GinerMaestro/Cap06/15

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06.15. Camino de Montserrat

A finales de julio de 1585 había llegado a manos del rey un Breve de Sixto V por el que designaba Visitador Apostólico del Monasterio de Montserrat al obispo de Albarracín, Mons. de La Figuera, y al de Vich, Juan Bta. Cardona, con amplios poderes de decisión.[Notas 1] Ambos estaban presentes en las Cortes, como miembros del brazo eclesiástico. El de Albarracín se sabía que había sido propuesto por el rey para la sede de Lérida, pero las Bulas de nombramiento llegaron hacia mediados de septiembre.[Notas 2] Felipe II sentía preferencia por él, pues había comprobado ya sus dotes de Visitador en la Universidad de Huesca, sobre todo en el monasterio benedictino de San Juan de la Peña, y en esos meses de Cortes de Monzón llevaba entre manos la reforma de agustinos. Por tanto, el rey eligió entre los dos propuestos visitadores de Montserrat a La Figuera, a quien presentó el Breve pontificio el 21 de agosto.[Notas 3]

El Rey ‘Prudente’ quiso atar bien los cabos en todos estos trámites preparatorios y 'para mayor seguridad…, y para que a los que dessean embaraçar dicha visita y la execución de ella, se les quite la ocasión de bazerlo' —como decía a su embajador Olivares—, pidió al Papa que expidiera otro Breve nombrando Visitador expresamente a don Gaspar Juan de la Figuera,[Notas 4] a quien precisamente con miras a esta Visita de un Monasterio catalán le había hecho trasladar de la sede aragonesa de Albarracín a la catalana de Lérida.[Notas 5] Cuando Sixto V firmó el nuevo nombramiento (4 de noviembre de 1585), el obispo de Lérida había empezado ya la escabrosa visita.

Diez días estuvo La Figuera madurando su decisión de aceptar el nombramiento de Visitador de Montserrat. Y no había para menos. La lectura misma del Breve pontificio que le habían entregado daba ya una idea de la gravedad del asunto, pues además de recordar la muerte del Visitador anterior hablaba de graves altercados y discordias entre los religiosos, de escándalos y delitos atroces y enormes.[Notas 6] Pero aceptó el riesgo,

A finales de agosto mandaba el rey al archivero real de Barcelona que entregara la documentación referente a la Visita de Montserrat interrumpida por la muerte del anterior Visitador y obispo de Lérida fray Benito de Tocco. El Consejo de Ciento se opuso a que dicha documentación, encerrada bajo dos llaves en un arca de pino, saliera de los límites de Cataluña, pero se cumplió la voluntad del rey, y a fines de septiembre llegaba a Monzón y se ponía en manos del nuevo Visitador, La Figuera.[Notas 7]

En las tres semanas justas que todavía permaneció en Monzón tuvo tiempo para leer despacio todos los informes, interrogatorios, cartas, alegatos y demás documentos secretos que guardaba aquella valiosa arca de pino. Y también tuvo ocasión para dialogar con el rey, con el omnipotente conde de Chinchón y demás regentes del Supremo Consejo de Aragón, sobre el intrincado problema monástico y las posibles vías de solución. Y en las horas de calma y silencio del palacio en que residía acudiría, sin duda, a hablar y comentar todo aquello con su joven confidente José de Calasanz, cuyas personales dotes le merecieron ser nombrado por el obispo visitador no sólo 'familiar', junto con el diácono Miguel Juan Castanesa,[Notas 8] sino —como testificó él mismo en 1637— “su confesor y Examinador”.[Notas 9]

El 20 de octubre escribía desde Monzón al cabildo de Lérida Mons. La Figuera: 'Iltres Señores… Después de mañana martes [22] con el favor de Dios pienso partir para Montserrat y llegar a Balaguer el miércoles o jueves…'.[Notas 10] Al salir de Monzón formaban su séquito los dos jóvenes “familiares” Calasanz y Castanesa, el secretario de la visita, don Jerónimo Pérez,[Notas 11] y los dos seglares: don Iván de Bardají, asesor del gobernador de Aragón y delegado regio para los negocios político-civiles de la visita,[Notas 12] junto con Mateo Ferro, delegado regio también, para cuestiones económicas.[Notas 13] Atrás quedaban las Cortes con todos sus problemas, y allí seguirían hasta el 2 de diciembre, en que el rey y su séquito salieron hacia Binéfar, donde se celebrarían las últimas sesiones de catalanes y aragoneses.[Notas 14]

La comitiva del Visitador pasó también por Binéfar, pero en vez de seguir el camino real hacia Lérida se desvió para entrar en Cataluña por Alfarrás, dirigiéndose a Balaguer.[Notas 15] Sin duda visitó Calasanz el Santuario del Cristo de Almatá, evocando la ceremonia de su primera tonsura clerical, hacía ya diez años. Desde Balaguer, por Bellcaire de Urgel y Fuliola, empalmarían en Vilagrasa con el camino real Lérida - Barcelona, siguiendo por Tárrega, Cervera e Igualada,[Notas 16] llegando finalmente a Montserrat el 28 de octubre, después de seis días de viaje.[Notas 17]

Notas

  1. El Breve respondía a la petición de Felipe II (28 de mayo de 1585) de que se nombrara 'cualquier de los Prelados o personas constituidas en dignidad de estos Reinos de la Corona de Aragón, a quien yo señalare o eligiere' (cf. J. POCH, ‘Don Gaspar Juan de la Figuera…, p.388).
  2. El 12 de septiembre de 1585 escribía La Figuera al Cabildo leridano: 'las Bulas guardo por horas, porque me dicen que están ya en Çaragoça' (cf. J. POCH, ‘Aportación documental a la hist. de la Univ. de Huesca…’, p.229).
  3. Cf. J. POCH, ‘El Fundador…’, p.379.
  4. Cf. la carta al embajador, fechada el 21 de septiembre de 1585 (el mismo día que firmaba las cartas que acompañaban los 'despachos calasancios' sobre la reforma agustiniana), en J. POCH, ‘Don Gaspar Juan de la Figuera…’, p.391-392. Las dudas del rey se basaban en que el Breve de Visita estaba dirigido a 'los obispos de Albarracín y Vich', sin nombrarlos, y en esa fecha (27 de junio de 1585) aún no había sido nombrado Figuera obispo de Lérida (12 de agosto de 1585), que es quien de hecho haría la visita, y no el de Albarracín, que quedaba 'sede vacante'.
  5. Así lo explicaba el rey a Olivares: 'Una de las cosas que me hizieron nombralle fue hazerle de [Albarracín] pasar a Lérida en Cataluña y no quedar en Aragón y assí conviene esto mucho' (ib., p.392).
  6. 'Sicut nuper intelleximus idem Benedictus [de Tocco] Episcopus more preventus munus hujusmodi [de Visitador] ut par erat obire et absolvere non potuerit, et post eius obitum graviores discussiones et discordias inter ipsos Religiosos procurante humani generis hoste disseminare, ac majora inde scandala secuta fuerint, ac nonnulli ex ipsis religiosis propriae salutis immemores atrocia et enormia facinora etiam adiunctis sibi in societatem sceleris aliquot perditis et facinerosis hominibus laicis perpetrarint' (ib., 433-434, n.91).
  7. Cf. J. POCH, ‘El Fundador…, p.380-381.
  8. Cf. ib., p.407.
  9. Cf. ib., p.382, n.166.
  10. Cf. ib., p.4O5-4O6.
  11. Desde la ‘Breve Notizia’ de 1648 hasta nuestra época se ha mantenido otra falsa tradición, según la cual Calasanz ejerció el oficio de secretario de la visita montserratina, hasta que el P. Bau publicó la fotocopia del Acta de visita del 29 de octubre en que se lee: '… per relationem mihi dicto Hieronymo Pérez notario et secretario…' (cf. C. BAU, ‘Historia de las Escuelas Pías en Cataluña’, entre las p.32-33). Más datos sobre este eclesiástico véanse en J. POCH, ‘El Fundador…’, p.398-404.
  12. Sobre este personaje véase J. POCH, o.c., p.385-398.
  13. Cf. J. POCH, ‘Com un malentés configurá una tradició’: Cat 228 [1980] 8.
  14. Cf. E. COCK, o.c., p.1374-1375.
  15. La citada carta del 20 de octubre al Cabildo leridano era un saludo obligado, dada la intención de no pasar por Lérida y dirigirse a Balaguer, pues, aunque hacía ya un mes que había recibido la Bula de nombramiento, no había tomado posesión oficial de su sede, dados los compromisos en Monzón. Tomó posesión por procurador el 7 de noviembre de 1585, mientras estaba en Montserrat (cf. J. POCH, ‘D. Gaspar J. de la Figuera…’, p.410).
  16. Es muy probable —y sugestivo— que al pasar por Igualada se hospedara la comitiva en el convento de Agustinos, dado que La Figuera había sido canónigo regular de San Agustín. Y ese convento es hoy Colegio de las Escuelas Pías. Los cronistas e historiadores igualadinos así lo sugieren (cf. J. POCH, o.c., p.435, n.98).
  17. El 29 de octubre escribía La Figuera al Cabildo de Lérida: 'Ayer llegué a esta Santa Casa de Montserrat…' (cf. J. POCH, ‘El Fundador…’, p.4O7). Sobre el itinerario Monzón-Montserrat, cf. J. POCH, ‘D. Gaspar J. de la Figuera…’, p.435, n.99.