GinerMaestro/Cap22
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Capítulo 22: EL CONFLICTO DE LOS HERMANOS OPERARIOS Y LOS CAPITULOS GENERALES DE 1637 Y 1641
Para la historia comparada de la vida religiosa es interesante el dato –quizá más generalizado de lo que podría suponerse- referente al choque violento, alguna que otra vez, entre los Padres o estamento clerical y los Hermanos legos o estamento laical. En cierto modo, podría calificarse como una especie de 'lucha de clases', no por el poder o el dinero, sino por una mayor igualdad, dignidad y respeto mutuo, que son también valores evangélicos, aunque difícilmente conciliables con la humildad, la caridad y el desprecio de sí mismo.
Quizá lo más común en las Órdenes religiosas haya sido que tal 'lucha de clases' no fuera una guerra continua o intermitente, sino más bien alguna que otra batalla aislada, que acabó sin vencedores ni vencidos. Pero todas han tenido que librarlas alguna vez, como crisis necesarias para el equilibrio de la vida comunitaria.
En 1646, cuando prácticamente había terminado este conflicto entre los escolapios, el P. Caputi escribía desde Nápoles al P. Fundador: 'Aquí hay muchos disturbios en muchas Religiones y particularmente los jesuitas con sus Hermanos por el bonete, el abrigo y la sotana larga… No hablemos de los Padres camilos, que están ya en las últimas, como nosotros'.[Notas 1] Y doce años antes escribían desde Génova al P. Graziani, lamentando las inquietudes internas provocadas por los Hermanos Operarios como había sucedido también -decían- entre los carmelitas, los agustinos, los camilos, los jesuitas y otros.[Notas 2]
En conflictos parecidos, ocurridos en el monasterio de basilios recoletos del Tardón (Sevilla) tuvieron que intervenir los papas Clemente VIII, Urbano VIII, Inocencio X y Alejandro VII. Y en un cuestionario de 1644 se preguntaba a los monjes: 'si saben que si por ser el número de legos muy grande, salen con lo que se proponen, sea justo o injusto, reduciéndolo todo a votos, sin que puedan los sacerdotes salir con cosa alguna, aunque sea muy justificada'.[Notas 3] E incluso los cartujos -modelo supremo de perfección claustral- sufrieron también serias perturbaciones en Sevilla en las dos últimas décadas del siglo XVII al discutirse el derecho de donados y conversos de llevar cogulla y capucha blanca, equivalentes en cierto modo al bonete clerical. Y más generalizada y grave fue la rebelión de los legos en las cartujas de El Paular, las Cuevas, Cazalla, Jerez, Granada y Aniago, al prohibirles los Capítulos Generales de 1759 y 1760 el uso de Capas negras y limitarles los derechos de representación que ostentaban como administradores de los monasterios.[Notas 4]
Las Escuelas Pías no podían ser, pues, una excepción. Y probablemente esta contienda no fue tan dramática como nos la han transmitido los biógrafos, demasiado concentrados en problemas que creían exclusivos de la Orden o del Fundador, cuando en realidad eran comunes a otras muchas instituciones.
Notas
- ↑ EHI; p.492(fechada el 7 de abril de 1646). Y volvía a escribirle el 8 de septiembre de 1646: 'Qui li PP. Gesuiti stanno sotto sopra per la mutazione dell’abiti delli loro fratelli ehe già si mette in essequtione'. (ib., p.502-503)
- ↑ Cf. EC, p.127.
- ↑ Cit. en A. LINAGE CONE, ‘El Monacato en España e Hispanoamérica’ (Salamanca 1977) p.495-500.
- ↑ Ib., p.393-395.