1696EuropaCentral/Rzeszów (1657)

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Rzeszów (1657)

Dijimos antes que la fundación de Rzeszów es obra de otro Lubomirski, Jorge, que en 1657 acogió en esta ciudad a los escolapios que huían de Varsovia invadida y quemada por el ejército sueco. El Palatino Jorge había heredado un convento sin terminar que había empezado a construir en 1642 Dña. Sofía Pudenciana de Bobrek, una noble dama, pensando en unas monjas de clausura. El Palatino los hospedó en aquella casa a título provisional, pero luego se las arregló para que la casa, la iglesia ya terminada y el capital correspondiente fueran traspasados de las monjas (que aún no habían puesto los pies en ella) a los escolapios. Los trámites y traspasos llevaron algunos años, hasta que por fin en 1673 todo quedó aclarado. Hasta entonces el generoso Lubomirski estuvo manteniendo a los escolapios con sus bienes; a partir de entonces pudieron disfrutar de una renta anual de 4000 florines polacos, a la que otros bienhechores añadieron cantidades menores.


El colegio se termino de construir en 1695, en forma de cuadrado perfecto, como tantos otros colegios escolapios de la época. Las escuelas nuevas, en el edificio mismo del colegio, comenzaron a construirse en el año 1696. Tenía además (como todos los demás colegios) un huerto amplio para cultivar las hortalizas y frutas para consumo de la casa. Este tenía (como algunos otros) dos piscinas, que no servían para bañarse, sino como su nombre indica, para criar peces para el consumo interno, práctica muy común en Polonia, Germania y Hungría en aquel tiempo. Este colegio poseía además una fábrica de ladrillos y tejas, que había servido, naturalmente, para preparar todo el material necesario para construir la casa.

Como hemos visto al hablar de Varsovia, en Rzeszów había una botica, aunque no parece que tuviera mucha importancia, pues apenas se la menciona al hablar del estado de la casa, o en la Visita General de 1696. Simplemente se dice, en las Ordenanzas para la casa tras esa Visita, “Ténganse libros oficiales de entradas y salidas de la botica, para que al final de cada mes sean revisados como los demás libros de la economía y la sacristía por el P. Rector y dos sacerdotes que no tengan nada que ver con las cosas señaladas más arriba para revisarlos, y los revisarán cuidadosamente”.

La casa de Rzeszów era una casa importante en la Provincia, por su antigüedad y por tener una economía sana. En 1696 era una casa juniorato para estudios de Filosofía de los juniores escolapios. Esta era la comunidad que formaba aquella casa:

P. Agustín de S. Juan Bautista, Rector

P. Pablo de Jesús, vicerrector, profesor de matemáticas

P. Plácido de S. Luis, confesor también de los nuestros

P. Lucas de S. Pantaleón, confesor

P. Glicerio de S. Esteban, profesor de retórica, profesor del oratorio de jóvenes

P. José de la Purificación de la B.V.M., profesor de filosofía, prefecto de las escuelas

P. Eustaquio de S. Lucas, maestro de poesía, confesor

H. Cipriano de la Stma. Trinidad, estudiante de filosofía

H. Leonardo de la Visitación, estudiante de filosofía

H. Wenceslao de S. Alberto, estudiante de filosofía[Notas 1]

H. Ignacio de Sta. Margarita, estudiante de filosofía

H. Enrique de S. Antonio, estudiante de filosofía

H. Alejo de S. Antonio, estudiante de filosofía

H. Wenceslao de S. Carlos, estudiante de filosofía

H. Esteban de S. Alberto, estudiante de filosofía

H. Constantino de la Natividad de la V.M., estudiante de filosofía

H. Damián de la Purificación, maestro de gramática, presidente del oratorio de pequeños

H. Joaquín de S. Benito, operario

H. Casimiro de S. Simón, operario.

En la escuela había en torno a 400 estudiantes, “a veces pasan, a veces no llegan”. Los profesores son algunos sacerdotes, y otros los mismos clérigos estudiantes de filosofía. Hay un solo profesor de Filosofía, que enseña todo el currículo en dos o tres años; el P. Rector les enseñaba matemáticas.

De esta casa tenemos un documento de gran importancia para conocer la vida íntima de la comunidad. Se trata de las respuestas al cuestionario de entrevista que el P. General Foci seguía con cada religioso personalmente. Y era el mismo religioso el que escribía las respuestas. Excepto en tres casos en los que es otro religioso, o el mismo P. Foci quien los escribe (pero los interesados los firman): el primer caso es el de un hermano que apenas sabía escribir. Los otros dos casos son de dos Padres que estaban “enfermos” y les temblaban las manos (uno de ellos al menos estaba alcoholizado). Se trata de una comunidad bastante conflictiva, a causa de estar formada por dos grupos muy diferentes: el de los sacerdotes y el de los juniores, que disfrutaban de privilegios distintos. Existe además una serie de tensiones notables, entre el Vicerrector y el Profesor de Teología, por un lado, que ocasiona a su vez la división entre los juniores (algunos se negaron a seguir estudiando con aquel profesor, que además era prefecto de las escuelas, y las dirigía imponiendo una disciplina férrea que ahuyentaba a los alumnos); por otra parte, con el P. Rector, que está casi siempre fuera (tiene que ir a cobrar las rentas, dice él), y cuando está en casa, está con los huéspedes a los que invita y trata a cuerpo de rey mientras los demás en casa pasan privaciones…

No parece que en Rzeszów, ni en otras casas nuestras, hubiera en aquella época nadie que diera “escándalos” (y con esto se referían a relaciones inadecuadas con personas del otro sexo); en cambio en esta casa, como en otras, sí que existía un tipo de conducta menos “escandalosa” pero no menos grave: la adicción al alcohol, hasta el punto de que en las Ordenanzas de la Visita General a esta casa el P. Foci escribe: “Quien se emborrache no podrá salir de casa en tres meses enteros, y tres veces a la semana (lunes, miércoles y viernes) estará a pan y agua. Si la embriaguez es escandalosa, y sucede ante seglares, servatis servandis se considerará al delincuente como incorregible”. Considerar a alguien incorregible significaba meterlo en la celda-cárcel que no faltaba en ningún colegio, y si no se arrepentía, después de un año de castigo se le expulsaba de la Orden. Y en la historia de estas Provincias en estos años aparecen varios casos de religiosos incorregibles; no se trata de casos simplemente hipotéticos.

Es curioso descubrir la humanidad tan “humana” de una comunidad escolapia de aquel tiempo, semejante tal vez a tantas otras comunidades nuestras de todos los tiempos. Casi todos los religiosos acusan de diversas cosas al Rector, hasta el punto de que el P. General después de haber hablado con todos los religiosos, le hace una serie de preguntas muy precisas, a las que él responde hábilmente, disculpándose elegantemente de casi todo. No debió convencer sin embargo al P. General, quien sin degradarlo lo sacó de la casa inmediatamente, llevándolo consigo como Visitador y enviándolo a hacer la visita de las casas a las que él no pensaba ir. Y al Vicerrector, fuente también de tensiones, lo envía también como Rector a otra comunidad. Quizás esto alivió las tensiones de la casa…

Notas

  1. En la Visita a Rzeszów, en marzo de 1696, aparece como sacerdote, de 30 años, predicador.