General36/Los primeros 55 años de su vida

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General36/Los primeros 55 años de su vida
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El P. Vince Tomek, Prepósito General de las Escuelas Pías.
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Los primeros 55 años de su vida

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Vicente (Vince) Tomek nació en 1892 Palocsa (hoy Plavec), un pueblo de algo más de un millar de habitantes (no pocos habían emigrado ya a los Estados Unidos; el P. Tomek tenía parientes en Chicago, que fue a visitar en uno de sus viajes), junto al río Poprad, a unos 30 Km. aguas arriba de Podolinec, la primera fundación escolapia en terreno polaco (o húngaro, o eslovaco, según se mire), y a poca distancia de la frontera con Polonia, en el norte del (entonces) reino de Hungría. Era el noveno de los diez hijos que tuvieron su padre Jorge (1847-1924) y su madre María Siskovics (1858-1914), de los que sólo 5 llegaron a edad adulta[Notas 1]. El padre era maestro de primaria (y, según era la costumbre, organista de la iglesia), tenía el eslovaco cono lengua materna, hablaba alemán y entendía el húngaro; la madre en cambio tenía el húngaro como lengua materna. Cuando en 1901 el gobierno húngaro ordenó que se enseñara en todas las escuelas del reino en húngaro, el padre, de 54 años, fue licenciado con una pensión escasa, por no dominar suficientemente bien el húngaro para ejercer el magisterio. La madre tenía que ayudar a mantener la economía de la familia a flote. Tenía una máquina de coser, y trabajaba como sastra. María imbuyó en Vicente una fe sólida, tal vez sembró en él la vocación religiosa, y la devoción a San Antonio de Padua, cuyo nombre de religión él tomó más tarde.

Vicente aprendió de niño el húngaro de su madre y de su maestro, y el eslovaco de su padre y del entorno. A los 12 años, viendo que estaba dotado, sus padres lo enviaron a estudiar, pero no a Podolinec, sino a otro colegio escolapio (a 27 Km. de Palocsa), Kis-Szeben (hoy Sabinov), donde Vicente fue admitido como fámulo o “credencial”: a cambio de servir en el comedor, ayudar a misa y algunos otros pequeños servicios, algunos niños pobres recibían pensión y educación gratis. Entre ellos se cuentan algunos padres húngaros ilustres, como Antal Schüzt, János Walter, József Megyer. Terminados los estudios medios, en los que sobresalió como buen estudiante, cuatro años más tarde Vicente sintió que tenía vocación escolapia, y fue enviado a Vác, al noviciado. Era agosto de 1908. Y aquí empieza la segunda parte de su vida.

Terminado el noviciado, en 1909 Vicente fue a estudiar a Rózsahegy (hoy Ruzomberok), también en el norte de la actual Eslovaquia, donde los escolapios enseñaban bachillerato y tenían un juniorato. El maestro de juniores era el P. Juan Walter (1886-1972), que más tarde sería asistente general del P. Del Buono y del mismo Tomek. Tras terminar los tres cursos y aprobar el examen de acceso a la universidad, fue enviado a Budapest, donde continuó sus estudios teológicos. Obtuvo el doctorado en teología en 1919. Fue ordenado sacerdote en 1916. Una vez terminada su formación, su primer destino fue Rózsahegy, como prefecto del juniorato. A continuación, pasó a Kecskemét, donde estuvo durante tres cursos (1917-1920). En 1920 fue trasladado como profesor al Kalasanctinum (juniorato) de Budapest, donde permaneció hasta 1947. Fue asistente provincial de 1928 a 1943, y rector de la casa durante 9 años. Allí, en el juniorato, enseñaba teología moral y derecho canónico, pero también otras materias si hacía falta, como historia de la Iglesia, patrología y francés. Además del francés, sabía hablar alemán, desde niño; entendía polaco y checo (por su proximidad con el eslovaco). Manejaba perfectamente el latín, lengua de enseñanza de la filosofía eclesiástica y la teología en aquellos tiempos. Con el tiempo, siendo General, aprendió el italiano y el español. Leía el inglés. Se dice que nunca necesitó un intérprete[Notas 2]. Cuando terminó la primera Guerra Mundial y Eslovaquia quedó separada de Hungría, él eligió la parte sur, porque se sentía más húngaro que eslovaco (hay húngaros que aun hoy nacen en Eslovaquia o Rumanía, pero esto lo explicará mejor un húngaro).

Parece que el primer viaje que el P. Tomek hizo a Roma fue en 1925, según cuenta el P. Del Buono en su Diario: “El P. Vicente Tomek de Hungría (prof. de Teología Moral en el Calasancio de Budapest) visita al P. Vicario y visita las reliquias insignes de S. José de Calasanz en San Pantaleo. Ha venido a Roma con la “Pax Romana” y se hospeda en el Colegio de los Josefinos del barrio Tiburtino”.[Notas 3] Escribe al día siguiente: “El P. Vicente Tomek celebra en la habitación de S. José de Calasanz”. Cuando más tarde el P. Del Buono debe enviar las Constituciones revisadas tras la promulgación del nuevo Código de Derecho Canónico a la S. Congregación de Religiosos para su aprobación, nombra una comisión de cuatro religiosos que hagan el trabajo de la revisión: por las provincias italianas, el P. Francesco U. Tiboni; por las provincias españolas, el P. Valentín Caballero; por las provincias de Europa Central, el P. Vicente Tomek. Secretario: P. Leodegario Picanyol[Notas 4]. Deben reunirse en Roma a partir del 19 de diciembre de 1934. El trabajo duró varias semanas. Para entonces el P. Tomek era ya Asistente Provincial y rector de la casa de Budapest. Llamó la atención de quienes le conocieron en esta ocasión, por la seriedad de su trabajo y la claridad de su pensamiento. Él mismo dijo más tarde: “Sin este viaje, nunca me habrían hecho general”[Notas 5]

Al terminar la II Guerra Mundial, parece que Hungría se encuentra en una situación de relativa tranquilidad. Pero no ocurre así en el seno de las Escuelas Pías. El P. Vince Tomek, rector de Budapest y defensor radical de la reforma de las Escuelas Pías en Hungría para integrarse plenamente en el modelo de vida de toda la Orden, escribe una carta durísima al P. Del Buono, para informarle sobre detalles que seguramente ignora[Notas 6]:

“Reverendísimo y querido Padre General.

La necesidad me empuja a que, después de un silencio de varios años, informe con filial confianza a V. Paternidad Rvdma. de la tristísima crisis en que se encuentra en este momento la provincia de Hungría. Ruego humildemente que me oiga con paterna paciencia y sabiduría.

En el Capítulo Provincial de 1943 ocurrió algo inaudito en los anales de la provincia, y que en otras congregaciones no quedaría sin castigo. Un hermano de firme voluntad, pero de vida escandalosa, el P. János Jeney, logró organizar de tal modo a la generación más joven, de carácter antirreformista e hipernacionalista, que en el Capítulo fueron elegidos Asistentes de la misma línea antirreformista e hipernacionalista[Notas 7]. Se trata de esa parte de la Provincia que en el año 1940 quitó al P. Sebes y eligió Provincial al P. Zimányi, que era considerado reformista sólo en teoría, no en la práctica. Las elecciones del Capítulo de 1943 no solo fueron inválidas, sino claramente ilícitas. Y para manifestar más claramente el escándalo citado, el citado P. Jeney, nada más terminar el Capítulo cometió apostasía huyendo de la casa de Vác de las Escuelas Pías, y entre otras circunstancias verdaderamente escandalosas, contrajo un llamado matrimonio civil. En todo este asunto es muy lamentable que toda esta conspiración fuera conocida, como suele ocurrir en tales tiempos de revolución, a ciencia y a conciencia de los que ahora están en el gobierno de la provincia. La consecuencia fue que el Provincial, que nunca fue un hombre de fuerte persuasión y mano, quedó plenamente bajo el influjo de sus Asistentes, y que su gobierno durante la primera parte del trienio fue antirreformista e hipernacionalista, a causa de lo cual el P. Provincial perdió por completo el apoyo de los mayores de la Provincia, que lo vieron. Cuando en este último año ha despedido a dos de sus Asistentes (uno llevaba ocho meses en la cárcel por su orientación fascista, y del otro se sabía que ocultaba esa condición), empezó a hacer algunas cosas en el último año que tienen apariencia de querer restablecer la disciplina e intentan sacarnos de la gran crisis. Pero entonces perdió a sus seguidores, los antirreformistas. Ahora nadie le quiere, y ahora se ha levantado tal agitación contra él como la que él levantó contra el P. Sebe en 1940. Y a ciencia y conciencia suya, en el año 1943 contra sus antiguos Asistentes, y contra la restauración de la disciplina. Y se prepara el Capítulo de 1946.

En el mes de junio o julio tendrá lugar el Capítulo Provincial. Si V. Paternidad permite la celebración de este Capítulo, serán elegidos peores superiores que en el Capítulo precedente. Por lo ocurrido en los dos últimos Capítulos consta que en el Capítulo se postularán como Provincial y Asistentes aquellos que la fracción de los religiosos jóvenes quiera presentar bajo la bandera antirreformista e hipernacionalista. Esta fracción ya no quiere al P. Zimányi, sino que prefiere a otros que no son mínimamente aptos para resolver nuestra crisis. Uno de los candidatos en un hombre muy popular, de cuyo adulterio se escribió en los periódicos tiempo atrás; otro es muy bien conocido en toda la provincia por antirreformista; el tercero no tiene ninguna cualidad para el gobierno. Pero de proponer a alguien como el P. György Balanyi, no se puede ni hablar.

En estas circunstancias, en mi opinión solo existe un remedio: que, a causa de las calamidades de los tiempos, esta vez no debe concederse la celebración de un Capítulo, sino que el Provincial y los Asistentes, con permiso de la Santa Sede, sean nombrados por el P. General y sus Asistentes, a partir de la propuesta que le haga el Asistente General P. János Walter. Sería aún mejor solución que nombrara Provincial al P. György Balanyi directamente, para que él con el P. Walter hicieran las propuestas de los demás superiores. Esta solución sería la mejor y más plausible en estos tiempos difíciles, pues hace seis años el P. Balanyi era candidato al provincialato.

Quiero informar también a Vuestra Paternidad para tranquilidad suya sobre la esencia de la peligrosa crisis de nuestra provincia. Nuestra crisis es común en algunas cosas con la de las demás congregaciones de Hungría. Por ejemplo, en cuanto a asuntos materiales, escuelas, etc. No quiero escribir sobre lo que es común, sino tan solo de lo que es especial en nuestra crisis. ¿Qué tiene de especial nuestra crisis?

1.La mayor parte de los religiosos de la provincia están en contra de la restauración de la disciplina mandada por la Santa Sede. La mayor parte de los superiores piensa de este modo. Por ello en los últimos años ya no regía la praxis laudable según la cual antes se elegían superiores que no iban en contra de la restauración de la disciplina.
2.La mayor parte de los hermanos, en la cabeza y en los miembros, tienen una mentalidad política de derechas, vulgo fascista, que actualmente es tenida como reaccionaria. Lo cual ocurre no solo en el foro interno, sobre lo que no se puede juzgar, sino también hacia fuera, de manera exagerada, a causa de lo cual surgen ahora muchas dificultades.
3.El crecimiento por debajo de la provincia desde hace algunos años se ha reducido funestamente. P. e., cuando en el año 1942 las Escuelas Pías celebraron el III Centenario, solamente cuatro jóvenes recibieron el hábito, cuando harían falta tres o cuatro veces más, y ahora solo hay 2 novicios.
4.Por el contrario, el número de apostasías ha crecido dramáticamente (p.e., en los años 1940-43, ¡10!). Sin hablar de las secularizaciones y de los religiosos que en los últimos años han sido expulsados (¡la apostasía del P. Fejes!) y de los que quieren irse.
5. En lo que se refiere a juniores estudiantes, entre los cuales sin motivos suficientes y para gran daño suyo cesó la vida común durante medio año, y se abandonó miserablemente su formación religiosa y teológica. Como en un mundo nuevo es necesario un espíritu nuevo, ha sido nombrado maestro suyo, sin la aprobación del P. General, y sin ninguna necesidad, un religioso que hace algunos años, por orden del P. General, debió abandonar inmediatamente el juniorato de Florencia. Y los dos años solamente que dedicaban al estudio de la teología, sin hacer estudios profanos, han quedado reducidos a uno solo, cuando los años de teología más bien debían aumentar. El número de estudiantes es también mínimo.
6.Durante el tiempo de la ocupación rusa, de 300 religiosos solo unos 80 se quedaron en sus propias casas, y los demás huyeron. Incluso ahora hay unos cuantos (¡14!) en Alemania y muchos con su familia. Había casas de las Escuelas Pías en las que no quedó nadie, ni siquiera el superior, y huyeron fuera del convento, con grave daño para la provincia.
7.La mayor parte de los clérigos y sacerdotes que vivían fuera del convento, tras quitarse el hábito religioso, vestían ropas seglares, y vivían sin disciplina. Verdaderamente “no había entonces en Israel un rey, y cada cual hacía lo que quería”[Notas 8]. También entre los que viven en el convento la disciplina está totalmente relajada y aún no se ha restablecido del todo. No se respeta la clausura en ningún lugar, vivimos en la mayor miseria, pero mínimamente la pobreza religiosa; se toleran los mayores abusos en cuanto al hábito y residir fuera del claustro, etc.
8.En cuanto a lo realizado por el gobierno durante el último trienio, son también acontecimientos tristísimos para la provincia. Véanse algunos ejemplos. Como eran los Asistentes, así eran también los superiores locales. De 14 superiores locales, el año pasado hubo que cambiar a 9, pues a causa de la tensión o bien huyeron, o bien se hicieron inoperantes. Los nuevos superiores son absolutamente inválidos e ilícitos, pues no tienen la confirmación del General ni permiso de la Santa Sede. De lo enumerado en los puntos 5, 6, y 7, y en parte en el 2, la principal causa es el actual gobierno inepto. Desde el año 1940 se han abandonado por completo las visitas canónicas, y en lugar suyo se han introducido las visitas privadas del P. Provincial y sus Asistentes.
9.Los mejores de los nuestros, cuyas voces en tiempos de angustia no debieran acallarse, sino hacerse oír, por el bien de la paz se callan y esperan ya desde hace años el auxilio de Roma, en vano. Nuestros superiores no quieren ver nuestra crisis, pues no pueden resolverla. El querido y humilde Asistente General, que reside entre nosotros, ve muy bien las heridas de la provincia, pero no se atreve a hablar de ellas con el P. General, probablemente porque no espera recibir ayuda de Roma. Y los superiores de Roma no saben nada de esta crisis, porque ya hace años que no reciben ninguna información sincera de la provincia. De modo que somos como el paralítico de la piscina del evangelio[Notas 9]: no tenemos a nadie que nos meta en la piscina salvadora. Y estas circunstancias son el signo más claro de la crisis de las Escuelas Pías húngaras.

Pido humildemente a Vuestra Reverendísima Paternidad que sea para la provincia de Hungría el hombre que nos saque de esta crisis y nos meta en la piscina de la vida regular. ¡Pues ya arde el vecino palacio de Ucalegonte![Notas 10]

Encomendando confiadamente todo lo escrito a la sabia discreción y benevolencia conocida del Reverendísimo Padre, y enviando mis saludos filiales también a los PP. Asistentes, quedo, besando la mana paterna, en Budapest, el 6 de febrero de 1946, hijo adicto, Vicente Tomek, sacerdote de las Escuelas Pías”.

Se trata de una carta muy dura, y que selló, seguramente, el destino del P. Tomek, tanto o más que su viaje a Roma para revisar las Constituciones. La Congregación General decidió pedir a la Santa Sede que no se celebraran por una vez capítulos locales ni provincial en Hungría, dejando al P. General la facultad de nombrar superiores.

En el Registro de Actas de la Congregación General, sesión 193, del 5 de agosto de 1946, leemos[Notas 11]: “En vigor de las facultades concedidas por la S. Sede Apostólica por el rescripto de la S. Congregación de Religiosos nº 1858 de fecha 31 de mayo de este año, para que el P. General pueda proceder, solo por esta vez, a la suspensión de los capítulos provinciales y locales en nuestra provincia formada de Hungría y en las demás provincias no formadas de Europa Central, el P. General, con su autoridad y con el consenso y voto de los PP. Asistentes, en esta sesión elige y nombra Delegado Provincial con una duración a beneplácito al M.R.P. Vicente Tomek de S. Antonio de Padua, y como Asistentes suyos, por un plazo a beneplácito, al R.P. Alejandro Sik de S. Estanislao, al R. P. Juan Karl de S. José de Calasanz, al R. P. José Kerkai de la V. de los Dolores y al P. Esteban Albert de la B.V.M.”

Estos nombramientos aparecen en el boletín oficial Ephemerides Calasanctianae de 1946, 3-4 (mayo-agosto), pág. 47. Pero aquí al P. Tomek se le llama Prepósito Provincial, no Delegado. Una vez nombrado Provincial, el P. Tomek es más optimista en cuanto a la situación de la Provincia.

Como Provincial de Hungría, el P. Tomek acude al Capítulo General (el anterior se había celebrado en 1919) que comienza en Roma, Monte Mario, el 28 de agosto de 1947. Los miembros del Capítulo (XXXVI de la Orden) son 38. No han podido venir, por no tener permiso de su Gobierno, cinco: el vocal de Polonia, dos vocales de Hungría y el Delegado y vocal de Rumania. El P. Tomek gozaba ya de prestigio en las Escuelas Pías, de modo que en el primer escrutinio fue elegido Superior General, el 3 de septiembre de 1947, por 23 votos de 38.

Notas

  1. Ephemerides Calasanctianae, 1986, pp. 479 ss. P. I. Albert. Los otros que sobrevivieron se llamaban Jorge, un primer Vicente, fallecido antes de nacer el nuestro, Catalina y José, el benjamín.
  2. Ephemerides Calasanctianae, 1986, p.507, P. L. Suárez.
  3. Diario. 10 de septiembre de 1925. Pax Romana era una organización de universitarios católicos constituida en Friburgo en julio de 1921, promovida desde España, Holanda y Suiza (países que se habían mantenido neutrales durante la primera guerra mundial), continuadora de la organización Auxilium Studiorum (cuyo fin había sido ayudar a los estudiantes católicos víctimas de la guerra europea), y destinada a fomentar los vínculos entre los estudiantes católicos de todos los países del mundo y sus organizaciones.
  4. Diario. 4 de noviembre de 1934.
  5. Ephemerides Calasanctianae, 1986, p. 488.
  6. Reg. Gen. 268, Hungría. Hay una copia en Reg. Prov. 69, Hungría.
  7. La Provincia de Hungría había ido dilatando una reforma de su estilo de vida que la acercara más estrechamente a la observancia de las Reglas, tal como se vivía en el resto de la Orden. Cuestión del estipendio de los religiosos, elecciones, dependencia del P. General de Roma… Era una reforma que estaban promoviendo, sin demasiado éxito, los padres generales desde principios de siglo. El hipernacionaismo hace referencia a la situación del momento: Hungría, aliada de Alemania, va ganando la guerra; de hecho, ha recuperado algunos territorios que le fueron arrebatados por el tratado de Versalles tras la primera guerra mundial. Algunos escolapios se dejan dominar por su entusiasmo patriótico.
  8. Jue 17,16; 21,25.
  9. Jn 5, 1-16.
  10. Cita de Virgilio, Eneida, II, 311.
  11. Reg. Gen. 339.