BartlikAnales/1663

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Año 1663 de Cristo. 9º de Alejandro VII. 6º de Leopoldo I. 67º de las Escuelas Pías

Nuevas fundaciones

El principal asunto que ocupaba a nuestros superiores romanos eran algunas fundaciones nuevas que habían sido ofrecidas a las Escuelas Pías, y que estaban estudiando.

La primera de todas, con fecha 16 de enero, se ofrecía en la tierra de Grotta (no figura ni la provincia ni la diócesis), donde el coronel D. Aurelio Cardelli y ciudadanos del mismo lugar, legaba 114 escudos en su testamento para erigir una fundación de las Escuelas Pías. Es cierto que la comunidad de lugar pensaba añadir el salario usual a los maestros de la escuela, con otros requisitos, y el convento de S. Marcos, suprimido por Inocencio X.

Fundación en Cerra

Otra fue ofrecida con fecha 23 de abril desde la Cartuja[Notas 1] de Savona, donde el Rvdo. P. Marcos Bricio, prior de ese lugar, gobernaba la comunidad de Cerra, adscrita a la serenísima República de Génova, y para conseguir su piadoso intento presentó una súplica al P. General, para que encargara al P. Provincial de Génova o al P. Rector de Savona la tarea de visitar el lugar, y tratara el asunto de la fundación. Pero ni un lugar ni el otro consiguieron su objetivo, pues aunque el P. General consintió en que se visitaran los dos, y que se estudiara un acuerdo con ambos, quizás por falta de suficiente fundación económica ninguno de los dos fue aceptado.

Fundación de Brindisi

La tercera fundación ofrecida fue la de Brindisi, a primeros mayo[Notas 2]. Brindisi, como dice Ennio, un recinto amurallado con un puerto de fácil acceso: una ciudad arzobispal de la provincia del provincia de Otranto, en la puerta del mar Adriático. El Ilmo. y Rvmo. Arzobispo D. Francisco de Estrada, ordinario del lugar, había invitado a nuestro instituto, para llevar a feliz efecto la piadosa intención del promotor y recomendador, el Príncipe de Schinzano. El P. General confió al P. Provincial de Nápoles que tratara el asunto, pero el P. Provincial no pudo desplazarse a causa de mala salud, así que para que nos perdiera la oportunidad de obtener tanto fruto para la Orden, hizo que fuera a realizar el acuerdo el P. Tomás de S. Agustín, rector de Campi, que se encuentra muy cerca de Brindisi. Este aceptó de buena gana el encargo, y fue obsequioso a ver al arzobispo de Brindisi, quien le mostró su inclinación a favor nuestro, y escuchó el deseo de la comunidad de Brindisi. Concluyó con una y otra parte un acuerdo, y prometió que el P. General enviaría religiosos al año siguiente para hacerse cargo de la vivienda. El año próximo diremos con qué solemnidad fueron aceptados nuestros primeros padres en Brindisi, y de qué modo tomaron posesión del lugar.

Seminario de Avellino

Mientras tanto se enviaron algunas condiciones para aceptar también el seminario de Avellino, pero parecían duras, costosas y no perpetuas, así que de momento no se resolvió nada a favor.

Iglesia de S. Lorenzo in Piscibus

La larga gestión para adquirir la iglesia de S. Lorenzo in Piscibus se concluyó, pues demasiado cansado el Ilmo. y Excmo. D. José Ángel Cesio, aquitano, duque de Silici de tantas súplicas e instancias, donó y cedió dicha iglesia, vetusta y ruinosa, a favor de nuestro instituto, movido e inclinado por la piedad de sus mayores, con la obligación de que dijeran perpetuamente tres misas el día de San José, obtenido el permiso y el beneplácito de Su Santidad el Papa para ello. Se colocó una placa de mármol en la que se registraba esto cuando se reedificó dicho templo, cosa que ocurrió en el año jubilar 1675.

Iglesia de Frascati

No parece que deba dejarse en silencio nuestra iglesia de Frascati, que comenzó a edificarse en 1632, pero sus obras habían quedado interrumpidas durante muchos años a causa de falta de fondos, hasta que este año fue completada, por medio de diversos legados piadosos, y de una limosna considerable entregada para terminarla por la Princesa Borghese.

Estado de Germania

Yendo desde aquí hasta las provincias del exterior, encontramos Germania alrededor del mes de agosto y septiembre totalmente turbada. Pues habiendo ido los turcos con ánimo de hacer la guerra al emperador cerca de Javarin, infundieron gran miedo a Moravia y Austria. Por ello dos de los nuestros, los P. Andrés de S. Francisco y el H. José de Sta. Catalina se fueron a Italia; el P. Martín de la Madre de Dios a Polonia, y muchos de Nikolsburg, Strasnize y Lipnik se fueron a Bohemia buscando un lugar de refugio, máxime porque en aquel tiempo llegaron los tártaros llamados por los turcos para ayudarles, y llegaron de improviso a Moravia y redujeron a cenizas gran parte de la provincia, hasta cerca de Strasnize y Nikolsburg, llevándose consigo muchos despojos y cautivos, siendo muchos los vencidos y sometidos al acero. Por lo cual fue fácil animarlos, pues todos estaban furiosos, y al ejemplo de un torrente que se derrama a lo largo y a lo ancho los enemigos, ir con el soldado imperial para repeler al turco que había ocupado Javarin. El aspecto de nuestra provincia era verdaderamente admirable: habiendo sido desoladas sus casas en las ciudades, los hombres huían a los bosques y a los montes, y aun sin ver ningún enemigo, con sólo con oír el nombre del tártaro que venía, huían. Ninguno de los nuestros cayó en manos de este enemigo, aunque sí se fueron a buscar refugio mientras duró el peligro. Yo mismo vi cómo el fuego devorar las aldeas y los campos cerca de Nikolsburg; vi ciudadanos de uno y otro sexo despidiéndose de Nikolsburg con lágrimas en los ojos, y volver a la ciudad, muy infelices, pues después de dos o tres horas algunos habían sido capturados por el enemigo, y se anunciaba en la ciudad que otros habían sido decapitados, y algunos consiguieron escapar de ellos huyendo a las viñas y espinos, y regresaron mostrando la crueldad sufrida que era atestiguada por las crueles heridas y latigazos.

Slany fue el refugio de los nuestros que huyeron hacia Bohemia. El P. Alejandro de la Asunción rector de aquella casa, escribiendo al P. Miguel, Asistente General, se lo cuenta así: “Me faltan las palabras para contar la clemencia, los favores, la bondad y los auxilios prestados a los nuestros por el Excmo. Sr. Fundador (se refiere a Bernardo Martinitz), nuestro único asilo y refugio en los momentos de apuro. Pues recibió honrosamente a los nuestros que huían de la invasión tártara en su casa de Praga, y a todos los que iban y venían les ofrecía su comida, sus criados, sus caballos y sus carrozas para llevarlos aquí y allá, y finalmente no quería omitir nada cuando se daba cuenta de que aquellos pobres religiosos (a los que ya consideraba[Notas 3] como suyos) les hacía falta algo. Diré sólo una palabra: al verdadero amigo se le conoce en la desgracia. Así pues somos muy felices con este nombre, y lo seremos, pues que tenemos este bondadosísimo mecenas…” Así escribía en Slany el primero de diciembre.

Pasemos ya a referir los hechos de Polonia.

Sucesos de Polonia

El P. Santiago de Santa Bárbara, rector de Varsovia, fue designado con fecha 28 de abril provincial de aquella provincia, que tenía ya tres casas ordenadas, en las cuales vivían 45 religiosos. Lo cierto es que desde antiguo no había podido conseguir poner el pie en Cracovia para su dilatada provincia. Le habían prometido un lugar allí para fundar el noviciado, pero sufrió muchos obstáculos para poder lograr su objetivo. Pues por un lado el Senado, y por otro la Universidad, impedían la ocupación de la casa prometida. El Senado esgrimía la ley según la cual se prohibía ceder ninguna posesión bajo cualquier título a una comunidad, para que de este modo no disminuyeran los tributos anuales al erario público, al ceder una casa a una jurisdicción ajena.

Los académicos por su parte se esforzaban mucho para que los del Senado no admitieran nuestro instituto, lo cual no sólo iría contra los antiguos privilegios de la universidad, sino también significaría una importante disminución de estudiantes, si abriéramos nuestras Escuelas Pías en este lugar con el favor ordinario del Rey y la Reina. Así pues, el P. Provincial, preocupado por este asunto, aunque tenía seguro el lugar, no se atrevía a ocuparlo a causa de esas oposiciones, y pidió oficiosamente la intervención de la misma Reina para que se resolviera felizmente la cosa. ¿Cuál fue el resultado por fin? Lo daremos a conocer en su lugar.

Volvamos mientras tanto a Italia.

Fundación de Pescina

La fundación interrumpida en 1641 de Pescina en la diócesis de Avezzano por falta de los subsidios que los herederos debían pagar según el testamento para continuar la fábrica, este año fue reconocida, y se puso fin a los pleitos[Notas 4] comenzados a causa de esta fundación con los padres silvestrinos, que habían sido admitidos en nuestro lugar con el permiso del Senado; por decisión de la Sagrada Congregación, que decidió lo siguiente:

“La Sagrada Congregación de los Eminentísimos Cardenales S. R. I. encargada de los asuntos de los obispos y regulares, después de escuchar atentamente lo que se nos ha narrado, y haberlo examinado y discutido maduramente tal como nos lo pidió Su Santidad (a quien se le había rogado también una decisión), determinó, declaró y decretó que el legado de D. Lelio Tomassetti para la erección de un convento o casa regular en el lugar de Pescina de la diócesis de Avezzano según lo anterior corresponde a los Padres de las Escuelas Pías, y los Padres Silvestrinos no tienen ningún derecho sobre él, y declara y discierne por las presentes que los herederos del mismo Tomassetti están obligados a entregar el legado, y lo obliga y manda sin que obste nada en contra. En Roma, 31 de agosto de 1663.
E. Obispo secretario de Cámara. Marzio Cardenal Ginetti.”

Fundación de Tempio

En Tempio de Cerdeña, un lugar cerca de la región de Gallura, la comunidad había tenido conocimiento de nuestro instituto hacía cuatro años por el P. Antíoco de Sta. María. En este año escribieron una carta el 4 de junio al P. General invitando y rogando que fuera enviado alguien para visitar el lugar, en vista a hacer una fundación, y para tratar sobre ello. No encuentro sin embargo una respuesta, pero parece que sin duda alguna se confió esta obra a los padres de Cagliari, pues al principio del año siguiente un hermano nuestro falleció allí. Es de creer que al principio de octubre o de noviembre los nuestros serían enviados allí y tomarían posesión del lugar. El P. Alejo de S. Andrés quien refiere que el primero en ocupar aquella casa fue el P. Antonio de S. Francisco, con el H. Jerónimo de Santa Ana, clérigo y el H. Gaspar de Santiago, operario.

Provisiones de rectores. Asistente General

En Roma el 27 de octubre se hicieron las provisiones de algunos rectores, concretamente el P. Pedro de S. José para Narni; el P. Lorenzo de S. Sixto para Florencia; el P. Vicente de S. Félix para Pieve di Cento, añadidos al P. Francisco de S. Carlos para Bisignano en marzo, y el P. Luis de S. Andrés, para Cagliari en abril.

Después, el 9 de diciembre, en lugar del Asistente fallecido P. Pedro Lucas fue elegido para sustituirle como Asistente General el P. Nicolás de S. Francisco Javier.

Muerte del P. Pedro Asistente

El P. Pedro Lucas era italiano, de Roma, y en siglo se llamaba Miguel Bataglione. Fue un varón de insigne prudencia, que además del último cargo de Asistente General había desempeñado otros cargos de honor en la Orden. Había sido maestro de novicios en Roma; había dirigido la provincia de Nápoles, siendo brillante y amable con todos, y en especial cuando fu rector en Ancona. Sufrió una apoplejía durante la oración de la mañana, y falleció en el Señor el 6 de diciembre.

Lo mismo del P. Ciriaco

Le precedió en el mes de agosto el P. Ciriaco del Ángel Custodio, patricio de Cárcare de la diócesis de Luca, que aunque brilló con grandes méritos en todas las partes en que estuvo durante su vida religiosa, vivió principalmente en Cárcare, de cuya casa fue rector muchos años, conservando en ella la vigorosa observancia de la vida regular durante los años de la reducción inocenciana. Además mantuvo las escuelas durante aquella calamidad con maestros doctos que diligentemente pudo encontrar en otros lugares, por lo cual muchos jóvenes nobles fueron a Cárcare de lugares vecinos para formarse en las letras humanas y en las buenas costumbres. Fue nombrado por el ordinario del lugar confesor de las monjas de San Esteban de Millesimo, a las cuales no sólo las formaba semanalmente en el espíritu, sino que también les enseñaba el canto gregoriano. Finalmente, agotado por tantos trabajos, fue víctima de la fiebre, y a causa de ella y sumamente dolorido en las articulaciones, con gran dolor de los de su comunidad y del pueblo gozó del descanso eterno el 24 de agosto. Fue traído y enterrado en el sepulcro que había construido antes para los nuestros.

Lo mismo del P. Juan Lucas

También falleció este año el P. Juan Lucas de la B. Virgen, llamado en el siglo Juan Antonio Rosa, en otro tiempo provincial de Nápoles. Fue no solamente allí, sino también en Liguria, y en otros lugares en los que había sido superior, donde dio claras lecciones con su conversación, y ejemplos dignos de ser imitados. Emigró de la vida en Nápoles el 7 de julio, a los 56 años de edad.

Número de otros difuntos

Además de los citados tres sacerdotes, fallecieron este año en diversos lugares once hermanos operarios, y en lugar suyo llegaron a la Congregación 32 neo profesos.

Y estas son las cosas más notables de este año. Vamos a acercarnos a las que fueron dignas de ser destacadas el año siguiente.

Notas

  1. Original: Carthusia. A.S.P.: Carthresia.
  2. Original: Majalibus. A.S.P.: manualibus.
  3. Original: vocitabat. ASP: vicitabar.
  4. Original: litin quae. ASP: [… ilegible].