BerroAnotaciones/Tomo3/Libro3/Cap22

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CAPÍTULO 22 Carta al Emmo. Dietrichstein A la Sagrada Congregación de Propaganda Fide [1633]

“Hace dos años que vinieron, llamados aquí, a Nikolsburg, Ciudad hereditaria mía, algunos Padres de las Escuelas Pías, que han correspondido a la expectación que de ellos yo tenía, pues han hecho gran fruto, no sólo con su bondad de vida en edificar a los pueblos, sino también con la doctrina, instruyendo a los niños, tanto en el temor de Dios y la fe católica, como en las letras y buenas costumbres. Yo, al ver que cada día acude más la gente, suplico a Vuestra Eminencia tenga a bien pedir a su Padre General que no deje de enviar Operarios a proseguir en el fervor comenzado, para que puedan trabajar en la viña del Señor, cultivando las nuevas plantas de estas nuestras afligidas tierras; y, si fuera necesario, suplique a Su Santidad que se lo ordene. Porque, de verdad, cada día se ve el gran fruto que estos buenos Padres obtienen. No se extienden mientras no tengan individuos, y son deseados en muchos lugares. Han comenzado con gran edificación de estos pueblos, e indecible utilidad para la juventud; y no sólo en la educación de los niños, sino también en la conversión de los herejes adultos, y administración de los santos sacramentos. Hay aquí en Nikolsburg uno solo, alemán, llamado P. Ambrosio [Leailth] que ha confesado esta Pascua a miles de almas, y convertido a algunos herejes. Auténtico premio, si no es más, de la Misión que han hecho. ¿Qué hubieran hecho si hubieran sido más? En las escuelas pasa lo mismo; donde antes había 30 niños a lo más que las frecuentaban, ahora llegan a 400.

Estas son las verdaderas plantas, donde se espera firmeza en la verdadera fe; porque, aunque se convierten herejes adultos, los más lo hacen por miedo a las penas, porque no están bien enraizados; se tambalean como trémulas cañas, y con mucha frecuencia se desarraigan al más mínimo soplo de viento, ya sea por la guerra, como por los cambios. Pero los que desde los tiernos años son regados con la rociada de la verdadera Religión, cuando lleguen a la edad adulta, se manifestarán como añosos robles inmóviles ante cualquier tempestad de diabólicos ataques. Sé que para una obra tan grande no hay necesidad de intercesión alguna ante Vuestras Eminencias, sin embargo, este oficio mío servirá para demostrar el celo de la salvación, y razón de aumentar los agradecimientos que profeso a VV. EE., a los que, finalmente, reverencio humildísimamente.

Nikolsburg, a 5 de mayo de 1633

Humildísimo y afmo. Servidor,

El Cardenal Dietrichstein”.

De esta carta la Sagrada Congregación de Propaganda Fide hizo el siguiente Decreto, y de todo envió copia completa a N. V. P. Fundador y General, José de la Madre de Dios.

Decreto

Habiendo referido el Emmo. Sr. Cardenal Panfili la carta del Cardenal Dietrichstein, en la que pide sean enviados a Moravia más Padres de las Escuelas Pías, pues estos Religiosos son muy aceptados en aquellas tierras, no sólo por los católicos, sin también por los herejes, que no son pocos los que se convierten gracias a la obra de dichos Religiosos, la Sagrada Congregación, conocedora de que esta Orden, confirmada por Gregorio XV, no abunda en individuos idóneos con los que ahora se pueda propagar a las Provincias que diariamente las solicitan, ha considerado que se debe avisar al General de dicha Orden, para que acuda al Emmo. Sr. Cardenal Vicario, se informe de la intención de la Sagrada Congregación, y responda al Sr. Cardenal Dietrichstein que esta Orden, fundada recientemente, aún no puede, por falta de Religiosos idóneos, enviar a otros a Moravia”.

N. V. P. General y Fundador fue llamado por el Emmo. Ginetti, Vicario de N. S. Urbano VIII, el cual, en nombre de dicha Sagrada Congregación, le dijo que hiciera buenos noviciados y Casas de Estudios, para dar satisfacción al Emmo. Dietrichstein y a otros lugares, para el progreso de la Santa Fe católica romana, y ofreció a N. V. P. libros y cualquiera otra ayuda necesaria, en nombre de la Sagrada Congregación.

El Emmo. Panfili, que expuso el deseo del Emmo. Dietrichstein, fue luego elegido Sumo Pontífice, con al nombre de Inocencio X, y, -olvidándose de esto, y de otros mayores progresos, producidos no sólo en Moravia, sino también en Bohemia y en Polonia, y de cualquier otro bien que la Orden hacía cada día en la Santa Iglesia, dando oídos a las malas informaciones de envidiosos y apasionados- el 16 de marzo de 1646, la redujo a simple Congregación, sometida a los Ordinarios.

Mi carísimo lector en Cristo, si en dos años, con un solo sacerdote nacional nuestros Padres hicieron tanto provecho, ¿Qué crees hubieran hecho, si hubiera habido muchas decenas de sacerdotes nacionales? Se maravillaba el Emmo. Capone cuando leía lo de algunas Misiones que hacían los nuestros. Por eso, lo escribiré aquí.

Notas