BerroAnotaciones/Tomo1/Libro1/Cap13

Ver original en Italiano

CAPÍTULO 13 De cómo trasfirió las escuelas Pías desde el Trastevere a Roma, Y de lo que ocurrió con el Papa Clemente VIII [1600-1602]

El buen renombre de las Escuelas Pías se había extendido tanto por toda Roma, que era indecible el número de niños que de todas partes iban al Trastevere. Por lo que nuestro Don José, -compadeciendo por una parte a los niños que iban de lejos, pensando también dar mayor gloria a Su Divina Majestad y hacer más provecho al prójimo, y con ocasión también de la muerte de dicho Cura-, se decidió a trasladar las Escuelas Pías a Roma; era el año 1600.

Y así lo hizo, no lejos de donde ahora está la iglesia de San Carlos dei Catenari, en una casa de Monseñor Alejandro, por alquiler de sesenta escudos al año. Pero sólo le siguió uno de aquellos Operarios que lo ayudaban en las Escuelas Pías de Trastevere. Mas no por eso se desanimó…al verse con un solo operario, sino que, confiando en Su Divina Majestad, buscó y encontró Operarios óptimos para tal empresa. Y en breve el número de alumnos llegó hasta el número de 600…tampoco suficiente la Casa,…de Monseñor Octaviano Vestri…”De comitibus Cunei”…de casa, entonces del Sumo Pontífice Clemente VIII, por doscientos escudos de alquiler al año.

Después dispuso las cosas con tanto orden y distribución de clases que, si bien muchos creían se formaría mucha confusión por la multitud, cuando las vieron luego tan preparadas, quedaron edificadísimos de ello; con tal admiración, que deseaban volver con frecuencia…diligente sacerdote, que todos cada vez…mayores, cada vez, al menos allí…para la preparación, los maestros hacían muchos actos de virtud, como de contrición, fe, esperanza y caridad, y también oraciones jaculatorias ante la imagen del Crucificado o de la Reina del cielo, María Nuestra Señora…de examinar la propia conciencia…con los puntos principales de la vida, pasión y muerte de Nuestro Redentor. Con este fin, mandó imprimir un librito que contenía todas aquellas cosas, y se lo daba a los alumnos, para que lo aprendieran de memoria, además de la Doctrina Cristiana, que quería aprendieran muy bien, ejercitándolos en ella las fiestas acostumbradas en las iglesias, y haciendo que compitieran públicamente, para ejemplo de los demás.

Al llegar a Su Santidad el Sumo Pontífice, Nuestro Señor el Papa Clemente VIII, el buen nombre…obra, y de tan heroicas cualidades…, como una obra digna de…el deseo de ver a nuestro D. José, quien fue introducido ante Su Santidad por dicho Monseñor Octaviano Vestri; y recibidos por el Papa con señales de extraordinaria alegría, les dijo estas precisas palabras: -“Nos alegramos mucho de que hayáis comenzado la Obra de las Escuelas Pías. Nos, teníamos la intención de comenzarla, pero después, la guerra de Hungría nos ha ocupado…y no hemos podido cumplir la intención…Estamos contentos de ella, sentimos un gusto grande. Queremos ir a veros. Queremos ayudaros, y ver las necesidades que tenéis; lo haremos gustoso”. Al hablarle del alquiler de la casa y saber cuánto pagaba, que eran 200 escudos…hasta el cuarto o quinto año…

Al no poder después ir Su Santidad a visitar la Escuelas Pías, envió allí a los Emmos. Sr. Cardenales Baronio y Silvio Antoniano. Esto fue en alrededor del año 1602. Este Señor, quiero decir, el Emmo. Señor Silvio Antoniano, dejó a su muerte como limosna doscientos escudos. Su Santidad sintió gran consuelo cuando aquellos Señores le contaron el excelente método que se empleaba para enseñar a los jóvenes el Temor de Dios y las letras. Recomendó esta obra a los Emmos. Nepotes; y dio orden de que se hiciera la minuta del Breve, para declararla Congregación…muy bien; lo que sería mejor…que sólo por Curas seculares…la muerte no pudo llevar a efecto esta santa deliberación suya.

No me parece fuera de lugar…que nuestro D. José…encontrada escrita de su propia mano, para el Maestro de la clase ínfima, desde el principio de las Escuelas Pías, le dijo: -“Par la clase Séptima. Por la mañana, en cuanto…la clase, mandará arrodillarse a todos los alumnos…ellos dirán la oración que habitualmente se suele decir al comienzo de las clases, la cual…los alumnos, por espacio de un cuarto de hora…comenzaba a recitar, empezando por los más dispuestos…de los cuales pasará…mejor si les da el encargo…recitar, les hará aprender de memoria…palabras del Salterio o de la Doctrina Cristiana…que suena la campana para ir a la Misa, a la que irán con orden y modestia.

Por la tarde hará la oración como por la mañana. Les hará estudiar igualmente un punto…recitar…los alumnos con los oficiales…esta competición. Y terminado…el tiempo que quede…necesarias, los Mandamientos de la Ley de Dios. Y al oír el sonido de la campanilla para volver…de la Beatísima Virgen…con grandísima modestia.

A los oficiales que…e amnistías para aquella semana. De ésta se puede…decir a los alumnos alguna breve oración…de virtudes, como contrición o cosas semejantes…de las escuelas, se pide siempre por las necesidades de la Iglesia Católica Romana, por la paz entre los Príncipes cristianos, por la extirpación de las herejías, por los bienhechores, por la conversión de los pecadores, y por las almas del Purgatorio. Se termina con la oración ´Agimus bibi gratias, etc.´ y se hace algunas…exhortaciones a los alumnos”.