Calatayud (ES) Intento de fundación

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Este texto es el original publicado en su día en el DENES. No se ha hecho sobre él ninguna rectificación. Su contenido, pues, puede no reflejar la realidad actual

Datos

Demarcación Aragón

(1793-1807)

Historia

El 25-3-1793 el ayuntamiento de Calatayud escribe al P. Cayetano Ramo, Provincial de Aragón, solicitando un escolapio para las clases de gramática. Firman Vicente Perales y tres concejales más, uno de ellos Ignacio Ramiro. Al mismo tiempo envían al agente Francisco Zurita, para que don Pedro Escolano de Arriera presente una petición oficial al Consejo. En ella se dice que está vacante la escuela de medianos y retórica por muerte de don Javier Langa y solicita permiso para colocar un escolapio. A partir del 8-4-1793, y en sólo este año, la Curia provincial recibe catorce escritos de don Ignacio Ramo, verdadero promotor de la fundación. Por su confianza impetuosa y el tono de sus escritos parece tratarse de un hombre influyente y antiguo alumno de los escolapios. Dice que el P. Provincial ha contestado al ayuntamiento, que también él ha escrito «bajo cubierta del P. Pío (Cañizar) de S. Sebastián» y que «la Orden podrá extenderse a uno de aquellos pueblos más floridos del Reino de Aragón». Días después añade que podrán tener los religiosos la casa de los antonianos, vacante y con buenas rentas. Acude al Procurador general, Juan Crisóstomo, e insiste en la idea de los antonianos y propone se solicite para colegio la casa y bienes de los expulsos (jesuitas), que tiene buenos aposentos, aulas y 130 habitaciones en la mejor disposición y están al cargo del obispo de Tarazona para seminario, que ni se ha ocupado, ni se ocupará. Don Ramiro recibió el 26 de junio respuesta del P. Provincial «con la grata de la resolución del Consejo». El 14 de diciembre deja de escribir. El Procurador, desde Madrid, también tiene al corriente al Provincial. Le dice el 9-4-1793 que Calatayud empieza pidiendo un escolapio, pero quiere una comunidad; y el 13 del mismo mes le advierte que ande con prudencia con Calatayud.

El 14-4-1793 la respuesta del Consejo al ayuntamiento es: que se convoquen oposiciones, se fijen carteles en las Universidades y que, mientras tanto, ocupe interinamente las cátedras un escolapio. El escolapio, naturalmente, no fue. Por una carta del P. Tomás Báguena al Procurador, fechada el 18-7-1801 sabemos que se opone a la fundación el obispo de Tarazona.

En 1802 vuelve el ayuntamiento a pedir fundación con carácter urgente. Destina a este fin los bienes de los antonianos y se contenta con un hospicio, dependiente de los colegios de Zaragoza o Daroca, si resulta imposible una comunidad. Se cruzan memoriales. Ahora el Consejo exige el voto favorable de las cuarenta y cinco ciudades con voto en Cortes. El Procurador escolapio de Aragón hecho mano de todos los recursos y entre 1802 y 1807 se recibieron esos votos favorables, que fueron minusvalorados por el fiscal, pues exigía informe del Procurador general del Reino, y del ayuntamiento las condiciones de fundación, permiso del obispo, del corregidor y de la Audiencia de Zaragoza... Estalla la guerra de la Independencia, y Calatayud se queda, definitivamente, sin hospicio y sin colegio.

Bibliografía

  • Archivo Aragón: caja 8 B, leg. IV

Redactor(es)

  • Dionisio Cueva, en 1990, artículo original del DENES I