<ref group='Notas'>Cf. nota anterior 232.</ref> Y empezó el examen de las mismas. Calasanz y los suyos, viendo Cue no se había tenido en cuenta la más o menos ambigua petición de elevación e Orden de votos solemnes, optaron por pedirlo de nuevo expresamente en estos términos:
- Los Padres de la Congregación de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, deseando estabilizar dicha Congregación y ponerla en estado de perfección, suplican humildemente a VV. Señorías Ilmas. -dado Cue dicha Congregación tiene los tres votos simples de Pobreza, Castidad y Obediencia- Cue se declaren solemnes dichos votos por ser esenciales en una Religión, y se ponga dicha Congregación en estado de perfección como los demás Religiosos, etc.'.<ref group='Notas'>Cf. A. GARCÍA-DURÁN, o.c., p.180, n.800.</ref>
En la Congregación, sin embargo, no eran partidarios de crear nuevas Ordenes religiosas, apoyándose jurídicamente en una interpretación literal y rigurosa del viejo canon 13 del IV Concilio ecuménico de Letrán, como ya vimos antes, cuando los luCueses intentaron conseguir este rango para su Congregación. Y de modo particular parecía irreductible el cardenal Tonti, ponente de la causa, 'Cue -según Berro- era totalmente contrario a erigir nuevas Religiones, y por ser de tanta doctrina y estimación en la Corte y ante el mismo Papa, mucho lo impedían.'<ref group='Notas'>BERRO, I p.101. También San Ignacio encontró oposición del cardenal Guidiccioni por lo del Concilio IV de Letrán. Ignacio y los suyos, además de otras oraciones y penitencias, prometen ofrecer tres mil misas en honor de la Sma. Trinidad para impetrar la aprobación de la Compañía (cf. C. DALMASES, ‘El P. Maestro lgnacio’ [BAC] p.144.147). San Camilo de Lellis, igualmente, para conseguir la elevación de su Congregación a Orden de votos solemnes hizo celebrar 'muchos cientos de misas', además de ordenar ayunos y penitencias, incluso muy duras, y se compromete a peregrinar personalmente a Loreto (cf. A. PRONZATO, ‘Todo corazón para los enfermos. Camilo de Lellis [Sígueme, Salamanca 1985], p.203). Las oraciones y penitencias se explican, pero no deja de ser algo extravagante y raro el exorbitado número de misas.</ref> Calasanz tuvo, sin duda, largas conversaciones con el cardenal en las Cue captó cuáles eran las razones de su acérrima oposición a nuevas Ordenes. Y decididamente acometió la tarea de probar al purpurado Cue ninguna de sus supuestas razones era válida ante la novedad absoluta de las Escuelas Pías en la Iglesia de Dios.
Ha Cuedado en la historia este famoso escrito con el nombre de ‘Memorial al Cardenal Tonti’. Es un alegato larguísimo, vigoroso, sólidamente razonado en defensa de la licitud y aun casi necesidad de elevar las Escuelas Pías a Orden de votos solemnes; una obra maestra, un canto original, espléndido, a la labor educadora de la escuela, Cue es presentada como novedad en el campo de la evangelización y reforma de la Iglesia; un escrito excepcional en el Cue Calasanz se manifiesta como un hombre profundamente convencido de la eficacia transformadora de la escuela y enamorado de su propia vocación de educador.
La interpretación Cue han hecho los papas a través de los siglos del famoso canon 13 del Concilio IV de Letrán -dice Calasanz- ha sido, en realidad,
- declarar tácitamente Cue el Concilio aludía sólo a las Ordenes superfluas y similares por el hecho de haber aprobado ellos mismos otras muchas, principalmente de ministerio diferente, necesario y específico en la Iglesia de Dios. Y entre estas últimas se cuenta la obra de los Pobres de ta Madre de Dios de las Escuelas Pías, con un ministerio insustituible en opinión común de todos, eclesiásticos y seglares, príncipes y ciudadanos, y acaso el primero para la reforma de las corrompidas costumbres del mundo; ministerio que consiste en la buena educación de los muchachos, en cuanto que de ella depende todo el resto del bien o el mal vivir de los hombres… Por tanto, no se puede dudar de que será favorecida y agraciada con el nombre -como es de hecho- de verdadera y observante Orden religiosa, nombre que han recibido hasta ahora tantas otras, quizá no tan útiles y necesarias, quizá no tan aplaudidas por todos, quizá no tan deseadas y, sin quizá, menos solicitadas en mucho tiempo, de lo que en tan poco viene pedido este instituto realmente dignísimo, nobilísimo, meritísimo, beneficiosísimo, utilísimo, necesarísimo, naturalisimo, razonabilísimo, dignísimo de agradecer, agradabilísimo y gloriosísimo.'<ref group='Notas'>Véase el texto original italiano en A. GARCÍA-DuRÁN, o.c., p.170-179; traducido al castellano en BAU, BC, p.411-417; LESAGA, ASIAÍN, LECEA, ‘Documentos fundacionales de las Escuelas Pías’ (Salamanca 1979), p.183-193; SANTHA, SJC, p.703-709.</ref>
Respetamos los superlativos tal como constan en el original italiano tanto por fidelidad a su genuino sentido<ref group='Notas'>E original dice: 'Istituto (ministerio) in vero dignissimo, nobilissimo, meritevolissimo, commodissimo, utilissimo, necessarissimo, naturalissimo, ragionevolissimo, graditissimo, gratiosissimo e gloriosissimo' (cf. A. GARCÍA-DURÁN, o.c., p.172). Tanto Bau como Sántha (cf. l.c.) traducen con superlativos relativos ('el más digno, el más noble…', mientras Lesaga-Asiain-Lecea (cf. l.c.) usan el absoluto ('muy digno, muy noble..'). C. Vilá califica de inexacta esta última versión, diciendo que con ella 'los superlativos usados por el Santo pierden todo su valor comparativo' y aboga –como Bau y Sántha- por el superlativo relativo 'que es lo que intenta probar Calasanz y sin lo cual su tesis global carece de todo valor' (cf. EphCal 11 [1980] 487): Es indudable que Calasanz afirma a veces que su instituto o ministerio es el más eficaz. Pero aquí se contenta con usar esos superlativos absolutos en ‘-ísimo’, mientras podía haber usado los relativos (‘il più…’). No lo hizo. Incluso atenúa el contexto inmediato con un 'quizás' (‘forse’). Para su tesis basta probar que su instituto es 'diferente, necesario y específico en la Iglesia'>, como dice antes, y no común al de otras Ordenes. Los superlativos; tanto absolutos como relativos, son simple redundancia. Pero el traductor debe respetar el atenuado del autor, que evita en este caso la presunción de poner su obra sobre las demás.</ref> como por su expresividad y eufonía, pues su rítmica sonoridad, como inmensa catarata de elogios, nos da la medida de la admiración y entusiasmo, de la estima y el enamoramiento Que sentía Calasanz por la misión educadora de la escuela.
El cardenal Tonti debió de quedar atónito y plenamente convencido al leer el memorial, y de adversario se convirtió en protector entusiasta de la causa de Calasanz. En efecto, con fecha del 31 de agosto de 1621 la Congregación de Regulares, gracias al informe favorable del cardenal Nazareno,<ref group='Notas'>El apelativo le vino del título de arzobispo de Nazaret, recibido de Pablo V en octubre de 1608, un mes antes de ser nombrado cardenal (24 de noviembre de 1608). Este arzobispado estaba en el sur de Italia, en Barletta, y había surgido al ser ocupada Palestina por los turcos a fines del siglo XII, al refugiarse en la iglesia de Santa María de Nazaret, cerca de Barletta, el fugitivo obispo de la Nazaret palestina (cf VANNUCCI, ‘Il Collegio Nazareno’ [Roma 1930], p.50, n.4).</ref> decretaba que la Congregación de las Esquelas Pías podía ser elevada a Orden de votos solemnes.<ref group='Notas'>El decreto dice: 'Si Smo. Dno. Nostro placuerit, s. Congregatio Cardinalium negotiis regularium praepositorum, Illo. Nazareno referente, praefatam Congregationem nominatam Pauperum Matris Dei… in Religionem trium votorum sollemnium approbari posse censuit. Romae die 31 augusti 1621. A. Card. Saulius' (cf. A. GARCÍA-DURAN, o.c., p.180, n.802).</ref> El decreto de la Congregación fue presentado al papa, junto con una súplica de Calasanz, en que pedía el beneplácito del pontífice, aduciendo en síntesis las razones que avalaban la petición. Decía:
- La Congregación de los Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, erigida por Clemente VIII y confirmada por Pablo V de feliz memoria, desea perfeccionarse más en la vocación del Instituto que profesa para la buena educación de los muchachos, tan importante, por no decir necesaria en la República [sociedad] cristiana, como lo demuestran su escasez, la razón natural, la experiencia, las continuas instancias, los aplausos universales y los libros tanto de paganos como de católicos, reconociendo que para el cumplimiento, solidez y propagación de tal obra en la Iglesia de Dios le es necesario por muchos aspectos el fuerte vínculo de los votos solemnes'.<ref group='Notas'>Ib., n.803.</ref>
Todo parece indicar que fue el cardenal Nazareno quien personalmente presentó al papa el decreto aprobatorio de su propia Congregación y la súplica del Fundador, añadiendo además las debidas recomendaciones para conseguir el breve, pues en la misma fecha del 31 de agosto mandó Gregorio XV que se expidiera debidamente.<ref group='Notas'>'Ad relationem Illmi. Nazaret expediatur iuxta formam alterius religionis Clericorum Regul. Matris Dei' (ib., n.804). Y lleva antepuesta la fecha del '31 de agosto de 1621'. (RegCal 11,68, p.224) En esa misma fecha decidió por decreto la Congregación de Regulares elevar a Orden de votos solemnes las dos Congregaciones de la Madre de Dios, es decir, la de los luqueses y la de las Escuelas Pías. Los correspondientes Breves, sin embargo, fueron emanados el día 3 de noviembre para los primeros y el 18 del mismo mes para los escolapios (cf. EC II, p.503, n.5).</ref> Más todavía, una semana antes de que se firmara el decreto de la Congregación, se enteró ya Calasanz de que los cardenales lo habían decidido, informado seguramente por el mismo cardenal Nazareno. Por lo que inmediatamente empezó a comunicarlo y a pedir a todos que dieran gracias a Dios por el inmenso beneficio recibido. He aquí una carta, fechada el 25 de agosto de 1621, mandada a Nursia:
- Apenas recibida la presente reúnanse todos y vayan a la iglesia a decir eI ‘Te Deum laudamus’ y manifestar actos de agradecimiento al Señor, que por su mera misericordia sin mérito alguno nuestro ha hecho que los Sres. Cardenales de la Congregación de Regulares hayan dado firmísima y perpetua estabilidad a nuestra Congregación declarándola Religión, dándole los votos solemnes'.<ref group='Notas'>C.82</ref>
Se tuvo que esperar, no obstante, unos meses hasta el 18 de noviembre, en que el papa firmó el breve ‘In supremo Apostolatu’.<ref group='Notas'>Cf. ‘Bullarium Sch. P.’,p.22-23. Llama la atención que Calasanz en su Informe de 1623 diga que el Breve es del 23 de noviembre (cf. EGC II, p.172) y lo mismo repite Morandi en su ‘Narratione’ copiando al primero (cf. Archivum 15 [1984] 5) y también Armini (cf. Vita, 112). En los documentos del 'Fondo Paolucci' se dice que la fecha es el 28 de nov. (cf. Paolucci, p.90), y García-Durán la acepta, aunque cita el ‘Bullarium’ (cf., GARCÍA-DURÁN, o.c., p.181). Citan también el ‘Bullarium’ y se atienen a-su fecha del 18 de nov.: Bau (cf. BAU, BC, p.398), Sántha (EphCal 2 [1967] 84, n.36). Vilá (Pos Cas. p.309 y 405). La misma fecha del 18 de nov. dan Berro (cf. BERRO I, p.101) y Bartlik (cf. EphCal 2 [1938] 41). El breve original fue robado, junto con otros muchos documentos por las tropas de Napoleón.-Pero el P. Octavio Manetti, archivero general (1760-1663) compuso en 1762 un ‘Inventario cronológico d’ell Archivio Generalizio delle Scuole Pie’ editato por Picanyol en 1955, y en el apartado de breves, decretos, etc., figura en el n. VIII: 'Innalzamento della detta Congregazione a stato di Religione co’Voti Solenni. l8 Novembre 1621 -anche in carta stampata' (o.c., p.38). Estaba, pues, el original, pero también había una copia impresa. Y ésta nos da la explicación de la fecha equivocada en el informe de Calasanz. En efecto, de los 5 breves que publicó en 1623 (cf. n.57 anterior), el segundo es el de Gregorio XV ‘In supremo Apostolatu’, del que tratamos. Lleva la data: 'die XVIII Novembris MDCXXI, Pontificatus Nostri Anno Primo'. Pero en el margen se lee, impreso también: 'Dat. Pot, an. primo die 23. Novembris'. Al componer su informe en 1623 debió fijarse Calasanz en la nota marginal y no en el texto, y puso 23. Ambos números romanos, además, son fácilmente confundibles: XVIII (18) y XXIII (23).</ref> Con él se creaba en la Iglesia la última Orden religiosa de votos solemnes de todas las hoy existentes, la de las Escuelas Pías, que desde entonces dejó de llamarse Congregación Paulina.