Demarcación México

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Parroquia San Baltasar en Puebla.
Demarcación México
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Este texto es el original publicado en su día en el DENES. No se ha hecho sobre él ninguna rectificación. Su contenido, pues, puede no reflejar la realidad actual

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Datos

Delegación provincial de Cataluña (1960-1966)
Viceprovincia dependiente de Cataluña (1966- )

Primera fundación.

La fundación de las Escuelas Pías en México se remonta, como intento nada más, al año de 1678, apenas 30 años después de la muerte del Fundador. Los magistrados, prelados y jueces de la ciudad de México en la Nueva España piden una fundación al P. General Arminl, quien pasa la petición al Provincial de Nápoles. No se hace nada.

A fines del siglo XIX, nuevo intento. El sacerdote Bustillo, de Puebla, pide el establecimiento de las Escuelas Pías y se dirige al P. Muntadas rector de Guanabacoa en Cuba. Muntadas se traslada a México, pero tampoco hay acuerdo; esto sucede en el año 1893. En el mismo año, el P. Ricci, General, recibe una carta del arzobispo Guillow, de Oaxaca, solicitando sus escuelas y dando todo su apoyo. Se desconoce la respuesta del P. General pero la fundación no se llevó a cabo.

En 1913, el arzobispo de Puebla, Ramón Ibarra, llega a Barcelona de paso para Roma. Se entrevista con el P. Provincial, Luis Fábregas, le solicita una fundación y el convenio se firma el 10-2-1913. Les promete un edificio y una subvención para la manutención de los religiosos. En aquel entonces se proyecta también una fundación en S. Andrés Chalchicomula (hoy Ciudad Serdán) para instalar el noviciado. Esta segunda fundación nunca se llevó a cabo. Por su parte, el P. General, Tomás Viñas, aprueba la totalidad de los acuerdos.

El edificio cedido por el arzobispo estaba en la calle S. Francisco n.° 21 y era comúnmente conocido por el «Portalillo». Ahí quedó instalada la «Primera Escuela Pía de México». Durante la persecución religiosa el gobierno se incautó de dicho edificio.

El 23-11-1913 llegan a Puebla los primeros escolapios: Juan Figueras Españó y el H.° Juan Vives. Les seguirán Ignacio Lorente, Agustín Pagés y Pedro Figuerad. En febrero del año siguiente inician las labores docentes. Su presencia y actuación desde el primer momento causaron óptima impresión. Al primer colegio acudieron muchos niños y jóvenes deseosos de recibir las sabias enseñanzas de los llamados «Padres Píos».

Varios religiosos irán llegando y saliendo. Eran tiempos difíciles a causa de la revolución mexicana. Disturbios y persecución religiosa. La ciudad de Puebla de pronto quedó vacía de sacerdotes.

El P. Juan Figueras aguantó la persecución y no abandonó Puebla. También aguantó la peste que invadió la ciudad. Socorriendo a todos y cuidando apestados enfermó gravemente, moría el año 1916, a los 45 años de edad y dos y medio de haber llegado a Puebla. Aún se le recuerda con verdadero cariño por su abnegación y sacrificio admirables. Como verdadero padre de los poblanos prodigó toda clase de auxilios y consuelos a los pobres, a los enfermos y atribulados.

Está enterrado en el panteón francés de Puebla; el pueblo le colocó una lápida que dice: «Los admiradores de la caridad evangélica dedican este monumento a un mártir de ella»... Existe una biografía de Juan Figueras, escrita por el P. Enrique Centelles, y editada en 1985 por E. Serraima.

El Hno. Francisco Mayoral, religioso humilde, residió en el colegio de Puebla más de 15 años; en la ausencia obligada de los sacerdotes, él cuidó con celo edificante los intereses y el buen nombre del colegio.

A pesar de las dificultades, propiciadas por la persecución religiosa que trajo consigo la revolución mexicana, el colegio siguió. En sus principios perteneció directamente a la Provincia de Cataluña, puesto que no era casa canónica, sino simplemente fundación. El 19 de diciembre de 1919 la comunidad de Puebla fue declarada casa canónica dependiente de la Vicaría de Cuba. Su primer rector, Enrique Centelles, llega en 1920. Siendo Francisco Fábrega el primer Vicario que bien pudo llamarse de Cuba y México.

De los años 1924 a 1928, los religiosos escolapios superaron y vencieron múltiples vicisitudes a causa de la cruenta persecución desatada por el presidente Calles contra la Iglesia; a esta lucha le han denominado «guerra cristera». En 1926 se intentó una fundación en Toluca. En julio de 1926, las leyes de Calles, hicieron posible la presencia escolapia en Puebla: los religiosos se retiraron pero el colegio no se cerró, quedó en Puebla el H. Francisco Mayoral, quien junto con, algunos seglares hicieron posible su continuación.

Restaurada la calma, otros escolapios ocuparon el colegio haciéndolo volver en lo posible a su antigua vida; esto duró hasta que, en la época del presidente Cárdenas y ante las presiones de las dificultades, el P. Provincial, Juan Vives, determinó la salida de los religiosos. Los escolapios abandonan la República mexicana el 7-1-1935; salieron los PP. Balañá, Pobla y Centelles.

Establecimiento definitivo.

Durante quince años, aproximadamente, los escolapios se ausentaron de esta sufrida nación. Las dificultades sorteadas en períodos críticos de la historia de México no fueron, en ningún momento, razones definitivas para no volver a realizar un nuevo intento de fundación en este país.

Así, estando de visita en Cuba el P. Provincial Julián Centelles, en diciembre de 1950, los antiguos alumnos del «Portalillo», le piden sea reabierta la escuela. Centelles pasa a México, y dispone la reapertura, quedando como director de la obra el P. Vicente Ortí, a la sazón, secretario provincial, quien se quedó en México. Es el 25-12-1950 cuando los escolapios regresan a la ciudad de Puebla, aprovechando que los tiempos han cambiado notablemente y se respira un ambiente de tranquilidad y paz, muy propicio para el desarrollo de la labor docente,

La nueva inauguración del colegio tuvo lugar el 5-2-1951. La comunidad la formaban los PP. Ortí, Jesús García e Isaac Cruz (primer escolapio mexicano que luego pidió dispensa). La casa de Puebla tuvo muchas dificultades, sobre todo internas. Renunció Ortí al rectorado y fue nombrado el P. José Sola.

Al mismo tiempo se había fundado en la ciudad de Mérida, al sur del país; los PP. enviados fueron: Joaquín Tous y Miguel Comas. La fundación cerró dos años después.

Desde 1920, hasta 1957 en el tiempo de la reapertura en México, la fundación mexicana dependía directamente de la Viceprovincia de Cuba. En la visita del P. Provincial, Francisco Llenas, se dispone la separación de la Viceprovincia de Cuba y la formación de la Delegación México-Californiana, esto acontece el 21 de abril de 1957. El 23 de julio del mismo año se recibe el nombramiento del primer Delegado; recae el cargo en la persona del P. José Sola, rector del colegio de Puebla. En el Capítulo provincial de 1958 hay designación de nuevo Delegado, se nombra al P. Joaquín Tous. Este intentará una fundación en el centro de la ciudad de México, pero no la logra. Se insiste en las vocaciones, entran muchos jóvenes al postulantado pero salen pronto. Tous cesa como Delegado en 1960.

Expansión.

En el año 1958 se abre una nueva fundación en Santa Ana Chiautempan, llevando una escuelita parroquial; se ve aquella población como el lugar adecuado para instalar ahí el noviciado, el cual se instaura el mismo año en ella, siendo el primer maestro de novicios el P. Antonio Torrente, llegado de Cuba.

Comenzarán los tiempos de expansión, la época de los pioneros; se llevará a cabo con bastante anarquía, no bajo una dirección de autoridad.

Desde Puebla saldrán las siguientes fundaciones: Santa Ana Chiautempan, (1958); parroquia de Progreso Nacional (Ciudad de México), (1958); Oaxaca, (1961). Se fundará también en Apizaco, (1962) y en Veracruz, (1962). Durante cinco años, todas estas obras las llevarán adelante 17 religiosos tan sólo, con un enorme trabajo y voluntad de seguir adelante, pero con poca cohesión: prevalece el individualismo.

En 1959 visita oficialmente las Escuelas Pías de México el P. General, Vicente Tomek. Se decreta, a raíz de la Visita, la separación de las dos Delegaciones, la de California y la de México. El 19 de mayo de 1960 se nombra Delegado para México al P. Modesto Galofré. Su paso por México fue muy rápido pues con el nuevo Capítulo provincial, Juan Trenchs, electo Provincial, designa como nuevo Delegado al P. Jaime Manich, que estaba en Cuba; pero, no pudiendo éste dejar la isla, se nombra al P. Ángel Oliveras, en aquel momento rector de Puebla.

Será época de fundaciones, con ciertos aires individualistas, lo que no era bien visto por la Curia provincial de Barcelona. Pero entonces surgieron los colegios de los que hoy están orgullosas las Escuelas Pías.

Hay que hacer notar que todas las casas de estos primeros tiempos, a excepción de la de Puebla (ésta tan sólo recibió una insinuación) recibieron orden de cerrar sus puertas, pero no se cerró ninguna. Fueron pioneros y fundadores de ésta época los PP. Arcusa en Apizaco, Balagué en Oaxaca, Torrente en Veracruz.

El 26-8-1965 fue nombrado Delegado el P. Miguel Ferrer. El 3 de diciembre por oficio del P. General, la hasta ese momento Delegación se convierte en Viceprovincia de las Escuelas Pías de México, será nombrado primer Vicario provincial Miguel Ferrer.

Los problemas aumentan con los catalanes que estaban indocumentados, que eran un buen grupo y corrían el riesgo de ser expulsados; el problema poco a poco se fue arreglando con las gestiones del P. Ferrer. En el Capítulo provincial de 1967 hubo nuevo nombramiento de Vicario por parte del P. Provincial, Salvador Salitjes. Ferrer regresó a México pero posteriormente pidió dispensa de votos y salió de la Orden.

Consolidación.

El nuevo Vicario, P. Jaime Massaguer, tomó posesión de su cargo el 8-10-1967. Fue la persona adecuada para conseguir la unificación de todos, el vertebrador de la Vicaría. Se movía mucho, escuchaba a todos y después imponía su autoridad. Crea una economía vicarial antes inexistente. Se preocupa por la obra de las vocaciones mandando a los júniores a estudiar a España y después a Roma, al SIR, lo que fue un fracaso; (varios dejaron la Orden). Entonces se preocupó por lograr una casa de estudios en México. Él nuevo maestro de novicios y júniores, P. Eduardo García, se ahogó en las playas de Veracruz con los dos hermanos Meneses, ambos novicios. Al final se logró una casita para juniorato y noviciado, que ya no existe hoy.

Massaguer es reelegido por el nuevo Provincial José Almirall, pero presenta su renuncia al año siguiente y regresa a España. La Congregación, después de la visita a México del Provincial Almirall, nombra Vicario al P. José Liñán quien llega a México el 4-3-1972. Su estilo es peculiar, se mueve mucho, está en todas partes, es hombre de múltiples oficios, siempre dispuesto a suplir a quien hiciera falta. En su tiempo comienzan las misiones de Los Triques (que sólo durarán tres años) y la de Maconí.

Organiza muchas reuniones a nivel Viceprovincial, y se preocupa por las vocaciones. Logrará la construcción del juniorato de Tlalpan, con la colaboración de la caja de la Orden y la de la Provincia de Cataluña, dando con ello solución definitiva al problema de la formación de los júniores. El noviciado, que de Santa Ana había pasado a México, vuelve a Santa Ana.

El P. Liñán organiza la concentración económica de las comunidades, se esfuerza en reanimar la observancia regular.

Comienza a aparecer la revista interna «Chiautempan», según acuerdo de una de las reuniones vicariales, siendo su primer director el conocido escritor Ran-Mar (Ramón Martí). Se deja en esta época el nombre de P. Vicario para tomar el de Viceprovincial. El P. Liñán sale hacia Cataluña para el Capítulo provincial de 1979; ya no regresa y no es reelegido. En 1979 es elegido Viceprovincial José Almirall. Puso mucho empeño en sus objetivos: la consolidación del grupo viceprovincial y la reafirmación de la obra de las vocaciones. Van entrando novicios; en la actualidad hay un buen grupo de júniores, además de varios sacerdotes mexicanos que hacen ver con optimismo el futuro. La preocupación por las vocaciones hizo que a partir de este período se nombrase un procurador de vocaciones con dedicación exclusiva, el cual, junto con algunos júniores, visita los colegios y parroquias animando vocacionalmente. Hay toda una programación de las etapas de formación inicial escolapia; así, además del noviciado se ha creado el posnoviciado (prolongación ambiental del noviciado), el juniorato I, y el juniorato II (con un ritmo de vida preparatorio para la salida a comunidad de trabajo).

Se crean dos publicaciones de tipo vocacional para alumnos y jóvenes: «Búsqueda» (que viene a ser una continuación de «Información Escolapia Mexicana» del P. Liñán y de «Ondas Escolapias» de los júniores Luis Brito y Miguel Flores) dedicada a alumnos de secundaria; y «Encuentro» para alumnos de bachillerato.

El P. Almirall visita frecuentemente las comunidades, anima la vida de oración y se preocupa por la pastoral en los colegios, mantiene estrecha comunicación con la Provincia y la Curia general. Es en su período y a raíz de la visita del P. Ángel Ruiz, a la sazón General de la Orden cuando se adquiere la nueva residencia del P. Viceprovincial y que también será la sede del juniorato II.

En esta etapa el P. Alejandro García Duran, conocido como «Chinchachoma», crea numerosos hogares para niños callejeros en la ciudad de México; mientras que en Puebla y Veracruz otros escolapios regentan hogares similares.

Momento presente.

Veracruz tiene una universidad muy floreciente y con un amplio prestigio. El colegio de Oaxaca está asentado en tres lugares distintos, uno para cada sección. El colegio Apizaco ha construido un edificio independiente para primaria. Santa Ana construyó nuevos locales para preparatoria y tienen en mente la separación de la primaria a un nuevo local. En Puebla, la comunidad ha adquirido una nueva casita, localizada cerca del colegio y la parroquia.

A nivel de las parroquias: la parroquia de Progreso tiene un anexo, La Selvita, equivalente a una nueva parroquia; extraordinaria vitalidad tiene la parroquia de S. Baltazar en Puebla y su anexa Bugambilias. Una madre muy fecunda es la parroquia de La Consolación, en Oaxaca; llena de vida, ha dado origen a cinco nuevas capillas, todas construidas en barrios marginados. En Apizaco, la capilla de Jesús y S. Juan, va realizando algunas remodelaciones; en Veracruz, la Sagrada Familia va teniendo una pastoral más planificada; y en Tlalcoligia, parroquia reciente, contando el párroco con la ayuda pastoral de los formadores y los júniores, llevan una auténtica formación en la fe y vivencia de esa fe.

Los Hogares «Calasanz» y «Providencia» alcanzan una buena consistencia y estructura orgánica pedagógica y pastoral. La «Misión de Maconí» va a ser el modelo nuevo de educación comunitaria, que muchos desean aprender.

Superiores

De la Delegación México-Californiana:

Persona Año
José Solá 1957
Joaquín Tous 1958

De la Delegación de México:

Persona Año
Modesto Galofré 1960
Jaime Manich 1961
Ángel Oliveras 1961
Miguel Ferrer 1965

De la Viceprovincia de México:

Persona Año
Miguel Ferrer 1966
Jaime Massaguer 1967
Antonio Torrente 1971
José Liñán 1972
José Almirall 1979

Obras

Obra Años Años en Demarcación
PUEBLA (1913-1935; 1951- ) (1960- )
MÉXICO D. F. (Parroquia) (1958- ) (1960- )
SANTA ANA DE CHIAUTEMPAN (1958- ) (1960- )
OAXACA (1961- ) (1961- )
APIZACO (1962- ) (1962- )
VERACRUZ (1962- ) (1962- )
MACONÍ (1974- ) (1974- )
MÉXICO D. F. (Casa de Formación) (1971- ) (1971- )
CHICAHUAXTLA (1973-1976) (1973-1976)
MÉXICO D. F. (San Jeronimito) (1978- ) (1978- )

Bibliografía

  • Todos los números de «Chiautempan»
  • Serraima, E. Historia de los escolapios en México (en preparación).

Redactor(es)

  • Miguel Flores, en 1990, artículo original del DENES I