GinerMaestro/Cap18/06

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18.06. Juana de Lestonnac, las Ursulinas y Nicolás Barré

Contemporáneamente surge en Burdeos otra Congregación femenina de enseñanza. La fundadora es Juana de Lestonnac y su instituto lleva el nombre de 'Compañía de María', “Orden de Nuestra Señora”, “Religiosas de la Enseñanza” y otros similares.[Notas 1] Los trámites oficiales de la fundación fueron excepcionalmente rápidos: el 6 de marzo de 1606 Juana de Lestonnac y sus primeras compañeras se entrevistan con el arzobispo de Burdeos, cardenal Francisco de Sourdis, y le presentan la Fórmula del Instituto o „Abrégé‟ y un sumario de las Constituciones y Reglas de los jesuitas, primera adaptación femenina, hecha por Juana y por el P. Juan de Bordes, que con el P. Francisco Raymond, ambos de la Compañía, anima y colabora con la fundadora.[Notas 2] El 25 de marzo de 1606 el cardenal de Burdeos aprueba el Instituto y lo presenta a Roma para su aprobación, concedida por Pablo V con breve del 7 de abril de 1607. El 1 de mayo de 1608 se celebra la primera toma de hábito de la fundadora con cuatro colaboradoras, y un año más tarde “se abren las escuelas para educar gratuitamente a las muchachas externas”.[Notas 3]

En la Fórmula del Instituto o „Abrégé‟, presentada al cardenal de Sourdis y luego a la Santa Sede, la fundadora propone expresamente: 'los votos de pobreza, castidad, obediencia y clausura, a los cuales unirán un voto especial de instruir o procurar la instrucción de las muchachas en la virtud, piedad y doctrina cristiana'.[Notas 4] La aprobación pontificia, sin embargo, redujo estos cinco votos a los tres tradicionales de pobreza, castidad y obediencia, considerando la clausura y la instrucción como simple materia de constituciones. Como puede observarse, el matiz peculiar y aun exclusivo de la “instrucción” se refiere a la educación cristiana, tal como originariamente se entendía en la Fórmula de la profesión de los jesuitas, de donde está sacada.[Notas 5]

Por otra parte, en el citado Abrégé de 1606, la fundadora hablaba de enseñar gratuitamente a las niñas 'a leer y escribir correctamente, coser, hacer labor, contar y calcular', pero la aprobación romana redujo la fórmula de instrucción a la enseñanza elemental escueta de „leer y escribir‟.[Notas 6]

También José de Calasanz incorporó a la fórmula de profesión de sus Constituciones la expresa referencia a la enseñanza, copiada casi literalmente de la fórmula de los jesuitas, y fue considerada oficialmente como la expresión del cuarto voto.[Notas 7] Pero iba más allá de la enseñanza de la Doctrina Cristiana, pues al referirse a las Constituciones, definía el marco institucional claramente expresado en el n. 5, que dice: 'Será propio de nuestro Instituto enseñar correctamente a los niños desde los primeros rudimentos el modo de leer, escribir, hacer cuentas, el latín y sobre todo la piedad y la doctrina cristiana y todo ello llevarlo a cabo con la máxima facilidad posible'.[Notas 8] Con ello las Escuelas Pías se constituían en la primera Congregación que se obligaba con un cuarto voto a la enseñanza tanto religiosa como profana, y esta desde la instrucción primaria.

'Nunca expresó Juana de Lestonnac -escribe P. Foz y Foz-haber querido fundar „escuelas para las pobres‟, sino escuelas gratuitas „para las niñas de toda edad y condición‟.[Notas 9] De hecho,-resueltas las dificultades que la simple dedicación a la enseñanza traía consigo para religiosas de clausura, aceptaron en régimen de internado cerrado a muchachas de clase media, y en escuelas de „externas‟ a las del lugar, de toda condición. Pero en cuanto al programa de enseñanzas no pasaron del nivel elemental, como ocurre en todas las escuelas femeninas de la época, además de "las labores", acomodadas a las distintas clases sociales.[Notas 10] Ni tienen tampoco mucho parecido las „clases graduadas‟ en los colegios de jesuitas o en las Escuelas Pías con las qué se dan en la compañía de María, que son „dos clases y, a lo más, cuatro, pero generalmente tres‟, es decir, „las clases de lectura, escritura, costura y labores‟.[Notas 11]

Entre las religiosas dedicadas a la educación de las niñas quizá no haya ningún grupo que supere en fama histórica a las Ursulinas. Pero el hecho de que la „Compañía de las Vírgenes de Santa Úrsula‟ naciera en 1535 por obra de Santa Ángela de Merici, podría hacer pensar que son la primera institución docente de la Iglesia, o de las Congregaciones modernas. El movimiento de ursulinas, más que la Orden, fue muy singular y complicado. No nace como congregación de monjas o religiosas, sino simplemente como Compañía de caridad con seglares que viven en sus casas o se reúnen en-centros de vida común. Y sus finalidades son variadas: asistir a los enfermos, ayudar a mujeres de mala vida, convertir pecadores, enseñar el catecismos a niños y adultos, etc. Son centros de irradiación de vida cristiana, y por ello son llamadas en multitud de parroquias, extendiéndose, sobre todo en los principios, en el norte de Italia y en Francia.

Poco a poco se van distinguiendo por su dedicación a las catequesis parroquiales, que convierten en escuelas, pero 'las escuelas de doctrina cristiana no eran escuelas en sentido propio; se trataba de cursos de catecismo, tenidos el domingo y días festivos en las parroquias, después de la celebración religiosa. Mas para facilitar a los niños el uso del manual de catecismo y la lectura de algún libro piadoso, se les enseñaba a leer'.[Notas 12]

Las casas de ursulinas se van transformando progresivamente en monasterios y las ursulinas en monjas de votos solemnes y clausura, superando las dificultades canónicas para conseguir, a pesar de la clausura, conservar su ministerio educativo. La primera bula papal de transformación monástica es de 1612, referente a la casa de París, que se había fundado en 1604. 'El apostolado mericiano, forzosamente limitado respecto a 1o que se hacía antes, se especializa después de la transformación y los monasterios se convierten en verdaderas casas de educación' y “la antigua Compañía se vuelve Orden religiosa”, adoptando la Regla de San Agustín junto a sus propias Constituciones.[Notas 13] En veinte años todas las casas de ursulinas de Francia se van arracimando en torno a algún monasterio formando ocho congregaciones autónomas desde 1604 (París) hasta 1623 (Avignon) y fueron “transformadas en monasterios” respectivamente desde 1612 (París) hasta 1637 (Avignon).[Notas 14]

En los monasterios de ursulinas se abren internados para muchachas ricas, de familias nobles y de la alta burguesía y a la vez hay escuelas gratuitas para las pobres del lugar, con absoluta distinción de locales, aulas y aun programas educativos. 'Los programas no concuerdan para nada con los de nuestras escuelas modernas'. En las escuelas gratuitas “se trata, en efecto, sobre todo de educación religiosa y moral, y de trabajos manuales aptos para asegurar a estas muchachas una ocupación y una ganancia. Las lecciones de lectura y, en ciertas escuelas, de escritura, sólo se conciben en función del aprendizaje del catecismo o como medio de atracción”. A las internas se les enseña además “la caligrafía, la ortografía, el estilo epistolar; también las matemáticas tienen cabida sólo lo indispensable para las futuras amas de casa, para tener las cuentas en orden También se les enseñan labores domésticas y bellas artes; como música, pintura, danza, modales, etc.”. En una palabra, (comparada con nuestras escuelas actuales, la educación de las muchachas en los conventos y monasterios de ursulinas es más que elemental”.[Notas 15]

Un último nombre, el P. Nicolás Barré (1621-1686), contemporáneo aún de San José de Calasanz, venerable iniciador, inspirador o colaborador de Congregaciones de varones y mujeres para la educación de niños y niñas. Inspira, de hecho, y ayuda a San Juan B. de La Salle en su fundación de las Escuelas Cristianas, y funda, entre otras, la Congregación de las Hermanas del Niño Jesús, nacidas del movimiento de „escuelas de caridad‟ que iniciara en 1660 el propio Barré. Son escuelas gratuitas populares para niñas. Pero a estas alturas del siglo XVII, despues de las instituciones que acabamos de recordar en la misma Francia, causa cierto asombro leer que la obra del P. Barré 'merece ser resaltada, incluso desde el punto de vista estrictamente escolar, pues „él fue el primero‟, o al menos entre los primeros, en promover la instrucción popular, imprimiendo a sus escuelas características muy precisas', entre las cuales „la gratuidad de la enseñanza‟.[Notas 16]

La primacía de la escuela popular gratuita moderna puede atribuirse indebidamente al

P. Barré y a otros y otras fundadoras, pero no es necesaria para que la historia les considere a todos -a ellos y a ellas-, por justicia, promotores eximios de la primera enseñanza gratuita para todos los hijos del pueblo. Y ello es suficiente gloria, Lo cierto, sin embargo, parece ser qué dicha primacía le corresponde históricamente a José de Calasanz, al menos en el seno de la Iglesia Católica.

Notas

  1. P. FOZ y FOZ, „Génesis y evolución histórica del sistema pedagógico de la Compañía de María: 1607-1820‟, separata de ID., „La revolución pedagógica en Nueva España: 1754-1820‟ (CSIC, Madrid 1981) p.16, n.36.
  2. Del profundo influjo ejercido por los jesuitas en la ideología religioso-pedagógica y su estructuración de la Compañía de María da fe la misma fundadora, diciendo que quería 'un instituto en todo semejante al de la Compañía de Jes~s, en cuanto el sexo y la clausura lo permitan (I. DE AZCÁRATE, „El origen-de las Ordenes femeninas de Enseñanza y la Compañía de María‟ [San Sebastián 1963] p.69). El influjo ejercido por los jesuitas en la fundación de nuevas congregaciones femeninas, particularmente dedicadas a la enseñanza, fue enorme. Sólo en los siglos XVI y XVII hubo unas dieciséis congregaciones llamadas vulgarmente jesuitinas, entre las cuáles la de Juana de Lestonnac, la-de Mary Ward o Darnas Inglesas y tres ramas de Ursulinas. Y aun sin llamarse jesuitinas se inspiraron en las Constituciones de la Compañía de Jesús otras quince en los siglos XIX-XX (cf. J. BEYER, „Der Einflus der Konstitutionen der Gesellschaft Jesu auf das moderne Ordensleben: Geist und Leben, 29 [1956] 440-454; 30 [1957] 47-59).
  3. I. DE AZCÁRATE, „Compagnia di Maria Nostra Signora‟, en „Dizionario degli Istituti di Perfezione, vol.II, col.1346:1349. Cf. P. FOZ y FOZ, o.c., p.18, n.58.
  4. Cit. en F. SOURY-LAVERGNE, „La pedagogia di Jeanne de Lestonnac‟: P. BRAIDO, „Esperienze di pedagogia‟, vol.I, p.442.
  5. 'perpetuam paupertatem, castitatem et obedieritiam, et secundum eam peculiarem curam circa puerorum eruditionem, juxta formarn vivendi in Lilteris Apostolicis Societatis Jesu et in ejus Constitutionibus-contentam' (Const. S. J., IV, c.III, 3). Las Const. de la Compañía no consideraban esta apostilla como cuarto voto, sino como parte del ministerio general, como aclaran a renglón seguido: 'La promesa de enseñar los niños y personas rudas, conforme a las Letras Apostólicas y Const., no obliga más que los otros exercicios spirituales con que se ayuda al próximo, como son Confessiones y Predicaciones, etc.' (ib.). Por otra parte, la 'erudición' se refiere a 'instrucción catequético' y no profana, como expresamente aparece en la fórmula de profesión que uso San Ignacio: 'Rursus promitto me curaturum ut pueri erudiantur in rudimentis fidei juxta eandem bullam et Constitutiones' (cit. C. VILÁ, „Fuentes inmediatas‟, p.206, n.140).
  6. Las fórmulas corregidas dicen: 'primis legendi, scribendique rudimentis tradendis', 'tradent prima legendi et scribendi principia' (cf. FOZ Y FOZ, o.c., p.26-27).
  7. La fórmula dice: 'paupertatem, castitatem et obedientiarn, et juxta eam peculiarem curam circa puerorum eruditionem secundum formam Brevis Pauli V in his Constitutionibus contentam' (CC, n.31). Y el mismo Fundador aclaró: 'Acerca de la frase „et juxta eam peculiarem curam circa puerorum eruditionem‟, se declara que se trata de un voto esencial, de tal manera, que no se puede excusar de pecado mortal a quien reh~se dar clase cuando se lo ordene quien tiene autoridad („Declaraciones sobre nuestras Constituciones‟: AnCal 50 [1983] 574, n.15). Cf. también c.2110; SÁNTHA, SJC, p.110-111; „Declaraciones y Decretos del Cap. Gen. Especial‟ (1967-1969), n.44, 50, 54, 101, 102, 118, 119, 245-248, 356, 481, 542, 543, 757.
  8. CC, n.5.
  9. P. FOZ Y FOZ, o.c., p.38.
  10. 'Resulta difícil imaginar que, aparte de la formación religiosa, toda la instrucción se reduzca a leer y escribir (ib., p.33). Pero es inadmisible suponer una 'adaptación de la „Ratio Studiorum‟ de los jesuitas a la educación de la mujer' y menos todavía atribuir a Juana de Lestonnac, como hace Daniel Rops, 'la inauguración de colegios femeninos, que serían para las jóvenes los homólogos de aquellos que los jesuitas abrían para los muchachos' (ib., p.36). Para tal homologación hay que esperar prácticamente hasta el s. XX. Y si el nivel cultural no superaba la escuela primaria, mal podían darse una 'acomodación de la „Ratio‟, dado que los jesuitas no tenían „escuelas inferiores‟.
  11. Ib., p.32,
  12. T. LEDOCHOWSKA; „Orsoline: Dizionario Ist. Perf.‟, vol. 6, col 849. Exactamente lo mismo ocurría con las 'escuelas' que tenía en Roma la Cofradía de la Doctrina Cristiana, de las que fue Visitador muchas veces José de Calasanz, siendo cofrade. Por ejemplo, el 13 de agosto de 1600 -dicen las Actas-'furono deputati per visitatori extiraordinari delle scuole delle zitelle‟ li SSi. Gioseppe Calesans et Francesco Viglioslado (cf. G. SANTHA, „De S. Fund. N. in Confratern. Doc. Christ‟, p.158, n.15, etc.). Esta Cofradía romana procedía del norte de Italia, donde había nacido la Compañía de las ursulinas al mismo tiempo (cf. A. GARCÍA-DuRÁN, o.c., p.79, n.443, y p.87, n.465).
  13. T. LEDOCHOWSKA, o.c., col. 847.
  14. Ib., col. 848.
  15. Ib., col. 849-850. Véase también P. BRAIDO, „Contributi educativi e pedagogici originori delle Orsoline‟, en ID., „Esperienze di pedagogia cristiana‟, vol. I., p.195-267. En el Breve de 1616 para la transformación de la casa de Tolosa, citado por Braido, se lee: 'ad puellas et virgines dictae civitatis cum in doctrinae christianae et aliis pie vivendi praeceptis bonisque moribus, tum etiam manualibus femineum sexum decentibus exercitiis erudiendas et formandas 'Deinde vero ut ad hanc institutionem alliciantur et ab haereticis impurisque scholis abducantur easdem virgines et puellas primis legendi scribendique documentis, deinde variis acu laborandi formis, omnibus demum rrtibus honestis quae ingenuam virginem decent, instruantuu (ib., p.221 y 224).
  16. Cf. Y. POULET, „Scuola:‟ Dizion. Ist. di Perf., vol. VIII, col. 1165.