GinerMaestro/Cap06/19

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06.19. Llegada a Montserrat y principio de la visita de La Figuera

En las Actas de la visita apostólica se dice que el día 28 de octubre de 1585 el Sr. Obispo comisario y visitador don Gaspar Juan de la Figuera llegó al monasterio y fue recibido en las mismas puertas procesionalmente con la cruz por los monjes en hábitos corales, y entre ellos el preste, diácono y subdiácono llevaban ornamentos dorados. Una vez adorada la cruz, se dirigió a la iglesia en procesión, donde oró en la capilla de la Virgen y después de cantadas las preces usuales por el preste, el obispo dio su bendición a los presentes y cumplió con las ceremonias acostumbradas en tales casos. Y el relato termina con estas palabras, pero en latín, como está todo el texto: 'Testigos, José Calasanz presbítero y Miguel Juan Castanesa diácono, familiares de dicho señor obispo, presentes en dicho monasterio'.[Notas 1]

Ni la iglesia ni el monasterio eran como pueden admirarse hoy. En 1542, el portugués Gaspar Barreiros describía así lo que vio:

'La primera entrada es por un gran claustro, abierto en la parte Sur, por cuyas cubiertas hay muchas ofertas como grillos, gruesas cadenas, barcos, muchas tablas pintadas con diversos acontecimientos, armas de toda suerte, balas de bombardas y otras cosas que denotan los milagros que Na. Sra. hizo y hace cada día… En el medio de este claustro hay una gran cisterna… Desde este claustro se entra en la iglesia, la cual es muy pequeña y oscura, además de estar muy ocupada de avíos y lámparas que la hacen más pequeña, de cuyas lámparas contiene 93 de plata. De estas están continuamente encendidas 40, las otras se encienden en las fiestas… La imagen de Na. Sra. está en el medio del panel del altar mayor, con su precioso hijo en el brazo, e impresa en la fisonomía del rostro una cierta majestad que provoca en los corazones la devoción y causa mucha dulzura espiritual a los que la miran con la consideración de lo que en ella ven'.[Notas 2]

Probablemente así estaba todo cuando llegó Calasanz con La Figuera, pero desde 1560 se había emprendido la construcción de la nueva iglesia que no terminaría hasta 1592. Mientras tanto, siguió siendo la 'vieja iglesia' el lugar de oración litúrgica de los monjes y de veneración continua de peregrinos a la Virgen Morena.[Notas 3] A sus pies se habían postrado San Juan de Mata en 1209; San Pedro Nolasco en 1218; San Vicente Ferrer en 1410; San Ignacio de Loyola en 1522; San Francisco de Borja en 1533; San Salvador de Horta en 1540; San pedro Claver (?); San Luis Gonzaga en 1582 y ahora (1585) el futuro Santo y Fundador de las Escuelas Pías, José de Calasanz.[Notas 4]

La primera impresión recibida por el visitador La Figuera fue satisfactoria y optimista.[Notas 5] Pero debió cambiar de opinión a medida que avanzaba la visita. Forzosamente tenía que averiguar la verdad cruda de todo lo que había ocurrido hasta entonces. Y que no iba con paliativos puede verse en el primero de los '26 interrogatorios' a que debían someterse todos los monjes, y que decía: “Primeramente sean interrogados si saben, han entendido o oydo dezir que algún monge, hermitaño, donado o otro ministro de la casa de Na. Sra. de Monserrate haya tenido o tenga culpa alguna en la muerte del Rmo. Obispo Tocco, y de los religiosos que en aquella ocasión murieron en dicho monasterio y casa”.[Notas 6]

Es probable que en esta ingrata tarea de interrogar o examinar a los monjes interviniera el joven 'familiar' del obispo, José Calasanz. Así parece insinuarlo el oficio de “examinador”, que le confirió La Figuera para esta visita, según declaró en 1637 el octogenario Calasanz.[Notas 7] Todos los monjes —al menos— tenían que ser “examinados” o interrogados. Y no eran pocos. En un informe de mayo de ese año se dice que hay “agora más de 60 Monjes conventuales y 90 Donados”.[Notas 8]

Entre los interrogados aparece Fray Diego de Marquina, de veintiocho años de edad y doce de hábito, natural de Estadilla,[Notas 9] que, por su procedencia e idéntica edad que Calasanz, es probable que se conocieran desde los tiempos de estudiantes de latines en el convento de trinitarios de Estadilla. Y si así fue, encontraría Calasanz en esta mistad no sólo compañía agradable en aquellas circunstancias, sino también confidencias sobre la realidad de los hechos ocurridos.

Pero la finalidad primaria de la visita apostólica no era poner en claro los sucesos y escándalos pasados y descubrir a los culpables, sino solucionar el problema del enfrentamiento entre vallisoletanos y oriundos de la Corona de Aragón en relación con el gobierno y administración del monasterio. Y respecto a esta última, el visitador depuso de su cargo a don Francisco de Boxadors, procurador general de los bienes del monasterio, y nombró en su lugar a don Guerao de Alentorn.

Desde el principio los 'Consellers de Barcelona' dejan oír su voz, dando normas, consejos y apuntando soluciones al visitador. En una carta del 11 de noviembre le presentan a tres emisarios “síndicos nuestros”, que “le dirán y advertirán algunas cosas importantes, referentes a la buena dirección de ‘lo que ahí se debe hacer…’”.[Notas 10] Poco después le envían un “Memorial” firmado el 16 de noviembre, en el que escriben: “En opinión de personas doctas y de otras de calificado parecer, así religiosos como seculares, remedio estable no podrá hallarse sino haciendo que Cataluña, Aragón y Valencia formen una provincia benedictina de por sí y separada de la Congregación de Valladolid…” Y aludían a que esa misma idea había sido presentada por los diputados catalanes en las Cortes de Monzón, recién clausuradas.[Notas 11] Y que ése era el sentir de los monjes se ve en la carta que ocho de ellos escriben al Consejo de Ciento, en nombre de los de la Corona de Aragón, expresando su firme voluntad de atenerse a los mandatos del Consejo en contra de lo que diga el rey, y de estar dispuestos a perder mil vidas antes que desistir en su intento de formar provincia “catalana” independiente.[Notas 12]

No bastaba al Consejo de Ciento esta sumisión de los monjes, ni tampoco enviar cartas al visitador, o emisarios. Allí en Montserrat tenían sus representantes, como el Sr. Galcerán Cahors, a quien escriben el 28 de noviembre, alabándole por todo lo que hasta ahora ha hecho por conseguir la separación de Valladolid e instando de nuevo: 'Lo que ahora urge es volver a pedir y recomendar encarecidamente a V. Mercedes que de todas las maneras y con todas las diligencias y vías posibles promuevan que se haga dicha separación…'.[Notas 13]

Notas

  1. Cf. J. POCH, ‘D. Gaspar J. de la Figuera…’, p.398.
  2. Cf. G. BARREIROS, ‘Corografía de algunos lugares’, en J. GARCÍA MERCADAL, o.c., vol. I, p.1027-1028.
  3. Cf. P. CRUSELLAS, o.c., p.67. El 2 de febrero de 1592 se consagró la nueva iglesia, pero la imagen permaneció en la vieja hasta el 11 de julio de 1599, en que se hizo el traslado en presencia de Felipe III (ib., p.72-75). La venerable iglesia antigua, donde estuvo la Santa Imagen 719 años, fue demolida el 3 de enero de 1755 (ib., p.479). Monasterio e iglesia fueron quemados por los franceses en 1811-12 y reconstruidos en 1817 (ib., p.312). El actual camarín, empezado en 1878, fue inaugurado en 1887 (ib., p.361).
  4. Cf. ib., p.93-101.
  5. Al día siguiente de llegar escribía al Cabildo de Lérida: 'Ayer llegué a esta santa casa de Montserrat, donde me recibieron con señales de mucho contento y muestras de que dessean ver compuestas estas cosas: guíelas N. Señor a su servicio' (cf. J. POCH, ‘El Fundador…’, p.407).
  6. Cf. ib., p.4O8-409.
  7. Cf. ib., p.234.
  8. Cf. ib., p.451. El informe de Tocco del 6 de diciembre de 1584 decía que había 70 monjes (ib., p. 448). En el acta de la primera sesión capitular de la visita, tenida el 29 de octubre, se nombran a 27 monjes profesos, de los cuales 4 son ermitaños (cf. J. POCH, ‘D. Gaspar J. de la Figuera…, p.399). En la visita que hizo Cock en mayo del mismo año da los nombres y datos de 13 ermitaños (cf. E. COCK, oc., p. 1358).
  9. Cf. J. POCH, ‘El Fundador…’, p.4O9, n.201. Su nombre se lee también en el acta capitular mencionada en la nota anterior ('fratre Didaco Marquina').
  10. Cf. la carta íntegra en catalán en J. POCH, ‘Documents montserratins…’, p.6.
  11. '… se acordó por los tres estamentos o 'braços' de la Corte General de Catalunya [en Monzón] que es muy necesaria la antedicha separación y que conviene la erección de dicha provincia…' (cf, J. POCH, ‘El Fundador …’ p.383-384).
  12. La carta es muy interesante, pues manifiesta el contacto constante que mantenía el Consejo con los monjes. Dice entre otras cosas: (Ja tenim avisat a Vostres Magnificéncies com sa Magestat nos escrigué una carta a la qual Ii responguérem donant-li grácies per la mercé nos feya del cuydado de esta santa Casa. De tot ne havem enviat cópia a Vostres Magnificóncies. Sols esta és perqué havem tingut avis que en dita lletra aprés de haverla firmada, s’hi ajustá una cláusula en que deya que tots estavem aparellats a fer lo que Sa Magestat manaría…, la cláusula és estada contra la nostra voluntat… ‘y no ens mourem un punt de lo que Vostres Magnificéncies y aquest savi Consell manará…’ Cal que aquest Monastir y ‘d’altres benedictins de Catalunya’ es fassen Provincia por sí, que es lo únic remey. Si no es fa així, els ánimos y conscéncies may estaríen quietes… Es la nostra determinació que antes patirem mil vides que no desistirem de aquest propósit’ de lo que convé tant per a benefici de tota la terra y honra de aqueixa Ciutat y augment desta santa casa' (27 de noviembre de 1585) (J. Poch, ‘Documents montserratins…, p.7).
  13. Ib.