1696EuropaCentral/Freiberg (1694)
Freiberg (1694)
Todavía el Obispo Carlos de Liechtenstein quiso llevar a cabo otra fundación más en su diócesis, y para ello contactó en 1692 al Magistrado y los ciudadanos de Freiberg, preguntándoles si deseaban tener un colegio de escolapios, y si estaban dispuestos a colaborar en la fundación. La primera respuesta no fue muy entusiasta. El Magistrado tuvo que dialogar con la gente, y al final de 1693 ofreció ya una base para el acuerdo con el Obispo y los religiosos: ofrecían una capilla dedicada a S. Valentín, fuera de la ciudad, al lado de la cual podrían construir su colegio. Y además ofrecían leña, y nada más.
Esta respuesta pareció suficiente al bondadoso obispo, que contactó al P. Provincial José Baumann y a finales de año firmaron un contrato con la ciudad. Los escolapios habitarían de momento en una casa de la ciudad, y comenzarían a trabajar en las escuelas, sin interferir para nada con el trabajo del párroco. El P. Bernardo Bartlik, hombre de confianza del obispo y que ya había ocupado el cargo de Rector en otras casas, fue puesto al frente. Ofrecía el obispo un capital que rentaría 1200 florines al año, para mantener una comunidad de 12 religiosos; más otro capital que rentaría 200 para reparación de los edificios. A principios de 1694 el obispo sufrió un ataque de apoplejía, sin que hubiera ningún documento oficial firmado. Por suerte el obispo se recuperó, y fue preocupación suya y del P. Bartlik el redactar inmediatamente el documento de fundación y asegurar el capital necesario.
Los primeros cuatro escolapios llegaron a Freiberg el 19 de mayo de 1694, y fueron bien acogidos por las autoridades locales. El 7 de junio abrieron las escuelas, y el primer día acudieron ya 63 alumnos.
Es el mismo P. Bartlik, Rector de la casa en 1696 el que escribe la minuciosa crónica de la misma. Y digo minuciosa porque para contar poco más de dos años de existencia emplea más de 20 folios. Se nota el gusto literario y la atención al detalle que luego reflejará en su obra más importante, los Anales de la Orden de 1597 a 1669. Y como transcribe todos los documentos de que dispone, podemos leer en las cartas del Obispo Carlos la atención paternal que mostraba a esta nueva fundación, cómo se ocupaba de todos los detalles en relación con la construcción, con los obreros, con el dinero; cómo enviaba valiosos regalos para la iglesia de S. Valentín, y cómo cuando, tras un largo y pensó conflicto con el cura párroco del lugar, demasiado celoso de sus privilegios y claramente hostil a los escolapios, el Obispo zanjó la cuestión enviando al párroco a un lugar perdido en las montañas, y trayendo a la ciudad otro párroco más abierto al diálogo y la colaboración con los escolapios.
El fallecimiento del Obispo Carlos, en septiembre de 1695, afectó más a Freiberg que a las otras dos casas escolapias fundadas por él, porque las obras iban mucho más retrasadas. Así cuenta el P. Bartlik la premonición de su muerte: “En la fiesta de la Natividad de la B. V. María, después de decir su misa en la iglesia de S. Valentín, y haber confesado no pocos penitentes, el P. Superior fue invitado a la mesa del Sr. Párroco, y vino con un compañero. Mientras estaban sentados bastante lejos de una imagen que representaba la cara de Su Excelencia, cayó, quedando colgada de otro lugar, y al verla caer el P. Superior extendió sus brazos para cogerla y la besó. Los Sres. Huéspedes vieron en este caso un signo de mal agüero. Quizás esté caso revelaba de hecho la próxima muerte de Su Excelencia, pues este mes se despidió y pasó de la mortalidad a la inmortalidad”.
Sin embargo el sucesor del obispo en la sede de Olomuc, el Duque Carlos de Lotaringia, envió inmediatamente una carta tranquilizadora a los escolapios, y mandó que continuasen las obras. El colegió quedó terminado en 1700.
Esta era la comunidad de Freiberg en 1696:
P. Bernardo de S. Felipe Neri, superior, predicador, catequista, confesor
P. Valeriano de Sta Cecilia, predicador, maestro de los escolares bohemos, confesor
P. Tomás de S. Miguel, predicador en alemán, confesor
P. Melchor de S. Francisco, maestro de gramática y sintaxis
H. Tadeo de S. Wenceslao, ayudante de latín
H. Tiburcio de S. Valeriano, ecónomo y cocinero.