Melchiore Alacchi

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Escudo de Naro, patria del P. Melchor
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Este texto es el original publicado en su día en el DENES. No se ha hecho sobre él ninguna rectificación. Su contenido, pues, puede no reflejar la realidad actual

Procedencia

Demarcación Sicilia

Cualidades

Provincial.

Fechas

Naro (Agrigento) 1591, Palermo 4-7-1642

Biografía

Vistió el hábito escolapio en Roma el 1-5-1621, haciendo la profesión simple el 14-7-1622. Fue ordenado sacerdote en 1622 poco después de la profesión. Fue maestro de ábaco y caligrafía y tuvo fama de maestro muy diligente. Maestro de novicios un año y medio. Enviado a Sicilia para llevar adelante una fundación en Mesina desde 1625, no logró el intento, pero contribuyó eficazmente a la primera fundación de Nápoles y más tarde también a la de la segunda casa de dicha ciudad. Da pasos para fundar en Cerdeña y más tarde en Venecia. A él corresponde el mérito de haberse fundado las casas de Palermo y Mesina en Sicilia. Realizó un primer azaroso viaje a Santiago de Compostela, que puede considerarse también como una peregrinación penitencial, que se le impusiera a consecuencia de su imprudencia. Emprendió un segundo viaje, esta vez a Tierra Santa, pero no lo acabó porque la peste le obligó a detenerse en Venecia, donde intentó una fundación, hasta que fue expulsado por el gobierno. Hizo un tercer viaje; éste de nuevo a España en los años 1637-1641 con el fin preciso de iniciar fundación de las Escuelas Pías, pero no tuvo éxito la empresa. Calasanz, que le apreciaba y lo admiraba, pero que conocía su carácter caprichoso, muchas veces se lamentó de él, aunque le confió distintas misiones. Además de lo dicho, fue superior en varias casas, Visitador y Comisario general, presidente de capítulos locales y provinciales, y en calidad de Provincial fue enviado a Sicilia cuando aún no estaba del todo curado de la fractura de una pierna y, sobre todo, tenía ya el organismo minado por un cáncer. Fue precisamente el cáncer lo que puso fin en Palermo, al poco de ser nombrado Provincial de Sicilia, a su actividad incansable, aunque un tanto desordenada. El P. Alacchi estaba dotado de un carácter indomable y voluntarioso; chocó por ello, con muchos compañeros de hábito, que le hostigaron y calumniaron; sin embargo, él nunca se dejó vencer por las circunstancias, y por la adversidad y en los 20 años de su vida religiosa, demostró un amor excepcional a las Escuelas Pías, a las que sirvió con entrega y sin reserva alguna. Acaso el juicio más exacto sobre el P. Alacchi sea el expresado por Calasanz cuando le escribía: «Si el P. Melchor fuese dueño de sí mismo y se supiese abstener de proferir gritos, sería un gran hombre; pero el vicio se ha hecho naturaleza de modo que no sabe abstenerse de gritar» (P. n. 2393).

Bibliografía

  • Sindoni, Le Scuole Pie in Sicilia: «Riv. di Storia della Chiesa in Italia» (Roma) XXV (1971), julio-diciembre
  • Camps, Santaeularia: Guissona. Barcelona 1982.

Redactor(es)

  • Giuseppe Tasca, en 1983, artículo original del DENES II