Demarcación Argentina

De WikiPía
Saltar a: navegación, buscar
Planta del colegio "San José de Calasanz" en San Martín, Tucumán; escuela de artes y oficios; 530 varas por 200
Estatua de bronce del escultor Bullones erigida el 11-9-1949 y donada por MPAIAC (Unión de padres de alumnos y amigos del colegio) en Buenos Aires
Demarcación Argentina
Aviso de contenido

Este texto es el original publicado en su día en el DENES. No se ha hecho sobre él ninguna rectificación. Su contenido, pues, puede no reflejar la realidad actual

Ver Presencias (11) / Religiosos (7) / Cartas de hermandad

Datos

Viceprovincia provisional de la Vicaria general de España (1893-1896)
Viceprovincia Argentina dependiente de la Provincia de Aragón (1933-1964)
Provincia Argentina (1964- )

Viceprovincia argentino-chilena.

Período generalicio. Llevaba dos años en marcha la fundación de Buenos Aires, y los Superiores de la Orden en España unificaron las tres casas que en ese momento había en aquella parte del Nuevo Mundo -dos en Chile y una en Buenos Aires- erigiéndolas provisionalmente en Viceprovincia o Vicaría y poniendo al frente de la misma a un Superior mayor con el título de Vicario provincial que lo fue León Vidaller de San José de Calasanz, quien llegó a Buenos Aires el 27-5-1893 y en esa misma fecha tomó posesión de su cargo e inició una fecunda labor organizativa de la nueva Demarcación. Sería dependiente de la Generalidad o Vicaría general en España. En ese mismo año, 1893, se entablaron relaciones entre Vidaller y el obispo de Córdoba, Fray Reginaldo Toro O. P.; lo hizo a través de don Antonio Garzón; el prelado cordobés ofrecía por mediación de los jesuitas, la dirección del colegio católico llamado «Santo Tomás de Aquino» de aquella ciudad, que en su primer trienio de vida 1890-1892 había estado en manos de los religiosos de Lacordaire. Aceptó gustoso Vidaller y envió de inmediato a Córdoba al P. Antonio Mirats, rector del colegio de Buenos Aires, a entrevistarse con el obispo, con quien llegó a un acuerdo en términos generales. Dado felizmente este primer paso, el propio P. Vicario se dirigió a la ciudad y tras varias reuniones con el obispo, quedó todo listo para reabrir el colegio en el curso de 1894. El 26 de febrero de ese año salieron de Buenos Aires los religiosos que iban a hacerse cargo de la nueva fundación, la cual abrió sus puertas el 7 de marzo.

Con la firma del contrato de fundación entre Mons. Toro y el P. Vidaller, el 26-4-1894 quedó definitivamente erigida la casa de Santo Tomás y fue la cuarta de la Viceprovincia provisional y la segunda en el país. Desde allí mismo Vidaller marchó a Tucumán llamado por los señores Méndez para tratar sobre la reapertura del colegio; pero la iniciativa no prosperó.

Orden nueva en el país, las Escuelas Pías, que carecía de personalidad jurídica, debiéndose firmar, mientras tanto, todos los contratos por los religiosos como personas físicas con los consabidos riesgos e inconvenientes. A efectos de remediar tal estado de cosas, el Vicario provincial elevó una solicitud al Ministerio de Justicia e Instrucción Pública de la nación. Como se cumplían las cuatro condiciones que exigía el Código civil, (a saber: asociación constituida con domicilio legal que entonces era el colegio «Escuelas Pías» de la calle Santa Fe 2729, cuyo fin es el bien público; no subsistente por asignaciones estatales; estar capacitada para poseer bienes propios) con el dictamen favorable del Procurador general de la nación, el señor Presidente de la misma, don Luis Sáez Peña firmó el decreto el 16-5-1894 que concedía la personalidad jurídica y aprobaba los estatutos de la «Comunidad de padres escolapios de las Escuelas Pías».

Poco tiempo después se abrió en Santiago de Chile otra fundación. Con ella eran ya cinco las casas de la Viceprovincia provisional; en vista de ello y reuniendo ya todas las condiciones canónicas requeridas, el Vicario general de España por oficio del 25-5-1896, erigió canónicamente la Viceprovincia de las Escuelas Pías de Sudamérica y confirmó en su cargo de Vicario al P. Vidaller quien a principios de 1897 fue nombrado Asistente de la Vicaría general de España.

Período aragonés.

Para sucederle se nombró con fecha 5-6-1897 al P. Antonio Mirats; durante su gobierno la Vicaría fue incardinada a la Provincia de Aragón con gran disgusto de los generalicios que tenían el proyecto de organizar ellos su propia Provincia. Dicha incardinación fue decretada por oficio del 7-6-1897; por ella la Viceprovincia de Sudamérica perdía su cierta independencia y su Vicario pasaba a ser el Vicario de la Provincia de Aragón, estado de cosas que según el documento aludido iba a ser provisorio, pero que después se prolongó hasta 1964, es decir, 67 años.

Pronto se hecho de ver que el cargo de Vicario provincial, entendido como lo era entonces, hacía muy dificultoso el gobierno, debiendo acudir para cualquier asunto de cierta importancia a la autoridad transoceánica. Por lo cual, por oficio del 19-12-1897 se declaró que habida cuenta de la distancia y condiciones de la Viceprovincia sudamericana, el Vicario provincial, por sí mismo y en casos urgentes, pudiera trasladar superiores o sustituirlos, extendiendo al efecto patente de vicerrector; enviar a España a los individuos que juzgara conveniente; clausurar colegios que careciesen de medios de subsistencia; proponer bases para nuevas fundaciones y comunicarlas al Vicario general de España y al Provincial de Aragón.

El 8-7-1898 se hizo cargo de la Vicaría el P. Joaquín Campos; había sido nombrado el 21 de mayo de ese año. Su primer acto de gobierno en importancia fue pasar la Visita general a todas las casas de esta Demarcación en nombre del Vicario general de España.

Durante su gobierno se clausuró el colegio de Copiapó en Chile, lo cual quedó compensado por la fundación de Pontevedra en la provincia de Buenos Aires. También intervino el amigo de los escolapios, canónigo Apolinario de Casas, gestor de la fundación de Buenos Aires. La ocasión fue así: en 1894 falleció en la capital el canónigo Natalio Márquez, cura párroco del Pilar, quien legó una finca de 176 hectáreas en Pontevedra, partido de Merlo, en la provincia de Buenos Aires, con el fin de fundar una escuela primaria con orientación agrícola. Como no precisó destinatario fijo y nombró albacea testamentario a su amigo, Casas, éste ofreció el legado a las Escuelas Pías. Celebrados todos los protocolos, se inició la construcción del edificio y en el año 1902 se abrió la casa de Pontevedra que duró, ya como escuela, ya como casa de formación, hasta 1970, en que se cerró y actualmente sólo es utilizada como casa de actividades pastorales.

Otro problema serio que hubo de resolver Campos fue el de los primeros Capítulos de la nueva Vicaría provincial. Según el derecho vigente entonces, las casas de Argentina debían concurrir al Capítulo provincial de España, lo que siempre ocurre en pleno curso escolar, a lo que había que agregar el problema de los viajes. Al no poderse cumplir al pie de la letra la ley, se acudió a la Sagrada Congregación de obispos y regulares; ésta zanjó el problema: rogó a los religiosos condescendencia y que por favor renunciaran por esa única vez al derecho que les asistía de enviar al Capítulo provincial rector y vocal elegido por cada casa, y que representando a la Viceprovincia, acudan el P. Vicario y un vocal elegido por todos los religiosos de la Vicaría. Se celebraron los Capítulos y se renovaron las autoridades incluida la reelección de Campos; su gobierno duró un año más y el 10 de agosto de 1903 se hizo cargo de la Vicaría el P. Antonio Ridruejo. Durante su breve Vicariato hubo varios intentos de fundación de los que uno sólo prosperó. Fueron la casa de San Juan Evangelista de Santiago de Chile que tuvo efímera existencia; el ofrecimiento del seminario de Sucre, a donde viajaron

Justo Blanco y Teodoro Noguera permaneciendo bastante tiempo en el Altiplano, aunque finalmente la superioridad no aceptó el ofrecimiento y ambos regresaron en 1907; en cambio, sí fue un hecho consumado la fundación del colegio «San Vicente Paúl» de las Escuelas Pías del barrio General Paz en Córdoba. La obra brotó del corazón apostólico del obispo diocesano Fray Zenón Bustos y Ferreyra quien ante el proselitismo protestante pensó en un colegio católico para cuidar la evangelización y salvar la fe de los fieles. La persona elegida para tal empresa fue el P. Antonio Martínez Marín quien en 1903 se puso a la obra y en 1904 fue nombrado presidente de la nueva comunidad que comenzó como filial de «Santo Tomás» hasta 1914.

Al P. Ridruejo le sucedió el 20-10-1906 Marcos Quibus en calidad de Visitador «ad annum». En tan escaso tiempo no pudo desarrollar acción alguna de importancia. Durante su gobierno tuvo lugar la reunificación del gobierno de la Orden por el «motu proprio» de San Pío X que en 1904 abrogó el régimen de la bula «Inter graviores». Ante inquietudes de los religiosos, sobre todo generalicios, el P. General, Manuel Sánchez, envió un oficio a las Provincias de Cataluña y Aragón y a sus Vicarías de Cuba y Sudamérica, en el que se explicaba el alcance del documento. En realidad, ello estaba motivado por el problema latente de los generalicios (dispersos por diversas Provincias, con ocasión de la restauración del generalato romano, volvían a poner en tela de juicio la jurisdicción del Vicario general de España y del Provincial de Aragón sobre las Escuelas Pías de Sudamérica, pues en sus comienzos habían sido fundadas por ellos dependiendo del General). Según la interpretación del P. Sánchez, las cosas seguían como estaban y los generalicios continuaron definitivamente en la misma situación, es decir, incardinados a las diversas Provincias españolas, especialmente Aragón y Cataluña que eran las únicas que tenían Vicarías provinciales en el nuevo mundo. En este período tuvo lugar, la Visita general que realizó el P. Vicario general de España, Pedro Díaz, delegado por el P. Prepósito general en oficio del 15-10-1907. Mientras tanto, había pasado el año de Quibus y fue sustituido, también como Visitador «ad annum» por el P. Federico Vicente. Sin embargo, dicho «ad annum» fue interpretado en sentido amplio, no necesariamente como un año civil. Con esta interpretación, su gobierno se extendió desde el 30-9-1908 hasta el 21-10-1912; así el P. Federico se esmeró por restaurar la observancia regular y el prestigio pedagógico que consiguió de forma más que satisfactoria. Otras medidas de gobierno interesantes fueron: la implantación de los Capítulos viceprovinciales y una mayor representación de la Vicaría en el Capítulo provincial, y la creación de las contribuciones de estos colegios a la Provincia de Aragón para colaborar con las casas de formación, lo cual es justo dado que de allí venía el personal; pero es lamentable que dicha medida no contempló para nada la posibilidad de abrir casas de formación en América cuando las otras Órdenes y Congregaciones las tenían.

En 1915 se inauguró la iglesia de San José de Calasanz en Buenos Aires, costeada por la familia Ortiz Basualdo; antes lo había sido la de General Paz en Córdoba. Se solicitó por ambas curias diocesanas la creación de dos parroquias; se aceptó la de Buenos Aires que fue erigida por auto pastoral del arzobispo Mariano Antonio de Espinosa del 27-11-1915; la de Córdoba no se aceptó en aquel momento. El P. Marzo, además, dio en 1914 autonomía completa al colegio «Escuelas Pías» de General Paz, siendo su primer rector Antonio Martínez Marín quien tomó posesión el 3 de marzo de ese año. Fue el P. Marzo un notable pedagogo y celoso sacerdote; cuidó la disciplina y el nivel académico de los colegios y fomentó la piedad, sobre todo eucarística, con la comunión frecuente y aún diaria, en conformidad con las directrices de Pío X. En sus Visitas canónicas manifestaba experiencia y conocimiento, ya que hacía muchos años que vivía en América; los anteriores Vicarios habían venido todos de España directamente, sin ninguna relación con el nuevo ambiente lo que, en general, retrasaba una real integración de la Orden al país donde pretendía crecer. Además el P. Marzo mostró gran sensibilidad humana y cristiana, siendo el primer Superior mayor de Sudamérica que permitió a los religiosos ir periódicamente de vacaciones a España.

Finalizado el trienio del P. Marzo, fue nombrado como sustituto el P. Juan Alijarde, quien gobernó hasta 1924. Durante su largo vicariato, las Escuelas Pías de Sudamérica dieron algunos pasos significativos. Le cupo ejecutar varias decisiones tomadas en una reunión convocada en Zaragoza por el P. General, Tomás Viñas, a la que asistieron el Provincial de Aragón y su curia y el Vicario provincial de Sudamérica, el P. Marzo. Dichas decisiones fueron: que los consultores del P. Vicario tenían derecho a asistir al Capítulo de la Viceprovincia con voz y voto; que no se modificara nada el hábito; que al aceptarse la parroquia de Buenos Aires se estudiaran profundamente las condiciones, las cuales pasarían por el voto de la Congregación provincial; que no convenía aceptar por entonces la parroquia del barrio General Paz de Córdoba; que los reglamentos de los colegios se sometieran a la aprobación del P. Vicario.

En 1917, al P. Juan le tocó materializar el pensamiento del patricio chileno, D. Pedro Fernández Concha, con la fundación del colegio Hispano-Americano de Santiago de Chile para cuya tarea eligió al P. Antonio Martínez Marín. Se preocupó seriamente por acrecentar la piedad en los colegios y por mantener sólidamente su prestigio pedagógico. El último trienio no tuvo tiempo de terminarlo pues fue elegido miembro de la Congregación general de la Vicaría general de España, en lugar del P. Miguel Mareca que había fallecido. Se despidió en noviembre de 1924.

El 12-5-1925 Justo Blanco Ochoa sucedió al P. Alijarde en el gobierno . Fue el P. Justo un infatigable estudioso, un experto pedagogo y un Superior lleno de sabiduría y prudencia. Gobernó la Vicaría en dos períodos: desde 1925 hasta 1928 y de 1940 a 1943. Durante su gestión tuvo lugar la fundación del colegio del Río Cuarto; fue con ocasión del ofrecimiento de una fundación para escuelas de artes y oficios que no llegó a satisfacer al P. Vicario; el párroco D. Francisco Ferreyra se interesó por la obra escolapia e interesó a su vez a Mons. José Luque, obispo auxiliar y vicario capitular de Córdoba; éste ofreció donar un terreno para construir en él o para venderlo y construir en otro sitio el colegio. Las negociaciones siguieron bien y en 1927 se inauguró la casa con 4 religiosos de comunidad que provisionalmente alquilaron un local y comenzaron las clases el día 14 de marzo de ese año. También durante esta gestión se aceptó la parroquia del barrio General Paz de Córdoba, tal como habían sido los deseos del difunto obispo Fray Zenón Bustos y Ferreyra quien decía que erigir la iglesia en parroquia era mera formalidad jurídica, dado que ya desde 1904 los escolapios lo hacían todo en la zona, desde General Paz hasta Monte Cristo, o sea, una extensión que hoy abarcan cinco parroquias. Hubo además un ofrecimiento del Gobierno del Perú para establecer en Lima las Escuelas Pías, pero no prosperó. En 1927 hubo que renovar la personalidad jurídica ya que el 8- 10-1926, el Estado retiró la otorgada en 1894 por no haber cumplido las disposiciones reglamentarias y no tener el gobierno conocimiento de su existencia. El P. Justo inmediatamente se puso en marcha para arreglar el inconveniente y en abril de 1927, por resolución del gobierno nacional, se mantuvo en vigor el decreto del 16-5-1894. En la nueva concesión no se acogió al beneficio como comunidad religiosa sino como «Asociación civil: educación popular». El P. Justo, bien aconsejado, obró así por motivos de prudencia. Redactó los estatutos que como entidad de bien público debían regirla y, aprobados los mismos por el Ministerio de Justicia, se procedió a formar la primera comisión directiva cuyo primer presidente fue el mismo P. Vicario. Otras facetas que preocuparon al P. Justo fueron la disciplina y buena marcha de los colegios, el espíritu de piedad de los religiosos y la adquisición de títulos académicos que ya el Estado comenzaba a exigir. Fue el primer Superior que pensó en el problema de las vocaciones nativas; proyectó abrir postulantado y noviciado sin éxito. Tampoco lo tuvo su sucesor, Federico Ineva, cuyo trienio marcó un momento de excepción en la historia por sus ideas progresistas y sus realizaciones inteligentes. El P. Federico se hizo cargo de la Vicaría en 1928; gobernó dos trienios, llenos de proyectos que no fueron entendidos ni se los apoyó la Provincia. Pensaba el P. Vicario en salvar los junioratos cuando los peligros de España en la década del 30, sugiriendo trasladarlos a la Argentina en 1931. En este mismo orden de cosas, en 1933 intentó obtener la autonomía de la Vicaría provincial; así lo solicitó a la Santa Sede y a la Provincia de Aragón. La respuesta fue dar largas a la formación de la nueva Provincia, pero, en cambio, la Santa Sede mandó que se abriera noviciado. En cuanto a pedagogía se refiere, el P. Ineva trabajó denodadamente por conseguir un más alto nivel académico y disciplinario en los centros. Cuidó además la observancia regular y fomentó la piedad en las comunidades. Buscando incrementar el crecimiento de la Vicaría en 1931 envió a Rosario al P. Ángel Clavero para preparar fundación en la segunda ciudad del país. Después de varias diligencias, se abrió el colegio en sitio distinto del que ahora ocupa. Durante muchos años funcionó en locales no acondicionados para colegio; en 1960 se comenzó el nuevo y actual edificio cuya construcción se debe al esfuerzo de todos, pero en especial del P. Eduardo García Ríos.

Viceprovincia argentina.

En el año 1933 se crea en España la Provincia de Vasconia que se desmembró de la de Aragón. Como consecuencia de ello, la Viceprovincia Argentino-Chilena también fue dividida asignando las casas de Argentina a Aragón; así pasó a ser la Viceprovincia Argentina. Las casas de Chile se pusieron bajo la jurisdicción de la nueva Provincia de Vasconia.

Al P. Ineva le sucedió el P. Martín Español quien falleció a los dos años y ocupó la Vicaría el P. Ángel Aznar, al que sucedió el segundo período del P. Justo. Mientras tanto se había abierto el noviciado de Pontevedra y en 1940 hicieron el noviciado dos candidatos. El P. Justo falleció lleno de méritos en 1943. Durante el curso 1943-1944, tuvo lugar la Visita provincial del P. Valentín Aísa, al final de la cual ocupó el puesto de Vicario provincial el P. Valentín Hombrados quien buscó fomentar las vocaciones, afianzó las obras, algunas de las cuales crecieron en alumnado y prestigio, se celebraron los magnos acontecimientos del tricentenario de la muerte del Fundador y el bicentenario de su beatificación.

Nombrado San José de Calasanz, patrono de las escuelas populares cristianas del mundo por S. S. Pío XII, un amigo de las Escuelas Pías, el capitán de marina don Republicano Marino, gran devoto del Santo, presenta un proyecto de ley sobre el patronazgo de Calasanz en las escuelas argentinas; trabajó arduamente y con perseverancia haciendo propaganda y dando a conocer al Santo hasta que en 1949 el Congreso nacional declaró por ley 13.633 «a San José de Calasanz, protector de todas las escuelas públicas argentinas, tanto primarias como secundarias, y privadas incorporadas a las mismas».

Finalizado el mandato del P. Valentín, le sucedió Gabriel Fuster; dejó recuerdos de buen poeta; a él se debe la letra del himno a Calasanz, con música del P. Antonio Paniego. Para sucederle se nombró al P. Eugenio Alfaro, quien durante su trienio impulsó la obra de las vocaciones, fundó el juniorato, fomentó las asociaciones de padres de familia y trabajó con energía constante por la causa de la educación católica a cuyo consejo superior perteneció durante largos años. Para fundar el juniorato adquirió al arzobispo de Córdoba, Mons. Fermín Laffitte, una casa de descanso que la curia poseía en Villa Warcalde, en los alrededores de Córdoba; se inauguró en 1954. Durante su gobierno tuvo lugar un famoso enfrentamiento entre el Gobierno peronista de entonces (1955) con la Iglesia. El 16 de junio de ese año, como consecuencia de un frustrado golpe de Estado, el Gobierno encarceló a casi todos los sacerdotes de la ciudad de Buenos Aires y de toda la provincia, es decir, de las arquidiócesis de Buenos Aires y La Plata, y de las diócesis de San Nicolás, Mercedes, Azul y Bahía Blanca que era entonces la división eclesiástica de dicha provincia. La situación fue realmente grave; hubo entre 1954 y septiembre de 1955, en que cayó el Gobierno, numerosos incidentes y verdadera persecución cuyo peor acto fue la quema de históricas iglesias en Buenos Aires y expulsión de dos obispos y encarcelamiento de otros.

A finales de ese año, fue nombrado Vicario el P. José Gazulla. En este período se trasladó el juniorato a Buenos Aires y el noviciado a Villa Warcalde, quedando en Pontevedra solamente el aspirantado. Como la casa de Villa Warcalde resultaba chica y además era muy húmeda por las filtraciones del canal de riego que pasaba junto a la propiedad, se buscó otra. A tal efecto se adquirió en la localidad de Villa Allende, a unos 10 kilómetros de Villa Warcalde, una casa mucho más grande, lo mismo que la finca; en los últimos tiempos ha servido de noviciado hasta nuestros días; en 1970 se trasladó allí nuevamente el juniorato que desde 1956 estaba en Buenos Aires.

El Vicario autorizó la fundación de la «Obra Cultural Calasanz», iniciada en Mar de Plata por el P. Buenaventura Mínguez, lugar donde después se ha instalado una capilla dedicada a María Reina y un camping de veraneo para familias modestas. Asimismo, autorizó la compra por parte de la «Unión de padres y amigos del colegio Calasanz de Buenos Aires», de la quinta «San Agustín» en Ezeiza, magnífico lugar de deportes y esparcimiento para los alumnos y sus familias. También se ofreció al P. Gazulla una fundación en Concordia (Entre Ríos) pero no le fue posible aceptar. El último Vicario fue el P. Clemente Sáenz, quien se dedicó durante los dos trienios que gobernó la Vicaría a impulsar la obra de las vocaciones pero su trabajo fue neutralizado por la crisis de la época conciliar y postconciliar. Recibió oferta del obispo de Azul para hacerse cargo de un colegio y parroquia en la mencionada ciudad, ya en funcionamiento; después de largas dilaciones rechazó el ofrecimiento; en cambio, unos años más tarde, aceptó Mar del Plata donde todo estaba por hacerse. Además ayudó eficazmente a la comunidad de Rosario en la construcción del nuevo edificio que se comenzó a fines de 1960 y al concluir su segundo trienio pudo verlo en una buena parte terminado y funcionando. A mediados de 1964, el P. Vicario viajó a España a participar en el Capítulo provincial. Poco tiempo después de regresar terminó su mandato, al transformar la Vicaría en Provincia religiosa.

Provincia argentina.

El 12-10-1964 se leyó en Buenos Aires un oficio del P. General, Vicente Tomek, fechado el día 27 de agosto anterior, por el cual, ejecutando un decreto de la Sagrada Congregación de religiosos, se erigía la Provincia de Argentina, independizándola de Aragón. La nueva Provincia se formó con las casas existentes en Argentina e incardinándose en ella todos los religiosos en ese momento adscriptos a la Vicaría. Como la medida no tuvo consulta previa, provocó naturalmente disgustos y desasosiego en un buen número de personas. Fue designado primer Provincial el P. Valentín Hombrados; su elección en tan delicado momento fue una media acertada; se dedicó a serenar ánimos procediendo siempre con espíritu religioso.

En mayo de 1967 salió elegido Provincial el P. Eduardo García Ríos; se preocupó de promover la casa de Mar del Plata, aceptando la recién creada parroquia de Cristo Rey (1968) y comenzó por comprar un terreno mejor ubicado para erigir la nueva sede; con este fin, se comenzó a edificar la nueva iglesia y la casa parroquial, quedando asimismo el hormigón armado para que una vez concluido todo el complejo, disponer de salas para reuniones y aulas catequéticas.

A principios de 1970 recibió el ofrecimiento de una misión en Quimilí, en el Chaco santiagueño.

En el año 1970 tuvo lugar durante el mes de agosto, la visita del P. General, Laureano Suárez, quien presidió el Capítulo de ese año en el cual fue elegido Provincial el P. José Luis Cepero; estuvo al frente de la Provincia durante dos trienios, empezó la realización de la fundación de Quimilí, obra que quedó totalmente en manos escolapias a principios de 1971; más tarde, al retirarse el sacerdote diocesano, también se hicieron cargo de la parroquia. Se preocupó de fomentar cursillos de formación permanente y de aggiornamento. Pudo hacer otra fundación: una residencia en la misma ciudad de Córdoba: en 1974, después de numerosas diligencias para hacer efectivo el testamento del exalumno Carlos Tedeschi, tomó posesión de dos casas contiguas en la calle Lima números 833 y 835; eran cedidas por el colegio Escuelas Pías de General Paz, que era el legatario del señor Tedeschi, y convenientemente reparadas, fueron destinadas a casa provincial y aspirantado.

En el Capítulo provincial de 1976, fue elegido Provincial el P. José Alfaro que gobernaría la Provincia durante seis años; se aplicó desde el primer momento a fomentar los grupos juveniles, a promocionar las vocaciones y a difundir el espíritu calasancio entre las familias de los alumnos y los fieles de las parroquias. Dentro de sus realizaciones apostólicas se destacan los grupos juveniles «Calasanz». En el Capítulo provincial de diciembre de 1981, fue elegido Superior mayor el P. Juan Langan, el primer nativo del país designado para el cargo.

Pastoral y pedagogía escolapia en la Argentina

Apostolado parroquial. Desde la segunda década de este siglo, se asumió el ministerio parroquial. Actualmente los escolapios rigen las parroquias de San José de Calasanz de Buenos Aires y la del Perpetuo Socorro en Córdoba; y por contrata con el obispo la de Santa Rosa de Lima (Quimilí) y Cristo Rey (Mar del Plata); en las mismas condiciones está la Vicaría parroquial de Río Cuarto. Antes hubo dos parroquias más: Nuestra Señora de la Merced (Río Cuarto) y la Inmaculada Concepción (Pontevedra).

Las Capellanías

Conexa a la actividad parroquial y por motivaciones análogas, aceptaron diversas capellanías especialmente de religiosas y de colegios. Así en las religiosas esclavas del barrio General Paz y las Josefinas de San José de Montgay Lyon en Buenos Aires; la capellanía estaba unidad a una continua atención a sus respectivos noviciados, como confesores y como orientadores de las aspirantes a la vida religiosa; e incluso el P. Marzo tradujo del francés las Constituciones de las hermanas de San José de Montgay. Por su parte, el P. José Luis Cepero, fue Delegado episcopal de religiosas de la archidiócesis de Córdoba durante varios años y, en el período postconciliar, ayudó y asesoró a varias Congregaciones, e incluso, redactó las Constituciones de las Misioneras de San Francisco Javier.

En años anteriores a 1960, también se atendió en Buenos Aires las capellanías del Buen Pastor, del colegio Santa María de las Josefinas de San José de Montgay Lyon, del colegio calasancio de la Divina Pastora, del instituto Loureiro de la Divina Pastora, la iglesia de Jesús Sacramentado de las siervas de Jesús Sacramentado, del colegio Sagrado Corazón de las hermanas de Santa Magdalena Sofía Barat. En Córdoba, las capellanías del colegio de Nuestra Señora de Nieva, del colegio «25 de mayo» de las escolapias, del asilo de vicentinos, del hogar de madres solteras, de la Santa Infancia, de Santa Margarita de Cortona, de las hermanas esclavas del Sagrado Corazón (Argentinas), y ocasionalmente algunas otras. En Rosario, las capellanías de las hermanas adoratrices españolas, de la Obra Madre Cabrini, de las hermanas de la Asunción de Peruet, del hogar de menores madres, regentado por las hermanas Josefinas de Montgay Lyon, y ocasionalmente algunas más. En Río Cuarto se han atendido las capellanías del colegio Cristo Rey de escolapias, la capilla San José, de Calasanz del barrio Brasca, la capilla de María Auxiliadora, la de la cárcel y otras. En los últimos años se han reducido las atenciones en Buenos Aires al colegio Santa María; en Córdoba, al asilo de ancianos de las hermanas concepcionistas y a las hermanas de Betania, en Villa Allende; en Río Cuarto, a la capilla María Auxiliadora; en Rosario, a la Obra de la Madre Cabrini y a las religiosas adoratrices. Hay que añadir que los religiosos llegados de España a Buenos Aires en 1870 a 1891, hicieron de vicarios parroquiales, en las parroquias de la Concepción y del Socorro, respectivamente, al tiempo que atendían las escuelas parroquiales.

Sagrada predicación y confesionario.

Los religiosos escolapios antiguos cultivaron la predicación con esmero; tuvieron, a fines del siglo pasado y hasta bien entrado el presente, algunas misiones populares, novenarios, sermones de fiestas patronales y efemérides patrias. Se destacaron en el buen decir Esteban Terradas, Dionisio Fierro, Juan María Jiménez, Teodoro Palacios, Adolfo Echarte, Demetrio Velasco, Teodoro Noguera, Juan Alijarde, Fabián Guillen, Fabián Linares, Eugenio Rey, Clemente Sáez y otros más.

Entre los confesores y directores de almas, sobresalió y queda en perenne recuerdo el P. Pablo Zugasti, cuya causa de beatificación se está tramitando en el arzobispado de Córdoba.

La Pedagogía Calasancia.

Fue el P. Justo Blanco Ochoa quien publicó en Horizontes Calasancios una serie de artículos muy interesantes llamados «Píldoras filosóficas», dedicados a jóvenes adultos; más que un tratado de filosofía, son máximas filosóficas aplicadas a la pedagogía; entre los varios asuntos que trata, sobresalen las relaciones humanas y el quehacer diario. Dejó, asimismo, dos opúsculos titulados Disciplina y Temas pedagógicos; en ellos trata de la disciplina como base fundamental de la vida de un colegio; enseña la manera de llevarla a cabo con justicia y amor al niño, evitando en lo posible presiones humillantes; reconoce la situación personal de cada alumno, razón por la cual el reglamento necesita cierta flexibilidad en su aplicación; quiere, además, que el reglamento sea imparcial para alumnos y profesores. En todas sus páginas brilla la larga experiencia y también la sabiduría pedagógica del autor.

Publicaciones varias

Si bien no se han publicado obras voluminosas, existe, sin embargo, una buena colección de libros, folletos, monografías, que tratan de asignaturas de primaria y bachillerato, de historia, obras literarias y temas ascéticos y piadosos.

Ya los PP. Molina y Cabeza, en su tiempo, y antes Giralt en Montevideo, mandaron sus escritos a la prensa. Los dos primeros llegaron a publicar una revista religiosa periódica llamada La Buena Lectura.

Hablando de revistas, la más notable y la que tuvo más larga vida fue Horizontes Calasancios (1916-1957). Durante sus cuarenta años de vida, tuvo dos períodos: desde su aparición hasta 1930 fue órgano de la Academia calasancia del colegio Santo Tomás, y desde ese año hasta su extinción, fue el vocero de la Vicaría provincial. Fue una revista esencialmente escolapia, reflejaba la vida de todos los colegios argentinos; los colaboradores fueron principalmente los religiosos; las miras que se tuvieron al fundarla fueron, además de proporcionar a los profesores un medio para expresar el fruto de sus meditaciones, facilitar a los estudiantes una palestra en la que ejercitaran su ingenio y se adiestraran en el manejo de la pluma.

De los textos escolares y las enciclopedias elementales, fueron muy bien recibidos los de Lógica y Psicología para alumnos de 4.° y 5.° de bachillerato, escritos por el P. Justo Blanco Ochoa; se usaron durante muchos años en los colegios, tanto religiosos como estatales, hasta que ya no se adecuaban a los nuevos programas. Otro manual muy interesante fue la Botánica del P. Patricio Estevan Fuster que aún hoy, la editorial Kapelusz de Buenos Aires sigue editando para alumnos de 1.° año de bachillerato. Hubo muchos otros manuales escolares, pero ninguno de ellos tuvo la larga vigencia que han tenido estos tres. A ellos hay que agregar un Manual de piedad para uso de los alumnos de las Escuelas Pías, cuya primera edición fue hecha por un equipo de colaboradores escolapios anónimos. La segunda, corregida y aumentada, estuvo bajo la responsabilidad del P. Pedro Martínez Heras y la tercera estuvo a cargo del P. Clementino Sanz.

Coronan con honor las publicaciones algunas obras históricas del P. Clavero, como sus estudios monográficos sobre La Orden de la Merced en su Séptimo Centenario donde estudia la labor de los PP. mercedarios en Argentina desde los días de la conquista en el siglo XVI, y Fray José Antonio de San Alberto, O.C.D., obispo de Córdoba, estudio exhaustivo de la vida y obra evangelizadora y civilizadora de este prelado, fundador de la «Congregación de hermanas carmelitas de Córdoba», instituto religioso de derecho diocesano. De Clavero hay muchos trabajos sobre Historia de las Escuelas Pías en el Río de la Plata, pero todavía no publicados.

Además de estos notables trabajos vieron la luz las poesías del P. Teodoro Palacios (cuatro volúmenes).

Hoy continúa esta tradición de la pluma el P. José Gazulla quien ha traducido y escrito un número relativamente extenso de obras.

Superiores

Se dan también los nombres de los Vicarios que rigieron la Viceprovincia cuando se denominaba Argentino-Chilena.

Persona Año
León Vidaller 1893
Antonio Mirats 1897
Joaquín Campos 1899
Antonio Ridruejo 1903
Marcos Quibus 1906
Federico Vicente 1908
Victorio Marzo 1912
Juan Alijarde 1915
Justo Blanco 1925
Federico Ineva 1928
Martín Español 1934
Ángel Aznar 1936
Justo Blanco 1940
Valentín Aísa 1943
Valentín Hombrados 1944
Gabriel Fuster 1949
Eugenio Alfaro 1952
José Gazulla 1955
Clemente Sáenz 1958
Valentín Hombrados 1964
Eduardo García 1967
José Luis Cepero 1970
José Alfaro 1976
Juan Langan 1981

Obras

Obra Años Años en Demarcación
BUENOS AIRES (1891- ) (1933- )
CÓRDOBA (Coleg. S. Tomás) (1894- ) (1933- )
PONTEVEDRA (1902-1973) (1933-1973)
CÓRDOBA (Coleg. Escuelas Pías) (1904- ) (1933- )
RÍO CUARTO (1927- ) (1933- )
ROSARIO (1931- ) (1933- )
VILLA WARCALDE (1954-1957) (1954-1957)
VILLA ALLENDE (1957- ) (1957- )
MAR DEL PLATA (1964- ) (1964- )
QUIMILÍ (1971- ) (1971- )
CÓRDOBA (Res. Calasanz) (1974- ) (1974- )

Bibliografía

  • Archivo Provincia Argentina: Circulares del P. General; Circulares de los Padres provinciales

Redactor(es)

  • Juan Langan, en 1990, artículo original del DENES I