BerroAnotaciones/Tomo2/Libro2/Cap07

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CAPÍTULO 7 De los motivos utilizados por nuestra Orden Contra el P. Esteban [Cherubini] de los Ángeles [1644]

Para fundamentar este capítulo, no estará fuera de lugar poner aquí por extenso una carta escrita por N. V. P. Fundador y General en Nápoles.

Carta

Fuera: “Al P. Vicente [Berro] de la Concepción de las Escuelas Pías. Nápoles.

Dentro

“Pax Christi

He visto cuanto usted me escribe en la suya del 25 del mes pasado, recibida hoy, 5 de febrero. En cuanto a las cosas de la Orden, ahora se está estudiando ante estos Señores Cardenales delegados, si el P. Estaban [Cherubini] debe ser Vicario General, pues está en contra de esto toda la Orden, como habrá visto por las cartas de otros. En cuanto a relajar la Orden, se oye que el P. Esteban, con su secretario y también el Visitador, son de la opinión de relajarla en algunas cosas, sobre todo en cuanto a la pobreza. Por eso, ponga todo interés en mantenerla en su nivel. Esperamos que se haga de manera que todo resulta para mayor gloria del Señor. Es cuanto recuerdo. El Señor nos bendiga.

Roma, a 6 de febrero de 1644.

Servidor en el Señor,

José de la Madre de Dios”.

Por esta carta se ve también que el Breve del P. Esteban no se había publicado, porque ni siquiera se conocía en Roma.

Cuál era la finalidad de su gobierno, se ve también en esta carta; no era sino huir de la mortificación y darse a la comodidad de los sentidos, relajando la Orden en lo que tiene de rigor.

También se ve en ella que N. V. P. Fundador General no se mueve por la propia honra de ser reintegrado en su cargo de General, sino se mueve para que la Santa Pobreza no quede disminuida de su nivel.

Toda la Orden se movió, recurriendo al Revmo. Visitador, a su Revmo. P. General de la Compañía; suplicaron a los Emmos. Delegados ante nuestras tribulaciones, para que la Orden fuera preservada en su pureza, y para que fuera repuesto en su lugar N. V. P. Fundador General. Pero no se conseguía nada, porque el P. Visitador y el P. Esteban habían influido demasiado en el Ilmo. y Revmo. Monseñor Asesor [Albizzi] y en el Emmo. Barberini; en el primero, diciendo que todo se hacía en ofensa del sagrado Tribunal de la Santa Inquisición; y en Su Eminencia, con razones políticas, esto es, que no cesábamos de mantener correspondencia de cartas con Sus altezas Serenísimas, que por aquel tiempo estaban en armas, decían, contra la casa Barberini, por lo que de nada servía lo que se hacía en toda la Orden.

A los memoriales enviados, ponían mil impedimentos, diciendo que eran cosas mendigadas, que, al suscribirlas, muchos se habían creído que iban a favor del mismo P. Esteban; que algunos habían firmado por respeto; otros, por no saber escribir, les habían escrito su nombre, sin más; que todas eran cosas falsísimas, soñadas por quien se había dedicado a enviar tales firmas. Pero yo, que de Nápoles envié una gran lista, digo, con toda seguridad, que todos sabían muy bien de qué se trataba. De ahí que el P. Esteban se me quejó mucho, y quería que me desdijera de ello, a quien respondía como se puede ver aquí debajo:

“Pax Christi

M. R. y Excmo. Padre en Cristo:

No creo haber faltado por haber suscrito el memorial, como han hecho casi todos los demás Padres y Hermanos que se encuentran en Nápoles; porque nosotros firmamos cuanto dice N. P. General y Fundador, y estoy certísimo de que no dice nada que no sea cosa buena, santa, y justa; ni debe lamentarse de este V. Padre, quien ha hecho lo que Dios y la misma naturaleza enseñan a los hijos, amar y respetar a su Padre. Creo que también usted sea de este mismo parecer, amando y respetando al P. José de la Madre de Dios, al que nos ha dado Su Divina Majestad y los Sumos Pontífices como Padre, por ser el Fundador de esta nuestra pobre Orden. Y por estar certísimo de su amor hacia este Padre, le beso las sagradas manos, y le pido me bendiga. Nápoles, a 13 de febrero de 1644.

Vicente [Berro] de la Concepción”.

Debía haber puesto antes lo que el P. Esteban me escribía a mí, referente a este memorial. Remedio el error, escribiendo aquí la carta.

Carta

Fuera: “Al P. Vicente [Berro] de la Concepción, Sacerdote de los Clérigos Regulares de las Escuelas Pías. Nápoles.

Dentro: Pax Christi

Ha sido grandísimo el celo de V. P. al procurar la firma del memorial. Si a V. P. le han dado a entender quién de aquí le ha escrito que este memorial es a favor mío, está usted excusado; pero si sabía verdaderamente el contenido, es digno de reprensión; porque nunca V. R. podrá jurar haberme visto hacer alguna acción indigna. Por eso, la prudencia requiere que, si ha sido engañado, lo haga saber con palabras contrarias. Pero, sabe todo lo que pasa, y ha querido hacerlo, no le digo nada; porque el tiempo nos demostrará bellísimas cosas con daños irreparables de la Orden, la cual está perturbada por los que no tienen más que ambición bajo los ojos, para reinar, sin preocuparse de pertenecer o no pertenecer a la Orden, cuya orientación yo había encaminado muy bien; pero todo se ha perdido. Que Dios nos ayude. V. R. siempre ha tenido conmigo buena relación, y en todas sus angustias ha acudido a mí en ayuda. Hoy no puedo estar contento de que haya hecho usted esta acción, que yo no habría hecho con un enemigo mío. A la respuesta de ésta, o cambiaré el juicio que he hecho, o estaré disponible para con V. R.

Roma, a 6 de febrero de 1644.

De V. R.

Afmo. servidor en el Señor, Esteban [Cherubini] de los Ángeles, Superior y Procurador General.

En estas dos cartas faltan algunas palabras, a mi parecer no necesarias. Los originales se conservan.

Notas