General29/Introducción

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General29/Introducción
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Introducción

El P. Giorgy Santha, Historiador General, emprendió la importante tarea de escribir la biografía de los Superiores Generales escolapios posteriores a S. José de Calasanz, y alcanzó a escribir (en latín) las de los 19 primeros sucesores de S. José de Calasanz, que luego fue publicando en Ephemerides Calasanctianae, desde 1961 hasta 1972. Las de los primeros 10 fueron traducidas al español y publicadas más tarde en Salamanca (1981-84) y Madrid (2008-2009). El P. Valeriano Rodríguez tradujo al español el resto, y están publicadas en nuestra WikiPía[Notas 1]. El P. Santha creó un esquema para escribir sus biografías, que aplicó fielmente a todas ellas.

El P. Adolfo García Durán, también Historiador General, decidió continuar el trabajo del P. Santha, y continuó la serie hasta llegar al P. General J. B. Perrando. Empleó el mismo esquema creado por el P. Santha, aunque escribió las biografías en español. Sus biografías se han seguido publicando en Archivum a partir de 2005, y están también disponibles en WikiPía.

Al ser nombrado Historiador General yo mismo, creí que una de mis tareas era continuar el trabajo de los PP. Santha y García Durán. Este había comenzado el estudio del P. General Calasanz Casanovas, pero no pudo continuarlo debido a su traslado a otro destino. Decidí aprovechar el trabajo hecho por él, y completarlo tras estudiar el abundante material pendiente de estudio referido al P. Casanovas. Pues hay que señalar que, debido a la larga duración de su mandato, y a la facilidad de las comunicaciones postales, existe en nuestro Archivo General mucho más material referente al P. Casanovas que a ningún otro antecesor suyo, excluido Calasanz. Si de los primeros sucesores de nuestro Fundador no abundan los documentos, para escribir la biografía del P. Casanovas yo he consultado más de 10.000, en su mayor parte cartas dirigidas a él, o minutas-borradores de cartas por él escritas.

La lectura de todo este material me ha permitido hacerme una imagen de la Orden en los años 1868-84 que es, aproximadamente, la que tendría el propio P. Casanovas. Por eso he decidido no seguir exactamente el esquema de mis antecesores biógrafos, y presentar una imagen de las Escuelas Pías en los años dramáticos en que fue General el P. Calasanz Casanovas yendo más allá de la simple biografía. Narrar la biografía del P. General Casanovas equivale, en cierto modo, a narrar la historia de la Orden durante los años de su gobierno, vista “desde Roma”, a partir de los documentos existentes en nuestro Archivo General. Por supuesto, no pretendo escribir una historia exhaustiva de la Orden, para lo que tendría que consultar otros muchos archivos. Insisto en mi intención de ofrecer una visión romana, la del P. General Casanovas, de la Orden, que por otra parte era la más amplia que podía tenerse en aquel momento, sin penetrar en las particularidades de las Escuelas Pías de España o de las Provincias del Imperio Austro-Húngaro.


En esta biografía-historia que voy a escribir voy a presentar, aunque sólo sea de pasada, el contexto (social, cultural, económico, político, religioso) en que se encontraban las diversas provincias de la Orden, sin el cual es imposible entender la historia. Y aunque, por supuesto, me centraré en el protagonista biografiado, presentaré también algunos personajes escolapios de gran relieve que colaboraron con él, llevando adelante la historia de la Orden en estos años particularmente críticos. Poco antes de ser nombrado General, en Italia el Gobierno había decretado en 1866 la supresión de las Órdenes religiosas, lo cual supuso de hecho la desaparición de las provincias de Cerdeña y Sicilia, la casi desaparición de la de Nápoles y enormes dificultades de la Romana, y la merma, en años sucesivos, de las de Liguria y Toscana. Poco después de su salida de España, en septiembre tuvo lugar la revolución “gloriosa” que hizo vacilar la marcha ascendente de las provincias escolapias, hasta que las cosas se estabilizaron con la restauración borbónica en 1875. En Europa Central, donde las provincias de Bohemia, Austria y Hungría llevaban una vida próspera, un cambio de la legislación educativa en el año 1870 encaminó a las dos primeras hacia el camino de la desaparición, mientras la tercera seguía adelante sólida. Pero ninguna de ellas, por prudencia ante el gobierno, quería mantener relaciones con Roma, y cada cual tomaba sus propias decisiones. Al P. Casanovas le tocó llevar sobre los hombros esta situación más que complicada, pues él era, ante el Papa, el Superior General de todas las Escuelas Pías. Adelantemos que si la Orden (particularmente en Italia) no se hundió por completo fue gracias a sus denodados esfuerzos y oraciones; y si consiguió revivir en Polonia y trasplantarse a Argentina fue también gracias a él. Creo que más que ningún otro General de la Orden merece el título de mantenedor de la misma. Su autoridad moral, su bondad para con todos, su firmeza… mantuvo unidas a las diversas provincias, y preparó el terreno para una reunificación que se produciría unos años después de su muerte. Su gobierno fue un gobierno de resistencia; el de su sucesor, Mauro Ricci, comenzó a ser un gobierno de restauración.

Confieso que cuando leí el libro del P. Claudio Vilá Palá Calasanz Casanovas, educador y General de una Orden docente[Notas 2], dudé sobre la conveniencia de escribir esta biografía, pues el P. Vilá, con su maestría habitual, había dedicado ya tantas páginas al P. Casanovas. Decidí, sin embargo, seguir adelante, pues el P. Vilá, como indica el título de su obra, presta particular atención al aspecto docente del P. Casanovas, y además se fija en toda su vida. Yo, en cambio, siguiendo el criterio de Shanta y García Durán, me fijo solamente (siguiendo las huellas de Santha y García Durán en esto) en el periodo de su Generalato. Sin embargo, tendré presente esta importante obra, que recomiendo a quien desee conocer más a fondo al P. Calasanz Casanovas.

Notas