Presencias

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Ver Relación de presencias escolapias

Presentación

La parte tercera del volumen I, el que tienes en tus manos, está dedicada íntegramente a las «escuelas pías», esto es, a las Escuelas Pías u obra de Calasanz asentadas en un lugar, comprometidas con unas gentes, con un estilo de acción o misión. La mejor definición o título puede ser: «Presencia de Escuelas Pías: obra y misión». Cualquiera puede creer —y tiene mucha razón— que se trata del asunto más importante del libro. Sin duda ninguna del más voluminoso. La presencia son obras, instituciones, personas; de estas últimas se habló ampliamente en el volumen II. Ahora toca reseñar las instituciones:

Colegios: Las de mayor tradición en la historia de la Orden; en un tanto por ciento elevado, de propiedad de la misma Orden; valorados casi siempre según criterios objetivos (grandiosidad, medios materiales y pedagógicos, apoyos y títulos recibidos de instituciones ajenas, renombre en los exalumnos). Un estudio más ponderado de los mismos —y si la palabra «ponderado» la ajustamos a la mente, pensamiento y deseo de José de Calasanz— tal vez nos obligaría a reordenar la lista de «importantes». Han existido pequeñas e insignificantes presencias de las Escuelas Pías, con colegios que se movían en suma penuria, animados por religiosos que no aparecen en las listas de los insignes, pero que han sabido conjuntar «piedad y letras» en los alumnos y sus familias; en la mayor parte de los casos, unas y otras personas desconocidas.

Junto a este capítulo de los «colegios» hay que colocar otras escuelas, la atención a los seminarios diocesanos y todas aquellas actividades cuya peculiar significación era la enseñanza o instrucción.

Parroquias: Mucho se ha debatido, se debate y, posiblemente, se podrá discutir, en torno a la presencia de los escolapios en la actividad parroquial. No es este el momento de hablar de ello; aquí sólo se quiere constatar el hecho de la presencia, a distintos niveles de compromiso y a lo largo de la historia de la Orden. Estudiar y profundizar cada uno de los casos particulares y concretos puede ser y debe ser muy iluminativo e ilustrativo para los pensadores teóricos de la cuestión.

De gran importancia han sido y son las llamadas Casas de formación; su influjo en la historia de la Demarcación correspondiente es evidente. Analizar las vicisitudes existentes en estas Casas dentro de la Orden ayuda a descubrir los vaivenes de la misma en la búsqueda de su identidad y en los éxitos y fracasos alcanzados.

Instituciones son las Residencias de los religiosos o comunidades; sí, quizás de menor importancia. Hay que tener presente que, en general, los religiosos que trabajan en un colegio, en una parroquia, en otro centro cualquiera, en él colocaban su propio hospedaje.

Para orientar al lector de estas reseñas escritas a continuación me permito indicar algunas observaciones:

En primer lugar toda reseña o artículo lleva como título la ciudad o lugar en donde se encuentra la obra escolapia. Acontece con bastante frecuencia que debajo de un mismo título-ciudad se inscriben varios colegios, o colegio y parroquia; es decir, en una misma ciudad se dan distintas instituciones escolapias. Junto al título o calificación de la obra se anota el período de su historia y finalmente se añade la última Demarcación a la cual perteneció o pertenece.

Conviene anotar que generalmente las obras comenzaban su tarea con el correspondiente decreto de fundación; pero no así en todos los casos. Por eso ordinariamente se ha indicado la fecha de fundación real, no oficial.

Es importante no olvidar que en muchas obras una tarea llevaba a desempeñar otra distinta, aunque simultánea. En esos casos, es decir, cuando distintas obras se venían desempeñando en un mismo inmueble, con una o varias comunidades religiosas, aunque aquéllas fuesen de talante dispar, se han reseñado todas bajo un mismo artículo.

Finalmente, siempre que ha sido posible, se ha adjuntado la lista de superiores de la comunidad religiosa, bien gozasen del título de rector o vicerrector en funciones de rector. No siempre tal cargo ha llevado consigo la responsabilidad en la dirección de la obra. Algunos hubiesen preferido usar la expresión «rectorologio»; es, sin duda, más clásica, quizás no más exacta, en los casos que aquí se usa.

Hemos querido recoger en esta tercera parte los lugares que tienen recuerdo calasancio, esto es, que han sido significativos por la presencia particular en ellos de José de Calasanz. Su reseña, puesto que sólo han querido ser mencionados, es lógicamente breve.

El lector encontrará otro conjunto de artículos definidos como «intentos de fundación». Sobre ellos es necesario formular algunas puntualizaciones. En primer lugar no se han recogido todos; muchos de ellos nos son desconocidos; de otros muchos se poseen pocos datos archivísticos en donde fundamentarse. Se ha tomado un pequeño grupo. La intención es sencilla, pero importante: indicar pautas sobre la razón o razones de expansión de las Escuelas Pías y los focos desde donde surgían; estos datos pueden ayudar en la hora de describir el desarrollo cultural de muchas naciones o países.

Finalmente hay que recordar cómo ciertos nombres de ciudades han sido cambiados en la historia de los últimos siglos; tal cambio de nombres puede incidir en el momento de trabajar con datos de la historia de nuestra Orden. Por tal razón y causa se ha pretendido que aparezca en el diccionario todo el posible nomenglator, aunque, evidentemente, bajo la expresión más castellanizada se coloca la reseña histórica, remitiendo en las demás formas a la anterior.

Redactor(es)

  • Equipo coordinador del DENES I, en 1990