RenanoSuiza/3. Historia de la Casa de Rastatt (1736-1740)

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3. Historia de la Casa de Rastatt (1736-1740)

(Arch. Gen., Reg. Prov. 55A)[Notas 1]

El año 1733 la Serenísima Dñª. Francisca Sibila Augusta, Marquesa de Baden-Baden, viuda del Serenísimo y Gloriosísimo Sr. Luis Guillermo, Marqués de Baden-Baden, piadosísima madre del Serenísimo Sr. Luis Jorge Simperto, Marqués de Baden-Baden felizmente reinante, nacida de los Duques de Sajonia-Lauenburg, para tranquilizar la ternura de su conciencia, poco tiempo antes de su muerte, tras hacer y enviar a Nikolsburg un nuevo instrumento de la fundación con el P. Basilio [Siegl] de S. Antonio, entonces Provincial de Germania, intentó concluir el asunto de las Escuelas Pías de Rastatt (población situada en la diócesis de Spira, en la que los Serenísimos Marqueses de Baden-Baden solían residir). En vida suya no se concluyó (falleció poco después, el 10 de julio de 1733); ella había enviado antes de ese año muchas cartas a su hijo reinante el Serenísimo Luis Jorge Simperto, Marqués de Baden-Baden felizmente reinante, recomendándole ardientemente que concluyera el asunto de las Escuelas Pías de Rastatt, y el mismo Fundador clementísimo hizo público por entonces el instrumento de fundación. Pero el 2 de febrero de 1736 el citado Serenísimo Señor, a causa de los frecuentes conflictos entre Carlos VI, Emperador de Romanos y Luis XV, Rey de Francia, como las tropas francesas ocupaban su territorio, abandonó por un tiempo su marquesado de Baden-Baden, y se vio obligado a ir a residir en Schlackenwerth en Bohemia.

Oyendo seis meses más tarde que se iba a firmar el armisticio entre el Emperador y el Rey de Francia, y disponiéndose a regresar a su casa de Rastatt, llamó al P. Jorge de S. Francisco, Rector de aquella casa de Schlackenwerth, y le informó de su intención de fundar las Escuelas Pías en su ciudad de Rastatt cuando regresara, y que pensaría en la manera de llevar a cabo la fundación. Y esta promesa no resultó vana, pues saliendo el 11 de febrero de Schlackenwerth hacia Rastatt, y tras residir allí unos días, el 19 de abril mandó diseñar una casa para las Escuelas Pías junto a la iglesia parroquial de la Corte de la Santa Cruz, y envió las planos de la casa y el proyecto de fundación para doce religiosos al P. Jorge de S. Basilo, el cual informó de todo al P. Basilio de S. Antonio, provincial de Germania, quien a su vez comunicó todo en Roma cuando acudió para el Capítulo General. Como él, elegido Asistente General, tuvo que quedarse en Roma, todo este asunto de la nueva fundación fue encomendado por el recién nombrado P. General Juan Félix [Arduini] de la Presentación al P. Alejo [Alexi] de S. Andrés, que había sido vocal de Germania en el Capítulo General y acababa de ser nombrado Provincial.

Cuando este volvió de Roma, poco después, el 22 de julio se acercó a Schlackenwerth a saludar al Marqués, que había vuelto de Rastatt, para tratar con él sobre el asunto de la nueva fundación. En el instrumento de fundación había que quitar unas cosas y añadir otras, y limitar las que eran demasiado onerosas e incompatibles con el ejercicio del instituto, y el P. Provincial le persuadió a corregirlas y moderarlas, de modo que el 29 de julio se concluyó el nuevo instrumento de fundación en presencia del citado P. Provincial: el cual a causa de algunas dificultades en relación con la iglesia parroquial de la corte que iban a entregarnos a nosotros, y había que corregir, no pudo ser firmado por el Eminentísimo Cardenal de Schönborn, Ordinario de Spira, ni se pusieron solemnemente los sellos como se suele hacer. No obstante, el Serenísimo Fundador por medio del P. Jorge de S. Francisco pidió al P. Provincial que enviara seis sacerdotes; uno de ellos debía ser el P. Luis de Santa Ana, que había sido antes su criado, y dejó al arbitrio del P. Provincial la elección de los otros cinco.

A principios de octubre se llevó consigo a toda su corte de Schlackenwerth a Rastatt, pues ya se había firmado la paz entre el Emperador y el Rey de Francia, y quiso llevar a los religiosos para dar inicio a la fundación. Como en el mes de octubre suele hacer mal tiempo en esta tierra, quiso acelerar el viaje y salió el 27 de septiembre, llevando consigo al P. Blas de Sta. Otilia y al P. Luis de Santa Ana, de la comunidad de Schlackenwerth, los cuales habían sido destinados por el P. Provincial; se despidió de Bohemia y se dirigió a Rastatt. El 1 de octubre le siguió la Serenísima Fundadora, llevando consigo como compañía para el camino al P. Jorge de S. Francisco, que antes era el Rector de Schlackenwerth y ahora era su confesor, y el día 13 de octubre llegaron sanos y salvos a Ettlingen (en el territorio del Serenísimo Fundador, a dos horas de distancia de Rastatt). Inmediatamente los Padres fueron a Bruchsal, para pedir el permiso para oír confesiones de seglares y licencia para predicar la Palabra de Dios y llevar a cabo las demás funciones eclesiásticas en la iglesia parroquial cortesana de la Sta. Cruz de Rastatt al Emmo. Cardenal de Schönborn, ordinario de la diócesis de Spira. Como resulta que el Eminentísimo a causa de la guerra entre el Emperador y los franceses se había retirado a una provincia remota y no había regresado aún, se dirigieron al Excelentísimo y Reverendísimo Sr. Kellerman, Consejero Eclesiástico y Asesor primero del Consistorio y Delegado del Cardenal, para pedirle los permisos, y con gran alegría recibieron lo que humildemente habían pedido para ingresar en la diócesis de Spira, y regresaron a Ettlingen. El 15 de octubre entraron en Rastatt con la corte serenísima, y el Serenísimo preparó un lugar muy bueno para vivienda y para que pudieran llevar a cabo su ministerio, con gran alegría por su parte. Mientras tanto residían en su castillo y comían en su mesa, hasta que llegaran los demás Padres.

Pidieron al Serenísimo Fundador que les diera una casa fuera del castillo en la que antes vivían los capellanes de corte, y pidieron que les hicieran llegar la comida desde el palacio. Al final llegaron el 21 de noviembre los otros cuatro Padres, concretamente Eusebio de S. Bernardo, Camilo de la Presentación de la B.V.M., Adolfo de S. Francisco y Paulino de Sta. Catalina, de la Provincia de Germania, largamente deseados. Fueron a Ettlingen a saludar al Serenísimo Fundador, y después de un día para descansar del viaje, fueron como los Padres anteriores el 23 de noviembre a Bruchsal, para presentarse al Sr. Kellerman, ya que el Eminentísimo Ordinario de Spira seguía ausente, y pedirle las facultades, además para abrir las escuelas. Y con el permiso regresaron el 26 de noviembre y entraron a Rastatt, donde fueron recibidos no sólo por la corte del Serenísimo, sino también por los habitantes. Al día siguiente el P. Eusebio de S. Bernardo hizo publicar la patente del Rvmo. P. General en la cual se le nombraba Superior de la casa, e hizo la distribución de oficios de parte del P. Provincial en la pequeña comunidad formada. El cargo de predicador para las fiestas correspondió al Superior. El P. Blas de Sta. Otilia fue nombrado predicador para los domingos; el P. Camili de la Presentación de la B.V.M. se encargó de la escuela latina; para la escuela en lengua vernácula, los PP. Adolfo de S. Francisco y Paulino de Sta. Catalina, y se repartieron también las otras tareas.

Finalmente el 28 de noviembre fueron recibidos a las puertas del colegio por toda la ciudad, que les dieron la bienvenida. Mientras tanto los 7 Padres (incluido el P. Jorge de S. Francisco, confesor de la Serenísima Fundadora) residían en la que había sido vivienda de los capellanes de la Casa, y eran mantenidos con alimentos del palacio hasta comienzos del año siguiente. Mientras tanto el Serenísimo les enviaba con generosidad mobiliario, alimentos y todo lo que necesitaban, con gran generosidad. Además a menudo el Serenísimo con la Serenísima Fundadora y su Serenísimo hermano el príncipe Augusto y el Príncipe su hijo y otros nobles visitaban a los nuevos obreros en la mies del Señor, todos juntos y por separado, con afecto paterno, y se dignaban compartir la humilde mesa.

En el año 1737, como aumentó el número de alumnos y los obreros eran pocos, deseándolo así el Serenísimo Príncipe, el 27 de marzo el P. Provincial envió como apoyo a la familia a los PP. Engelberto de Sta. Margarita y Ricardo de S. José, los cuales se fueron a presentar con el P. Superior al Eminentísimo Ordinario de Spira para obtener su aprobación. Al mismo tiempo le pidió que nos cediera la iglesia de la corte, mientras se construía otra, con el título de parroquia. Sin embargo no lo consiguió, pues el Eminentísimo dijo que no podía hacerlo, ya que existía lo promesa hecha al Ilustrísimo Marqués Luis Guillermo, de santa memoria, padre del glorioso fundador, por la cual él se obligaba a construir una nueva iglesia parroquial, después de haber fundado algunas capellanías. El Eminentísimo sugirió a la Serenísima esposa de aquel Marqués y madre del actual que se comprometiera a construir por su cuenta una nueva iglesia parroquial, dotándola, para cumplir el voto de su padre con la iglesia cortesana de la Santa Cruz.

Oyéndolo el Serenísimo Fundador, para que el edificio de nuestra casa no se retrasara, pidió y consiguió de los Superiores que se cargara sobre nuestros hombros el servicio de la capilla cortesana.

El 1 de abril comenzaron a ponerse los cimientos de nuestra casa. Y ocurrió que los días 11, 12, 18, 22 y 23 de mayo so oyó un ruido subterráneo y un terrorífico terremoto que sacudió a Rastatt ocho veces. Muchas casas resultaron dañadas, y también la iglesia de la corte sufrió daños. Como la mayoría de las sacudidas tenían lugar por la noche, apenas retrasó el trabajo comenzado por nuestros obreros. El 17 de junio, en presencia de la Serenísima Corte y todos sus dicasterios y numeroso pueblo, se puso la primera piedra con la mayor solemnidad posible, y nuestra casa siguió elevándose sin retraso. Finalmente, como no podía separarse la parroquia de la corte de la iglesia de la corte de la Santa Cruz, nuestro Superiores consintieron que los nuestros asumieran esa carga, y el 25 de septiembre el P. Eusebio de S. Bernardo, que entonces era el Superior de la Casa, fue presentado oficialmente por el Serenísimo Fundador como primer párroco de la corte, y fue investido como tal por el Eminentísimo Ordinario en Bruchsal de la manera acostumbrada, y se estableció el instrumento de fundación, de manera que al cargo de Superior de la casa fuera anejo en lo sucesivo el de párroco de la corte.

El 5 de enero de 1738 el Serenísimo Fundador envió una carta al P. Alejo de S. Andrés, Provincial de Germania, a Schlackenwerth para que viniera a firmar el documento de fundación Rastatt, poniendo su sello, y además que enviara religiosos para completar el número de doce. El 5 de abril, que caía en Sábado Santo, el citado P. Provincial vino con su secretario el P. Justiniano de la presentación de la B.V.M., y además tres sacerdotes (aunque le habían pedido cuatro), a saber: los PP. Domingo de S. Francisco, Alberto de S. Vito y Bonifacio de S. Carlos a Rastatt, y fue acogido con gran alegría, y después de reposarse unos días en la corte del largo viaje, se pusieron a tratar y corregir algunos detalles del instrumento de fundación, por el cual se nos cedía perpetuamente la iglesia parroquial de la corte con el santuario anejo. Además, 1800 florines renanos para mantener a 12 religiosos; 150 para cera e incienso; 90 para una lámpara perpetua en la iglesia y el santuario; 150 para reparar el tejado de la iglesia y la casa, cada año. Una vez escrito en tres ejemplares el contrato, sobre pergamino, fue firmado y se pusieron los sellos, por una parte del Serenísimo Fundador, de su Serenísimo hermano el Príncipe Augusto consentiente, y en caso de descendientes varones su legítimo sucesor, y por los Ilmos. Sres. Luis Herman de Branbach y José Barón de Polheim y Wartenburg, como testigos; por la otra parte, el P. Provincial. Uno de los ejemplares quedó en el archivo de la Serenísima Casa, otro en el Archivo Provincial, y el tercero en el Archivo de la casa de Rastatt.

El 2 de noviembre de 1736 se había firmado el primer documento de fundación en Schlackenwerth. Llegó el P. Provincial el 30 de abril con su Secretario y el P. Adolfo de S. Francisco, a quien el aire de Rastatt parece que no le sentaba bien, y se quedó en Bohemia. Y como el Serenísimo había pedido que para el año escolar siguiente hubiera doce religiosos, y que se nombrar un rector, en el mes de octubre se pusieron en camino los PP. Juan de S. Antonio y Donato de la Transfiguración del Señor por orden del P. Provincial, y el 12 de noviembre llegaron a Rastatt. Pocos días después llegó una carta de nuestro P. General al Serenísimo, en la cual iba incluida la patente para el primer Rector de la casa de Rastatt. Así que el 29 de noviembre el P. Eusebio de S. Bernardo, anterior Superior, llevando como compañero al P. Juan de S. Antonio, se presentó al Serenísimo, quien leyó la patente del P. General en la cual se nombraba al P. Juan de S. Antonio primer Rector. Dicho Padre respondió con gran reverencia y recibió de las manos del Serenísimo Fundador la patente, dándole gracias así como a la Serenísima Fundadora. Al día siguiente, 30 de diciembre [sic] se comunicó a la comunidad, y asumió el primer Rector su cargo.

Continuó la construcción de nuestra casa tanto durante el presente año como en los siguientes 1739 y 1740, de modo que fue provista de tejado para protegerla de los elementos, y quedó terminada, quedando en verdad pocos detalles que terminar.

Notas

  1. Traducción del latín: José P. Burgués